Fábula del señor que vive de su renta
Soy rico —¡sí, señores!—, bebo absenta
y no tengo problemas de futuro.
Soy uno de esos hombres que, maduro,
más edad tiene de la que aparenta.
Sobradamente vivo de mi renta.
Me entrego, libremente, al arte puro
como entregarse puede quien seguro
se siente en esta vida grata y lenta.
No puedo soportar que se me mienta,
ser objeto de algún deseo oscuro,
que alimenten sus vicios a mi cuenta.
Vivir solo esta vida es algo duro,
mas no quiero que una mujer atenta
en mi mente construya un triste muro.