5 No obstante, es necesario señalar que los "ejemplos, tomados de casos clínicos, son reveladores de situaciones perdidas. La alienación mental es siempre la alienación de un estado naturae lapsae, es decir, de un estado de indigencia. No es que la alienación determine la suficiencia (el estado de suficiencia en contraste con el de indigencia); pero, sin embargo, es la alienación un estado de insuficiencia y, como tal, la fractura de una fractura de la que se perdió memoria. La nueva fractura descubre la fractura precedente. Se trata en suma de una mayéutica por traumatismo. El traumatismo demostró la inexistencia de la buena salud presumida. La incomprensibilidad del delirio es la incomprensibilidad de la pura extrañeza, lo que está más allá de toda imaginación, de todo coloquio". (Cfr. Enrico Castelli, Les présupposés d'une théologie de l'histoire, Paris, Vrin, 1954, pp. 97-98).
"Se ha dicho (en este caso, "con razón") que el loco es tanto más lógico cuanto que ha perdido en principio toda sana afectividad. Elabora una mitología que comienza siempre por un "yo soy", seguido de variantes: "yo soy Jesucristo", o bien "un trozo de pan", "un pescado", "un rayo de sol". La limitación espiritual y la necesidad lógica parecen ser los grandes paréntesis de la demencia". (Ibid., pp. 101-102).<<