Via Appia Antica

Las amistosas lagartijas de la Via Appia que no huyen a la mano,

que sólo evaden la caricia con finos movimientos de ajedrez,

treparán incansables por el espejo del tiempo

y sentiré sus patas delicadas andar por mis oídos.

Oh campo del pasado, fragor de tantas tumbas estropeadas

y que quisieran encender sus lámparas,

proclamar los honores y los fastos

que fueron Quinto, Marco, Rufo, los tributos,

las batallas perdidas y ganadas,

el esqueleto riente de los dados,

la recompensa o la venganza, los navios del trigo, las calendas, el triunfo

de cortesanas y reciarios y habas verdes.

Pequeño vientre vegetal, la lagartija corre

sobre el polvo famoso, y lo devora

en sus formas compuestas: una mosca,

un fragmento de piel, un tallo leve

que apoya la raíz sobre la lengua

reseca de oradores, de estetas, de vanidosos generales.

(1953)