Los días
—Ánima bendita
me arrodillo en vos…
Ronda infantil
Ánima bendita me arrodillo
en el recuerdo, en las pesadas cucharas con su inscripción en alemán,
en la pantalla a flecos verdes de la araña del comedor,
en el sabor que ya no tienen los huevos pasados por agua,
la sopa de fideos y las fuentes de choclos.
Me arrodillo en mi piecita de niño solo, en los altos,
con sus dos ventanas al miedo nocturno,
y en las grandes falenas de cuerpos afelpados
y ojos que lucían como piedras, fantasmas
de sobremesa amable, cuando empezaban los mosquitos
y nos frotábamos las piernas con citronela…
La casa de Banfield, palomar del recuerdo,
era en mis días los duraznos y el esplendor de las ciruelas remolacha,
con tanta agua corriendo en los canteros del jardín,
con tantas enramadas de tomates y glicinas.
Me acuerdo de las abejas, más grandes que estas de hoy,
con barrigas peludas, bebiendo en el charquito al pie de la canilla,
donde también bajaban las avispas temibles
a pisar barro, a sembrar pánicos de fábula.