El fuego ha destruido el taller donde Leopoldo y Susana Novoa…[43]

El fuego ha destruido el taller donde Leopoldo y Susana Novoa cumplían desde hace muchos años un admirable trabajo artístico. En uno de esos juegos de circo de lo absurdo, una lenta decantación de belleza se ha visto barrida por el instantáneo aletazo de esa fuerza inexplicable y misteriosa que creemos dominar, que guardamos en nuestras cajas de fósforos, y que en un segundo se libera como el genio encerrado en la botella para aniquilar todo cuanto le rodea.

Alguna vez me tocó a mí sospechar que todos los fuegos son un mismo fuego, y ahora asisto a algo que lo comprueba hermosamente. Las llamas del incendio acababan apenas de extinguirse cuando otro fuego, el de los corazones y el de la amistad, se ha encendido para traerles a Leopoldo y a Susana el calor entrañable de la admiración y del afecto. Decenas y decenas de pequeñas hogueras les rodean en un círculo que se da la mano y danza en torno a ellos. Y si lo que podemos hacer es poco para probarles que no están solos frente a una pérdida tan irreparable, sabemos que ellos están ahí, que sobreviven en toda su fuerza, y que nada les detendrá en su trabajo. No nos separemos de ellos, sigamos a su lado dándoles todas las pruebas posibles de nuestra fidelidad. Que al incendio ciego suceda el gran incendio lúcido del arte y los artistas.