TÉCNICAS BÁSICAS

Las técnicas hipnóticas, como ya he apuntado previamente al explicar el fenómeno hipnótico, son la manera más eficaz y rápida de llegar a un estado alterado de conciencia óptimo para la terapia. Dominarlas supone tener una llave correcta para acceder al subconsciente y la problemática que pueda esconder.

Las técnicas hipnóticas se orientan hacia las necesidades directas de cada sujeto y son una metodología estupenda para llegar hasta las capacidades olvidadas de comportamientos y respuestas que llevan a la persona hipnotizada a un nuevo conocimiento. El paciente puede llegar a comprender, a través de la hipnosis y sus técnicas, las fuerzas subconscientes que le están empujando a determinadas actitudes o fobias o incluso enfermedades. Esa es la grandeza de las técnicas hipnóticas: son la llave para acceder al cuarto interior donde se originan los problemas y, por tanto, también las posibilidades de cambio.

Antes de comenzar con las técnicas que inducen la hipnosis, hay que explicar al sujeto que todo lo que se busca en un principio es que se sienta relajado. Nunca está de más recordar algunas aclaraciones previas. Se le dice a la persona a la que se va a hipnotizar que permanecerá en todo momento consciente y que, si en algún momento decide dar por terminada la sesión hipnótica, puede hacerlo por su propia voluntad.

Hay que dejar bien claro –como usted ya sabe– que es la persona, él o ella, el que tiene el control de todo el proceso. Se le enfatiza que cuanto más coopere con las sugestiones que usted le irá dando, mayor será el éxito para lograr lo que se desea: ser hipnotizado.

Nadie puede serlo contra su voluntad. Asegúrele también que solo seguirá las sugestiones que estén de acuerdo con su ética, su moral, en fin, con los deseos que sienta en esos momentos y que son precisamente los que le llevan al fin al trance hipnótico.

Todas estas aclaraciones, además de ser ciertas al cien por cien y de ser necesarias para que el paciente sepa el terreno que va a pisar, refuerzan la confianza que este tiene en el hipnólogo, algo fundamental en la terapia.

EJERCICIO NÚMERO 6
TÉCNICAS DE INDUCCIÓN A LA HIPNOSIS

TÉCNICA DE LA MIRADA FIJA

Se trata de una de las técnicas más eficaces para producir el trance hipnótico. Por ser muy conocida, los sujetos suelen ser muy influenciables ante la misma. Funciona porque se espera que así sea, mecanismo fundamental de la sugestión.

Se sitúa frente al sujeto y le pide que le mire fijamente a los ojos, sin parpadear y si lo hace que sea lo menos posible.

Usted le recorre con su mirada desde el entrecejo hasta la punta de su nariz y dígale: «Ahora iré contando desde el 10 hasta el 1.

»A medida que voy contando tus párpados se irán volviendo más y más pesados y se acabarán por cerrar.

»Atención: 10... 9... 8... Muy pesados, cada vez más pesados... 7... 6... bien, las pupilas se van dilatando más y más... 5... 4... se cierran... se cierran cada vez más... 3... 2... 1. Cerrados. Descansas».

Si el sujeto tarda mucho en cerrar los ojos o no lo hace, se le sugiere que comienzan a escocerle, que los tiene enrojecidos.

Y no olvide nunca la frase: «Esto sucede no porque yo lo diga sino porque tú dejas que suceda», para ayudar a profundizar.

También se puede, si el sujeto continúa reticente, inclinar su cabeza hacia adelante e irle diciendo: «Tu cabeza cae ahora hacia adelante y la dejas suelta y abandonada, muy pesada y abandonada.

»Cuento de nuevo del 10 al 1 en forma descendente y cada número hará que profundices más y más... 9... 8... 7... pesadez... abandono... 6... 5... tu cabeza suelta y abandonada... 4... 3... más y más profundamente... 2... 1. Descansas».