BREVE HISTORIA DE LA HIPNOSIS

A través de los tiempos, la hipnosis siempre ha estado presente en el devenir de la ciencia y de la psicología. Formando parte de la cultura médica y de la filosofía. Ha conocido épocas de gran esplendor y popularidad y otras en que ha caído en desuso. En los tiempos modernos se la ha asociado con el mundo del espectáculo, lo que no ha contribuido precisamente a su dignificación.

Algunos investigadores dicen que una de las pruebas más antiguas del uso de la hipnosis es un papiro egipcio llamado el papiro de Ebers, nombre de su propietario. Al parecer, por los estudios realizados por Bordeaux, se concluye que en el mismo un sacerdote se muestra realizando algún tipo de hipnosis o sugestión sobre una figura de un hombre.

Otros de los lugares y culturas antiguas, desde los cuales llegan ecos lejanos de sistemas parecidos al moderno hipnotismo, o al menos con resultados parecidos a los que se consiguen con la moderna psicoterapia, serían los famosos templos del sueño en la antigua Grecia.

Antiguos documentos mencionan algunos de los tratamientos a que eran sometidos los fieles enfermos de algunos templos; primero se les hacía correr o hacer ejercicios en campos deportivos preparados para el caso. Cansados y extenuados a veces, se les hacía pasar al interior del templo a través de largos corredores o pasillos, a través de los cuales discurrían canales de agua que debían de producir en los cansados devotos el mismo efecto de las modernas ondas alpha, o músicas relajantes actuales; por otro lado, se dice que a través de ciertos canales apropiados como si de altavoces se tratara, sugestivas voces iban sugiriendo cansancio, pesadez, sueño y necesidad de dormir. Finalmente la persona, ya medio adormecida, sugestionada y cansada, entraba en la parte central del templo, allí se le presentaba el sacerdote principal y le instruía en un verdadero trance o sueño fisiológico a través del cual se le aparecía el dios al cual el templo estaba consagrado y en sueños lúcidos le transmitía mensajes, enseñanzas, curaciones, etc.

Muchos siglos después, el psiquiatra Sigmund Freud descubrió el aspecto sanador del simbolismo de los sueños y además fue uno de los pioneros en emplear la hipnosis, siendo esta la que realmente cimentó la estructura base de lo que fue llamado psicoanálisis. Según oportunamente declara Freud.

Diversos sistemas y técnicas parecidas se han venido practicando dando forma a la moderna psicoterapia –en efecto, no hay nada nuevo bajo el sol– a través de los siglos. Hasta llegar a los tiempos más modernos, especialmente en la obra de Franz Antón Mesmer, James Braid, Charcot, Liebault, Bernheim, hasta llegar a Sigmund Freud, sin olvidar a Janet o Carl Gustav Jung y a nuestro Premio Nóbel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, sin olvidar las magistrales enseñanzas hipnóticas de William Kroger, y así llegamos hasta el más prestigioso hipnoterapeuta de la historia más reciente: el doctor Milton Erickson.

Realmente todos los grandes de la psicología, psiquiatría, neurología y psicoterapia del último siglo en Occidente, todos prácticamente, han estudiado, investigado y desarrollado su trabajo o parte del mismo, con la hipnosis.

El concepto de la hipnosis. Podemos sintetizar diciendo que el concepto de hipnosis resulta al día de hoy discutido y, por tanto, controvertido. Estar hipnotizado no significa estar dormido y sin conciencia. Podemos definirlo más bien como «una focalización de la atención», o un cambio en la misma hacia un punto u objeto cualquiera, y esto puede suceder espontáneamente o dirigido intencionalmente.

Generalmente se suele definir la hipnosis «como un trance» directamente inducido por el hipnotizador y a través del cual, la persona hipnotizada disminuye en mayor o menor grado su capacidad crítica. Como ya se indicó anteriormente, se reduce la actividad de la mente consciente y lógica, de tal manera que se hace más dominante su mente inconsciente.

En muchos casos esto supone que la persona se vuelve más creativa e intuitiva y sus capacidades imaginativas aumentan. Esto ocurre al estar su capacidad lógica y racional más inhibida o minimizada. También son muchos los investigadores que plantean el estado hipnótico desde el punto de vista fisiológico, como una inhibición del hemisferio cerebral izquierdo, de tal manera que se activa o potencia más acusadamente la actividad del derecho.

Por lo tanto, la mente analítica y racional se inhibe de sus funcionalismos y el sujeto hipnotizado se muestra más creativo y aumenta su capacidad de sugestionabilidad. Como ya se ha indicado y según lo define Kroger, el proceso lingüístico, las palabras y el verbo, dentro de este proceso, se asimilan o interpretan casi literalmente. No hay tanta racionalidad, el juicio crítico-analítico se inhibe, y esto permite que la sugestionabilidad (nivel inconsciente) se active dirigida al proceso terapéutico.

Esto explicaría el uso de las metáforas, símbolos, imágenes dirigidas y otras creaciones mentales (sugestión) que serán aceptadas por el cerebro. Tengamos presente que en estos niveles subcorticales el cerebro no distingue la realidad de algo imaginado en sus más mínimos detalles.

Las respuestas fisiológicas, sistema nervioso, glandular, sensaciones (memoria celular) el organismo en parte, o en su totalidad, responderá ante las imágenes proyectadas o recordadas como si la experiencia estuviera ocurriendo realmente (sugestiones); (o de nuevo si es algo recordado).

El cerebro tiene la particularidad de grabar (almacenar) las experiencias en sí, así como las emociones, sensaciones y sentimientos que acompañan a dicha experiencia.

Más tarde, al recordar o evocar dichas experiencias, esos recuerdos traen de nuevo al presente los contenidos de los mismos (memoria celular), emociones, sentimientos, tristeza, alegría, dolor, etc. Es por eso que algo del pasado, de la niñez por ejemplo, nos sigue afectando positiva o negativamente veinte o treinta años después.

Durante el trance se pueden dar varios fenómenos sugestivos, regresión a la niñez, al útero materno (proceso intrauterino) a vidas pasadas (supuestas), amnesia parcial, cambios ideomotores o ideosenso-riales (analgesia, levitación, catalepsia ocular o de todo el cuerpo), y el no menos curioso fenómeno de las alucinaciones: visuales, auditivas, táctiles, gustativas y olfativas (el cerebro no distingue la cebolla real que le ponemos al hipnotizado en la mano para que la coma, de la jugosa y dulce fruta que le sugestionamos que muerda y saboree) a la vista y al sentido del gusto; le engañamos.

El cerebro responde fisiológicamente: jugos salivares, gástricos, sabor, etc.; no con lo que realmente y físicamente tiene, sino con las respuestas que emergen de su memoria celular. Este aspecto es tan importante, tan extraordinario en su complejidad neurológica, que ha dado pie a la investigación de la moderna psiconeuroinmunología para ser utilizados estos procesos sugestivos-fisiológicos en el tratamiento de enfermedades graves com el cáncer, cirugía, etc. (Bernie Siegel, Carl Simonton)

Se cuenta en uno de sus libros que Milton Erickson, una de las autoridades claves en la divulgación de la hipnosis clínica, comentó acerca de las diversas teorías de la hipnosis lo siguiente:

«La investigación de la hipnosis y la exposición de ideas acerca de ella tienen paralelo con la discusión de los siete ciegos sobre el elefante. Los ciegos arguyeron con mucho ardor y, por último, investigaron.

Uno de ellos palpó el colmillo del elefante, otro la cola, otro el flanco, otro más la oreja, el quinto examinó la trompa, y así hasta los siete. Después que cada uno hizo el examen completo de una parte esencial del elefante y discutieron con mayor intensidad. Lo mismo sucede con la hipnosis. Todo el mundo tiene su particular punto de vista, tan necesariamente limitado como el mío».

Desde esta perspectiva, el proceso estaría más dependiente del funcionalismo sugestivo-subconsciente que los analíticos-conscientes. Como lo demuestra el hecho de que el hipnoterapéuta puede sugestionar los clásicos fenómenos hipnóticos de la disociación, analgesia, amnesia, orden posthipnótica, regresión en el tiempo, etc. Lo normal es que estos procesos vayan surgiendo inducidos y bajo la dirección del profesional, pero pueden acontecer de manera espontánea por el sujeto hipnotizado por sí mismo (autohipnosis).

En el contexto hipnótico se produce, por lo general, a través de las inducciones apropiadas, estados de relajación, bienestar, calma, sugestionabilidad, y se utilizan de manera especial instrucciones conducentes a visualizar o imaginar experiencias pasadas placenteras, o alucinar situaciones futuras placenteras también y potenciadoras de seguridad, autocontrol, asertividad.

La hipnosis no es una panacea curalotodo, pero se viene utilizando eficazmente en terapia contra la obesidad, tabaquismo, hábitos y conductas negativas para la salud, dolores, depresión, ansiedad, estrés, fobias y miedos, etc. Muchos profesionales informan de la imposibilidad de usar la hipnosis con algunos pacientes, ya que no se puede utilizar con todos los problemas psicológicos. Por lo tanto el profesional debería poder tratar con terapia cognitiva-conductual, sistémica, psicodinámica, psicodramática, transpersonal o cualquier otra, el problema que aqueja al cliente y sin intervención de la hipnosis.

Mención aparte es el uso de la hipnosis en las investigaciones sobre el impacto que causa en el nivel físico; todo lo fisiológico, sensación, sugestión y su acción sobre lo somático, percepción, memoria, capacidad de aprender.

Los profesionales académicos no suelen mencionar el uso de la hipnosis en las investigaciones de estados no ordinarios de conciencia (E.N.O.C.) percepciones extrasensoriales, telepatía, precognición, clarividencia, regresión en el tiempo (xenoglosia o xenografia), procesos intrauterinos, experiencias extracorporales, etc., todo ello investigado en algunos laboratorios de parapsicología científica de algunas universidades de prestigio en Estados Unidos, Rusia y otras europeas.

Entre otros muchos, el eminente psicólogo Etzel Cardeña, el cual ya dejó bien claro en uno de los cursos de verano de la UNED celebrado en Ávila el año 1997, «Hipnosis, sugestión y efecto placebo», que muchos de los estados no ordinarios de conciencia (visiones, viajes astrales, etc.) que logran los chamanes con sus prácticas ancestrales (peyote) son análogas o parecidas a las que consiguen algunos hipnotizados que alcanzan niveles profundos de trance (plenario para la escuela ericksoniana). Erickson representaba a la mente inconsciente como lo más esencial o central del individuo.

Por lo tanto, un profesional capacitado debería propiciar las condiciones terapéuticas más idóneas que conduzcan a facilitar que ese inconsciente emerja con sus capacidades o potencialidades curativas y sanadoras.

La metodología ericksoniana lo repite enfatizando una idea clara:

«Toda persona tiene almacenadas en su inconsciente (y tu no eres una excepción) todos los recursos necesarios para transformar su experiencia» Milton Erickson deja claro que: «Los procesos inconscientes suelen actuar de un modo creativo, inteligente y autónomo». Son innumerables las técnicas de inducción al trance.

Algunos investigadores seleccionan tres elementos principales como componentes de las mismas:

a) la sugestión como base de la relajación; esta proporciona calma, tranquilidad, serenidad, paz

b) visualización o imaginación creativa; las imágenes guiadas juegan un papel importantísimo en toda terapia, otras veces emergen espontáneamente y el terapeuta simplemente las incorpora en el proceso, es como si el inconsciente de la persona fuera dictando lo que más conviene en esos momentos

c) ejercicios de inducción, cuyos componentes esenciales y que siempre se encuentran presentes en toda hipnosis son: fe, expectación y desviación de la atención (f.e.d.a).

Esto es: fe en la hipnosis, en que el método funciona y puede ayudarle. Expectación hacia el trance en sí mismo, lo que pueda suceder, y sobre todo ante el profesional al que considera capacitado para tal menester.

Es por eso que muchas veces los que más fácilmente y profundamente logran hipnotizar son los hipnotizadores de espectáculo. Estos, ante el espectador y posible sujeto a hipnotizar, están revestidos (por los mitos y estereotipos acerca de la hipnosis) como de un poder de sugestión o alguna facultad mental especial, magnetismo en su mirada, etc., y realmente son las creencias y los falsos conceptos acerca de lo que es la hipnosis los que alimentan estos mitos. La desviación de la atención se refiere a focalizar la atención en un punto, la concentración del pensamiento en algo concreto es la base de cualquier trance, yoga, meditación, etc.