Dos meses después.

 

Marcus estaba hablando por teléfono suavemente mientras acariciaba el  brazo de Katy con sus dedos. Al final había regresado al trabajo. Y aunque también dormía y comía en su casa pasaba varias horas con ella casi siempre haciendo algo, leyendo, trabajando o simplemente mirándola. Ahora trabajaba.

La madre de Katy pasó a su lado con el jarrón de flores, había botado las viejas y había puesto las nuevas que había traído ese día. Terminó de hablar y colgó.

—Deberías ir a esa reunión —le dijo ella, negó.

—No es necesario, Ricardo acepto ir así que está bien —ella suspiró pero no dijo nada.

Mañana iré a su departamento para limpiar así que no creo que alcance a venir en todo el día.

—¿Mañana no iba a venir Gloria? —preguntó, ella asintió.

Sí, pero solo puede estar una hora, luego también tiene que irse de viaje.

Ya veo, lo más probable es que yo pase la tarde aquí.

Marcus movió un cabello fuera del rostro de Katy antes de seguir con sus llamadas telefónicas.