Capítulo 16
Marcus observó a la mujer a su lado.
Luego de hacer el amor por segunda vez en esa misma cama ella había caído dormida casi enseguida. La observó y acaricio el contorno de su rostro con cuidado, había poca posibilidad de que despertara pero aun así solo deseaba mirarla dormir.
Suspiró suavemente cuando ella movió su rostro en su dirección, como si supiera en sus sueños que era él quien la tocaba, o quizás soñaba con otro, dijo una parte de su cabeza. Hizo una mueca ante el pensamiento y sintió que su pecho se oprimía.
No podía pensar así, no podía sentirse tan atado a ella si solo llevaban juntos unos meses, no podía sentir que ella le pertenecía de esa manera sin siquiera saber lo que ella sentía.
Katy suspiró y se movió en su dirección, acomodándose mas cerca de su cuerpo, abrazándolo con brazos y piernas. Sonrió un poco ante eso y esperó unos segundos para que se acomodara a su gusto, luego la abrazó.
¿Qué demonios iba a hacer? se sentía posesivo con respecto a ella, celoso ante solo imaginarla con otro hombre, deseaba tanto volver a tomarla y de tal forma que a ella no le quedara dudas de quien le hacia el amor. Quería dejar marcas de pasión sobre su cuerpo, quería correrse dentro de ella sin que se lo impidiera una goma. Gimió y cerró los ojos. Sabia lo que le pasaba, estaba seguro de ello.
Estaba enamorado de ella, completamente y de una manera que le sorprendía.
Paso de forma distraída sus dedos por la piel de la espalda de Katy.
Ahora lo único que podía hacer era una cosa, averiguar que era lo que sentía ella y si aun no sentí lo mismo, hacer todo lo posible para que sí lo sintiera.
Katy observó a la mujer delante de si y le sonrió tranquilamente.
Ese día cumplía cinco meses trabajando para Marcus, y seis desde que lo había conocido. Tenia el deseo de hacer algo especial ese día pero no sabia si era correcto, se sentía insegura aun con todo esto.
Katy se puso de pie y le asintió a la mujer.
—Hemos acabado— la mujer sonrió, Katy la observó caminar hasta el camerino antes de girarse y mirar a Daphne.
Arrugó su frente.
Desde hacia unas semanas había algo raro con la chica, no sabia que le pasaba, pera estaba mas callada y quieta, tanto que le hacia pensar que ella no deseaba estar allí.
Caminó hasta llegar a su escritorio, sin mirarla le dijo.
—Puedes irte— la sintió volverse un poco.
—No, déjame a mí—Katy levantó la vista y suspiró.
—Vamos Daphne, vete a tu casa, te vez cansada.
La chica apretó los labios y asintió suavemente. Katy la observó llegar a su bolso, tomarlo y salir del lugar sin mirarla. Negó, algo debía pasarle, pero no deseaba insistir, si dentro de los siguientes días no mejoraba, iba a tener que hablar con ella seriamente.
Luego de guardar su trabajo en la computadora, se apoyó en la silla y miro alrededor.
—¿Qué hago?—murmuró.
Tenia que hacer algo diferente, algo especial. Una parte de ella se burlo de su idea, celebrar seis meses desde que lo conoció, probablemente el ni siquiera lo recordaba, si no lo hacia no se molestaría.
Observó los cojines en la esquina y se puso de pie, debía ordenarlos.
Se agachó y tomó varios cojines pequeños, sintió la puerta abrirse y pensó en Daphne.
—¿Se te quedo algo?—preguntó sin mirarla.
Unos brazos la rodearon y salto por la impresión. Marcus se rio de su reacción y lo miró por sobre su hombro.
—Me asustaste—le dijo y sonrió un poco, él besó su mejilla.
—Lo siento—le dijo sin dejar de sonreír—pensaste que era otra persona.
—Daphne—él asintió.
—Ya terminaste—ella quiso girarse pero él no se lo permitió, lo miró y luego alrededor.
Marcus permaneció arrodillado detrás de ella, rodeándola con su cuerpo. Ella miró la pila de cojines y almohadas delante de ambos y sonrió un poco. Miró a Marcus y este sonrió suavemente.
—Sabes.
—Mm—dijo él.
—Hoy se cumplen 6 meses desde que nos conocimos—él sonrió y asintió.
—Y 5 meses desde que comenzaste a trabajar aquí—le sonrió de vuelta.
—Y estaba pensando en que deberíamos hacer algo especial—él alzó una ceja.
—¿Y qué se te ocurrió?—ella apuntó los cojines.
—Se me acaba de ocurrir—él sonrió suavemente.
—Sabes lo que pasaría si vieran al dueño de esta empresa allí—apuntó los cojines— con una mujer…
—Haciendo el amor—dijo ella, él rio.
—Sí, haciendo el amor.
Ella se sonrojó suavemente y miró los cojines, luego se alejó de él y se recostó sobre ellos, tomó un cojín rojo y pequeño y lo puso sobre su vientre.
—¿No quieres?—le preguntó tragándose su vergüenza, no podía sentirla ahora.
Notó como él la observaba entre divertido e interesado. Marcus se acarició el mentón, esperó su respuesta y acaricio el cojín lentamente.
—Bien, debo decir que sí quiero—ella se mordió el labio al oírlo, pero se sintió confundida cuando lo vio caminar hacia la puerta.
Marcus puso el seguro y se giró para verla, Katy se relajó.
—Así nadie nos interrumpirá—él se quito la corbata y la tiró sobre su escritorio, hizo lo mismo con su chaqueta. Ella no quitó sus ojos de él mientras se desnudaba, Marcus no dejó de mirarla mientras lo hacia.
—¿Piensas permanecer vestida?—le preguntó divertido, ella sonrió.
—Es mas divertido ver como te desnudas—él camino hasta pararse delante de ella completamente desnudo, duro y listo.
Katy lo observó de pies a cabeza, disfruto de los músculos de su cuerpo y su piel, y como cada vez que lo veía vestido o desnudo deseo tener una cámara fotográfica en sus manos.
—¿Me dejarías fotografiarte? —le preguntó sin pensarlo, lo vio tensarse.
—No creo que sea prudente —contestó él, ella le sonrió y se puso de pie.
—Lo se, a las personas no le gusta que hayan fotografías desnudas de si por ahí, a mí no —se acercó a él y tocó su vientre, subió por su pecho hasta su cuello —pero eso no quita que desee tener una imagen tuya así —lo miró a la cara, lo beso suavemente —pero nunca te fotografiaría sin tu consentimiento, y si llegara a pasar, las borraría enseguida.
Él acaricio sus labios y miró hacia el escritorio.
—Si te dejo, me dejarías a mí hacerlo—ella se tensó.
¿Hablaba en serio?
Arrugó su frente pensando, no es como si permitiera que esas imágenes anduvieran por allí.
—Bien, si quieres.
Él sonrió y caminó hacia su escritorio, tomó una de las cámaras y regreso.
—Desnúdate—ella tomó aire nerviosa pero lo hizo, Marcus enseguida la apunto con la cámara y se sintió expuesta, era extraño ser ella el blanco de esa maquina, prefería estar al otro lado.
Olvidándose de sus pensamientos comenzó a quitarse la ropa. Primero sus zapatos, calcetines, luego su blusa. Continuó con su pantalón y solo se detuvo un segundo cuando escucho el clic de la cámara, se los quito. Luego miró a Marcus mientras se quitaba su camiseta y quedaba en ropa interior, se detuvo.
Él la fotografía varias veces, moviéndose a su alrededor.
—Ahora entiendo porque te gusta esto —le dijo con voz ronca —es… interesante—la miró y sonrió suavemente.
—Quieres ver algo más interesante —él alzo una ceja.
Caminó hasta él y tomó la cámara, sin quitársela los apunto a ambos y lo beso. Tomó varias fotografías. Cuando se separaron él miró la cámara y luego observó las imágenes en la pequeña pantalla, Katy solo lo observó a la cara.
Ella se quitó el resto de la ropa.
—Ven —le dijo y tomó la cámara, él se dejo llevar hasta los cojines y se recostó. Katy alcanzo un condón de su pantalón antes de sentarse a horcajadas sobre él. Cuando dejo la cámara en una pequeña trípode muy cerca de ellos, apuntándolos a ambos, Marcus alzó una ceja.
—Curiosidad—le dijo, él rio entre dientes.
—Bien—murmuró.
Marcus tomó el condón de su mano y se lo puso. Luego le ayudo a guiarlo dentro de su cuerpo y suspiro cuando estuvo asentado dentro de ella. Escucho la cámara tomar fotografías y aunque le pareció raro dejo de prestarle atención. Era mejor concentrarse en la mujer sobre él, en esa mujer que se movía suavemente sobre su cadera, tomándolo dentro de su calidez.
La observó cerrar los ojos y gemir, beso la piel de su cuello cuando ella inclino el rostro hacia atrás, rápidamente llego a su trenza y libero su cabello. Amaba su cabello largo, era una hermosa cortina.
Ella llevó sus manos a su vientre para apoyarse y se movió mas rápido, evito moverse y solo la dejo hacer. Observó su rostro, como se mordía el labio unos segundos antes de liberarlo. Él agarró su cuello y la jalo hacia el para besarla. Katy no dejó de mover sus caderas mientras lo hacia. Marcus no pudo seguir con ese dulce y lento ritmo, así que la afirmo contra él y los volteo. Ella lo observó cuando la acostó sobre las almohadas.
Esa era una imagen que quería tener, pensó, ella desnuda sobre una decena de almohadas de sedas, mirándolo con deseo y necesidad.
Se inclino hacia ella y la beso profundamente, se movió contra su cuerpo, empujando hacia su centro como tanto le gustaba, ella gimió cerca de su oído y suspiró. Beso su oído y se movió a su boca, cuando miro sus ojos nublados por el placer tuvo que morderse la lengua para evitar que las palabras que tanto deseaba decir se escaparan. Solo se conformo con besarla, con enterrar su lengua dentro de ella al ritmo de sus caderas. Katy gritó contra sus labios y se bebió su grito, empujo mas rápido y la siguió a los segundos, luego solo cayó sobre ella satisfecho.
Te amo, pensó. Quería tanto decírselo, tanto. Era como si esas dos palabras quisieran escapar de su boca sin importarles nada.
Cuando la cámara sonó miro en su dirección, Katy suspiró.
—Es la memoria —acaricio su cabello —parece que se acabó.
Él rio por eso y la curiosidad le ganó.
Se alejó de ella y tomó la cámara, se la entrego y fue al baño, al regresar se recostó a su lado y ambos comenzaron a ver las imágenes.
Katy arrugó su frente al verse en la pequeña pantalla. Siempre encontraba que se veía muy rara en las fotografías, ahora no era la excepción. Pero hubo dos imágenes que llamaron su atención, la primera fue de ellos besándose. Una buena fotografía. La segunda era de ella montado a Marcus, con su cabello libre y su rostro inclinado hacia arriba, Marcus besaba su cuello. ¿En verdad ella se veía así mientras estaba con él? la imagen era erótica, mucho, pero también romántica.
—¿Las vas a borrar todas?—le preguntó él, lo miró.
—¿Puedo quedarme con dos?— él se encogió de hombros—tu no quieres una.
Marcus lo pensó y luego sonrió.
—Dame las que dejes para ti y esta—le mostró la imagen de el sobre ella, enterrado en su cuerpo mientras la besaba. Esa si era una imagen interesante.
Ella eliminó las demás fotografías y luego le quitó la memoria.
—Te las mandare por correo, luego las borras.
—Sí—aseguro él—no es como si permitiera que otros vean esto —él acaricio sus pechos haciéndola reír.
—Y no es como si yo permitiera que alguien viera esto—ella tomó su pene con una mano, Marcus gimió y la beso enseguida, causando que ambos se olvidaran de la memoria de la cámara.