Capítulo 13

 

Marcus solo esperó una hora luego de que todos se acostaran antes de caminar hacia la habitación de Katy, abrió suavemente  la puerta y entró. Se movió hacia ella y se subió a la cama, observó a la mujer que dormía unos segundos.

Mm —dijo, debía estar cansada, no podía despertarla simplemente porque la deseara, bueno podía pero era mejor dejarla dormir.

Se acostó a su lado y la llevó suavemente sobre su pecho, ella suspiro y se acomodó sobre él, lentamente se quedó dormido.

Marcus soñaba algo muy agradable. Estaba en su casa con Katy, en su oficina. Él estaba sentado  y ella agachada, delante de él entre sus piernas acariciándolo con sus manos, gimió.

Esa era una agradable vista, pensó por un segundo ante de sentir sus labios y lengua sobre él. Cerró los ojos y luego se obligó a abrirlos, tenía que mirarla.

Katy lo acarició de arriba abajo, él observó como la cabeza de su polla desaparecía entre sus labios antes de sentirla chupar.

Dios, pensó, esto era demasiado bueno para ser solo un sueño.

Con esa esa idea en su mente comenzó a despertar, cuando sintió una deliciosa presión sobre su sexo gimió abiertamente, lo liberó enseguida y él miró hacia su entrepierna.

Ella estaba ahí, con los labios húmedos, su polla erecta entre una de sus manos y desnuda.

—Shhh —le dijo, tragó.

En verdad le estaba pidiendo que se callara cuando ella hacia algo así, la vio sonreír antes de volver a tomarlo.

—Katy —susurró, de lo único que fue consiente es que aun era de noche.

Se acabó, pensó, apenas amaneciera regresarían a la ciudad, directo a su casa y a su cama, esto tenían que hacerlo como se debía.

 

Katy lo liberó y bajó hasta sus testículos, usando una de sus manos siguió acariciándolo mientras que con la otra lo masajeaba. Había despertado con él muy cerca suyo, apretando su erección contra ella y había tenido la idea enseguida. La curiosidad la había llevado a hacer esto, ahora ella estaba excitada y quería hacer que se corriera, quería verlo y saborearlo.

Lo escuchó tomar aire por los dientes y volvió a su cabeza llorosa, chupo con mas energía, no caía todo en su boca así que uso ambas manos para acariciarlo de arriba abajo mientras lo chupaba, lo hizo hasta que él gimió y levantó su cadera derramándose en su garganta. Tragó rápidamente.

Cuando él se relajó lo dejó salir de su boca y lo miró. Tenía los ojos cerrados y los labios levemente separados, se movió por su cuerpo y se recostó sobre él, apoyo su cabeza en su pecho. Él la miró luego de unos segundos.

Probablemente despertaste a toda la casa —le susurró, él gruño suavemente haciéndola sonreír.

—Si es así diré que fue tu culpa —ella se sonrojo y negó un poco.

Sintió la manos de Marcus recorrer su espalda y llegar a su trasero para acariciarla.

—Apenas desayunemos regresaremos a la ciudad —le dijo, arrugó su frente.

¿Por qué, quieres irte?

—No, pero quiero hacerte el amor como se debe, así que nos vamos luego de desayunar —ella negó divertida.

—No podemos simplemente irnos por eso.

—Está bien, regresaremos en otra oportunidad— la beso y movió sus manos por sus piernas, separándolas.

Mm —se quejó ella —¿qué haces? —le preguntó suavemente.

Él la giró y se puso sobre ella.

Mi turno — murmuró antes de bajar hasta su centro y hacerle lo mismo que ella le había hecho.

 

—No puedo creer que sí nos fuimos —dijo Katy en el auto.

Está bien, le dije a mi madre que teníamos que trabajar —ella lo miró y alzó una ceja.

¿Y no era mejor decirle la verdad? —él volteo sus ojos.

No creo que ella se hubiera sentido cómoda si le digo que deseaba irme para poder hacer el amor contigo, en este caso sí era mejor mentir.

—Aja —dijo ella y sonrió.

—¿Quieres ir a mi casa? —lo miró, asintió luego de un rato.

—Me gustaría —él sonrió y acaricio su rostro.

 

Marcus observó a Katy mientras ella curioseaba por su casa. Jamás había deseado tanto a alguna mujer como la deseaba a ella, era como si simplemente no tuviera suficiente con una vez y tuviera que tomarla enseguida de nuevo. También tenia el fuerte impulso de protegerla de todo y quería hacerlo. Se preguntó cómo podía sentirse así sin apenas la conocía, ni siquiera cuando estuvo con su antigua novia, en una relación de tres años, había llegado a sentirse realmente cómodo, eso que ella había sido la mujer que todo hombre desea tener.

Con Katy era todo diferente.

Le agradaba estar en su compañía. Le agradaba su forma de ser, que se sonrojara por todo. Le agradaba su cuerpo, su boca, todo. Suspiró. ¿Qué pasaría si le dijera que al parecer se estaba enamorando de ella? por increíble que fuera.

¿Qué estás pensando? —le preguntó Katy, estaba tan concentrado en sus pensamientos que no había notado su cercanía, ella estaba de pie a su lado, con los brazos cruzados detrás de su espalda y sonriéndole.

En nada —le dijo.

Mm, debe ser algo, te he estado hablando por más de 5 minutos y ni siquiera me has escuchado —él arrugó su frente.

—Lo siento —le dijo y la abrazo, ella apoyo su cabeza en su pecho y acaricio su espalda —¿Qué decías?

—Que tu casa es enorme y no tienes ni una mascota, un perro, gato, nada— ella levantó la cabeza y lo miró.

Paso más tiempo fuera trabajando que aquí, ¿Quién lo cuidaría?

—Entiendo, de todas manera le vendría bien al lugar —negó —tanto espacio sin usar —él se agacho un poco y llego a su oído.

¿Y si hacemos algo para usar todo ese espacio? —ella lo miró y sonrió.

—Me gusta como piensas —le dijo antes de besarlo.

 

Katy suspiró y observó todas las fotografías que había realizado en un mes de trabajo, eran cientos de personas, mujeres posando de diferentes formas, con diferentes expresiones. Volvió a suspirar. Ese día tenia una reunión con los dueños de la empresa, Ricardo y Marcus, le iban a decir si seguía o no en la empresa.

Algo le decía que sí se iba a quedar, pero otra muy pequeña, esa que siempre la hacia dudar de todo lo que hacia, le decía que no. Esta última semana había sido increíble, había tenido mucho trabajo, pero aun así Marcus y ella habían podido salir.

Sonrió un poco.

Habían ido al cine dos veces, la segunda vez vieron la película. Habían pasado casi toda las noches juntos, ambos comían en su departamento o en la casa de Marcus. Él siempre la llevaba a su casa y cuando no se quedaba la iba a buscar. Sabía que iba tenia que decirle que esto no era necesario, pero le gustaba.

Apoyó su frente en el escritorio.

A través de esa semana se había dio acostumbrando a su relación con él, ahora se sentía cómoda en su presencia. Seguía sonrojándose por algunas cosas pero ya no tanto como antes. Ahora era capaz de besarlo primero, de tocarlo sin sentirse tonta.

Hey —dijo Daphne haciéndola saltar, la chica se rio con ganas.

Me asustaste —la miró — no te habías ido — ella asintió.

—Me pidieron que te dijera que subieras al olimpo —Katy sonrió ante el apodo de las oficinas de Marcus y Ricardo.

Ok —se puso de pie —ahí voy.

Calma —le dijo la chica acompañándola —no van a despedirte, eres la mejor fotógrafa que he visto, todas las clientas se sienten cómodas contigo, incluso han pedido mas citas, no pueden despedirte— la miró, ella se encogió de hombros.

Eso espero, me gusta trabajar aquí —le aseguró.

Luego de despedirse ella subió por el ascensor, al llegar a las oficinas la secretaria de Ricardo le indicó que fuera a la sala de reuniones.

Golpeo una vez antes de entrar. Ambos estaban allí, les sonrió pero ninguno le regreso el gesto.

Oh rayos, pensó.

Le indicaron que tomara asiento. De reojo miró a Marcus, él solo observaba a Ricardo.

Katy —dijo Ricardo, lo miró directamente —necesitamos pedirte un favor.

Abrió la boca y la cerró.

Claro —dijo simplemente.

No estoy de acuerdo con esto —dijo Marcus, lo miró un segundo pero Ricardo siguió.

Nos han contratado para organizar dos fiestas —ella asintió— una familia rica, su hija se comprometerá en matrimonio así que realizaran dos celebraciones. Una será en la tarde del sábado y la otra la noche del domingo —asintió —el fotógrafo que teníamos tuvo un accidente.

¿Está bien? —preguntó enseguida, él asintió.

Sí, lo está —suspiró —solo pasara las siguientes dos semanas en reposo y no tenemos a nadie más para hacer el trabajo.

Lo haré —dijo.

No tenía ningún problema en tomar fotografías en una fiesta, en ese momento Marcus la miró.

No es tu trabajo tomar fotografías sobre fiesta, no tienes por qué ir —él miró a Ricardo.

Pero no tengo problema —se encogió de hombros —así que… puedo hacerlo.

Ricardo asintió y le sonrió, al contrario de Marcus que se puso de pie y la miró.

—¿Podemos hablar un minuto? —le dijo serio.

—Marcus, no… —su amigo se calló al ver su mirada.

—Claro —dijo ella y lo siguió a la sala de al lado, él cerró la puerta y la miró.

Katy se sintió nerviosa al ver su mirada, ¿por qué estaba molesto?

No debes hacer esto —le dijo, ella esperó que dijera algo mas pero no fue así.

—Pero, ya dije que sí, y en verdad no me molesta.

Él suspiró y caminó alrededor.

Eso no es problema, dile a Ricardo que no lo harás, podemos encontrar a otra persona.

Ella arrugó su frente. ¿Qué era esta?

—¿Piensas que no puedo hacerlo? —le preguntó, él se detuvo y la miró, negó.

—No, no es eso, obviamente puedes hacerlo pero no quiero que lo hagas.

¿Me estás diciendo que hacer? —preguntó incrédula.

Él abrió la boca y la cerró.

—Yo… solo… no es lo mejor —le dijo —solo, no lo hagas.

Katy siguió sin poder entenderle, en verdad le estaba diciendo que hacer, porque obviamente él no deseaba que ella lo hiciera.

No puedo negarme porque tú quieras si no me das una buena razón —él suspiro.

No hay una razón, solo… —él negó —no es recomendable que lo hagas.

Se miraron unos segundos.

—Si aceptas una vez, puede que te pida lo mismo en otra ocasión.

—Y si en esa ocasión es algo urgente y puedo ayudar, también diré que sí, por qué no lo haría —él se acercó a ella y se detuvo a unos centímetros.

—No podrías simplemente hacerme caso en esto.

—Si me dices cual es la razón —él permaneció en silencio, tenso y con la frente fruncida — vez.

Ella negó, lo rodeo y regresó a la sala de reuniones, miró a Ricardo.

Haré el trabajo, luego me dices la dirección y si necesitan algo en especial —Marcus entró detrás de ella —bueno, me retiro. Permiso.

Ricardo se despido con la mano y no miró a Marcus al salir.

En serio le estaba diciendo que hacer, sin siquiera explicarle por qué no la quería en este trabajo. Se congeló en el pasillo. ¿Pero qué le pasaba? es su jefe, si él le decía que no hiciera algún trabajo debía hacerle caso. Gimió. Pero qué haría ahora, ya le había dicho que si a Ricardo, él también era su jefe. Negó y continúo con su camino.

Bueno, ya lo había aceptado, tendría que afrontar los problemas que esto le causaran luego.