Capítulo 20

 

Katy decidió esperar una semana antes de revisar su computadora, Daphne volvió a comportarse como siempre, o como últimamente lo hacia.

Un día, mientras caminaba por el centro de la ciudad, con una bolsa en las manos. Se detuvo delante de un caro restaurant y miró hacia el reflejo de una ventana. Tenia la nariz casi roja por el frio y la bufanda le cubría toda la boca. Sonrió ante la imagen un poco.

Navidad —murmuró.

Solo faltaba una semana para navidad. Observó la bolsa en sus manos. Y había comprado un regalo, para él. Miró alrededor como si lo buscara y luego regresó a la ventana. ¿Por qué lo había comprado? se preguntó. Pero cuando había visto la maqueta a escala del automóvil había pensado en él enseguida, lo había hecho por impulso.

Suspiró y negó.

Debía estar verdaderamente loca.

Cuando escuchó una suave risa a un lado miró en la dirección. Dos personas con abrigos largos, un hombre y una mujer entraron al restaurant.

Katy los observó hablar con un mesero, como se quitaban los abrigos y hablaban entre si. Sintió que sus manos se apretaban, tanto, que le dolieron los dedos.

Marcus hablo con Skarlett y le sonrió suavemente. Sintió que su pecho se oprimía al verlo. Tenía unas leves ojeras bajos sus ojos, pero aparte de eso seguía igual de guapo, y junto a la mujer, se veían tal para cual, como si fueran el uno para el otro. Ambos elegantes y apuestos. Si parecían modelos preparándose para una sección de fotografías. Suspiró y cerró los ojos un segundo.

—Tiene que terminar —se dijo.

Volvió a fijarse en ellos, ahora estaban en una mesa, hablando animadamente. Sintió que su estomago se contraía al ver a Skarlett tocar el brazo de Marcus y acercarse a él.

Sí, tenía que terminar. No podía seguir esperando noticias de él, y porque si solo él la llamara para decirle que estaba bien y que tenia mucho trabajo, que no la vería en varios días, sabia que dejaría de pensar así, pero no podía soportar la indiferencia, menos de él, a quien tanto quería.

Katy llevó su mano a su bufanda y la jalo hacia arriba, justo en el momento que él miró en su dirección se movió tranquilamente lejos de la ventana. No quería que la viera allí, que se sintiera incomodo ni nada.

Camino lentamente de regresó a su casa y se prometió hablar con él lo antes posible.

 

El viernes a medio día habló por teléfono con el chico de informática y este le confirmo lo que sospechaba, Daphne estaba realizando copias de su trabajo sin autorización. Luego de colgar la miró y se puso de pie, tenia que hablar con Marcus sobre ella y que hacer.

—Voy arriba —le dijo, la chica la miró y asintió.

Cuando llegó a la oficina se de detuvo a medio camino, miró a Marcus y Skarlett salir de la oficina de este y caminar hacia ella hablando. Tragó y evitó hacer una mueca al sentir como su estomago se contraía. No estaba ahí por eso, o por nada que no fuera trabajo.

Regreso a su expresión calmada y camino hacia ellos, todos se detuvieron cuando estuvieron cerca. Miró un segundo a Marcus que se veía levemente sorprendido y luego a Skarlett.

Katy —dijo ella suavemente —es un gusto volver a verte.

—Igualmente —le dijo —ha pasado tiempo.

La mujer asintió y un poco de su lindo y largo cabello rubio callo sobre sus hombros.

—Bueno—dijo ella y miró a Marcus —yo venía a hablar contigo pero veo que esta ocupado.

—Estamos de salida—dijo Skarlett y pasó un brazo por el de él —vamos a almorzar.

Katy asintió suavemente.

—Entonces regresare mas tarde, no quise interrumpirlos —y en verdad no quiso hacerlo, hubiera preferido nunca verlos juntos.

—A mí también me gustaría hablar contigo —dijo él, lo miró y asintió.

Luego se despidió y camino hacia el ascensor, lo que no pudo evitar fue que ellos subieran al mismo.

Permanecieron en silencio todo el viaje hasta su piso.

Buenas tardes —se despidió y los dejos solos.

No oyó la despedida de ellos y se preguntó si le respondieron o no.

 

Cuando llegó a su oficina se congeló. El chico de informática estaba allí, hablando con Daphne, al verla la llamó y se acercó a ambos, la chica parecía apunto de estallar en lagrimas.

Le estaba diciendo que sabemos lo que ha estado haciendo.

Katy suspiro. No quería que esto pasara, por eso quería hablar primero con Marcus.

Miró a la chica y esta la miró, luego bajo sus ojos al piso.

Déjanos solas —le pidió a él.

Él asintió y comenzó a caminar a la puerta.

—No se lo digas a nadie—le pidió —yo me hare cargo.

Él la miró y luego se fue.

Katy observó a Daphne.

—Sentémonos—apuntó unas sillas a los lejos.

Luego de acomodarse la miro, antes siquiera de abrir la boca ella comenzó a hablar.

—Lo siento —susurró, lagrimas caían por sus ojos —pero…no sabía qué hacer.

—Robaste —le dijo calmadamente.

—Lo siento —repitió ella.

¿Por qué? dinero, que te llevó a hacer algo así.

—Mi madre está enferma —susurró ella, Katy arrugó su frente —ya no voy a al universidad, tengo otro trabajo pero aun así el dinero no me alcanza para pagar su medicamento.

No puede ser, pensó Katy sombríamente.

—Vendiste las fotografías —asintió y Katy maldijo, la chica la miró enseguida.

Yo… yo creí que con una seria suficiente, tu trabajo es muy bueno y otras empresas las querían.

—Entonces por qué continuaste.

—Me ofrecieron mas dinero, tanto como para pagar el tratamiento de mamá.

¿Quién?

La chica miró alrededor.

—¿Quién? Daphne, esto es grave, lo sabes—ella la miró y asintió.

Esa mujer —Katy arrugó su frente —creo que se llama Cristin —Katy abrió la boca incrédula.

Cristin, estas segura, ella trabaja para The New Club—Daphne asintió.

—¿Solo ella o a alguien más?

—Solo ella quiso, creo que acepto cuando le dije quien las había tomado.

Katy volteo sus ojos y luego negó.

Nunca habría imaginado que esa mujer llegaría tan bajo.

—Juro que hare algo, no lo volveré a hacer —le dijo la chica temblando, la miró.

—Pero volviste a hacerlo esta semana —ella asintió y miró el piso.

—Se supone que serían las últimas.

Quizás por eso no lo iba a hacer de nuevo, pensó Katy y se sintió mal.

Esto está mal —murmuró y se puso de pie.

—Se… se lo dirás a ellos —Katy sabía que se refería a Marcus y Ricardo, asintió.

—Si no lo hago yo lo hará el chico.

—Lo siento —volvió a decir ella y la miró agobiada.

Aunque no lo deseo se sintió mal por ella y lo que tuvo que hacer para ayudar a su madre, regresó con ella y se sentó.

—¿Y cómo está tu mamá?—la chica la miró enseguida.

Mejor, los medicamentos le ayudan —Katy asintió.

—Me alegro —le dijo sinceramente.

—Debes odiarme, ¿no? —preguntó Daphne.

Katy arrugó su frente y negó.

—No —le dijo —no lo hago.

La chica la abrazo y Katy suspiró, luego de un rato la obligo a sentarse.

—Pero eso no quiere decir que olvide el asunto —Daphne asintió suavemente —voy a hablar con esa mujer.

Daphne tragó.

—Vete a tu casa —le dijo —hoy no tenemos trabajo, quiero que el lunes estés temprano aquí.

Luego de despedirse, Katy esperó a que fueran las 6 de la tarde para subir a la oficina de Marcus. En el ascensor llevo su mano a su pecho al sentir una rara incomodidad. Tenía un mal presentimiento, y ella nunca tenia malos presentimientos.