Capítulo 4
Katy suspiró pesadamente mientras observaba a Cristin quejarse de ella en la oficina del editor en jefe. El hombre asentía de vez en cuando, no había abierto la boca en ninguna oportunidad simplemente porque la mujer no lo había dejado hablar.
—¿Y? —le preguntó Gloria.
Ella la miró y se encogió de hombros.
—Aun no es mi turno —ella miró hacia la oficina.
—Es increíble que hiciera ese escandalo considerando que ella llego tres horas tarde —Katy volvió a encogerse de hombros —por cierto —le tendió una carpeta— son las fotografías.
—Vaya— dijo y la abrió, luego sonrió sin poder evitarlo.
—Siii —dijo Gloria —todas tuvimos esa misma expresión —la miró un segundo.
Era sorprendente, pero Marcus Barahona se veía a un más guapo de lo que recordaba, si parecía que la estaba mirando directamente. Una a una vio las fotografías pero, la que mas le gusto fue la que le había tomado casi de perfil en el tejado, tenía una leve sonrisa.
—Sabes —le susurró Gloria, la miró —algunas de nosotras sacamos copias de las imágenes —Katy rio suavemente —estas son para ti.
—Gracias— le dijo y las guardo en su bolso.
—Katy— llamó su jefe, ella se puso de pie.
—Mi turno.
—Suerte— le susurró Gloria, le sonrió enseguida.
Cuando llegó a la oficina observó a Cristin unos segundos, la mujer estaba sentada en un sofá elegante mirándola con si quisiera asesinarla, o mejor, como si lo hubiera hecho.
Terrorífico.
—Siéntate, por favor —pidió su jefe, lo hizo —Cristin me explicó lo que paso hace unos días, he hablado con varias personas también —la miro a los ojos —ahora quiero que me expliques tu versión de los hechos.
—¿Por qué tiene que explicarlo? —soltó Cristin —es obvio que simplemente se aprovechó de mi retraso.
Retraso, pensó Katy, ese no era un retraso.
—Por favor —insistió él.
—Si ya le explicaron debe saber que todos debíamos estar a las 7 de la mañana en el estudio —él asintió —el señor Marcus Barahona —el beso se le vino a la cabeza al hablar de él, lo desecho enseguida —llegaría a eso de las 9.
—Continua.
—Él llego 5 minutos antes —miró a Cristin un segundo, ella entrecerró los ojos —esperamos lo más que pudimos a que la fotógrafa llegara, pero no podíamos tener simplemente a alguien esperando sin razón, nadie había logrado comunicarse con ella.
—Mi teléfono se estropeo—dijo Cristin enseguida.
Continuo.
—Por eso decidí que era mejor tomar las fotografías.
—Para lo cual no están preparada, ni capacitada— dijo Cristin, Katy se tensó y la escuchó ponerse de pie— no tenias ningún derecho a tomar una decisión así.
—Yo soy la encargada de organizar las cosas, era mi obligación —la escucho bufar.
—¿Y qué? creíste que simplemente tomarías las fotografías y luego la revista las aceptaría.
—Es mejor a no tener nada —le dijo a su jefe, él la miro —es ese momento fue lo que considere necesario hacer.
—No tienes ningún derecho, tú no sabes…
No pudo seguir guardando silencio, se puso de pie y la observo molesta. Cristin dejó de caminar y la imitó.
—Te recuerdo que yo también soy fotógrafa profesional, sé muy bien cómo hacer ese trabajo, algo que al parecer tu no…
—¿Cómo te atreves?
—Llevábamos dos horas esperándote, fuiste tu quien exigió que tenia que ser a esa hora, ¿por qué si sabias que ibas a llegar tarde no llamaste para informarlo? de esa manera hubiéramos podido cambiar la hora con el señor Barahona, y no hubiéramos tenido que tener todo listo a la hora que pediste.
—Tuve problemas —dijo ella molesta, miró a su jefe —tu sabes que…
—Katy —dijo él, se giró y lo miró —Cristin déjanos solos.
—¿Qué? —dijo ella elevando el tono de su voz.
—Por favor —la mujer la miró y salió hecha una furia de la oficina, lo escucho suspirar —siéntate por favor —lo hizo.
—En verdad pensé que era lo mejor —le dijo, ya no se sentía valiente, ahora quería salir huyendo de allí porque tenia una idea de lo que seguía.
—Lo comprendo.
—Yo me hare responsable de todo, los demás solo siguieron mis instrucciones —él la observo largos segundos —no van a usar las fotos —murmuró.
—A decir verdad sí, las vamos a utilizar— eso la hizo sonreír— se te pagaran por ellas, pero… —borró la sonrisa —Cristin lleva tres años trabajando con nosotros —yo llevo 6 pensó —y es muy reconocida en este medio —él la miro a los ojos y se apoyó en su respaldo —te imagines lo que quiere.
—Mi cabeza —dijo con ironía, él asintió suavemente —lo entiendo.
Ahora si que quería irse, no quería romperse delante de él.
—Sé que esto no te parecerá justo, pero dadas las circunstancias lo mejor es que dejes de trabajar para nosotros —ella tomó aire y lo soltó lentamente. Bien, era una posibilidad, una muy lejana y un tanto exagerada, pero podía pasar.
El hombre suspiró.
—Conozco a Cristin —lo miró —se cómo es y lamento esto, pero con ella tenemos un contrato de mas de un año y es por ella que hemos obtenido contactos con ciertas celebridades —asintió, por qué se lo explicaba si estaba claro que para ellos Cristin, la famosa fotografía, era mas importante que ella, una asistente, por muy injusta que fuera decisión.
—Voy a sacar mis cosas —se puso de pie.
—Katy, en verdad lamento esto —ella asintió suavemente —se te dará una carta de recomendación y junto con tu finiquito se te pagara por las fotografías.
—Sí, claro —murmuró.
Luego de despedirse llego a su escritorio y se sentó. Observó alrededor sintiéndose rara. Cuando le habían dicho que estaba despedida había tenido ganas de llorar, no por el hecho sino por lo injusto de la situación, ahora, se sentía mas tranquila, como si se hubiera quitado un peso de encima. Ya era tiempo de que buscara trabajo como lo que era, Fotógrafa. Sonrió suavemente antes ese hecho.
Gloria pareció a su lado, la miró.
—¿Y? —preguntó enseguida.
—Me despidieron —dijo como si nada.
—¿Qué? —gritó ella, Katy la hizo callar —¿cómo que te despidieron?—preguntó más suavemente.
Se encogió de hombros.
—Cristin pidió mi cabeza y la obtuvo.
—Hija de la gran… —se Katy rio al oírla —no pareces triste.
—Ahora no, no puedo hacer nada así que… —volvió a encogerse de hombros.
—Lo que pasa es que estas feliz, no vas a tener que soportar a esa mujer nunca más.
—Oye —le dijo —ni siquiera había pensado en eso, un motivo más para estar bien.