Capítulo 26

 

Katy observó el rostro de Marcus mientras abría su regalo, había estado sentada entre sus piernas pero se movió para poder verlo mejor. Cuando él sonrió al ver el modelo a escala de su auto puesto sobre arena de playa dentro del rectángulo de cristal sonrió.

—Ya veo porque te recordó a mí —ella lo besó y regresó a su lugar frente a él.

Marcus dejo el automóvil frente a ambos en la mesita de centro y la abrazo.

—Gracias —le dijo al oído, luego beso su cuello.

—De nada.

Katy tomó el regalo de su madre.

—Ya sé lo que es —le dijo a Marcus.

—Tramposa —murmuró él haciéndola reír.

—Pero de todas maneras hay que abrirlo —continuo.

Sacó la vieja cámara de su funda y la tocó con cuidado, se la mostró.

¿De qué marca es? —dijo él.

—Es una Walzflex —la tocó con sus dedos —voy a ver si puedo arreglarla.

¿Crees? —preguntó él examinándola.

—Quizás —se encogió de hombros —eso vamos a verlo.

Marcus la dejó a un lado del automóvil. Ella tomó su regalo. Le quito el papel y la observó.

—¡Oh Marcus! —dijo ella —no puedo aceptarlo es… —él la calló con un beso —demasiado —susurró ella.

—Es un regalo de Santa Claus —ella lo miró y luego a la cara y moderna cámara fotográfica en sus manos —no puedes rechazarlo.

—Pero es tan cara —ella la observó y luego a él —¿cómo puedo pagártela?

Él se rio suavemente, Katy arrugó su frente.

—Pensé, qué puedo regalarle a Katy —tomó la cámara y la dejó en la mesita, luego la abrazo —un collar —movió su cabello lejos de su cuello y lo beso —no, un anillo —acaricio sus dedos y beso sus nudillos —no supe que número, sabes que tienen tallas —ella sonrió y asintió —luego pensé un automóvil —Katy negó enseguida —sería bueno para que dejara de usar su bicicleta, pero… —él jugo con sus dedos —me dije quizás lo acepte pero no lo use.

—Probablemente.

—Luego pensé en un viaje, vacaciones, pero recordé que tengo mucho trabajo y si lo hacia no podría viajar contigo —Katy rio suavemente —pensé en ropa, pero es mejor que la elijas tú.

—Pensaste en muchas cosas —él asintió y continuo.

—Entonces pensé en ropa interior —Katy ahogó una suave risa, él alzo una ceja.

—Tendrías que averiguar mi talla.

—Mm —dijo él —no tanto —llevó una mano a sus senos y los acaricio —puedo recordar esto —alejó la mano de ella mostrándole con sus dedos el tamaño de su pecho. Katy rio.

—Que divertido seria verte seleccionar ropa interior femenina con ese método —él sonrió y beso su mejilla.

—Entonces pase por fuera de una tienda y la vi —apunto la cámara —me recordó a ti enseguida, elegante y pequeña, bonita y complicada —Katy se rio con ganas y él la afirmo contra su cuerpo —pensé, es perfecta, como su futura dueña, así que la compre, y aquí esta.

—Entonces gracias —lo besó —por pensar en mi de esa manera.

—Pero… —él tomó la bolsa con la que había llegado y sacó otro paquete pequeño —pensé, yo también merezco un regalo.

Marcus le entregó el paquete y lo abrió. Katy sacó un conjunto de ropa interior de seda negra, elegante, pequeña, muy bonita. Sonrió suavemente y se puso de pie delante de él.

—Hay que ver si me queda —le dijo. Marcus asintió y solo la observó.

Primero se desnudo, solo tuvo que quitarse la camisa de Marcus, la había usado todo el día. Luego tomó el brasier y se lo puso. Apenas cubría sus pechos, incluso los apretaba y empujaba hacia arriba, el trozo de tela apenas cubría sus pezones.

—Creo que fallaste en la talla —le dijo, lo miró.

—No—él se limpio la garganta y Katy lo observó mirar sus pechos, volteo sus ojos.

—Ah, ya veo —murmuró y continuo.

Tomó la tanga y dudo por un segundo que parte iba atrás y cual adelante, cuando notó la diferencia se las puso. El trozo de tela se afirmaba con cintas a sus caderas, solo había que tirarlas para poder quitárselas.

Continúo con el portaligas y por ultimo las medias. Mientras se las ponía apoyo cada pie en el estomago de Marcus, luego las afirmo, peino un poco su cabello y lo observó. Se puso de pie como una chica en una vieja película, un poco tímida, un poco atrevida.

Marcus la miro de pies a cabeza varias veces.

—Dios, no sé por dónde empezar —le oyó decir y sonrió.

Marcus se arrodillo frente a ella, como si le rindiera tributo. Él acaricio sus piernas y jugó con el elástico de las medias, siguió por las ligas, beso su vientre y ella cerró los ojos al sentir su lengua. Luego Marcus se movió hasta su cadera, ella vio como quitaba la cinta de su tanga con los dientes, una y luego la otra. Sin dejar de verla a los ojos se la quito, la apretó en su mano y se la llevó a su nariz para oler.

—Esto ahora es mío —lo vio guardárselo en el pantalón.

—Tengo muchas en un cajón —le dijo seria. Marcus se rio con ganas y mordió suavemente su cadera.

Luego se inclinó hacia atrás para sentarse sobre sus tobillos y la observó.

—Podría verte vestida así todo el día.

—Yo no podría verte vestido así, sería raro —él volvió a reír y la miró.

—Estas intentando que olvide mi objetivo —ella se fingió alarmada.

—Por Dios, no, por favor continua, intentare mantenerme callada —él asintió de acuerdo.

—Eso espero señorita.

Él separó sus piernas y empujó su cadera hacia adelante para tener un mejor acceso a su sexo, acaricio su centro con sus labios y uso sus pulgares para abrirla. Cuando su clítoris apareció lo acaricio con su lengua, hizo círculos a su alrededor antes de chuparlo. Katy jadeo y se afirmó a él, llevó su cabeza hacia atrás por el placer. Como él continuo probándola temió caerse y se lo dijo. Marcus la llevó hacia el sofá y la recostó, luego regresó a su sexo para continuar con sus caricias.

Katy tocó su cabeza, su cabello y jadeo. El hombre era muy bueno, pensó un segundo antes de perderse por culpa de su lengua.

Él separo más sus piernas para facilitar su trabajo. Lo sintió lamerla, chuparla, morderla suavemente. Su lengua la penetró repetidas veces hasta que se retorció bajo él llamándolo con deseo.

—Marcus —gimió —por favor —él dejo de probarla y la miró. Katy observo sus ojos mas oscuros de lo normal, el dulce chocolate estaba solidificado en ellos.

Él se levantó y gateo sobre ella para besarla, Katy jadeó al sentir su sabor en su lengua, probarse en él era tan decadente, tan erótico.

Ambos movieron sus caderas, Marcus la penetró lentamente, sin detenerse, hasta que sintió sus caderas contra ella. Luego lo sintió salir casi por completo para volver a entrar profundamente una y otra vez.

Katy lo abrazo con sus piernas y agarro su cabello, sintió sus dedos tocando las medias y luego las ligas. Él empujo hacia abajo su brasier, exponiendo sus pezones y los chupo. Katy gimió y jaló de su cabello para que se alejara, lo empujó hacia su boca y lo besó con fuerza, él se alejó y empujo más rápido, más y más.

Sintió su respiración contra su cuello, cerró los ojos y lo abrazó.

—Marcus —susurró contra él.

—Katy —le respondió —Katy —empujó en ella —Katy —otra vez —te amo —susurro él contra su piel —te amo —le oyó decir y sus ojos se llenaron de lagrimas.

Abrió la boca para decirle que ella igual, pero Marcus metió su mano entre los dos para tocar su nudo. Con eso se olvido de todo, y solo él, dentro de ella, ocupo completamente su mente.