Capítulo 14
Katy observó a las personas organizar el lugar para la primera reunión que comenzaría en tres horas. Luego de conocer a los novios, un hombre alto y callado, y la mujer que seria su esposa, una mujer increíblemente hermosa, le habían indicado que debía hacer. Suspiró. Y lo único que tenía que hacer era tomar fotografías a todo el mundo, nada más.
Se encogió de hombros. Pero eso no significaba que no podía fotografiar otras cosas, como a las personas trabajando o la decoración, que al final de cuenta era muy bonita.
Vagó cerca de una hora por el lugar hasta que encontró una silla lejana para sentarse. Observó alrededor.
Marcus no la había buscado después de la reunión, y eso había sido hacia dos días. Ella tampoco lo había hecho, no sabia si él estaba de humor para verla y no quería discutir. Aun así, esos dos días lo había echado mucho de menos.
Negó y se puso de pie. Estaba ahí para trabajar, no para lamentarse. Debía dejar eso para cuando no tuviera que concentrarse en otras cosas.
En la fiesta.
— Por favor miren aquí— les pidió por doceava vez a un grupo de personas. Todas se movieron para observarla y sonreír hacia la cámara, evitó quejarse y agradeció.
Nadie de este lugar le causaba algo al fotografiarlos. Era como tomar imágenes de un grupo de rocas que fingían estar felices. A lo lejos observó un grupo de niños y se acercó a ellos, algo bueno.
Les tomó una serie de imágenes antes de continuar. Ahora debía buscar a la pareja.
No le fue difícil encontrarlos. La mujer destacaba entre todo los presentes. Era bonita y alta, su cabello rubio caía como cascada hacia la mitad de su espalda, tenía un rostro amable y dulce. Katy sonrió. Le recordaba vagamente a un ángel.
Sin acercarse tomó fotografías de ambos. Se movió alrededor y siguió. Luego de unos minutos se acercó.
—Hola— les dijo, la miraron— por favor miren aquí— ambos se movieron y comenzó a tomarles fotografías.
Los observó.
No deberían verse más felices, más juntos. Dejo de pensar en eso y siguió.
Cuando acabó la mujer le sonrió suavemente, ella les agradeció y se alejó. Hora de tomar fotografías desde lejos. Quizás así encontraría eso que faltaba en el lugar.
Lamentablemente esa tarde no halló lo que buscaba.
—¿Cómo has estado?— le preguntaron a Katy el domingo en la mañana, ella levantó la vista de su computador y observó a la novia, Skarlett, recordó.
Sonrió suavemente.
—Bien gracias— dijo, la mujer apuntó la silla a su lado— adelante.
La observó sentarse con elegancia y mirarla.
—¿Puedo ver?— preguntó, ella asintió y le mostró las imágenes que tenia.
Luego de unos minutos ella hablo.
—Me gustaría que te concentraras mas en nosotros esta noche —Katy arrugó su frente, la mujer la miró y sonrió.
—Claro —dijo confundida, habría jurado que su voz había sonado fría y amenazante, muy diferente a lo que había escuchado anteriormente.
Ella asintió.
—¿Cuánto tiempo llevas trabajando para Amor y Coincidencias?
—Un mes.
—Siempre haces esto, fotografiar fiestas y esas cosas —dudo un poco.
—También hago otro tipo de fotografías— la mujer la estudio unos segundos.
Ahí está otra vez, notó Katy, ahora pudo observar la frialdad en sus ojos.
Ella suspiró.
—Ricardo me dijo que tu podías hacer perfectamente este trabajo— asintió un poco.
—Sí, soy fotógrafa profesional.
—¿Cómo es que llegaste a trabajar a ese lugar?— otra vez era la mujer dulce.
Ella parpadeo unos segundos y respondió.
—Marcus me dijo que la empresa necesitaba un nuevo fotógrafo, acepté el trabajo— otra vez la mirada fría.
Ahora sabía que no lo había imaginado.
—Marcus— repitió ella.
Katy se tensó.
Probablemente lo adecuado hubiera sido decir el señor Barahona, pero ya no podía dar marcha atrás.
—Sí— dijo simplemente y miró el computador.
—Ya veo— ella se puso de pie— bien, nos vemos luego.
Katy la observó irse sin saber que decir. Ahora tenía una extraña sensación, como si se perdiera de algo importante.
La reunión en la noche no fue muy diferente, Katy se mantuvo aparte, solo haciendo su trabajo, fotografiando a las mismas personas y otras nuevas, a la pareja y a Skarlett. Había logrado sacar una imagen de ella cuando estuvo sentada, bebiendo un poco de champang, la imagen la mostraba bella y fría, era una de las pocas que le gustaron, por lo menos había captado algo en esos días.
Luego de que todo el mundo de fuera se despidió, deseaba regresar ese mismo día a su casa. Skarlett apareció en su habitación justo cuando terminaba de ordenar sus cosas.
—Las fotografía serán entregadas en la fecha que le indicaron— le dijo, ella asintió y se sentó suavemente en la cama.
—Me alegro— la miró— ¿tomaste muchas imágenes?— le preguntó suavemente. Asintió.
—Bastante— aseguró.
—Eso esta bien— Katy la miró sin saber que decir, cuando ella rio suavemente solo pudo arrugar su frente confundida.
—Bueno, yo venía con una idea bien clara, pero ahora no se si es correcto preguntar.
—Adelante— le dijo y se sentó en frente en una silla.
Ella la miró y asintió.
—Solo me gustaría saber como se encuentran Ricardo y Marcus— Katy arrugó un segundo su frente— los conozco desde hace años, yo estaba unos cursos mas abajo en la universidad.
—Ya veo— la mujer esperó— no es mucho lo que puedo decir, pero están bien, con mucho trabajo pero bien— ella asintió.
—Sí, recuerdo que de los dos el que mas trabajaba era Marcus, sin descanso —Katy asintió suavemente, la mujer sonrió— recuerdo que él podía pasar todo un día concentrado en una sola cosa —ella sonrió ante esa comentario y Katy arrugó su frente, luego Skarlett negó —bueno —se puso de pie y camino hacia la puerta, antes de salir la miró y le dijo como si nada— es que como no lo veo desde lo del matrimonio.
Katy se congeló y la miró.
—¿Matrimonio?— pregunto suavemente.
—Sí, bueno, paso hace tiempo, pero nos íbamos a casar— ella le sonrió— pero eso no vienen al caso, buen viaje.
Katy abrió y cerró la boca.
Marcus estuvo apunto de casarse con esa mujer, con esa rubia, alta, bonista y sofisticada mujer.
Oh, vaya.