Enumera en voz baja
las cosas importantes
de este mundo:
una persona. Un objeto.
Un paisaje. Un lugar.
Un recuerdo. Un deseo.
Tan solo lo esencial:
aquello que jamás
cambiarías por nada
ni por nadie.
Lo que no venderías
ni por una fortuna.
Lo más irrenunciable
de tu vida. Lo amado.
Recuerda:
es poco pero inmenso
lo que más nos importa.
Recuerda:
la deuda está pendiente
y he venido a cobrarla.
Recuerda:
si pones precio a lo esencial
el precio terminas siendo tú.