Capítulo 21

 

Tres meses después...

Catherine estaba en el jardín de su casa esperando a William. En dos semanas se casaría su hermano, y sabía que iba a ser muy feliz. Pero ella tenía un problema muy grande encima. Hacía solo dos días que se había enterado de que estaba embarazada. Sabía que había llegado la hora de decírselo a su padre y a su hermano. Por dios, ¿cómo se lo tomaría su hermano?

De pronto entró William en el jardín y se dirigió hacia ella. Cuando llegó la cogió entre sus brazos y la besó con pasión.

—Ya William, por favor — Catherine se separó de él y le miró con los ojos llenos de lágrimas —. Tenemos un problema.

—¿Qué ocurre? — preguntó William mientras la cogía entre sus brazos —. Me estás asustando.

—Por dios William, creo que ha llegado la hora de que le digamos lo nuestro a mi padre y a Nicholas — no podía evitarlo, las lágrimas seguían cayéndole por el rostro.

—¿Por qué? ¿Qué ha ocurrido? — William estaba desesperado, ¿qué es lo que ocurría?

—Yo... — por dios, eran tan difícil decirlo — ... estoy... yo...

—Ya mujer, dilo.

—Estoy embarazada.

William se quedó helado al escuchar la noticia. Por dios, se iba a convertir en padre.

—No te preocupes — dijo William mientras la abrazaba —. Hablaré con tu padre y nos casaremos.

—Y, ¿qué pensará mi hermano? Eres su mejor amigo — Catherine no quería decirlo, pero le preocupaba más lo que su hermano que su padre.

—No te preocupes, yo también hablaré con él.

Catherine no dijo nada y se abrazó con fuerza a él.

Nicholas estaba en la biblioteca repasando algunos asuntos de trabajo. En dos semanas se casaría, y quería dejarlo todo arreglado para irse de luna de miel. Hacía tiempo que no se ponía el traje del Lobo Negro, pero es que le había prometido a Crystal que lo dejaría. William lo había entendido y no le había importado mucho dejarlo.

Su padre todavía no entendía cómo era posible que esos bandidos hubieran desaparecido así como así. Había hecho donaciones para ayudar a esa pobre gente, pero la verdad es que sacaba más cuando era el Lobo Negro.

De pronto tocaron a la puerta sacando a Nicholas de sus ensoñaciones.

—Adelante.

La puerta se abrió y entró su hermana con los ojos llenos de lágrimas.

Nicholas se levantó del sillón y se acercó a su hermana y la abrazó con dulzura.

—Ya, ¿qué ocurre? — preguntó mientras intentaba calmarla.

—¡Oh Nicholas! No vayas a enfadarte — Catherine se separó de él —. Yo le amo.

Nicholas no sabía muy bien de qué hablaba. ¿Su hermana enamorada? Pero, ¿de quién?

—Yo... yo estoy embarazada.

Se puso a llorar con más fuerza, pero Nicholas no hizo nada, se había quedado helado. Se levantó de golpe del sillón y empezó a dar vueltas por la biblioteca.

—¡Maldita sea! — dios, ¿quién se había atrevido a hacerle eso a su hermana? —. Dime quién ha sido, dímelo.

Demonios, ahora estaba gritando. De pronto entró William en la biblioteca.

—Ahora no William, tengo un asunto muy importante que resolver — no tenía tiempo para hablar con él, tenía que averiguar quién era el padre del niño que esperaba su hermana.

—Este asunto tiene que ver conmigo — dijo William.

—¿De qué estás hablando? — no estaba muy seguro de que era exactamente lo que quería decir.

—El bebé que tu hermana espera es mío — le dijo William.

Al principio Nicholas no reaccionó. ¿Cómo era posible que William...? le miró a la cara y vio que estaba hablando en serio, que no era una broma.

Lanzó un grito de furia y le dio un fuerte puñetazo a William, dejándolo tumbado en el suelo.

—Supongo que me lo merezco — dijo William mientras se incorporaba.

Le sangraba la boca, le había partido el labio.

—¡William! — Catherine se acercó a él y le abrazó.

Todavía no se lo podía creer. ¿Cómo era posible que William le hubiera hecho eso a su hermana? Por dios, era un hermano para él, ¿cómo podía haberle hecho algo así?

—No debes ponerte así — le dijo Catherine a su hermano —. Nos vamos a casar.

—Por supuesto que lo haréis — estaba realmente furioso.

—Yo amo a tu hermana con toda mi alma — dijo William de pronto. No quería acercarse a él, era mejor dejarle que se tranquilizara —. Hablaré con tu padre y me casaré cuanto antes con ella.

Nicholas no dijo nada y vio como William y su hermana salían de la biblioteca. Su padre estaría en su despacho y seguramente irían allí.

Necesitaba salir de allí y pensar.

Crystal había ido a dar una vuelta por el lago que había en las propiedades de Nicholas. Había hecho un pequeño descanso de los preparativos para la boda. Por dios, solo quedaban dos semanas para la boda. Estaba realmente nerviosa.

De pronto escuchó que se acercaba un caballo a toda velocidad. Poco a poco fue distinguiendo al jinete, que parecía tener bastante prisa.

—¡Nicholas! — gritó Crystal mientras se tapaba la boca con las manos.

Frenó justo al lado de ella. Crystal se dio cuenta de que estaba furioso. Por dios, ¿qué habría ocurrido?

Nicholas se bajó del caballo, se acercó a ella y la besó con pasión.

—¿Qué ocurre? — le preguntó Crystal mientras intentaba separarse de él.

—Ahora no — dijo mientras la besaba en el cuello —. Ahora quiero hacerte el amor.

—Pero... — las excusas murieron cuando Nicholas la besó de nuevo.

La tumbó en la hierba y empezó a hacerle el amor con una ternura y una necesidad inaudita.

Una hora después, los dos seguían abrazados y desnudos junto al lago. Crystal sabía que había ocurrido algo, pero tenía miedo de preguntar. ¿Y sí le decía que no era asunto suyo? Por dios, iban a casarse y tenían que compartir todas las preocupaciones.

—¿Qué ocurre Nicholas? — le preguntó mientras le acariciaba el pecho —. Y no me digas que no ocurre nada, porque sé que no es cierto.

Cuando Crystal escuchó el suspiro, supo con alegría que se lo iba a contar.

—Es mi hermana.

En su voz había un tono de preocupación y de enfado. Por dios, ¿qué le había ocurrido a Catherine?

—Está embarazada.

Eso sí que nos e lo esperaba. Se incorporó sobre el pecho de Nicholas y se le quedó mirando con asombro.

—¿Cómo...? — apenas podía articular palabra —. ¿Desde cuándo Catherine está con un hombre?

—Parece ser que desde hace tiempo ya — Nicholas estaba bastante furioso —. Lo han mantenido oculto.

—¿Por qué? ¿Acaso él es una mala persona?

—No, y la verdad es que no me lo esperaba de él — parecía ser que Nicholas lo conocía.

—Tendrán que casarse.

—Por supuesto que lo harán — Nicholas se sentó y lanzó un suspiro —. Por dios santo que si no lo hace lo mato, aunque sea como un hermano para mí.

Ahora sí que se había quedado sorprendida.

—¿William?

—Sí, él.

—Pero, ¿ellos se aman? — lo importante de verdad es que esos dos se amaran.

—Parece ser que sí.

—Entonces no hay ningún problema — Crystal empezó a vestirse, tenía que volver a casa a seguir con los preparativos.

—El problema es que no sé si algún día podré perdonar a William — ahora parecía triste.

—Por supuesto que tienes que perdonarle y darle la bienvenida a la familia — por dios, era impensable que no volvieran a ser amigos —. Ahora más que nunca será tu hermano.

Nicholas también empezó a vestirse. Crystal se imaginó que estaría pensando en lo que le había dicho.

—Puede que tengas razón — dijo al fin —. Pero lo que no entiendo es por qué no me dijo que amaba a mi hermana, por qué me lo ocultó. Yo hubiera sido feliz, no hubiera deseado un hombre mejor para mi hermana.

—Bueno, eso tienes que hablarlo con él — Crystal se puso de puntillas y le dio un pequeño beso en los labios —. Tengo que irme, se me hace tarde.

—Sí, yo también tengo que volver — Nicholas la cogió entre sus brazos —. Gracias, me has ayudado mucho. Te amo.

—De nada, yo también te amo.

Nicholas se subió a su caballo y se dirigió hacía su casa.

Crystal estaba contenta por su amiga, pero también estaba sorprendida. ¿Desde cuándo estarían juntos esos dos? Era un gran misterio. Ni Angeline ni ella se habían dado cuenta jamás. Los había visto juntos y no había notado nada. Por dios que habían hecho un buen trabajo para ocultar esa relación. En fin, esperaba que Nicholas se reconciliara con su amigo, esos dos se querían de verdad como hermanos.

William estaba contento, al final todo había salido bien. Se casarían en una boda doble con Nicholas. Al principio Thomas se había enfurecido, pero después de que William le dijera que amaba a su hija con toda su alma y que tenía intenciones de casarse, las cosas habían cambiado. Thomas le había dado la bienvenida a la familia.

Estaban en el jardín y Catherine todavía parecía preocupada.

—¿Por qué sigues preocupada? Todo ha salido bien — le dijo William mientras la abrazaba.

—Con mi padre sí — dijo Catherine mientras le miraba a los ojos —, pero con mi hermano ha sido diferente.

Catherine le tocó con suavidad el labio partido. La verdad es que William no estaba preocupado, eran amigos desde hacía muchos años y sabía que su amistad no se iba a perder por eso. Quizás durante unos días estuviera enfadado con él, pero sabía que con el tiempo volverían a estar como antes.

—No debes preocuparte tanto — le dijo mientras le cogía la mano y se la besaba —. Ya verás que con el tiempo todo volverá a ser igual.

—¿Tú crees?

—Ya verás como sí.

Catherine se abrazó a él y notó que ya parecía más tranquila.

Nicholas entró en el despacho de su padre. Parecía ser que William y su hermana ya habían terminado de hablar con él.

—Y bien, ¿qué ha ocurrido? — le preguntó a su padre mientras se sentaba frente a él.

—Se casarán el mismo día que tú en una boda doble — Thomas parecía preocupado por algo — ¿Sabías lo de William y tú hermana?

—No, no sabía nada.

—Me imagino que su labio partido ha sido cosa tuya — le dijo su padre.

—Sí, me enfurecí mucho — Nicholas se levantó dela silla y empezó a dar vueltas por la sala —. Ya estoy más calmado, supongo que tengo que hablar con él.

—Sois amigos desde hace mucho tiempo y ahora va a formar parte de la familia — Thomas se levantó de la silla y se acercó al ventanal que había detrás de él —. Debes hablar con él y arreglar las cosas.

—Sí, supongo que sí — Nicholas pensó que ese era el mejor momento —. Iré a ver si lo encuentro en su casa.

—Pásate primero por el jardín — le dijo su padre mientras se daba la vuelta —. Creo que quizás esté allí.

Nicholas salió del despacho de su padre y se dirigió hacía el jardín. No llegó al jardín, ya que en ese momento su hermana y William entraban del jardín y se dirigían hacía la puerta.

—Tengo que hablar contigo — le dijo Nicholas a William cuando llegó a su altura. Miró a su hermana y vio miedo en sus ojos —. Te esperaré en la biblioteca.

Él no le iba a hacer daño a William, sólo quería hablar con él civilizadamente sin peleas. Todavía no sabía por qué motivo se lo había ocultado y eso era lo que quería averiguar.

William se había dado cuenta de que Catherine estaba asustada.

—No debes preocuparte Catherine — le dijo mientras le daba un pequeño beso en los labios —. Sabíamos que tarde o temprano teníamos que hablar.

—Lo sé, pero...

—Pero nada — volvió a darle otro beso en los labios y se dirigió hacía la biblioteca —. Si quieres espérame aquí.

Catherine no dijo nada, solamente afirmó con la cabeza y se sentó en el sillón.

Siguió subiendo las escaleras en dirección a la biblioteca, y una vez que llegó a la puerta se quedó unos segundos quieto. No estaba seguro de lo que iba a pasar, pero esperaba que Nicholas le entendieran y volvieran a ser amigos.

Tocó a la puerta y esperó la contestación al otro lado. Cuando la obtuvo, William abrió la puerta y entró con decisión.

—Pasa y siéntate — le dijo Nicholas.

William se sentó en una de las butacas que había frente a él. Suponía que le iba a pedir que le contara todo lo ocurrido.

—Lo primero que quiero saber es por qué — Nicholas parecía dolido — ¿Por qué tuviste que ocultarme la relación?

—Bueno, la verdad es que no sabía cómo ibas a reaccionar — dijo William encogiéndose de hombros —. Aunque nosotros éramos amigos, ella era tu hermana pequeña y...

—Tenías miedo de que no aprobara la relación — dijo Nicholas por él.

—Así es.

—Tenías que haber sabido que jamás me hubiera opuesto a esa relación — Nicholas hizo un pausa y después continuó — ¿Cuándo te declaraste a ella?

—Fue al día siguiente del baile de su presentación en sociedad — empezó diciendo Will.

Una hora después William y Nicholas volvieron a ser los amigos de siempre.

Salieron de la biblioteca riendo con ganas. William le dijo que Catherine estaba abajo esperando el resultado de esa entrevista y que parecía bastante preocupada.

Cuando bajaron a la sala la encontraron dando vueltas con bastante nerviosismo.

—¡Catherine! — cuando escuchó su nombre, se dio la vuelta con rapidez.

Primero echó una mirada a su hermano, pero en su rostro no veía nada que pudiera darle una pista sobre cómo había ido la entrevista. Luego miró a William y vio que le sonreía con dulzura.

—¡Oh Nicholas! — Catherine se echó a los brazos de su hermano —. No quiero que estés enfadado, nos amamos de verdad y...

—Shhh... — Nicholas la apartó de sí y le puso un dedo en los labios —. Todo está bien ahora.

—¿Eso quiere decir que ya no estás enfadado? — Catherine miró primero a uno y después a otro —. ¿Vas a aceptar a William en la familia?

—Sí, eso es exactamente lo que quiero decir.

—¡Oh!

Catherine no pudo remediarlo, se sentó en el sofá y se puso a llorar a moco tendido. William se acercó a ella y la abrazó tratando de calmarla.

Cuando Catherine se calmó y levantó la mirada, vio que su hermano ya se había ido.

—Tenía cosas que hacer.

—¡Oh William! Me alegro tanto de que se haya arreglado todo — dijo mientras lo besaba.

—Sí, yo también estoy contento.

Se quedaron un rato más abrazados, hasta que William dijo que tenía que irse. Tenía que decírselo a sus padres.

Catherine tenía que darse mucha prisa para tener su vestido a tiempo para la boda.