NOTAS:
[1])- La existencia de la clarividencia y de la telepatía como la de otros fenómenos metapsíquicos, se encuentra comprobada por la mayor parte de los biólogos y de los médicos. Esta actitud de los médicos no puede ser vituperable porque estos fenómenos son fugitivos y no se producen a voluntad. Se engarzan en la masa inmensa de las mentiras, de las supersticiones y de las ilusiones de la humanidad. Aunque hayan sido señalados en todos los países y en todas las épocas, la ciencia les ha vuelto la espalda. Sin embargo, la observación nos demuestra que constituyen una actividad normal, aunque rara, del ser humano. El autor comenzó estos estudios, cuando era un alumno joven de medicina. Se interesó en ellos de la misma manera que se interesó en la fisiología, en la química y en la patología. Tuvo ocasión de examinar algunos de sus aspectos. Comprendió, después de mucho tiempo, la insuficiencia de las técnicas empleadas por los especialistas de investigaciones psíquicas, las sesiones donde los mediums profesionales aprovechan el “amateurismo” de los experimentadores. Ha hecho experiencias propias y observaciones propias también. Ha utilizado en este libro los conocimientos que ha adquirido por sí mismo y no por opinión de los otros. La metapsíquica no difiere de la psicología ni de la fisiología. Su aspecto poco ortodoxo proviene de que es mal conocida. Se ha ensayado, sin embargo, con un éxito desgraciadamente modesto, aplicar a su estudio procedimientos científicos. La Society for Psychical Research fue creada en Londres en 1882, bajo la presidencia de Henry Sidgwick, profesor de filosofía moral de la Universidad de Cambridge. Un lnstitut lnternational de Métapsychique, reconocido de utilidad pública en 1919 por el Gobierno francés, se ha organizado en París, bajo los auspicios del gran fisiólogo Richet, descubridor de la anafilaxia, y también de un sabio médico Joseph Teissier, profesor de medicina en la Universidad de Lyon. Su Comité de administración cuenta entre sus miembros con un profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de París y muchos otros médicos. Su presidente, Charles Richet, ha escrito un tratado de metapsíquica. El Instituto publica la Revista Metapsíquica. En los Estados Unidos esta rama de la psicología humana no ha atraído de modo alguno la atención de las instituciones científicas. Sin embargo el departamento de psicología de le Duke University ha emprendido ciertas investigaciones respecto de la clarividencia bajo la dirección del doctor Rhine.
[2])- Aunque la actividad mística haya representado un papel importante en la historia de la humanidad, nos es difícil adquirir un conocimiento aun parcial de esta forma, hoy día rara, de nuestras funciones mentales. Ciertamente la literatura concerniente al ascetismo y a la mística es inmensa. Los escritos de los grandes místicos cristianos están al alcance de todos. Se encuentra, a veces, aún en la Ciudad Nueva, hombres y mujeres que son centros de actividad religiosa. Pero, generalmente, los místicos se encuentran fuera de nuestro alcance, en los monasterios. O bien se encuentran ocupados en las labores más humildes y son, por ende, completamente ignorados. El autor comenzó a interesarse en el ascetismo y en la mística en la misma época en que empezó a interesarse en los fenómenos metapsíquicos. Ha conocido místicos y santos. No vacila, pues, en mencionar la existencia del misticismo en este libro, ya que ha observado sus manifestaciones. Pero sabe que la descripción de esta forma de nuestra actividad mental no dejará satisfechos ni a los hombres de ciencia, ni a los hombres de la Iglesia. Los sabios considerarán su tentativa como pueril o loca. Los eclesiásticos como inconveniente y abortada, porque los fenómenos místicos no pertenecen sino de manera indirecta al dominio de la ciencia. Unos y otros tendrán, en parte, justicia. Sin embargo, es imposible no situar el misticismo entre las actividades humanas fundamentales.
[3])- En los Estados Unidos - Cifras de 1935 (N. del T.)
[4])- Las curaciones milagrosas se producen rara vez. A pesar de su pequeño número prueban la existencia de procesos orgánicos y mentales que ignoramos. Manifiestan que ciertos estados místicos, tales como el estado de plegaria, poseen efectos muy definidos. Que son hechos irreductibles que es preciso tomar en cuenta. El autor sabe que los milagros están tan lejos de la ortodoxia científica como lo está, la misticidad. Su estudio es más delicado aún que el de la telepatía y de la clarividencia. Pero la ciencia debe explorar todo el dominio de lo real. El autor se ha esforzado por conocer procesos de curación de enfermedades de este género por la misma razón que se ha esforzado en conocer los procesos habituales. Comenzó estos estudios en 1902 en una época en que los documentos eran escasos y en que era muy difícil para un médico joven y peligroso incluso para su carrera futura ocuparse de tal tema. Hoy día, todo médico puede observar los enfermos conducidos a Lourdes y examinar las observaciones contenidas en los archivos del “Bureau Médical”. Una asociación médica internacional que cuenta con numerosos adherentes se interesa especialmente en estas curaciones. La literatura que se extrae de aquí es bastante grande. Los médicos se preocupan mucho del asunto. Multitud de casos de curación han sido objeto en la “Societé de Médecine de Bordeaux” de discusiones en las cuales han tomado parte médicos eminentes. Por último, el comité “Medicina y Religión” de la Academia de Medicina de Nueva York, presidido por el Dr. Frederic Peterson, ha juzgado útil enviar a Lourdes a uno de sus miembros con la misión de darle todos los datos sobre los hechos observados.
[5])- Recuérdese que el texto fue escrito en 1935 (N. del T.)
[6])- Éste era el estado de la ciencia en 1935. Hoy, como se sabe, los trasplantes son posibles. En parte, por cierto, gracias a los trabajos del propio Alexis Carrel, a quien debemos, por ejemplo, el desarrollo de técnicas muy perfeccionadas en materia de sutura de vasos sanguíneos. (N. del T.)
[7])- Bergson, Henri, Evolution Créatrice p.11
[8])- Obviamente, este era el estado de la ciencia médica en 1935. Desde entonces, afortunadamente para muchos pacientes, se ha avanzado significativamente en la materia. (N. del T.)
[9])- Georges Dumas, Traité de Psychologie, 1924, t.II, Libro III, Capítulo III, p. 575.
[10])- Nuevamente: recuérdese que el autor se refiere al estado de la ciencia médica en 1935. A pesar de que el cáncer sigue siendo una de las enfermedades más serias y graves, afortunadamente tenemos más medios y recursos para combatirlo y - sobre todo - para detectarlo a tiempo. (N. del T.)
[11])- Los límites psicológicos del individuo en el espacio y en el tiempo no son evidentemente sino suposiciones. Pero las suposiciones, aún cuando sean extrañas, resultan cómodas para agrupar hechos que siguen siendo, por el momento, inexplicables. Su objeto es sencillamente provocar nuevas experiencias. El autor se da cuenta, con la mayor claridad, de que sus conjeturas serán consideradas heréticas, tanto por los materialistas como por los espiritualistas; por los vitalistas como por las mecanicistas. Se da cuenta, incluso, que el propio equilibrio de su cerebro será puesto en duda. Sin embargo, no pueden dejar de tomarse en cuenta hechos concretos sólo porque nos parecen oscuros. Es preciso, al contrario, estudiarlos. La metapsíquica nos dará quizás, sobre la naturaleza del ser humano, datos más importantes que la psicología normal. Las sociedades de investigación psíquica y, en particular, la sociedad inglesa ha atraído sobre la clarividencia y la telepatía la atención del público. Ha llegado el tiempo de estudiar estos fenómenos fisiológicos; pero las investigaciones metapsíquicas no deben ser emprendidas por amateurs, aunque estos amateurs sean, a la vez, grandes físicos, grandes filósofos o grandes matemáticos. Para los sabios ilustres, como Isaac Newton, William Crookes u Oliver Lodge resulta peligroso salir de sus dominios y ocuparse de la teología o del espiritismo. Sólo los médicos que posean un profundo conocimiento del hombre, de su fisiología, de sus neurosis, de su aptitud para la mentira, de su susceptibilidad para la sugestión, de su habilidad en la prestidigitación, pueden considerarse calificados para estudiar estos hechos. Y las suposiciones del autor, respecto de los límites espaciales y temporales del individuo, inspirarán, así lo espera, no fútiles discusiones, sino experiencias hechas, por los técnicos de la fisiología y de la física.