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La devoción celestial y las delicias terrenales conviven en San Polo y Santa Croce. El antiguo barrio chino ahora alberga estudios de artesanos y restaurantes con productos frescos del mercado de Rialto. Además de la maravillosa virgen de Tiziano en I Frari y los turbulentos Tintorettos de la Scuola Grande di San Rocco, los museos palaciegos del Gran Canal exhiben moda y videoarte.
Lo mejor en un día
Se comienza la mañana entre las obras maestras de la Scuola Grande di San Rocco (Clicar), y luego se disfruta del resplandor de la Assunta de Tiziano en I Frari (Clicar). Hay que curiosear por las boutiques de artesanos en callejuelas hasta el mercado de Rialto (Clicar), con sus brillantes pulpos morados y sus radicchio rojos. Si se tiene hambre, se para en All’Arco (Clicar) para tomar unos cicheti (tapas venecianas) elaborados con lo que ofrece el mercado de Rialto.
Después de contemplar cuatro siglos de moda de vanguardia en Fondazione Prada (Clicar) y Palazzo Mocenigo (Clicar), se va a Alaska (Clicar) y se celebrar la libertad con asombrosos helados. Hay que emular a Marco Polo y seguir los senderos de exploradores venecianos en el Museo di Storia Naturale (Clicar).
Al atardecer, hay que saborear las delicias de la naturaleza con vinos ecológicos en Al Prosecco (Clicar), pasearse por el laberíntico y antiguo barrio chino de Venecia hasta Antiche Carampane (Clicar) para cenar, o para un romántico concierto en el palacio de recreo de Palazetto Bru Zane (Clicar).
Para pasar un día en San Polo como un veneciano, véase Clicar.