El Paseo
Antes que pintores, divas de ópera o dux, en Venecia había pescadores y vendedores de comestibles en el Rialto, cantando las alabanzas de sus mercancías. Hoy, la cocina que inspiraron llena este rincón de Venecia con deliciosas propuestas. Este circuito a pie se propone descubrirlas.
Inicio Mercado de Rialto
Final Al Prosecco
Distancia 3,25 km; dos horas
Una pausa
Entrar en All’Arco (Mapa, G3; 041 520 56 66; Calle dell’Ochialer 436; cicheti 1,50-4 €; 8.00-15.30 lu-sa, además 18.00-21.00 abr-oct, cerrado jul y ago; Rialto-Mercato) para tomar los mejores cicheti de la ciudad. Se puede pedir una fantasia, y los chefs Francesco y Matteo, padre e hijo, inventarán un plato con ingredientes que uno acaba de ver en el mercado.
RICHARD GOERG / GETTY IMAGES ©
Mercado de Rialto
Un viaje por la historia gastronómica comienza en este mercado (Clicar), con su techada Pescaria, donde los pescadores colocan artísticamente la captura del día.
Drogheria Mascari
Se pueden atisbar los tesoros de la ruta comercial que hizo la fortuna de Venecia en este escaparate culinario (Clicar). Pirámides de especias adornan las vitrinas mientras los dulces especialidad de la casa se despachan desde tarros de boticario.
Aliani
El jamón San Daniele y el queso Taleggio en Aliani son recordatorios de que la fama del Véneto no se basó solo en el marisco y las especias.
Cárte
Se camina hacia el noroeste hasta este diminuto estudio-’boutique’ (Clicar) para hojear álbumes de recetas de papel jaspeado y probarse fascinantes anillos de papel.
Veneziastampa
Se cruzan un par de puentes hasta oler la tinta en las cartas impresas y los exlibris para libros de cocina en Veneziastampa.
Museo di Storia Naturale di Venezia
Aquí están los nombres científicos de las criaturas de la laguna que uno ha visto en el mercado, en el museo de historia natural (Clicar) de Venecia, situado en un palacio del Gran Canal. Está lleno de curiosos ejemplares, pero lo más destacable es la arquitectura hecha a base de conchas y espinas de pescado.
Riva di Biasio
Pasear por este soleado sendero del Gran Canal al parecer llamado así por el carnicero Biagio (Biasio) Cargnio del s. XVI, cuyas salchichas contenían un ingrediente especial: niños. Cuando lo descubrieron, a Biasio lo ahogaron.
Alaska
Ahora que ya hay algo de apetito, se puede probar una especialidad local. Para los venecianos no hay nada como el helado de pistacho tostado, hecho a mano y orgánico, de Alaska (Clicar).
Al Prosecco
En las inmediaciones de Campo San Giacomo dell’Orio entran ganas de celebrar la happy hour, pero las aventuras gastronómicas merecen un brindis de prosecco (vino espumoso) de proceso natural en Al Prosecco (Clicar).