El paseo
Por donde se han paseado duques y dignatarios durante siglos, uno puede ahora hacerlo en este circuito real de San Marco.
Inicio Piazzetta San Marco
Final I Rusteghi
Distancia 2,5 km; 1 ¼ horas
Una pausa
Comer y beber como la realeza en I Rusteghi (Mapa, F1; 041 523 22 05; www.osteriairusteghi.com; Corte del Tentor 5513; minipanini 2-5 €; 10.30-15.00 y 18.00-23.30 lu-sa; ; Rialto), con bandejas de prosciutto y Amarone tan rojo oscuro y potente como la capa de un dux.
ALESSANDRO GUERANI PHOTOGRAPHY / GETTY IMAGES ©
Columnas de San Marcos
Los venecianos aún pasan a toda velocidad junto a estos pilares de granito, lugar de ejecuciones públicas durante siglos.
Palazzo Ducale
Se pasa junto a la loggia del Palacio Ducal (Clicar), donde los castigos se anunciaban públicamente antes de ser fijados sobre la puerta del palacio.
Plaza de San Marcos
En la plaza de San Marcos (Clicar), darle la espalda a la basílica de San Marcos (Clicar) para situarse frente al Ala Napoleonica, el palacio por cuya construcción Napoleón arrasó la iglesia de San Geminiano. Hoy alberga la entrada al Museo Correr (Clicar); el museo ocupa las plantas superiores de la Procuratie Nuove diseñada por Scamozzi y completada por Lon-ghena. La arcada de la derecha que flanquea la piazza es la Procuratie Vecchie del s. XVI de Mauro Codussi.
Chiesa di Santa Maria del Giglio
Se toma la Calle Larga XXII Marzo hacia esta iglesia (Clicar) barroca, con mapas esculpidos que representan los estados vasallos de Venecia c. 1678-1681.
Chiesa di Santo Stefano
Más al oeste, el campanario de Santo Stefano (Clicar) del s. XV, se inclina 2 m, como si hubiese bebido demasiado spritz.
Cerca, los portales góticos de mármol de Bartolomeo Bon adornan la Chiesa di Santo Stefano de ladrillo.
Teatro La Fenice
Se sigue Calle Caotorta hasta el Teatro La Fenice (Clicar), doblando a la izquierda por Calle dei Assassini. Aquí aparecían cadáveres con tanta frecuencia que en 1128 Venecia prohibió las gruesas barbas que los asesinos llevaban como disfraz.
Palazzo Contarini del Bovolo
Besarse en campi (piazzas) es un pasatiempo tan veneciano que sorprende que los dux no le pusieran impuestos: pero mejor hacerlo en el patio del renacentista Palazzo Contarini del Bovolo (Clicar) por privacidad.