DÍA TREINTA Y UNO
Hoy no he ido al zoológico.
Durante todo el día he copiado sin cesar palabras sobre el papel. Desde la hora del almuerzo hasta ahora que está empezando a oscurecer. El dolor de mi mano se ha hecho intenso, pero no he tomado píldoras contra el dolor y, al cabo de un rato, incluso parece que lo he olvidado. De hecho había —¿cómo lo diría?— algo gratificante en la experiencia de estar sentado en mi pupitre, con la mano y la muñeca doloridas, copiando palabras en una hoja de papel. He terminado mi Diario hasta el día veintinueve, y aunque estoy grabando esto ahora, en la grabadora de voz, me siento ansioso por tomar papel mañana y volver a la tarea de copiar las palabras.
Hay algo que no dejará de martillarme en mi mente. Es la frase «Memorizar mi vida» que la mujer de la Casa de los Reptiles me dijo el otro día. Al escribirla como he hecho hace aproximadamente una hora, pude ver algo en las palabras, algo que me llevó un momento comprender enteramente. Lo que yo mismo estaba haciendo era memorizar mi vida. Poner estas palabras sobre el papel, a diferencia de sólo leerlas y grabarlas, era un acto mental —lo que la mujer llamaba «memorizar». Detuve mi trabajo después de haber escrito las palabras «Memorizar mi vida», y decidí hacer una cosa. Tomé el Diccionario y repasé todas las páginas hasta que encontré todas las palabras que empezaban con la letra «M» y, luego, empecé a repasarlas todas. Al cabo de un rato me di cuenta de que había una especie de pauta, porque las palabras que empezaban con una «M» seguidas por una «E» estaban todas juntas. Examiné ese grupo de palabras hasta que, finalmente, después de buscar bastante, descubrí la palabra «memorizar». Y ésta era la definición dada: Aprender de memoria, y ¡qué extraño era!, aprender de memoria. No podía entenderlo. Y, sin embargo, la palabra «corazón»1 parece correcta, ya que sé que mi corazón siempre ha latido. Siempre.
Nunca me ha parecido ver y oír y pensar tan claramente. ¿Puede ser porque no he utilizado drogas hoy? ¿O es este acto de escribir? Ambas cosas son tan nuevas y han llegado tan unidas que no puedo estar seguro de cuál es. Resulta extremadamente extraño sentirse así. También produce regocijo, pero la sensación de riesgo es casi aterradora.