Doris Jannausch
Dos paquetitos en el saco
Se había hecho tarde. Santa Claus había repartido sus regalos. Había andado subiendo y bajando escaleras. Ahora estaba cansado. Grandes copos blancos de nieve danzaban en el aire, se posaban en su barba y se fundían. Santa Claus se cubrió las orejas con la capucha y se alegró de tener el saco vacío por fin. Pero ¿qué es esto? Quedaban aún dos paquetitos.
—Para Azu —estaba escrito en uno—, para Kerim —en el otro.
Los niños Azu y Kerim vivían en la parte vieja de la ciudad. Hace unos años que han venido de muy lejos, de Turquía. En Turquía no hay Santa Claus. En realidad, ellos esperaban a su tío Osmin, que quería visitarlos por navidad. El viaje en tren duraba muchas horas. Esto lo sabía Santa Claus y pensó para sí:
—¿Por qué no puedo dar una alegría a los niños de Turquía?
Subió la gastada escalera y llamó al timbre. La madre de Azu y Kerim, abrió la puerta. Y como no sabía cuál era el aspecto actual del tío, preguntó:
—¿Eres tú el tío Osmin?
—No, yo soy Santa Claus y vengo a ver a Azu y Kerim.
Sacó los paquetes del saco y se los dio a la mujer. Entonces llegaron los niños corriendo.
—¡Tío Osmin, tío Osmin! ¿Nos has traído algo? —gritaron excitados.
—No soy el tío Osmin. Soy Santa Claus y os traigo algo.
Los niños abrieron los paquetes y se asombraron mucho. Dentro había justamente lo que deseaban. Un libro de cuentos en idioma turco para Azu y una caja de construcciones para Kerim. Además muchos dulces para ambos.
—¡Ven, siéntate! Mamá te preparará pan con miel —dijo Azu. Pero Santa Claus negó con la cabeza y dijo:
—No puede ser, por desgracia. Debo marcharme, porque tengo aún un largo camino que hacer.
—¡Ohhhhh! —exclamaron los niños decepcionados.
—El próximo año vendré de nuevo —les prometió. Se despidió de ellos dándoles un sonoro beso en la punta de la nariz.
—¡Tesekur! —gritaron Azu y Kerim corriendo tras él.
—¡Tesekur, tío Santa Claus! —Esto en turco quiere decir muchas gracias.
Cuando por fin llegó el tío Osmin, los niños le contaron lo sucedido. Él arrugó la frente diciendo:
—¿Santa Claus? —No tenemos ningún Santa Claus en la familia. Tiene que ser un error.
Cómo podía saber él, que Santa Claus visita a todos los niños.
Por el contrario, tampoco sabemos nosotros todas las tradiciones que hay en Turquía.