Irina Korschunow
No quiero ser vigilante
Me llamo Juan Carlos. Soy el más pequeño de la clase. Todos los demás son mayores y más fuertes. El más fuerte es Götz Landau. A ese le tengo rabia porque piensa que tengo que achantarme siempre ante él. Constantemente me pone la zancadilla y me empuja. Hasta me ha quitado mi nueva goma de borrar.
—Cállate pequeñajo —me dice cuando me quiero defender—, cierra el pico o si no recibirás una bofetada. —¡Si yo pudiera darle una a él! Hace mucho tiempo que lo estoy deseando. Por eso me he presentado cuando el señor Wolf, nuestro maestro, ha pedido un vigilante. El Sr. Wolf entró en clase por la mañana y dijo: —Tengo que dejaros solos un rato, y para que no pase nada malo, uno de vosotros tiene que responsabilizarse como vigilante. ¿Quién quiere hacerlo?
Uwe Bank y Anke Hobe levantaron la mano al mismo tiempo. Yo también. —Vigilante —pensé—. Fenómeno, así podría pararle los pies al fanfarrón, pero seguro que no me elige a mí.
Pero el señor Wolf me eligió. —Juan Carlos, tú —dijo.
Yo me levanté y me coloqué junto a él.
—Bueno, Juan Carlos es mi representante —dijo—, tenéis que obedecerle, ¿habéis comprendido?
Los demás asintieron. El señor Wolf es bastante severo y nadie le contradice. Y ahora había dicho que tenían que obedecerme. Götz Landau se iba a enterar. Pero el señor Wolf añadió algo más.
—Si alguno habla, Juan Carlos —dijo— escribe su nombre en la pizarra, ¿de acuerdo?
¿Escribir su nombre en la pizarra? Pensé que no le había oído bien. Eso era delatar. Nunca he delatado a nadie, ni siquiera al vulgar Götz Landau. Me parece que delatar es algo vergonzoso.
—Portaos bien —dijo el señor Wolf—, se dio la vuelta y se dirigió a la puerta. En ese mismo momento corrí tras él y le dije: —Señor Wolf, no quiero ser vigilante.
El señor Wolf me miró extrañado.
—No sabes lo que quieres, eh —gruñó. Y así, Anke Hobe fue el vigilante.
Me he enfadado un poco. Habría escrito con gusto el nombre de Götz Landau en la pizarra. Hubiera podido vengarme una vez. Ahora tengo que esperar, hasta que crezca un poco.
Mi padre dice que eso sucede de golpe, que a él le pasó igual. Yo espero que sea pronto.