Capítulo XVI
Unas horas más tarde, y casi al mismo tiempo, los dos hombres se despertaron. Antes de ponerse en marcha —¡qué optimistas!— para que yo pueda seguir contando sus aventuras en lugar de dejarlos allí para que la espicharan, hicieron un inventario de cuanto poseían:
Fissile:
- Una cartera de tafilete conteniendo 200.000 francos en billetes de banco, 100.000 francos en bonos del Estado al 4,25%, diez cheques al portador del Banco de Francia, dos fajos de letras del tesoro pertenecientes a Minoff.
- Un traje - una camisa de cuello duro azul - una corbata amarilla con rayas negras - un par de calcetines - una par de zapatos bajos marrón con suela de goma.
- Un revólver cargado con seis balas.
- Una navaja automática.
- Una rucksack[7] con cinco galletas, un termo con treinta centilitros de agua y una lata de atún.
- Cinco monedas de 1 franco, dos de 0,25 y tres de 0,10.
- Un pañuelo con iniciales bordadas.
- Veinte metros de bramante.
- Una estilográfica Waterman roja.
- Una cajetilla de Maryland amarilla con sólo tres cigarrillos.
Hazard:
- Una levita - unos pantalones de cuadros negros y blancos - una camisa con el cuello descosido - un lazo negro - unos calzoncillos largos - dos pares de calcetines puestos dentro uno del otro - un par de borceguíes de soldado.
- Un par de tirantes (elásticos).
- Un par de gafas (de concha).
- Un par de pipas (de brezo).
- Una caja de cerillas - fósforos normales (quedan doce).
- Una caja de cerillas - fósforos tipo suecos (quedan quince).
- Una caja de cerillas - azufradas (quedan siete).
- Una browning cargada con cuatro balas.
- Una linterna eléctrica con pila.
- Una linterna eléctrica sin pila.
- Un morral con un kilo de arroz, un kilo de guisantes majados y un kilo de harina de centeno.
- Un bastón de ébano muy sólido.
- 12 francos con 50 en calderilla.
- Una moneda de 10 dracmas griegos.
- Un escalpelo.
- Un frasquito con éter.
- Una caja con alfileres.
- Una navaja suiza.
- Un cepillo de dientes.
- Un traje de baño.
- Un saquito con azufre.
- Dos botones de pantalón.
- Un cuentagotas.
- Trece sobres.
- Una libreta con fórmulas matemáticas.
- Una punta de flecha ósea (época magdaleniense).
Fissile a Hazard: «Continuemos, si le parece bien, hay aire de sobra y la temperatura del camino es agradable como barcas de pesca. Los pinzones cantan, cuac, cuac».
Hazard a Fissile: «Vociferas como un sobre rasgado —por emplear tu mismo lenguaje, lo que puedo hacer como nadie, si me empeño—. Sigamos por ese túnel y vayamos a ver qué hay al otro lado».
El segundo al primero: «Sin embargo, tanto aquí como al otro lado, lo que hay son sagrados pinzones».
Penetraron entonces por una especie de corredor por el que tuvieron que caminar a cuatro patas durante cuatro horas; luego, el corredor se estrechaba tanto que era preciso arrastrarse. Hazard iba abriendo la marcha y Fissile lo seguía, desengañado. De repente Hazard se dio cuenta de que su cabeza había salido del túnel y unas gotas de agua salpicaban sobre su cara: se encontraba casi al mismo nivel que una superficie de agua subterránea. Se zambulló y se puso a nadar en medio de la oscuridad; Fissile hizo exactamente lo mismo, o si no lo hizo, hizo algo parecido. Nadaron durante una hora y al final llegaron a una orilla. Hazard sacó su linterna y alumbró.