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Palacio Real, La Tríada
Ciudad de Tharkad, Tharkad
Distrito de Donegal, Mancomunidad Federada
5 de noviembre de 3061
Tras la conclusión del Consejo de Señores, Victor rodeó la mesa de ComStar y cruzó la sala en dirección a la delegación del Condominio para estrechar la mano de Theodore.
—Te felicito por haber sido elegido Primer Señor de la Liga Estelar.
Theodore sonrió.
—Y gracias a ti por haber aceptado con tanta rapidez el liderazgo de las Fuerzas de Defensa de la Liga Estelar.
—Me he sentido muy honrado por la nominación. —Victor alargó una mano para acariciar el brazo de Omi—. Os pido disculpas a todos vosotros por haberos decepcionado.
Kai se acercó a estrechar la mano de Victor.
—Me alegro de verte aquí, Victor, pero ¿cómo has llegado tan rápido? Ni siquiera por cable habrías podido llegar aquí desde Luthien en respuesta a nuestro mensaje.
—Tienes razón. La verdad es que llegué aquí antes que todos vosotros. —Hizo una mueca y sintió que se le endurecían los músculos del estómago—. Cuando vino a verme el Capiscol Marcial a Komadorishima, empezaba a sentirme incómodo con mi retirada de la vida normal. En parte había acudido allí para alejarme de las ataduras de mi antigua vida, pero en parte la añoraba. Cuando apareció el Capiscol Marcial, mantuvimos largas conversaciones. Hohiro, tú y Kai y yo habíamos especulado con la posibilidad de que estuviera preparando a uno de nosotros para sucederle. Todos pensábamos que había que encontrar a un hombre clave para tratar con los Clanes, y teníamos razón, él lo era, pero él miraba más allá.
Victor sintió las manos de Focht sobre los hombros.
—Yo estaba buscando a alguien que pudiera perpetuar el espíritu de la nueva ComStar. Cuando secularizamos la organización, nos acercamos mucho a lo que habían sido las antiguas FDLE. Éramos una fuerza que podía utilizarse para intervenir en situaciones desagradables…, quizá sí que manteníamos la paz, pero los guerreros tenían que luchar cuando aparecía una amenaza como la de los Clanes. Con la reforma de la Liga Estelar y la refundación de las FDLE, obtuvimos una organización paralela. Buscaba a alguien con el juicio y la destreza necesarias para dirigir una fuerza neutral y utilizarla para mantener la estabilidad de la Esfera Interior. Cualquiera de los tres habría sido un candidato adecuado, pero sólo Victor estaba libre de más responsabilidades.
Hohiro sonrió.
—Y fue la mejor opción.
—Gracias, Hohiro. —Victor ahogó un ataque de tos con la mano—. El Capiscol Marcial me puso al corriente de sus planes para el futuro y acepté la oferta de sucederlo. Kai, como tú dijiste que intentarías que me enviaran una nueva carta de felicitación, grabamos el principio y el final del mensaje en Komadorishima. La parte del medio, que se refiere al texto de la nota, lo grabamos en las instalaciones de ComStar ayer mismo. Hoy hemos juntado todos los trozos para retransmitirlo.
Omi se le quedó mirando.
—¿Y el mensaje que te envié?
—ComStar me lo transmitió, y también me mantuvo al día sobre los sucesos más importantes, de forma que yo podía hacer comentarios sobre cosas que estaban sucediendo en Luthien y que vosotros supondríais que yo debía de saber. —El nuevo Capiscol Marcial bajó la vista unos instantes—. No quería engañar a ninguno de vosotros, pero tenía que engañar a mi hermana.
—No me engañaste, Victor. —La voz de Katherine restalló como un látigo y le hizo girarse y apartarse de Focht. Su hermana, vestida de blanco, permanecía allí de pie, con el rostro contraído por la furia—. Conozco tus juegos y no voy a permitir que ganes. Lo que es mío es mío, y nunca lo tendrás.
Victor entornó los ojos.
—Lo diré una sola vez, Katherine. Créeme y actúa en consecuencia. Sino, allá tú. Yo soy ahora el Capiscol Marcial de ComStar. Mi misión en la vida es ver cómo florece la Liga Estelar y cómo apoya en todo lo que puede a la humanidad. Mientras no hagas nada para interferir en mi misión, tú y yo no nos pelearemos, pero si eliges que tus problemas se conviertan en problemas míos, no te gustarán las soluciones que adopte. ¿Queda claro?
—Como el agua, Victor. —La cólera hinchaba las fosas nasales de Katherine—. Tienes una semana para abandonar Tharkad, y un mes para salir de mi reino. No vuelvas si no es con invitación. —Giró sobre sus talones y se marchó, envuelta en su dorada cabellera.
Victor se volvió hacia sus amigos.
—Creo que un día acabará mal.
—Mejor pronto que tarde. —Phelan Kell y su padre ampliaron el círculo de gente agrupado en el centro de la sala de baile—. Estoy ansioso por bailar sobre su tumba.
Victor soltó un suspiro.
—Sin embargo, existe una serie de problemas que tenemos que afrontar. —Se volvió hacia Kai—. Como comandante de las FDLE, no puedo comprometer tropas en la defensa de Saint Ivés a menos que el Consejo vote a favor de hacerlo. Sin embargo, sí que puedo destacar unidades para hacer maniobras, y tendrán derecho a defenderse. Tal vez podrías decirme en qué lugares se pueden hacer buenas maniobras.
Kai sonrió.
—Tendrás la información que deseas antes de que salgas de Tharkad.
—Bien, Morgan, ¿necesita refuerzos el Cordón de Defensa de Arc-Royal?
El mayor de los Kell, que tenía la espesa barba casi blanca por completo, sacudió la cabeza.
—En este momento no, pero estaré encantado de intercambiar oficiales de enlace para concretar los procedimientos adecuados para coordinar actividades en un futuro. Tenemos que estar preparados para la cólera de vuestra hermana, pero no provocarla.
—Cierto. —Victor hizo un gesto de asentimiento y luego sonrió—. Aquí acaba la era de los Clanes. Esperemos que el futuro de la Liga Estelar sea brillante.