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Cuenca Sangrienta, distrito de Lechenka

Strana Mechty

Región estelar Kerensky, Espacio de los Clanes

23 de abril de 3060

A juzgar por las primeras inspecciones del distrito de Lechenka, Victor pensó que los Jaguares de Humo pretendían utilizar la misma táctica militar de divide y vencerás que los Espíritus de Sangre deseaban emplear con los hombres de Hohiro. Cuenca Sangrienta debía su nombre al color de sus rocas, que tenían un alto contenido en hierro, lo cual inutilizaba los dispositivos de resonancia magnética. Además, debido al elevado calor de aquella zona tan árida, tampoco podía contarse con los radares de infrarrojos.

Aunque la zona estaba ahora muy seca, los cañones y las laderas habían sido moldeadas por miles de años de lluvias y ríos. Poca vida vegetal podía encontrarse ahora y lo poco que había eran liquenes que moraban entre las sombras o matas de carnosas plantas que tenían hojas anchas para almacenar la mayor cantidad de agua posible. La temperatura exterior hacía que los radiadores del Daishi de Victor trabajaran a mayor rendimiento de lo que una marcha hacia el combate hubiese requerido. No creo que hayan elegido esta zona para sobrecalentar nuestros Mechs. Al menos, eso espero.

Victor se sentía muy a gusto con la compañía que dirigía al campo de batalla. La mayor parte procedía del Décimo de la Guardia Lirana…, sus Espectros. Todos ellos había recibido clases especiales de tácticas anti-Clanes durante años y habían obtenido distinciones en batallas contra los Jaguares de Humo antes y durante la contraofensiva. Había elegido personalmente a su gente para llevar a cabo esta operación y se alegraba de comprobar que ninguno había rehusado incorporarse a la unidad.

Una lanza completa de su compañía procedía del Primero de Ulanos de Kathil, pero el único modo de identificarlos era localizando el blasón con el león dorado que llevaban en el pecho izquierdo de los ’Mechs, pues todos los ’Mechs de la compañía habían sido repintados del tono azul oscuro de la Fuerza Expedicionaria de la Liga Estelar. Andrew Redburn dirigía a cuatro de ellos y, junto con dos de los hombres de Victor, cubría la retaguardia.

El único extranjero del grupo lo había incluido Victor por razones políticas. Danai Centrella procedía de un reino de la periferia llamado Magistratura de Canopus. Había solicitado unirse a una unidad anti-Clanes y, tras revisar su historial, Victor la había aceptado y le había asignado un Falconer, que era el tipo de ’Mech que más se parecía al Banshee que solía pilotar ella. Danai era un valioso complemento para sus fuerzas y, si tenía un comportamiento digno en el campo de batalla, podría convertirse en héroe de su Magistratura.

Y una espina en el costado para Sun-Tzu Liao. Aunque durante el viaje a los planetas natales de los Clanes Victor se había concentrado en rescatar las fuerzas de Huntress y poner punto final a la invasión de los Clanes, de vez en cuando intentaba imaginar qué estaría sucediendo en la Esfera Interior. Sun-Tzu Liao había sido nombrado Primer Señor de la Liga Estelar y Victor estaba convencido de que eso no le impediría causar daños. Mejor eso que una mutilación. El tener a Danai en una posición que le permitiera reunir a su gente para resistir la influencia de Sun-Tzu podría ser de utilidad a su vuelta.

Si regresamos. El estrecho paso por el que Victor y sus hombres habían estado avanzando se ensanchó hasta convertirse en un ancho valle de piedra rojiza con cimas tan encumbradas a ambos lados que empequeñecían a los BattleMechs. Por un momento, Victor imaginó el tipo de torrente de agua que había sido capaz de esculpir en su curso a través del valle las sinuosas formas de las piedras. Nos arrastraría en un abrir y cerrar de ojos… La Naturaleza siempre nos recuerda que nuestras esperanzas, deseos y odios son insignificantes.

Los Jaguares de Humo habían desplegado sus fuerzas en una hilera dispuesta a unos dos tercios. Victor contó sólo nueve BattleMechs pero percibió cierto aumento en su visor. La imagen holográfica que tenía delante se hizo más nítida y aumentaron los detalles, lo que le permitió ver que había Elementales esperando alrededor de los ’Mechs de los Clanes. No me sorprende. Osis es un Elemental, al fin y al cabo.

Victor echó un vistazo a su monitor secundario y luego sintonizó la radio.

—Desde aquí veo un Cauldron-Born, un Masakari y tres Stormcrows que parecen los más peligrosos. Tendrán que ser los primeros.

La voz de Redburn resonó en los auriculares.

—Oído. Considerad el Cauldron-Born objetivo prioritario. Actuaremos según sus movimientos.

El Falconer de Danai avanzó al trote y señaló con el CPP de su brazo izquierdo a una figura solitaria cuya silueta se veía recortada en la cima de un pequeño montículo rocoso.

—Un Elemental solitario, Victor. ¿Creéis que es el ilKhan?

—Podría ser, pero no lo convirtamos en blanco prioritario. Sería un gasto inútil de munición y, además, si nos lo cargamos podrían enfurecerse. —Victor volvió a comprobar el estado de las armas de su ’Mech—. Todos los controles los tengo verdes y estoy listo para salir. Vamos.

Mientras los Espectros avanzaban en dirección este, dos pequeños y barrigudos ’Mechs empezaron a girar en dirección sur. Los Jackals confiaban en su velocidad para mantenerse a salvo, así como en un CPP montado sobre el hombro izquierdo para inspirar temor. Cada uno de ellos llevaba un sistema antimisil y un diminuto lanzamisiles MCA, pero utilizaban el CPP para asestar los golpes. Como no estaban dotados de mucho poder armamentístico, si conseguían situarse en la retaguardia de la formación de los Clanes podrían contribuir de forma contundente a tumbar a varios Jaguares de Humo.

Tres humanoides Hankyus de los Clanes avanzaron hacia el sur para alargar la línea de los Clanes e interceptar a los Jackals. Steven Applegarth avanzaba al trote con su corpulento Penetrator, detrás de los Jackals. Los dos láseres gemelos de largo alcance que llevaba su ’Mech podían proporcionar cobertura para los ’Mechs de menor tamaño y, si los Hankyus no se dispersaban cuando se enfrentasen a los Jackals, la andanada de láseres de pulsación sería devastadora para ellos.

Su maniobra por los flancos dejó al Daishi de Victor, el Falconer de Danai y el Devastator de anchos hombros como núcleo de la línea frontal de la Esfera Interior. Cuatro Longbows de Redburn y dos Rakshasas formaban la segunda línea. El movimiento en la línea de los Clanes llevó al Cauldron-Born y al Masakari a la vanguardia, con los Stormcrows, de menor tamaño, y el Nova camino del norte.

Mientras maniobraban, Victor empezó a ver cómo evolucionaría la batalla. La punta del norte le presionaría por el flanco izquierdo y lo obligaría a trazar un giro el sur. Los hombres de Redburn se quedarían rezagados o expuestos a los ataques de los Stormcrow y los Nova. Si el grueso de los ’Mechs de los Clanes conseguía avanzar hacia el sudoeste, podrían cortar con los Hankyus el ala derecha formada por los Jackals y el Penetrator. Mientras, las fuerzas del norte intentarían introducirse en la retaguardia de su formación y atacar el grupo de Redburn.

Supongo que eso es lo que planean, pero, como dijo von Moltke, no hay plan que sobreviva en contacto con el enemigo. Victor sonrió tímidamente. Espero que eso no se aplique en mi caso.

Los Jaguares de Humo se sirvieron de la superioridad del alcance de sus armas para lanzar una primera andanada de disparos antes de que las tropas de la Esfera Interior pudiesen situarse en posiciones de tiro. Dos de los Stormcrows dispararon láseres de largo alcance al grupo de Redburn, que redujeron el blindaje de un Rakshasa y de uno de los Longbows. El Caiddron-Born sólo consiguió dar en el blanco con uno de sus dos láseres de largo alcance y arañar el blindaje del Daishi de Victor.

Victor observó el daño en su monitor y no pudo evitar soltar una carcajada.

—Has sufrido ataques peores, Prometheus, y pronto nos llegará el turno.

Las fuerzas se agruparon y el punto en mitad de la cruz dorada del monitor de Victor parpadeó al pasar por encima de los blancos. Dejó que se demorara un instante en la silueta baja, casi de insecto, del Cauldron-Born, pero luego lo desvió hacia el Masakari que avanzaba a su derecha. El punto parpadeó y eligió disparar a la vez el rifle Gauss alojado en el antebrazo izquierdo de su ’Mech y el trío de láseres de largo alcance acoplados en su brazo derecho.

Como el blanco estaba muy alejado, sólo dos de sus cuatro disparos dieron en él. La bala de plata del rifle Gauss sacudió la mitad del blindaje del brazo izquierdo del Masakari, cuyas patas eran parecidas a las de los pájaros. Los dardos de láser verde del láser de pulsación limaron parte del blindaje del flanco derecho, borrando las marcas grises y negras de los jaguares que había allí pintadas. Aunque ninguna de las heridas era grave, con un simple disparo más de rifle dirigido al brazo izquierdo podrían dejarlo inutilizado, lo cual significaría que el ’Mech de los Clanes perdería el uso de dos CPP.

El Masakari contraatacó a Victor con tres CPP. Los dos del brazo izquierdo dañado salieron muy desviados, pero el único rayo que disparó el derecho tocó al Daishi en el flanco izquierdo. Láminas de blindaje humeante salieron despedidas como si fuera piel muerta y sembraron de restos el suelo a la espalda de Victor.

El Cauldron-Born también disparó sobre el Daishi, pero sólo el láser de largo alcance de su brazo derecho dio en el blanco. El rayo vaporizó parte del blindaje del brazo izquierdo de Prometheus y se unió al daño previo que había hecho en el brazo derecho. Lo que Victor encontró significativo del ataque del Cauldron-Born, y del ataque del Masakari que le había precedido, fue el hecho de que los Jaguares de Humo hubiesen abandonado todo asomo de honor por mantener una tradición guerrera que obligaba a que los combates se realizasen contra un único enemigo.

O bien han decidido denegarme ese honor, o bien han averiguado que yo estoy aquí y quieren que muera enseguida. Se encogió de hombros. No importa. Eso sólo facilita lo que vamos a hacer.

Sintonizó el canal de radio.

—General Andrew Redburn, tiene libertad para empezar a disparar.

Los Longbows que capitaneaba Andy Redburn tenían una forma vagamente humanoide, al menos en lo que se refería a los pies, la cabeza y los hombros, pero en los brazos todo parecido desaparecía. En vez de tener brazos articulados como tantos otros ’Mechs, los Longbows sólo disponían de compartimentos cilíndricos muy grandes que servían de lanzamisiles de MLA. Y los Rakshasas, de torsos protuberantes y patas de pájaro, no tenían ninguna similitud con los Longbows, salvo que en sus hombros llevaban acoplados pesados lanzamisiles de MLA y que tenían láseres de largo alcance como los que llevaban acoplados los Longbows en el pecho.

La andanada de misiles llegó en oleadas que bañaron en fuego el Cauldron-Born. El ’Mech de los Clanes se sacudía arriba y abajo con cada descarga de misiles. Los rayos verdes de los láseres de largo alcance se abrieron paso a través del polvo y el humo para fundir el blindaje y empezar a atacar el miómero que formaba el brazo y la pierna izquierda del ’Mech de los Clanes. A medida que se fue disipando la nube de humo que rodeaba la escena pudo observarse que el único fragmento de blindaje que no tenía dañado era el que le cubría el pecho. Los brazos habían quedado desnudos, al igual que la pierna izquierda.

Danai Centrella disparó contra el Masakari con su arsenal de armas. Un destello de plata emergió de su rifle Gauss para perforar el blindaje del centro del pecho del ’Mech. El CPP acoplado al brazo de su ’Mech soltó una descarga de fuego azul contra el flanco derecho del Masakari que duplicó el daño que ya había hecho Victor. Lo más importante fue que el piloto del Masakari no pudo contrarrestar los devastadores efectos de los disparos de Danai. La pierna izquierda del ’Mech de los Clanes se rompió en pedazos y volaron por los aires fragmentos de blindaje cuando la máquina se detuvo precipitadamente.

El Devastator situado al lado de Victor no contribuyó a disparar contra el Masakari o el Cauldron-Born, sino que se concentró en uno de los Stormcrow que avanzaban hacia el norte. El rifle Gauss que llevaba en cada brazo vomitó proyectiles de plata que pasaron volando por el paisaje escarlata y se incrustaron en el brazo izquierdo del Stormcrow. El primero destrozó el blindaje y el segundo arrancó el miembro. Cuando el brazo dio contra el suelo, el cañón automático de gran tonelaje que llevaba en él estalló en pedazos y sembró los alrededores de fragmentos de blindaje. Luego, los CPP gemelos instalados en el torso del Devastator lanzaron sendos rayos de cobalto que se clavaron como una horquilla en el flanco derecho y la pierna izquierda del Stormcrow y arrasaron el blindaje.

Victor conectó la radio.

—Buen disparo, Jerry. El Devastator es un buen recambio del viejo cacharro que solías llevar, ¿no?

—No tengo queja ninguna, jefe.

La imagen del Masakari poniéndose en pie parecía la de un pájaro robótico revoloteando en su nido, pero sin embargo consiguió hacerlo y descargó tres disparos de CPP contra el Falconer de Danai. Dos de ellos desgarraron parte del blindaje de ambos brazos, pero el tercero se incrustó en el centro del pecho del Falconer. Victor vio que el ’Mech se agitaba y se inclinaba hacia un lado, y comprendió que iba a caer; pero Danai se esforzó al máximo y consiguió lanzar sus propios disparos antes de que el Falconer se precipitara irremediablemente al suelo.

El disparo del rifle Gauss de Danai impactó contra el flanco izquierdo del Masakari e hizo volar en pedazos esquirlas de blindaje que quedaron desparramadas a su espalda. El ataque del CPP perforó el centro del ’Mech de los Clanes, como si fuera la réplica exacta del disparo que había derrumbado al Falconer. Al igual que el otro, el ’Mech de los Clanes se balanceó y se precipitó al suelo, con lo que provocó una lluvia de jirones de blindaje.

El Cauldron-Born disparó contra el Daishi de Victor. Los láseres de largo alcance impactaron en el pecho y el flanco derecho de Prometheus, pero además el láser de alcance medio hurgó con su rayo de color rojo el flanco derecho que ya estaba dañado. El asalto del ’Mech de los Clanes redujo el grosor del blindaje en esa parte en casi dos terceras partes. Sin embargo, a pesar de la pérdida de casi una tonelada de blindaje, Victor mantuvo al OmniMech en pie.

La segunda ráfaga de misiles y láseres de los hombres de Redburn bombardeó al Cauldron-Born, que vio cómo a su alrededor brotaban explosiones como si fueran flores. A través de la neblina grisácea que lo rodeaba se podían ver explosiones de humo negro y, con la incorporación de los láseres verdosos, la nube se fue tiñendo de rayos de luz. Fragmentos y pedazos de ’Mech, la mayoría irreconocibles, empezaron a esparcirse por la zona, algunos de ellos con trozos de fibra de miómero enganchados. Cuando el polvo se posó, Victor alcanzó a ver tan sólo una carlinga y una fina capa de metal que la conectaba con algo que pudo haber sido la pierna, pero el resto del Cauldron-Born era un montón de escoria y una mancha negra en el suelo.

Un escalofrío recorrió la espalda de Victor. Era fácil imaginarse en el lugar del piloto. Sé que lo que estamos haciendo aquí es una locura, pero los Clanes parecen aceptarlo y apreciarlo. Deberían ver que han perdido pero entonces eso carecería de importancia, tanto para ellos como para nosotros. Se tranquilizó y desvió sus armas hacia uno de los Stormcrows que había al norte. Todos aceptamos en Tharkad que los Jaguares de Humo debían morir. Es hora de que complete el trabajo de todos los que me han precedido.

Él rifle Gauss de Victor incó su proyectil en el brazo derecho del Stormcrow y destrozó la mayor parte de blindaje del miembro, mientras los láseres de pulsación de largo alcance asaetaban el pecho y el flanco derecho del ’Mech que tenía menor envergadura. Uno de los dardos rompió el blindaje por encima del corazón y los otros dardos que impactaron en el flanco desgarraron toda la capa de blindaje, y llegaron a dañar considerablemente estructuras internas. Una humareda negra empezó a salir del pecho y el flanco, mientras un flujo de color verde amarillento comenzaba a resbalar por la cadera derecha.

El Devastator de Jerry Cranston descargó su fuerza sobre su víctima. Los proyectiles del rifle Gauss se incrustaron en la pierna y el flanco izquierdo del ’Mech, destrozando todo el blindaje. El disparo que impactó en el flanco incluso abolló la estructura del ’Mech. De los CPP sólo uno dio en el blanco, pero el relámpago de color azul restalló sobre la cabeza del Stormcrow. El blindaje explotó y la escotilla de la cabina reventó. El Stormcrow se precipitó hacia adelante, dejando una estela de humo negro que ascendía del lugar donde se había sentado el piloto, y fue desparramando piedras a su paso mientras resbalaba hasta detenerse.

Victor se quedó observando en silencio el hueco oscuro y humeante donde se había sentado el piloto de los Clanes. Sintió un regusto amargo en los labios, pero supo que no se debía al miedo. Asco. No era necesario que muriera ese guerrero, ninguno de ellos debería morir. Por este motivo todo es una locura, pero ya basta. La locura que representó la invasión de los Clanes va a llegar a su fin aquí.