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Nave de Descenso Josefina, Estación de servicio

de Nadir Skye, isla de Skye

Alianza Lirana

30 de septiembre de 3060

La Arcontesa Katrina Steiner examinó una proyección holográfica de la Esfera Interior y se permitió un rato de descanso para recrearse ante la emoción de poder llegar a controlarla toda. Admitía que había algunos obstáculos que impedían que ella se hiciera con todo el territorio pero los obstáculos eran algo que había que superar. Y yo los superaré.

La primera barrera que la separaba del éxito era su hermano Victor. Aunque nadie en la Esfera Interior había recibido todavía noticias del éxito de su batalla contra los planetas natales de los Clanes, Katrina sabía ya todo lo sucedido durante el año largo de ausencia de su hermano. El pequeño autómata ha llegado allí, ha visto y ha vencido. Maldita sea Lincoln Osis por no haberle retorcido el cuello a Victor cuando tuvo la oportunidad.

Su fuente de información procedía de los Lobos y le llegaba a través de una red de espías que era capaz de traspasar el Cordón de Defensa de Arc-Royal. Sabía que los Demonios de Kell se enfurecerían si supieran que espías de los Lobos se ocultaban entre su gente, y pensaba incitarlos con esa información en cuanto hubiese aplastado su lastimoso y diminuto reino. Los Demonios de Kell habían sacado provecho durante mucho tiempo de sus relaciones con la familia Steiner, pero era una relación de conveniencia y Katrina estaba resuelta a que también fueran eliminados.

Se levantó de su escritorio y se pasó los dedos por el pelo, largo y de color rubio dorado. Los cabellos se colaron como una cortina de seda por entre sus dedos y cayeron con suavidad sobre su suéter blanco. El conjunto quedaba completado con una falda de seda blanca y unas botas de piel del mismo color, de corte vagamente militar. La falda no era muy práctica para las ocasiones en que la falta de aceleración dejaba la nave ingrávida, pero cuando planeaba ser vista en esas circunstancias se vestía más apropiadamente.

Bordeó su escritorio para estudiar la nebulosa de puntos de luz que formaba el mapa de la Esfera Interior. En cuanto había sido informada de que su hermano regresaba triunfante, había continuado con el plan iniciado casi de inmediato después de su partida hacia la Periferia. Hasta el momento, los resultados habían sido sumamente satisfactorios. Tanto, que cuando Victor regresase, la sorpresa que iba a encontrarse sería muy dura de digerir.

Y deliciosa para mí. Katrina sonrió con frialdad y se concentró en el resto de reinos de la Esfera Interior. La amplia zona rojiza flanqueada por la Mancomunidad Federada de Victor y las conquistas de los Clanes era el Condominio Draconis. Lo que en su día fue uno de los rivales mayores de su gente, no era ahora más que un problema menor. El esfuerzo militar del año anterior había liberado a la mayoría de los mundos del Condominio de los cuales se habían apoderado los Clanes, pero el proceso de reintegrarlos en el régimen de Kurita no iba a ser fácil. La gente que había formado pequeños grupos de resistencia para rechazar a los Clanes tenía ahora problemas con el restablecimiento de unas autoridades civiles que no procedían de sus propias filas. Y por otro lado la política represiva ejercida por el Condominio recortaba varias de las libertades que la gente había ganado durante su batalla contra los Clanes.

Por debajo de su reino, perfilado por sombras de color púrpura oscuro, se extendía la Liga de Mundos Libres. Ese estado había sido siempre bastante débil, esencialmente porque las luchas internas entre los miembros de la familia Marik habían dividido el reino en numerosas ocasiones. Esa batalla se había cobrado su tributo y, por fortuna para la Liga, había acabado con un gran número de aspirantes al trono. Thomas Marik, el gobernador actual, había sobrevivido a un intento de asesinato y su nueva mujer, Sherryl Halas, le había dado un hijo, Janos, de cuatro meses de edad. Eso reafirmaba su sucesión, pero dejaba a su legítima hija Isis como un jugador con menos poder que antes. En realidad ella no fue nunca más que un premio para mantener a raya a Sun-Tzu Liao.

La solidaridad recién descubierta de la Liga de Mundos Libres suponía para Katrina un pequeño problema porque era un reino fuerte que no había sido devastado por los Clanes. Antes del matrimonio de Thomas con Halas, él había barajado la posibilidad de casarse con la propia Katrina, lo cual habría redundado en beneficio de él, y también de ella, porque los militares de la Liga habrían podido alentar a los suyos en caso de que se produjera una nueva ofensiva de los Clanes, pero la decisión de la Esfera Interior de perseguir a los Clanes mitigó la urgencia de tal unión y la oportunidad pasó.

Como consecuencia de ello, Thomas había estado pensando en lo que le costaría tomar por la fuerza lo que había esperado conseguir casándose con Katrina. Sus tropas no han hecho movimiento alguno hacia mi frontera, pero creo que actúa con cautela mientras Victor está fuera. Thomas cree tanto en la inviolabilidad de la Liga Estelar que no haría nada que pudiese hacerla pedazos.

No así Sun-Tzu Liao, actual Primer Señor de la Liga Estelar y Presidente de la Confederación de Capela. Su elección había sido propiciada por su hermano. Katrina había propuesto su candidatura, con la esperanza de que la vehemente objeción de su hermano contra Sun-Tzu sería lo suficientemente irracional para que nadie votara a favor de Victor en una consiguiente votación. Eso la, habría convertido a ella en la única candidata lógica y habría aceptado con fingida reticencia el puesto. Pero Victor no había mordido el anzuelo sino que había apoyado a Sun-Tzu. Es culpa suya que esa comadreja capelense esté en el poder.

Sun-Tzu había hecho buen uso de su poder. Había aumentado las operaciones en los Territorios en disputa así como en la zona popularmente conocida con el nombre de Marca de Caos. Sus progresos en la Marca de Caos habían sido limitados pero había tenido mucho éxito al reclamar mundos en los Territorios Disputados. Ni Katrina ni Thomas habían puesto objeciones porque las ansias de aventura de Sun-Tzu lo mantenían entretenido. Su tozudez por recuperar mundos capelenses que habían sido perdidos mantenía inmovilizados sus recursos, cosa que Katrina agradecía.

Su primer movimiento sería contra su hermano. En cuanto hubiese eliminado a Victor, darle la vuelta a Sun-Tzu sería simple. No sabía seguro si conquistaría su reino o simplemente le ofrecería casarse con él para absorberlo. Una guerra sería muy costosa, pero también lo sería mi matrimonio.

Tras ocuparse de Sun-Tzu, Thomas Marik se encontraría atrapado. El problema con la Liga era que las amenazas exteriores la hacían mantenerse unida, así que quedaba descartada una incursión militar en esa zona. No, a Thomas le ofreceré una unión de reinos, parecido a lo que mi padre consiguió con la alianza con la abuela. Puedo prometer mi hija primogénita a su hijo Janos para sellar así el trato. Eso funcionaría.

Sonó un zumbido en la placa de proyección de holovídeo de su escritorio y regresó a su silla para pulsar un botón. El espacio repleto de estrellas se desvaneció y en su lugar apareció el busto estático de un hombre vestido de uniforme. Bajo su imagen había un rótulo que lo identificaba, además de informar del momento en que había sido emitido el mensaje, por cuántas estaciones había pasado, cuándo había llegado a la sala de cifrado de la nave y cuándo había sido descodificado para que lo leyese ella. La mujer leyó toda esa información con indiferencia y luego se recostó para abrir el mensaje con ayuda de un mando a distancia.

—Alteza, he recibido noticias de la Operación Fray. Tenemos una pista sobre el objetivo. Apareció durante una inspección rutinaria. El hombre que se supone que es el objetivo fue fichado por realizar numerosos comentarios contra el gobierno durante una inauguración de una exposición de arte. Exigía que se revelara por completo hechos relacionados con la guerra de los Clanes y demás, incluso sobre el asesinato de su madre. Hemos localizado un catálogo de la exposición y estamos en proceso de analizar los trabajos para determinar su contenido subversivo. He autorizado vigilancia e incursión encubierta si el estudio posterior de los trabajos así nos lo recomienda. Coronel Lentard, cambio y corto.

Mientras parpadeaba en el extremo superior derecho la luz de Fin de Mensaje, Katrina congeló la imagen y sacudió la cabeza. La Operación Fray tenía un único objetivo: matar a Sven Newmark. Newmark era la única persona que podía relacionarla a ella con el asesinato de su madre. El otro individuo que había sido empleado de Ryan y que había ayudado a planear la muerte de Melissa había muerto en un accidente fortuito en Poulsbo el anterior mes de abril. Ella misma había escrito de su puño y letra una nota de pésame para la viuda.

Con ayuda del control remoto empezó a redactar una respuesta al agente del servicio de información. «Coronel Lentard, aprecio su prudencia en este asunto de la Operación Fray, y deben hacerse todos los esfuerzos para asegurarse de que ese individuo es nuestro objetivo. Tenga en cuenta, sin embargo, que no representa una amenaza por causa de sus actividades subversivas sino por ser un criminal que tiene en su poder material de naturaleza muy delicada. Considérelo un portador de enfermedades infecciosas, por decirlo de alguna forma. Cuanto más tiempo sobreviva, más daño puede hacer. Si está seguro de que la identificación es positiva, elimínelo. De inmediato. Arcontesa Katherine Steiner. Cambio y corto».

Pulsó otro botón en el control remoto para enviar el mensaje a Lentard, y luego soltó bruscamente el mando sobre su escritorio. Era lógico que Lentard quisiera actuar con prudencia cuando estaban en juego las libertades civiles, y Katherine apreciaba esa cautela porque era la diferencia que existía entre Lentard y, por ejemplo, el asesino que había matado a su madre. El asesino había hecho explotar una bomba que había matado a Melissa pero que había también asesinado a otras personas, entre ellas la mujer de Morgan Kell, Salomé. También había mutilado a Morgan Kell y lo había convertido en el enemigo mortal de Katherine. Si hubiese utilizado un poco más de explosivo, me habría librado de los Kell.

Katherine suspiró, consciente de que eso no era del todo cierto. Siempre le había gustado Caitlin Kell y la había considerado una amiga. Ingenua pero amiga. Morgan había puesto a Caitlin en su contra y el cambio de actitud de Morgan se había producido por influencia de Victor. A pesar de que si Morgan hubiese muerto en la explosión que había matado a su madre habría tenido un problema menos, Morgan también le había sido útil para mantener vigilado a Phelan Kell, recién llegado de los Clanes y que ahora contaba con gran predicamento en el clan de los Lobos.

Se acarició la garganta y el gesto le trajo a la mente la presión de las manos de Phelan un año atrás. Tenía que admitir que la última vez que se había encontrado con Morgan Kell se había excedido en sus amenazas. Phelan también estaba allí entonces y le había dejado claro que, si él o su padre morían, un mundo de los Lobos estaría encantado de destruirla. Afortunadamente para ella, los Demonios de Kell y los Lobos de Phelan habían viajado hasta el Condominio Draconis para combatir con los Jaguares de Humo, lo cual les había mantenido lejos de su persona, y además les había impedido adivinar lo que estaba tramando.

Los Kell representaban un problema interesante. Su Cordón de Defensa de Arc-Royal era, en esencia, una región autónoma dentro de la Alianza Lirana. Mientras los Demonios y los Lobos estaban lejos luchando contra los Jaguares, los Kell habían contratado unidades de mercenarios como la Legión del Sol Naciente, el Grupo W, y el Grupo Salvaje para mantener a los Halcones de Jade al otro lado de la frontera. Esos mercenarios no tenían fuerza suficiente para representar una amenaza sobre su reino, pero sí que eran lo suficientemente buenos para que ella no se planteara intentar conquistar el CDAR.

Ése había sido uno de sus planes iniciales pero lo había reconsiderado a la vista de los asombrosos sucesos ocurridos en la frontera del Condominio. Los Lobos de Phelan habían absorbido fuerzas de los Jaguares de Humo suficientes para fortalecer sus efectivos, así que no convenía proporcionarles una excusa para regresar a casa y oponerse a ella. También sabía que Morgan no actuaría nunca contra ella a menos que ese movimiento se ejecutara en concierto con algo que Victor estuviese haciendo, así que cualquier cosa que hiciese para impedir que su hermano actuase también la protegía de los Kell.

Sus pensamientos se centraron de nuevo en la Operación pray. Su único punto de vulnerabilidad era una posible implicación en la muerte de su madre. Que ese hecho saliera a la luz podría volver con facilidad a la opinión pública en su contra y sentar las bases para una revuelta popular que la apartara del poder. Teniendo en cuenta lo mucho que la gente quería a mi madre, me despedazarían. No puedo dejar que eso suceda, y no lo haré.

Acarició un fino brazalete de oro que llevaba en la muñeca derecha y sonrió. Mi arma secreta. Aunque Morgan y Victor aborrecían la idea de que ella hubiese sacrificado a su madre, se habrían sentido mucho más horrorizados al saber que había viajado en secreto al espacio de los Clanes para aliarse con Vlad Ward, de los Lobos. El odio mutuo que sentían Katrina y Vlad por Phelan Kell había fortalecido el lazo entre ellos…, un lazo nacido de una fuerte atracción física.

Con Vlad listo para atacar la Alianza Lirana —él estaba bastante seguro de que cruzar la Zona de Ocupación de los Halcones de Jade no presentaría ningún problema para sus tropas—, cualquier movimiento de los Kell para incomodarla sería recompensado con la destrucción total del CDAR, lo cual los obligaría a hacer una guerra contra sus viejos enemigos, guerra que los debilitaría, mientras que Katrina estaría reuniendo soldados leales para hacer frente al traidor ataque que se lanzaría contra ella. Un simple movimiento de los Lobos o los Halcones de Jade podría impulsar a Kell a entrar en acción y proporcionarle a ella tiempo de sobra para destruirlos.

Katherine sonrió. «Así que, coronel Lentard, usted se encarga de Sven Newmark y me elimina ese problema, y yo mientras me encargo de Victor. Cuando regrese a casa, tendrá una desagradable sorpresa esperándolo, pero yo no tendré sorpresas. Así es como quiero que suceda». Batió palmas. «Querido hermano, has ganado mucho para la Esfera Interior pero lo vas a perder todo. Uno debe compadecerse de verdad de un héroe que vive el tiempo suficiente para ver cómo su victoria pierde lustre».