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Nave de Descenso Barbarossa

Zona de aterrizaje Alfa Tango III, Asteroide Anónimo

Espacio Profundo

1 de noviembre de 3060

Victor Davion observó la imagen de Kai Allard-Liao en la pantalla de holovídeo de su despacho.

—De acuerdo, Kai, ningún otro equipo ha informado tampoco de ningún contacto. Parece que no hay Jaguares por ahí escondidos.

—Probablemente sea cierto, Victor, pero quiero ir a un valle situado a un clic y medio de distancia en dirección norte. El contenido de hierro de las rocas me está dando registros un poco raros. Probablemente no sea nada, pero vale la pena comprobarlo.

—De acuerdo. Ve con cuidado e infórmame de inmediato si encuentras algo.

La sonrisa de Kai, aunque oculta detrás de su neurocasco, se reflejó en sus ojos.

—Hasta la vista, Victor. Cambio y corto.

La imagen se desvaneció y Victor desvió la vista al trío de personas que tenía en su oficina.

—Parece que otro posible refugio queda descartado.

Tiaret, que estaba observando por el mirador exterior de la Nave de Descenso, se volvió.

—No creo que ninguno de mis antiguos hermanos eligiese este lugar como refugio.

El asteroide que estaba observando parecía poco hospitalario. Era frío y estéril, y el único indicio de que quizá hubiese podido ser un lugar que los Jaguares de Humo huidos hubiesen podido elegir como refugio era una fina capa de atmósfera donde soplaban vientos que removían el polvo. Los equipos de reconocimiento habían encontrado signos de una antigua explotación minera, abierta probablemente por la gente de Kerensky la primera vez que salieron de la Esfera Interior. Todos los agujeros que habían inspeccionado no habían mostrado signos de vida reciente y Victor sospechaba que el valle que Kai quería examinar también estaría vacío.

Andrew Redburn hizo un gesto lento en señal de asentimiento.

—Este lugar sólo es apto para cumplir condena.

El Capiscol Marcial se ajustó el parche del ojo.

—Parece un lugar ideal para alguien que esté huyendo para salvar la vida, pero los Clanes no me han parecido nunca del tipo de gente que sale huyendo.

—No, y nuestro análisis de sus archivos e informes militares indican que hemos acabado con casi todos los guerreros de los Jaguares de Humo. La fracción que queda es mínima. Creo que nuestra misión ha quedado cumplida. —Victor suspiró—. Pero, aunque tengo muchas ganas de estar en casa nos quedaremos registrando lugares sospechosos.

—No dejaremos un asteroide sin registrar, ¿no? —Redburn sonrió—. Ojalá pudiésemos hacer eso con la investigación del asesino de Morgan.

Victor sacudió ligeramente un disco de datos que había sobre su escritorio.

—He leído el informe preliminar que se hizo y sus comentarios, Andrew. Creo que hizo un trabajo muy exhaustivo, teniendo en cuenta los recursos de que disponía. No es que aquí tengamos más medios, no llevamos con nosotros un equipo forense; pero quiero repasar los detalles porque hay algo en la conclusión a la que ha llegado que me preocupa. También creo que debemos inventar una historia que podamos facilitar al resto de la expedición para que, cuando lleguemos a la Esfera Interior, todo esto no nos explote en las manos.

Redburn arrugó la frente y la expresión de sus ojos marrones se endureció.

—La conclusión es bastante clara y concisa, Alteza. Vuestra querida hermana Katherine hizo que asesinaran a Morgan.

Un escalofrío recorrió la espalda de Victor. Sabía que su hermana había estado detrás del asesinato de su madre, así que no era muy difícil imaginar que hubiese conspirado también para matar a Morgan. Una parte de su interior deseaba creer que ella lo había hecho, pero había varios detalles que no lograba encajar.

—Créame, Andrew, me encantaría aceptar sus conclusiones como si fueran el Evangelio pero no tengo ninguna prueba concluyente o, en este caso, ningún frasco de veneno para verter en el último escocés de Morgan. —Victor titubeó. Le di esa caja de Glengarry Etiqueta Negra, Reserva Especial, a Morgan por Navidad, y podía llevarla consigo. Me pregunto si el asesino sabía eso. ¿Conocía eso mi hermana y lo utilizó en su contra?—. Quienquiera que lo hizo se tomó muchas precauciones para no dejar rastros que pudieran implicarlo.

Victor se recostó en la silla.

—Andrew, por favor, corríjame si me equivoco pero ésta es mi versión del informe. Morgan tenía la costumbre de beber una copa de escocés antes de acostarse. Esa noche en particular tomó una copa de una botella que había sido adulterada con una toxina de pescado mortal, lo cual es indicativo de que se trató de un complot del Condominio. Además, se determinó que se había utilizado un equipo especial para forzar puertas que había permitido obtener el código de acceso a la habitación de Morgan.

Redburn levantó una mano.

—De hecho, estuve hablando con un técnico que tuvo que forzar varios pestillos en Huntress. Le comenté que el tipo de mecanismo que utilizaba era probablemente el mismo que había conducido al asesino a la habitación de Morgan, pero él discrepó. Dijo que los tipos asustados siempre suponen que los cacos tienen lo último en sistemas de alta tecnología, pero con el tiempo y las facilidades de que dispuso el asesino para abordar la nave, probablemente lo que hizo fue abrir la cerradura e introducir en el interior un pequeño dispositivo de robo. Cuando los impulsos eléctricos que provocó alguien al pulsar la combinación en el mando se transmitieron por el mecanismo de cierre, el diminuto dispositivo de robo, que ocupa en conjunto poco más que un chip, una batería y varios cables, se limitó a detectarlos y grabarlos. El asesino volvió, extrajo el chip, lo conectó a un lector y obtuvo la combinación. Con el adaptador adecuado, podría haber utilizado cualquier reproductor de trídeo de otro miembro de la tripulación.

—Me alegra que señale eso, Andrew. —Victor sonrió—. Estaba pensando que también era posible que el asesino hubiese alterado algún código en el ordenador de forma que no le hiciese falta conocer la combinación de Morgan sino insertar otra que le permitiese el acceso a donde quisiera. Según el informe, nadie comprobó eso.

El Capiscol Marcial arrugó la frente.

—Pondré a alguien que lo compruebe. Debo reconocer que me alegra que tengáis trabajo, Alteza, porque no me gusta la facilidad con que encontráis grietas en el sistema de seguridad.

Victor sonrió.

—Si se pasase la vida esquivando a sus propios agentes de seguridad aprendería algunos trucos.

Tiaret entrelazó los dedos de las manos con las palmas abiertas, giró las muñecas hacia fuera y estiró las manos, luego hizo crujir los nudillos.

—No os será tan fácil libraros de mí, Príncipe Victor.

—No, supongo que no. —El Príncipe suspiró—. El asesino introdujo el veneno en la bebida, Morgan se la bebió, se tumbó y murió. Una posterior inspección de la nave no descubrió ningún tipo de veneno ni dispositivo especial para robar la combinación de la cabina. Sin embargo, una revisión del listado de personal reveló un gran número de personas que no poseían ninguna historia pasada antes de ser reclutadas y admitidas en ComStar. Una de ellas era un hombre llamado Lucas Penrose. Cuando intentaron llevarlo al interrogatorio, mató a los guardias y estuvo a punto de matar también a la general Winston, antes de suicidarse de un disparo.

Focht se inclinó hacia adelante.

—Según la declaración de la general Winston sobre las afirmaciones hechas a voz en grito por Penrose parece que de regreso a la Esfera Interior habría podido librarse del proceso por asesinato porque lo amparaba una de las Grandes Casas.

Redburn clavó el puño en el brazo de su silla.

—La Alianza Lirana. Todas las pruebas apuntan en esa dirección, incluso el mensaje que recibió Adriana.

—Sí, el mensaje. —Victor se recostó en su silla—. La general Winston recibió una llamada de un nekekami llamado Talisen…

Tiaret frunció el entrecejo.

—¿Nekekami?

—Es el término japonés que designa a los «gatos espirituales» —le aclaró Redburn—, y comprende un cuerpo de asesinos de elite secreto. En apariencia, fue Theodore Kurita quien los envió y reveló su existencia a Morgan. La general Winston empezó a oír hablar del tema al abrir la caja de caudales de Morgan y leer su contenido después de su muerte. Yo me enteré del mismo modo, cuando tomé el mando de la investigación.

—Exacto, ni siquiera yo sabía de su existencia hasta que lo mencionó en Huntress. —Victor dudó—. Me pregunto si Theodore también envió alguno con nosotros, pero supongo que tendré que preguntárselo a Hohiro. En cualquier caso, ese Talisen contó a Winston que Penrose era un agente de Loki que se había comprometido a realizar labores de espionaje tanto para la Mancomunidad Federada como para la Alianza Lirana. El DI de Talisen lo eligió porque lo conocía de la Esfera Interior. También pidió que liberaran a otra sospechosa que, según parece, era miembro de su equipo…, aunque esta conclusión la deducimos de que no tenía ninguna otra razón para quererla en libertad.

Focht se quedó mirando al Príncipe.

—No parecéis dar mucho crédito a la declaración de Talisen. ¿Creéis que mentía?

Victor movió los hombros, incómodo.

—No del todo, pero creo que la verdad del asunto está muy enmarañada. En primer lugar, la identificación se realizó después de la muerte de Penrose, y es probable que Talisen tuviera una ligera idea de que la expedición no disponía de recursos suficientes para verificar su identificación. Talisen dijo que Penrose había trabajado solo, lo cual habría sido razón suficiente para cancelar una investigación adicional, y la investigación ordinaria había cogido ya a uno de los suyos. Además, el hecho de identificar a Penrose como agente de Loki vincula a Katherine con el asesinato mientras que libera la presión de las tropas del Condominio. Talisen se aprovechó de la confianza que Morgan y Winston tenían en él y en su misión para liberar al miembro de su equipo y poner punto final a una investigación que podría haber dividido a la expedición.

»Mi opinión es que Penrose era de hecho, o había sido, un agente de Loki, y creo que actuaba solo. La pregunta es ¿para quién?

La Elemental cruzó los brazos sobre el pecho.

—Habéis dicho que trabajaba para Loki, lo cual responde a vuestra pregunta, ¿quiaf?

—No exactamente. —Victor juntó las palmas abiertas de ambas manos, uniendo cada una de las yemas de los dedos—. Mira, me atrevería a asegurar que Katherine habría querido ver muerto a Morgan, aunque sólo fuera porque Morgan me apoyaba y había traído consigo toda la Marca Capelense de la Mancomunidad Federada. Sin él yo…

Se le quebró la voz al sentir un nudo en la garganta. Cerró los ojos para rememorar los ratos que Morgan y él habían pasado juntos. Morgan era mi mentor y mi amigo, un hermano mayor y un legitimista convencido. Me obligó a tomar decisiones que yo no deseaba tener que tomar y me obligó a trabajar duro. Si no hubiese sido por él no habría formado a los Espectros y Hohiro hubiese muerto en Teniente. Si no hubiese sido por él no habría aceptado que la expedición fuera a Huntress. Tal vez yo haya conducido a la gente que ha derrotado a los Clanes, pero Morgan lo preparó todo para que esa victoria fuera posible.

—Maldita sea, lo echaré de menos. —Las fosas nasales de Victor parecieron hincharse un instante y luego apoyó las palmas de las manos planas sobre la mesa—. Matar a Morgan me dejaría todavía más aislado, y Katherine es capaz de manipular la opinión pública para que pareciese que yo había asesinado a Morgan y así no tener que compartir la gloria de la victoria. De hecho, pensé en esa posibilidad.

Focht asintió.

—Vuestra hermana es una víbora.

—Comparto esa opinión —gruñó Redburn—, lo cual nos da más motivo para hacerla comparecer ante la justicia por haber matado a Morgan.

—Mi hermana puede ser una víbora, pero no es estúpida.

Tiaret asintió.

—Ah, ya veo el problema. Muy sutil.

Redburn se echó hacia atrás y frunció el entrecejo.

—¿De qué están hablando?

—Es muy simple, general Andrew. Lo que es incorrecto es el momento en que se cometió el asesinato. —Tiaret apoyó los puños sobre las caderas—. Todos dicen que Katherine tenía numerosos motivos para querer a Morgan muerto, pero también tenía razones para desearlo con vida. Iba al mando de una expedición que iba a golpear directamente al corazón de los Jaguares. Si tenía éxito, su valor como rival del Príncipe Victor iba a verse incrementado, a la vez que aumentaría la presión sobre su reino. Si pretendía ver a Morgan muerto, lo habría sacrificado después de la incursión sobre Huntress, no antes. Matarlo antes significaba arriesgar el éxito de la expedición. Sin ánimo de ofender, general.

—No se preocupe, la general Winston hizo todo el trabajo duro, yo llegué casi al final. —Redburn se acarició la barba con la mano derecha—. Como tenía una respuesta, no consideré los motivos, pero ahora debo preguntar quién podía tener interés en matar a Morgan antes del ataque contra Huntress.

El Príncipe respiró hondo y exhaló el aire sonoramente.

—Eso es lo que he intentado averiguar. Examinemos el hecho en sí en dos niveles. Primero, quitan a Morgan de en medio y provocan fricciones entre sectores de la fuerza. El objetivo podía ser disminuir la efectividad de nuestra fuerza militar y poner en peligro el éxito del ataque. Nadie salvo los Clanes saldría beneficiado de eso, o alguien que obtuviera beneficios del hecho de que los Clanes sigan siendo una amenaza para nosotros. En un segundo nivel, el hecho de que se emplearan agentes de Loki supone que las sospechas recaigan sobre mi hermana. Eso intensifica las tensiones entre mi reino y el suyo, cosa que otros pueden aprovechar.

El Capiscol Marcial se frotó la frente con una mano.

—Ni siquiera Sun-Tzu Liao sería capaz de pensar una locura como ésa. Además, no puedo creer que Maskirovka haya podido introducir un agente encubierto en Loki, que luego pasase al servicio de ComStar. No es posible.

—Estoy de acuerdo. Sun-Tzu podría beneficiarse hasta cierto punto, pero el hecho de ser Primer Señor de la Liga Estelar en el momento en que los Clanes fueran derrotados le reportaría muchos más beneficios. —Victor sacudió la cabeza—. Sé que yo no lo hice, estoy convencido de que tampoco fue Theodore Kurita y los motivos de Thomas Marik carecen de fundamento. Aunque Marik se beneficia de vender ’Mechs y municiones a todos en la Esfera Interior, su carácter lo impulsa a aborrecer la guerra. Desea acabar con los Clanes tanto como nosotros. Yo lo tacharía.

Redburn arrugó la frente.

—Eso no nos deja mucho. Ninguno de los estados de la Periferia obtendría ganancias y, al igual que la Confederación de Capela, no podrían introducir un agente allí.

Focht sacudió la cabeza.

—En Loki tal vez, sí pero nunca en ComStar.

Victor alzó la vista hacia él.

—Eso es lo que me llevó a mí al mismo callejón sin salida. Y, a decir verdad, no creo que Loki pudiese introducir a nadie en ComStar. Sé que mi padre lo intentó en numerosas ocasiones, pero nunca funcionó. Incluso tras el cisma de después de Tukayyid no creo que una maniobra de Loki hubiese pasado desapercibida. De hecho, creo que hay una única entidad de la Esfera Interior capaz de hacerlo.

El color desapareció del rostro de Focht.

—Palabra de Blake.

—Exacto.

La facción Palabra de Blake de ComStar se había escindido cuando el Capiscol Marcial y el actual Primado, Sharilar Mori habían secularizado la organización. Los partidarios de Blake se aferraban a las supersticiones que durante tanto tiempo habían dirigido ComStar. Victor sospechaba que Palabra de Blake tenía multitud de agentes encubiertos en ComStar, y que no poco personal de seguridad de la propia ComStar se había pasado a la facción Palabra de Blake para controlarla. A pesar de los esfuerzos de ComStar para seguirle la pista a su facción disidente, los partidarios de Blake habían conseguido recientemente atacar en secreto el planeta Tierra y apartarlo de ComStar.

La Elemental se frotó la nuca.

—Esa facción, Palabra de Blake, ¿qué beneficios obtendría si continuara la guerra?

Focht se encogió de hombros con gesto cansado.

—Los partidarios de Blake tienen lazos de unión con la Liga de Mundos Libres y podrían obtener beneficios de una economía de guerra, pero, si eso es así, serían más despiadados de lo que yo creía posible. Además, siguen creyendo que la guerra destruirá la civilización y que la visión de Jerome Blake respecto al renacimiento de la humanidad a través de Palabra de Blake está escrito en el destino. Prolongando la guerra y sembrando la discordia entre los enemigos aceleran el colapso de la civilización, y al igual que suele ocurrir con la mayoría de cultos erróneos, cuando el Apocalipsis que predicen no llega a producirse, emprenden acciones muy peligrosas.

Victor desvió la vista hacia Andrew Redburn.

—Comprenderá ahora, Andrew, por qué no es posible culpar a mi hermana de la muerte de Morgan, aunque me encantaría poder hacerlo. Como no tenemos ninguna prueba concluyente que pueda incriminarla, no tiene sentido hacer correr el rumor de que podría estar implicada. Y, si los partidarios de Blake están detrás de todo esto, que no haya discordias entre nuestras fuerzas los frustraría.

—Lo comprendo y comparto vuestra opinión. —La mueca de preocupación quedaba patente en el rostro de Redburn—, pero ¿qué vamos a decir sobre Penrose? Todo el mundo sabe que fue él quien lo hizo. Sólo nos falta saber por qué.

Victor se permitió esbozar una sonrisa cautelosa.

—Si nos remontamos a la guerra de 3039, el Primero de Ulanos de Kathil llevó a cabo una serie de combates en Quentin, pero luego fueron expulsados y el Condominio se quedó con aquella zona. Resulta que Penrose era originario de Quentin —o lo será en cuanto modifiquemos el archivo— y perdió a su padres y al resto de su familia allí. Siempre había culpado a Morgan Hasek-Davion de la muerte de su familia y había planeado vengarse. Se trasladó a la parte lirana de la Mancomunidad y, como era huérfano, fue aceptado por Loki. Esperaba poder acercarse a Morgan enseguida, pero la invasión de los Clanes dio al traste con sus planes. Decidió dejar el servicio y alistarse en ComStar y, gracias a un golpe de suerte, se le asignó a la expedición. Allí le fue muy útil su entrenamiento y por fin pudo cumplir su venganza.

La Elemental esbozó una sonrisa.

—Nunca había oído una mentira tan convincente.

Focht se echó a reír.

—Eso también explica por qué quería implicar al Condominio en el asesinato, puesto que durante su ocupación mataron a su familia. Funcionará, y modificaremos los archivos para presentar el perfil de una personalidad casi paranoide. ¿Quién puede extrañarse con los tiempos que corren y con la invasión de los Clanes y todo eso?

El Príncipe alzó la vista para observar a Focht.

—Eso puede crear cierta crisis en ComStar.

—Lo superaremos.

Victor desvió la vista hacia Redburn y Tiaret.

—¿Alguna objeción a esta historia?

Tiaret sacudió la cabeza pero Redburn titubeó.

—No vais a olvidar llegar hasta el fondo del asunto porque tengáis una historia encubierta, ¿verdad?

Victor tragó saliva para deshacer el nudo que se había vuelto a formar en su garganta.

—Tiene mi palabra, Andrew, de que la muerte de Morgan no quedará impune. Cuando descubramos quién lo hizo y lo cojamos, si desea ser usted quien apriete el gatillo, suyo será el trabajo.

—¿Una pistola, Alteza? —Redburn sonrió—. Preferiría usar un cuchillo. Uno poco afilado, para que dure más la agonía del culpable.

—Intentaré recordarlo. —Victor sonrió—. Haré una declaración a la expedición para que podamos aparcar las dificultades y espero poder hacer circular la historia completa para cuando lleguemos a casa. Creo que las noticias sobre el éxito de nuestra misión deben ser lo más importante cuando regresemos y no quiero que nada desluzca el recibimiento.