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Centro de Mando de la ComStar, montaña Zhaloba
Strana Mechty
Región estelar Kerensky, Espacio de los Clanes
23 de abril de 3060
Sentada en lo alto de su cabina en el Summoner, la Khan Marthe Pryde sintonizó la radio:
—Estrella Segunda, entramos en acción. Tenéis registrados vuestros objetivos. Buena caza. —Mientras sus compañeros estelares recibían la orden, hizo avanzar a su ’Mech de forma humanoide en el preciso instante en que el primer Turkina de los Clanes caía al suelo.
Sus ojos azules se entrecerraron al contemplar la imagen. Sus hombres habían sufrido más daños de lo que cabía esperar, pero según los datos que le proporcionaba el monitor secundario las fuerzas de ComStar habían sido machacadas. Todos sus ’Mechs menos uno seguían operativos y, lo que era más importante, el daño causado en los ’Mechs de ComStar había dejado la ladera de la montaña jalonada de restos. La Estrella Segunda se ocuparía de ellos, los haría trizas y los enviaría de regreso a las planicies de donde habían partido.
Marthe condujo a su Summoner al borde de la pendiente y se situó al lado del Nova pilotado por su saKhan, Samantha Clees. De inmediato colocó el puntero dorado de su imagen holográfica sobre uno de los Excaliburs que había en el campo. Un punto dorado parpadeó en el centro del puntero en forma de cruz y Marthe apretó el gatillo para disparar los tres sistemas de armas del Summoner. El cañón automático devoró parte del blindaje de la pierna derecha del blanco, y los MLA acabaron con la protección del brazo derecho y el centro del ’Mech. Más misiles podrían haber dado en el blanco pero el sistema antimisiles del Excalibur eliminó unos cuantos. El CPP hundió su escalpelo de color cobalto en el flanco derecho del Excalibur y, tras abrasar todo el blindaje de la zona, empezó a arañar la estructura del ’Mech.
Parte del cerebro de Marthe era consciente de que si la ferocidad de su ataque causaba tan graves daños en un ’Mech que todavía estaba inmaculado, podría haber sido mucho más efectivo contra uno de los que estaban dañados. Un ataque que apenas había debilitado a su víctima podría haber dejado fuera de combate a otro de los ’Mechs. Además, las fuerzas de ComStar no habían mostrado reparos en unir varios guerreros contra un solo enemigo para aumentar la efectividad de los ataques.
Pero ella rehusaba participar en semejante barbaridad. Los Halcones de Jade siempre habían destacado en los combates de uno contra uno, lo suyo eran los enfrentamientos entre iguales. Por muy habilidosos que fueran, los pilotos de ComStar nunca podrían equipararse a sus Halcones de Jade. Confabularse contra ellos sería en cierto modo como sugerir que les daban miedo. Nos superaron en Tukayyid, pero aquí los derrotaremos y recuperaremos nuestro honor. No tenemos motivos para temerlos. Los asaltos múltiples pueden ser aceptables para los Lobos y otros Clanes, pero no para nosotros.
El Excalibur devolvió el ataque sobre el Summoner de Marthe, y la frialdad de la reacción del piloto a pesar de los daños sufridos en su ’Mech impresionó a Marthe. Los MLA trituraron el blindaje de la pierna derecha y el centro del Summoner, lo cual provocó temblores en todo el ’Mech. El destello de plata lanzado por el rifle Gauss del Excalibur se incrustó en el brazo izquierdo del Summoner y torció hacia un lado la máquina gigante. Marthe tuvo que forcejear con los controles para mantener al Summoner en pie, y sólo consiguió estabilizarlo tras dar unos cuantos pasos atrás.
El Black Knight abatido se levantó e intercambió disparos con el Nova de Clees. El piloto de ComStar descargó dos disparos de láser de largo alcance y una andanada de CPP que derritió el blindaje del hombro izquierdo del Nova, mientras que uno de los láseres de largo alcance fundía una zona del blindaje del flanco derecho. El segundo rayo láser perforó el blindaje que quedaba en el pecho del ’Mech y empezó a dañar las estructuras del núcleo.
Clees mantuvo su ’Mech en pie y devolvió el ataque, dejando una vez más que fuera el brazo izquierdo de su ’Mech el que hiciera la mayoría de los disparos. El único láser medio del brazo derecho volvió a errar el blanco y Marthe supuso que Clees despellejaría al responsable de su equipo técnico por ello. Los otros seis disparos de láser sí dieron en el blanco. Dos rompieron más de la mitad del blindaje del brazo izquierdo del ’Mech, y otro abrió una brecha en las piernas del Black Knight y arrancó grandes placas de blindaje. Sin embargo, los dos últimos fueron los más dañinos porque destruyeron el blindaje que quedaba en el flanco izquierdo del ’Mech y laceraron su interior. A pesar del terrible daño que le infligió Clees, esta vez el ’Mech de ComStar no se derrumbó.
El primer Turkina y el Grim Reaper con el que se había enfrentado se alzaron a la vez y reemprendieron la batalla. El despliegue de misiles del Grim Reaper envolvió al rechoncho Turkina con un anillo de fuego. El blindaje explotó en ambos flancos y cayó del brazo derecho en pedazos. El rayo de láser de gran alcance acuchilló el resto de blindaje que cubría ese miembro, siguió luego por un tubo del radiador y medio fundió el músculo de miómero que controlaba esa articulación.
El Turkina puso en su punto de mira al Grim Reaper y descargó todas sus armas. Los dos láseres de pulsación lanzaron una tormenta de rayos verdosos sobre el blindaje ya debilitado del pecho del Grim Reaper. Fundieron la protección que quedaba y luego incendiaron estructuras de apoyo internas y de cobertura de los motores. Uno de los láseres de largo alcance acabó de derretir el resto de blindaje del brazo derecho del Grim Reaper y empezó con los músculos de miómero de detrás, mientras que el otro, combinado con un láser de pulsación medio, destripó al Grim Reaper, lo que paralizó al ’Mech, e hizo que saliera despedido por la espalda todo el motor interno.
El resto de armas despellejaron más blindaje, pero el daño que causaron no significó ya nada porque el ’Mech de ComStar cayó de bruces al suelo. La placa facial del ’Mech salió proyectada hacia adelante envuelta en llamas y se vio cómo el piloto impulsaba hacia el cielo su asiento eyector. El piloto se apresuró a cambiar el rumbo del cohete que llevaba acoplado en el asiento y trazó una curva en el aire para dirigirse al distante cuartel general de ComStar.
Marthe cambió la imagen holográfica que le mostraba el ordenador por otra captada por infrarrojos y se protegió los ojos mientras el otro Excalibur de ComStar apuntaba al más dañado Black Lanner de los Clanes. Los golpes recibidos por el motor probablemente habían inutilizado la calefacción del Excalibur, pero levantó el brazo derecho y señaló con el rifle Gauss al Black Lanner. Al instante, éste se aprestó a devolver el golpe.
La bala de plata del Excalibur se hundió en la pierna derecha del Black Lanner e hizo saltar astillas del miembro de hierro-titanio antes de segarla por encima de la rodilla. La parte inferior de la pierna descendió por la ladera en dirección al lago mientras el ’Mech tocado caía hacia el flanco derecho.
El fuego del Black Lanner contra el Excalibur resultó igual de devastador. El CPP incineró casi todo el blindaje por encima de la cintura del ’Mech y uno de los dos láseres de pulsación fundió parte de blindaje del brazo izquierdo. Los otros punzones rojizos de los láseres de pulsación se incrustaron a través del agujero que tenía el Excalibur en el flanco derecho y fundieron el poco armazón que le quedaba. El brazo derecho del Excalibur cayó al suelo, y con él el rifle Gauss. La calefacción volvió a fallar y el Excalibur se quedó congelado de repente. Una humareda negra empezó a brotar de él y el piloto salió expulsado unas décimas de segundo antes de que el desprotegido motor estallara en pedazos y consumiera la mitad superior del ’Mech hasta convertir en una turbia bola dorada lo que en su día había sido la reacción de fusión que le daba vida.
El Night Gyr de la Estrella de Marthe apuntó hacia un Shootist intacto y descargó contra él todo su armamento.
Los dos láseres de largo alcance que constituían el antebrazo derecho del ’Mech dispararon sus rayos sobre el Shootist. Uno de ellos arañó el blindaje del centro del ’Mech mientras que el otro desintegraba el blindaje de la cabeza. Una lluvia de chispas visible desde la cabina indicó que algún sistema estaba fallando, pero el ’Mech no cayó al suelo. Los dos pequeños cañones automáticos hicieron mella en el blindaje de los dos brazos del Shootist. Los láseres medios del Night Gyr lanzaron sus rayos de color rubí al mismo tiempo que el Shootist disparaba su armamento. Uno de los medios fundió más blindaje del brazo derecho del ’Mech pero el otro bañó la cabeza del ’Mech con un rayo sangriento que destruyó la estructura y fundió en un instante tanto la cabina como al piloto.
El ’Mech decapitado se precipitó al suelo pero antes consiguió que sus disparos llegaran al blanco. El Shootist no había apuntado al Night Gyr responsable de su muerte sino al Turkina, que había llegado hasta allí sin ninguna grieta en su blindaje. El fuego del cañón automático del Shootist rasgó el brazo izquierdo del ’Mech, llevándose casi todo el blindaje que lo cubría. El láser de largo alcance del ’Mech moribundo erosionó más blindaje de la cintura del Turkina mientras que los dos láseres de pulsación quemaban el blindaje del flanco izquierdo y acababan con el resto de la protección del izquierdo. El último dardo escarlata horadó la estructura del esqueleto del Turkina, pero el piloto pudo resistir el asalto.
Los otros enemigos del Turkina volvieron sus armas contra él. El Grim Reaper descargó todo lo que tenía sobre el ’Mech de los Halcones de Jade. Los MLA impactaron sobre ambas piernas y mermaron todavía más las dañadas planchas de la pierna y el flanco izquierdo. El láser de largo alcance de su brazo derecho salió disparado para acariciar el brazo izquierdo desnudo del enemigo con un rayo interno. Los músculos de miómero empezaron a humear y los huesos de hierro-titanio brillaron con un apagado tono naranja. Los disparos rojizos del láser de pulsación acribillaron la cintura del Turkina y uno de ellos penetró en el pecho del ’Mech. Del agujero salió un humo negruzco, y líquido de la calefacción, lo cual indicó a Marthe que el motor del Turkina había recibido un impacto.
El Black Knight que le había atacado antes enfocó ahora sus armas contra el enorme ’Mech de los Clanes. Disparó dos láseres de largo alcance y un láser de pulsación grande y uno medio. Ardientes lanzas de color verde del láser de pulsación montado sobre el pecho del Black Knight asaetearon el blindaje del flanco izquierdo mientras que el láser de pulsación pequeño lanzaba sus dardos de color rubí sobre el mismo flanco izquierdo y, tras acabar con el resto de la protección, penetraban en la estructura del Turkina.
Mientras el cuarto ’Mech de ComStar disparaba sobre el Turkina y el piloto de este ’Mech se concentraba en el Grim Reaper, Marthe se quedó maravillada ante la calma que demostraba el piloto al enfrentarse a los daños. El Turkina no se había movido un centímetro a pesar de los golpes que recibía y, aunque el blindaje del costado izquierdo de su cuerpo había sido fragmentado, el piloto no intentó en ningún momento retirarse o poner a resguardo esa parte. Ese mismo piloto, Arimas, permitió que lo capturaran en Coventry y suplicó formar parte de esta Estrella para redimirse de semejante humillación. Es un Malthus y, si sobrevive a esta batalla, presionaré a los líderes de su Casa para que lo dejen luchar por un Nombre de Sangre.
El Quickdraw de ComStar disparó los cuatro láseres medios de que disponía contra el Turkina. Uno de ellos erró el blanco y otro ennegreció más las planchas del pecho del ’Mech. Los otros dos fundieron el resto de blindaje del brazo derecho y perforaron la articulación del hombro hasta hacer caer al suelo el brazo del Turkina junto con sus dos láseres de largo alcance. Tras perder el miembro, el piloto consiguió recuperar el equilibrio. A pesar de la niebla que envolvía a su ’Mech, el Turkina parecía inasequible a la derrota.
Uno de los láseres de largo alcance envió una entrecortada andanada de punzones verdosos que desollaron el resto de armadura del brazo derecho del Grim Reaper y fundieron la articulación del hombro. El otro envolvió en llamas la pierna derecha, ya desnuda, y desgarró músculo y hueso, dejando en su lugar una ruina hecha jirones. Uno de los dos láseres de largo alcance erró por completo el tiro pero el otro arrancó de cuajo el brazo derecho. Uno de los láseres de pulsación medio lanzó una estela rubí que devoró la pierna derecha del Grim Reaper mientras que el otro trituraba más la estructura de soporte interna. Desprovisto de la mitad de su cuerpo, el Grim Reaper giró en el aire y se precipitó al suelo, con la cabeza hacia abajo, lo que hizo que el piloto quedara atrapado en la carlinga.
Otro Night Gyr apuntó en dirección al Black Knight que no había sido tocado y abrió fuego. Los rifles Gauss alojados en cada brazo vomitaron balas de plata que se incrustaron en el Black Knight. Una de ellas pulverizó el blindaje del flanco derecho mientras que el otro arrancaba la mitad de la protección del brazo derecho. El ’Mech de la ComStar consiguió mantenerse en pie pero el asalto le hizo retroceder unos pasos.
El segundo Summoner de la Estrella de Marthe puso en su punto de mira al Quickdraw. El pesado cañón automático disparó dos descargas. Una perforó las placas del flanco derecho del Quickdraw y una explosión blanca anunció la rotura de un retropropulsor mientras que un estallido de humo verdoso confirmaba que un radiador había sido destruido. La segunda carga de proyectiles rebañó el blindaje del brazo derecho del ’Mech y a punto estuvo de cortarlo, trabajo que concluyó el láser de largo alcance que llevaba el Summoner en el brazo derecho.
El último Black Lanner volvió a intercambiar disparos con el Shootist que había puesto en su punto de mira la primera vez que las fuerzas se habían encontrado frente a frente. El piloto dio en el blanco con todos los láseres medios. Uno seccionó el blindaje del brazo derecho del Shootist mientras que el siguiente se concentraba en la pierna izquierda. Otros dos consiguieron perforar el flanco derecho, para acabar fundiendo un radiador, y el último arañó el blindaje del brazo izquierdo del ’Mech.
El Shootist siguió en pie y respondió con coraje al ataque del ’Mech de los Clanes. El cañón automático cosió la pierna izquierda a disparos, arrancando fragmentos de blindaje. Un láser de pulsación acabó con el resto de la coraza del flanco izquierdo del ’Mech mientras el otro fundía la protección que todavía quedaba en el brazo izquierdo y recocía músculos y huesos. El láser de largo alcance resultó el más dañino cuando barrió por encima la pierna derecha desprovista de blindaje. El rayo de diáfana luz derretía todo lo que tocaba y amputó el miembro a la altura de la cadera, lo que hizo que el Black Lanner se balanceara antes de precipitarse al suelo.
La pareja de Spartans de ComStar se enfrentó al último ’Mech de los Clanes que quedaba, el tercer Summoner de la Estrella de Marthe. El primero disparó con todas sus armas de rayos. Un CPP y el láser de pulsación licuaron el revestimiento del flanco izquierdo del ’Mech, mientras que otro láser de pulsación acribillaba con una línea de puntos blancos todo lo largo del brazo izquierdo. El último láser de pulsación concentró su fuego en la cadera derecha del Summoner pero no consiguió perforar el blindaje y causar daño.
Por su parte, el segundo Spartan disparó también todas sus armas. Un láser de pulsación desmembró las placas que cubrían la pierna derecha, mientras que los otros dos reventaron la cintura del ’Mech. El relámpago azul del CPP horadó el brazo izquierdo del ’Mech e hizo caer al suelo fragmentos humeantes de blindaje. La ferocidad de ambos ataques derrumbó al Summoner, pero no antes de que abriese fuego contra sus verdugos.
El condenado Summoner tenía una dotación generosa de misiles, tanto de largo como de corto alcance, con los cuales batió a uno de los Spartans. Los misiles acribillaron el ’Mech de ComStar. El ’Mech perdió la mayor parte de blindaje del brazo derecho y el flanco izquierdo, pero un quinteto de misiles golpeó la cabeza y machacó esa zona. El Spartan se tambaleó un poco, pero no cayó al suelo.
Marthe no pudo evitar sentir respeto a su pesar pero puso de nuevo al Excalibur en su punto de mira y disparó. La andanada de MLA perdió un montón de misiles por el sistema de defensa del Excalibur pero los cinco que consiguieron sortearlo acabaron con el resto de blindaje de la pierna derecha del ’Mech de ComStar. Marthe soltó una maldición cuando la descarga de su cañón automático se incrustó en el flanco izquierdo del ’Mech, pero el relámpago artificial del CPP electrificó la pierna derecha del ’Mech. El músculo de miómero estalló envuelto en llamas y los huesos brillaron en plena incandescencia antes de desvanecerse en una nube de humo.
Cuando el Excalibur cojo caía al suelo, el piloto disparó su MLA y el rifle Gauss. La bala de plata pasó frente a la cabina de Marthe, errando el tiro por unos centímetros, pero el MLA alcanzó al Summoner en pleno pecho. Una oleada de calor la embargó cuando uno de los misiles atravesó las placas de protección y dañó el motor. El indicador del monitor que controlaba el calor saltó a la zona roja mientras los radiadores trabajaban al máximo.
Samantha Clees, montada en su Nova, descargó más disparos sobre el Black Knight con el que había estado luchando desde el principio. El grueso del fuego de láser emergía de los láseres medios del brazo izquierdo, pero al final consiguió dar en el blanco también con uno de los láseres del derecho. Los siete láseres medios lanzaron una andanada de lanzas que taladraron al Black Knight, desollaron el resto de la armadura que quedaba en la pierna derecha y arrancaron más de la pierna izquierda, pero el peor daño lo causaron los láseres que impactaron en el pecho del Black Knight. El flanco izquierdo vio cómo quedaban pulverizadas todas sus estructuras de soporte, y cómo caía al suelo el brazo. El fuego dirigido contra la zona central rompió el blindaje y horadó el motor, lo que causó una incandescencia en el sensor de infrarrojos del ’Mech.
El piloto del Black Knight contraatacó con valentía y disparó las armas que Clees aún no había destruido. El CPP acoplado en el brazo derecho fundió el resto de blindaje del brazo izquierdo del Nova y luego redujo el actuador del extremo superior del brazo a una masa burbujeante y alquitranada. El rayo verde del láser de largo alcance arrugó el revestimiento del brazo derecho del ’Mech pero el asalto no consiguió derrumbar al Nova.
El fustigado Turkina de Arimas puso en su punto de mira al Shootist que había matado al Black Lanner. Los láseres de pulsación de largo alcance del brazo izquierdo del Turkina desintegraron el blindaje del centro del ’Mech y el flanco derecho mientras que los dos láseres medio acoplados en los flancos izquierdo y derecho desollaron las piernas del Shootist, a la vez que los láseres de pulsación lanzaban una lluvia de dardos al centro y por encima de la cabeza del ’Mech.
El piloto del Shootist se ganó el respeto de Marthe cuando el ’Mech consiguió permanecer en pie y devolver el ataque. El pesado cañón automático y uno de los láseres de pulsación desgarraron el blindaje por encima de la pierna derecha del ’Mech mientras que el láser de largo alcance abrasaba por completo el otro brazo del Turkina. El último láser mordisqueó la coraza del flanco derecho del Turkina, arañando el único pedazo que quedaba incólume del cuerpo del ’Mech.
¡Y ni siquiera así se ha derrumbado! Marthe sintió que un escalofrío le recorría la columna. Arimas es sin duda un verdadero Halcón de Jade.
Marthe echó un vistazo al reconocimiento de estado de su carlinga y sacudió la cabeza. Tenía tres ’Mechs incólumes mientras que en el bando de ComStar sólo quedaba sin dañar un Spartan. Aunque el ’Mech de Arimas se clasificara como destruido, si bien todavía tenía armas para luchar, ella sólo tenía tres bajas comparadas con las cinco que habían perdido las tropas de ComStar. Y de los que han quedado, dos están seriamente heridos y un tercero está en apuros.
No cabía dudas del resultado de la batalla. Aunque una parte de su ser quería proseguir el ataque y aplastar por completo la compañía ligera de ComStar, su otro yo no veía honor ninguno en hacer las cosas así. Su objetivo era quitarnos el lago, y su ataque ha sido rechazado. Destruirlos por completo sería lo que yo estaría dispuesta a hacer con los bandidos, pero esta gente no son bandidos. Aunque no pertenecen a ningún clan, saben luchar.
Una fina sonrisa le alteró la expresión del rostro. Sintonizó la radio a una frecuencia que permitía emitir en una frecuencia de difusión amplia.
—Miembros de ComStar, la batalla ha terminado. Permitimos que os rindáis y consideraremos que vuestro honor queda intacto.
Sonó una sucesión de interferencias y luego una voz fatigada que respondía.
—Soy el Capiscol Harvison. Nos habéis ganado con justicia y por completo. Nos retiramos y consideraremos que vuestro honor queda ampliado por vuestra generosidad.
—Hace un buen trato, Capiscol. —Acto seguido cambió a una frecuencia más local para hablar con su equipo táctico.
»Halcones, descansen. Él invasor regresa a su hogar, y sabed que hemos defendido bien el nuestro.