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Despacho de la Primera Princesa
Nueva Avalon
Marca de Crucis, Mancomunidad Federada
15 de marzo de 3061
Katrina observaba cómo las burbujas ascendían por su copa de champán, maravillada de cómo el líquido ámbar claro y el cristal de la copa conspiraban para empequeñecer el mundo que veía a través de ellos. Hizo girar el cristal con los finos dedos de su mano izquierda para abarcar al completo lo que una vez había sido el despacho de Victor. Sonrió al darse cuenta de que ahora tenía en la palma de la mano todo lo que antes había pertenecido a su hermano.
Tomó un sorbo de champán y volvió a sonreír. Seco, tan seco como el polvo que ahora muerde Victor. Se retrepó en la butaca que había pertenecido antes a Victor y a su padre, Hanse Davion, y se permitió soltar una carcajada ronca. No la había sorprendido la maniobra de Theodore de hacer aterrizar la expedición en Luthien para proporcionarles un recibimiento de héroes…, al fin y al cabo era un gesto muy típico de los Kurita. Allí, Theodore podía dar a Victor la noticia de cómo lo había perdido todo.
¿Lo habrá hecho el propio Coordinador o habrá permitido que sea Yvonne quien pague por sus pecados? Katrina dio otro sorbo, saboreando el aroma levemente afrutado del champán y disfrutando del cosquilleo de las burbujas en su garganta. Sabía que a Yvonne le gustaba el champán…, de hecho el que probaba ahora lo había guardado ella. Es una lástima que no encuentre motivos de celebración ahora.
Yvonne había dejado la Mancomunidad Federada poco después de Año Nuevo, pero las tensiones habían empezado allí durante las vacaciones. Katrina sabía que Yvonne se sentiría herida por la transición, pero la Primera Princesa confiaba en que su hermana menor atendería a razones. Después de todo, lo hice en beneficio de nuestro pueblo, y por la gente de la Esfera Interior.
Katrina suspiró. Desde el primer momento había pensado que su hermano Victor no tenía la talla para ser dirigente. Ya de pequeño había sido un soldadito que apenas destacaba a pesar de las alabanzas que le dedicaba su padre. Si se le daba a elegir, Victor se disfrazaba con todos los uniformes que las unidades de la Mancomunidad Federada enviaban como regalo. Comprendía por qué los miembros del mundo militar lo adoraban: su nacimiento había coincidido con el cese de la Cuarta Guerra de Sucesión gracias a la cual su padre había engullido casi la mitad de la Confederación de Capela. Nació entonces Victor, un heredero masculino de Hanse Davion que, con ese nombre, iba a convertirse en una reencarnación con la que pensaba conseguir un gran éxito.
Se apartó la copa de los labios y echó un vistazo al despacho que no había cambiado en su recuerdo. Victor no lo había tocado tras la muerte de su padre. En esta misma silla, Hanse Davion tuvo su ataque al corazón. En realidad, Victor había sido educado por su padre…, forjado, mejor dicho…, hasta convertirlo en lo que era. La verdad es que había sido la persona ideal para tratar con los Clanes, pero su condición de arma apropiada significaba que nunca podría ser un buen dirigente. El conflicto, en su opinión, implica sangre y dolor.
Katrina volvió a sonreír, incapaz casi de refrenar las ganas locas que tenía de chillar. Cuando había empezado a competir con su hermano por el poder, se había dado cuenta de que la opinión era tan válida como los hechos para influir en la mente de muchos. Le había asestado un golpe mortal a Victor en los territorios de la Alianza Lirana prestando veracidad al rumor de que él había sido el asesino de Melissa Steiner-Davion. Katrina se había situado enseguida en su papel de digna heredera de su madre y se había ganado el corazón de la gente. Cuando apartó la Alianza Lirana de la Mancomunidad Federada el pueblo aceptó la maniobra como una salvación, no como una traición.
Su manipulación de los medios de comunicación le había servido como método para destruir a Victor. Cuando él ocupaba el poder en Nueva Avalon, había iniciado lentamente sus esfuerzos, con objeto de causarle problemas internos, pero también para impulsarlo a aventurarse en persecución de los Clanes, y poder así utilizar la inocencia de Yvonne para su propio provecho. Fue tan terriblemente sencillo.
Los dirigentes que tenían el poder sobre naciones que se extendían a cientos de años luz de distancia no podían perder tiempo hablando con cada uno de sus súbditos para saber qué deseaban o necesitaban. El motivo de que se hubiese impuesto de nuevo un sistema feudal respondía al hecho de que era necesario un gobierno directo de los mundos. Los nobles que controlaban esos mundos rendían cuentas al gobierno central, al cual acudían cuando necesitaban ayuda, pero también eran incapaces de manejar un planeta entero.
Entraban entonces en escena las empresas de encuestas que investigaban las opiniones de la gente. La mayoría de ellas llevaban a cabo encuestas que formulaban un abanico de preguntas y que incluían opiniones sobre el producto de consumo que comercializaba la empresa que financiaba el estudio. Mediante ese negocio se obtenían datos útiles sobre la base del consumo, y a la vez con el proceso se obtenían opiniones del pueblo sobre temas políticos o morales.
A través de una amplia gama de corporaciones que utilizaba como tapadera, Katrina patrocinaba multitud de encuestas y las preguntas que incluía en el formulario estaban redactadas de forma que obtenía respuestas específicas. En vez de preguntar: «¿Es positivo que el Príncipe Victor encabece la Fuerza Expedicionaria de la Liga Estelar?», los encuestados se encontraban con la siguiente pregunta: «¿Es cierto que el hecho de que el Príncipe Victor encabece la Fuerza Expedicionaria de la Liga Estelar le impedirá tratar los temas de índole local?». Todos, salvo los militares más acérrimos, tenían que responder afirmativamente a esa segunda pregunta, y el resultado es que la encuesta arrojaba el siguiente resultado: más de un ochenta por ciento de personas creían que Victor se distraía de sus deberes como dirigente debido a las actividades de la Liga Estelar.
Cuando Victor y sus fuerzas partieron hacia la Periferia, Katrina empezó con sus maniobras. Las preguntas se hicieron más sesgadas y de resultas de ello empezó a aumentar la insatisfacción ciudadana con el liderazgo de Yvonne. Para exacerbar ese sentimiento, Katrina había realizado y distribuido gran cantidad de documentación que hablaba sobre la guerra de los Clanes, la partida de Kerensky, el bloqueo de la Liga Estelar original y el resurgimiento de la nueva. En todas esas historias, la figura de Victor se semejaba a la de Aleksandr Kerensky, lo cual le otorgaba una luz especial pero a la vez jugaba con el temor de la gente a que abandonara la Esfera Interior, tal como había hecho Kerensky. Y, lo que es peor, los Clanes habían sido el resultado del exilio de Kerensky, lo cual inducía a la población a plantearse qué tipo de monstruosidad engendraría la campaña de Victor.
En la Marca Draconis, las historias sobre la guerra de los Clanes exageraban los esfuerzos de Victor para salvar a Hohiro Kurita y liberar a los mundos del Condominio…, sin ocuparse antes de la liberación de los mundos de la Alianza Lirana que, nominalmente, consideraba su propio mundo. La población de la Marca Draconis había temido durante mucho tiempo al Condominio y las acciones de Victor en beneficio de este último empezaron a polarizar a la población.
Y mi querido Arthur me fue de gran ayuda en ese punto. Su hermano menor era estudiante de la Academia Militar de Robinson, la capital de la Marca Draconis. Aunque era un cadete con buena disposición y capacidad, Arthur era un veleta que giraba en la dirección en que soplaba el viento y que, en este caso, era el procedente de los Caballeros de la Marca, que temían que el Condominio engullera sus reinos ahora que los Clanes no iban a ser una amenaza. Arthur prometió que no permitiría que aquello sucediese, e inconscientemente se convirtió en nexo de reunión de aquellos que creían que Victor los había abandonado.
Había sido fácil manipular a Arthur. Un par de breves mensajes dirigidos a él, dándole ánimos y alabándolo por su astucia al tratar los temas de importancia local, le aseguraron que seguiría en esa línea. No había sido tan fácil jugar con Yvonne, en gran parte porque Tancred Sandoval resultó ser un consejero perspicaz. Sandoval era el asesor político de Yvonne y consiguió esquivar todas las trampas que Katrina había dispuesto. Con él en su puesto, la conquista de Nueva Avalon habría resultado imposible.
Afortunadamente para sus intereses, la familia de Sandoval se trasladó a la Marca Draconis y, cuando empezó a haber disturbios en la región fronteriza, Tancred regresó a su casa de Robinson por expreso deseo de Yvonne para calmar la situación. Arthur y Tancred tuvieron una serie de confrontaciones directas en las que Tancred demostró a Arthur que pensaba más con el corazón que con la cabeza. La situación no habría pasado de allí pero Tancred no contaba con la atracción que ejercía Arthur sobre gran parte de la población de la Marca. Como mostraron enseguida las encuestas, Tancred apareció como un matón que quería dar una paliza a Arthur, y eso mermaba en gran medida su capacidad para ser eficaz al lado de Yvonne.
La tercera y última fase de la guerra encubierta de Katrina en la Mancomunidad Federada se inició cuando supo que Victor regresaba triunfante. Gracias a jugosos sobornos que pagó a miembros de las compañía de encuestas y burócratas de poca monta, Katrina manipuló los datos que se enviaban a Nueva Avalon para sembrar la inquietud. Los datos se filtraron por todos los planetas y con un puñado de agitadores desparramados por aquí y por allí, fomentados y ayudados por el Movimiento de Tikonov Libre de Sun-Tzu, montaron escenas callejeras que proporcionaron una inestimable prueba de holovídeo que mostraba el descontento cada vez más generalizado de la Mancomunidad Federada.
La angustia de Yvonne se hizo patente en sus comunicaciones directas con Katrina que, a su vez, sugirió muy pocas cosas que Yvonne podía hacer para recuperar el apoyo. Esas estrategias produjeron resultados inmediatos y positivos…, gracias de nuevo a la manipulación de las encuestas. Desgraciadamente para Yvonne, cualquier concesión que daba a un mundo para solucionar un problema causaba de inmediato una reacción de los otros, que empezaban a preguntarse por qué no obtenían la misma asistencia del gobierno central, lo cual no hacía más que profundizar los problemas a los que se enfrentaba Yvonne.
De repente, las encuestas empezaron a mostrar un creciente favor popular por Katrina, y ésta se dedicó a fomentarlo realizando un viaje a los mundos fronterizos para llevar hasta allí el apoyo de la Alianza Lirana, que estaba mucho más cerca de mundos como Addicks y Helen que Nueva Avalon. La recibieron multitudes entusiastas, y las holooperaciones le proporcionaron bits de sonido perfectos. La imagen de un niño subido al regazo de Katrina y diciendo: «Eres muy bonita, me gustaría que fueras mi reina» era suficientemente dulce para que a uno se le enterneciera el corazón y fue emitida en todos los rincones de la Mancomunidad Federada.
A mediados de octubre el debate estaba servido y se había reducido a una sola pregunta que corría de boca en boca en las tertulias y los espectáculos políticos de holovídeo. «Si Victor muriese, ¿no sería Katrina la heredera del trono de la Mancomunidad Federada?» Al fin y al cabo Yvonne sólo había sido colocada en el cargo como regente y parecía evidente que no era apta para el cargo. Y, por lo que ellos sabían, Victor estaba muerto en algún lugar más allá de la Periferia. Podría resultar que Yvonne acabara causando la ruina de la Mancomunidad Federada, cuando su hermana podía haber cogido las riendas mucho antes.
El debate hundió a Yvonne en la desesperación. A mediados de noviembre, envió un mensaje a Katrina rogándole que acudiera a ocuparse de todo. Katrina aceptó y cogió las riendas del gobierno justo a tiempo para presidir las celebraciones de las vacaciones. En todo momento se ocupó de que Yvonne estuviera a su lado y alabó a su hermana por su denodado esfuerzo en unos tiempos tan difíciles, pero todos respiraron aliviados al ver que un dirigente experto asumía una vez más el timón del estado.
Katrina sacó el máximo de provecho de ese período de favor de la población. Las encuestas mostraron de inmediato un aumento de la confianza y Katrina inició una serie de reformas para que el pueblo viese que se preocupaba por las personas. Envió a Yvonne a Robinson para asegurar a la gente de la Marca Draconis que no iba a abandonarlos, y no la sorprendió enterarse de que Yvonne y Tancred habían desaparecido y aparecido más tarde en Luthien.
Dio un sorbo más de champán y paseó una vez más la mirada por el despacho.
—Demasiada madera vieja y cuero. Haré reformas.
Un golpe seco en una de las puertas de caoba le hizo volver a la realidad. Al alzar la vista vio a un hombre mayor, de constitución firme y origen asiático, que se inclinaba en una reverencia hacia ella mientras se introducía en la habitación.
—¿Necesitas algo, Mandarín Liao? ¿Estás aquí para aguarme la fiesta o debo ser generosa y ofrecerte una copa de champán?
Los ojos azules de Tormano Liao la observaron con detenimiento.
—No sé si lo que vengo a contaros os desagradará o no, Alteza.
Ella se encogió de hombros.
—Entonces bebe antes una copa de champán. Tenemos que hacer un brindis por la nueva vida ociosa de mi hermano. Ahora tendrá todo el tiempo del mundo para pasear por ahí con su amante de Draconis.
Tormano se sirvió bebida, entrechocó su copa con la de ella, y luego tomó un sorbo.
—Excelente, como de costumbre, Alteza.
—Por supuesto. Me merezco lo mejor. —Cogió la copa con ambas manos—. ¿Qué deseas contarme?
—Debo renunciar a vuestro servicio, Alteza.
—Curioso. ¿Por qué?
El anciano Liao dejó la copa en la mesa y entrecruzó las manos por la espalda.
—Mi sobrino, como Primer Señor de la Liga Estelar, utilizó las unidades de la Fuerza de Defensa de la Liga Estelar para ocupar la Comunidad de Saint Ivés, el reino de mi hermana. Como ya sabréis, hay conflictos allí y no le ha ido demasiado bien al pueblo de mi hermana. Además, Sun-Tzu está ganando terreno en los Territorios Disputados y está reclamando planetas que su padre liberó antes de su nacimiento. Tengo amigos en esos mundos.
—Lo sé, Mandarín. —Katrina esbozó una fría sonrisa—. Si no recuerdo mal, he recompensado tu lealtad desviando mis propios fondos a varias de tus células de liberación. Creo que se llama Movimiento de Liberación de Capela.
—Sí, Alteza, habéis sido muy generosa. Sin embargo, en los tiempos que corren, el liderazgo es casi tan vital como el dinero. Aunque Cassandra y Kuan-Yin Allard-Liao están haciendo todo lo que pueden para oponerse a su primo Sun-Tzu, se necesita más liderazgo allí.
—¿Y tú vas a cumplir ese papel?
—Sí. —Tormano apoyó la palma de la mano abierta sobre el pecho—. No soy un guerrero capaz en la actualidad, pero tengo experiencia que mis sobrinas no poseen.
—Y tienes una pasión por el poder que tampoco comparten ellas. —Katrina soltó una breve carcajada y sonrió al ver el gesto de sorpresa en el rostro de Tormano—. Vamos, Tormano, ambos sabemos que quieres poner el culo en el Trono Celestial de Sian.
—Aceptaría de buen grado mi deber como Liao.
—Sé que lo harías, pero debes considerar una serie de cosas que quizá te conduzcan allí más pronto de lo que esperas. La primera es ésta: por ahora, Kai está en Luthien y habrá oído hablar ya de la difícil situación de la Comunidad de Saint Ivés. Creo que aceptará de buen grado ese cargo que deseas.
Tormano palideció por la sorpresa pero luego sonrió.
—Kai sería muy eficaz en ese puesto, sin duda.
—La segunda cosa que hay que tener en consideración, y la más importante, es ésta: el reinado de Sun-Tzu como Primer Señor de la Liga Estelar acabará en noviembre. En la Segunda Conferencia de Whitting, de la cual seré anfitriona en Tharkad de aquí a ocho meses, elegiremos un nuevo Primer Señor y pretendo que me elijan a mí.
Tormano frunció el entrecejo.
—No tenéis los votos asegurados.
—Oh, no lo sé. Tendré el voto de Sun-Tzu si lo amenazo con destruir por completo su reino si no lo hace. Como el pequeño Janos Marik será el heredero de Thomas —y he oído decir que su mujer Halas está otra vez embarazada— el falso compromiso de Sun-Tzu con Isis Marik carece de sentido. No tiene alternativa, así que votará por mí. Y lo mismo ocurre con Thomas, que votará a mi favor para congraciarse conmigo y para que mantenga a Sun-Tzu ocupado con la Mancomunidad Federada, y no en la política interna de la Liga.
—Theodore Kurita se os opondrá.
—No importa, será un voto contra seis. Compraré el voto de la República Libre de Rasalhague gracias a pactos de comercio y el de tu hermana prometiéndole más ayuda a sus tropas. —Katrina sostuvo la copa en alto para que Tormano la llenara de nuevo—. Lo más importante es que no existe un candidato válido que pueda oponerse a mí. Theodore sería la alternativa lógica pero todavía está consolidando los beneficios de haber expulsado a los Clanes de sus mundos y no puede permitirse distracción ninguna.
Tormano volvió a llenarle la copa y devolvió la botella al cubo de plata que había sobre el escritorio.
—Y su hermano, que sería la opción más lógica, no tiene voto porque no tiene reino.
—Exacto.
Tormano asintió con cautela.
—Y cuando seáis Primer Señor de la Liga Estelar, ¿retiraréis las tropas de la Fuerza de Defensa de la Liga Estelar de Saint Ivés?
—Te utilizaré a ti, Mandarín, como mi enviado especial para dirigir el alto al fuego y la retirada.
Tormano sonrió y alargó el brazo para coger su copa de champán.
—Brindo por vos, Alteza. Que la sabiduría y el éxito os acompañen.
—Gracias, Mandarín Liao. —Las dos copas tintinearon y el sonido del cristal contra cristal le pareció alegre—. Recompensas para nuestros amigos leales, y para nuestros enemigos la oscuridad de una vida desperdiciada.