125. Nos faltaría tratar del singular fenómeno de los "no engendrados" (*) que por extraordinario que pueda parecer a primera vista no es más sobrenatural que los otros. Pero como lo hemos explicado en la Revista Espiritista (febrero de 1859) creemos inútil reproducir aquí los detalles; diremos solamente que es una variedad de la aparición tangible; es el estado de ciertos Espíritus que pueden revestir momentáneamente las formas de una persona viva al punto de hacer completa ilusión.
CAPÍTULO VIII
LABORATORIO DEL MUNDO INVISIBLE
Trajes de los Espíritus. - Formación espontánea de objetos
tangibles. - Modificación de las propiedades de la materia. -
Acción magnética curativa.
126. Hemos dicho que los Espíritus se
presentan vestidos con sus túnicas, ropajes o con sus trajes
ordinarios. Los ropajes parecen ser la costumbre general en el
mundo de los Espíritus; pero uno no comprende de dónde salen
semejantes trajes, parecidos enteramente a los que llevaban en su
vida, con todos los accesorios de tocador.
Es cierto que ellos no se llevaron estos objetos consigo, puesto
que los que realmente vestían los tenemos aún a la vista; ¿de dónde
provienen, pues, los que llevan en el otro mundo? Esta cuestión
siempre ha embarazado bastante, pero para muchos era un simple
asunto de curiosidad; confirma sin embargo, una cuestión de
principio de gran importancia, porque su solución nos ha puesto en
el camino de una ley general, que encuentra igualmente su
aplicación a nuestro mundo corporal. Muchos hechos han venido a
complicarla y a demostrar la insuficiencia de las teorías que se
habían ensayado. Hasta cierto punto podía darse cuenta del traje,
porque puede considerársele como haciendo de algún modo parte del
individuo; pero no es así en cuanto a los objetos accesorios, como
por ejemplo la caja de tabaco del caballero que visitó a la señora
enferma, de la cual hemos hablado (número 117). Notamos con este
motivo que no se trata aquí de un muerto, sino de un vivo, y que
este caballero cuando volvió en persona tenía una caja de tabaco
parecida en un todo. ¿En dónde encontró, pues, el Espíritu, la que
tenía cuando estaba al pie de la cama de la enferma? Podríamos
citar gran número de casos en que Espíritus muertos o vivos se
aparecen con diversos objetos, tales como bastones, armas, pipas,
linternas, libros, etc. Entonces se nos ocurrió la idea de que los
cuerpos inertes podían tener sus análogos etéreos en el mundo
invisible; que la materia condensada que forma los objetos podía
tener una parte esencial fuera del alcance de nuestros sentidos.
Esta teoría no estaba desnuda de verosimilitud, pero no era
suficiente para dar razón de todos los hechos. Sobre todo hay uno
que debe burlar todas las interpretaciones. Hasta entonces sólo se
había tratado de imágenes o apariencias. Hemos visto muy bien que
el periespíritu puede adquirir las propiedades de la materia y
hacerse tangible, pero esta tangibilidad sólo es momentánea, y el
cuerpo sólido se desvanece como una sombra.
Este es un fenómeno muy extraordinario, pero lo es mucho mayor el
verse producir la materia sólida persistente, así como lo prueban
numerosos hechos auténticos, y notablemente el de la escritura
directa, de la que hablaremos en detalle en un capítulo especial.
Sin embargo, como este fenómeno tiene íntima relación con el asunto
que tratamos en este momento, y que es una de las aplicaciones más
positivas, nos anticiparemos al orden que tenemos
establecido.
127. La escritura directa o "pneumatografía" es aquella que se produce espontáneamente sin el auxilio de la mano del médium ni del lápiz. Basta tomar una hoja de papel blanco, lo que se puede hacer con todas las precauciones necesarias para no ser chasqueado por ninguna superchería, doblarla y colocarla en alguna parte, en un cajón o simplemente sobre un mueble, y si se tienen las condiciones que se requieren, al cabo de cierto tiempo más o menos largo se encuentran en el papel caracteres trazados, diversos signos, palabras, frases y aun discursos, las más de las veces con una sustancia parduzca parecida al plomo; otras veces con lápiz encarnado, tinta ordinaria y aun tinta de imprenta. He aquí el hecho en toda su sencillez, y cuya reproducción, aunque poco común, no es, sin embargo, muy rara, porque hay personas que lo obtienen con mucha facilidad. Si se ponía el lápiz con el papel se podría creer que el Espíritu se ha servido de él para escribir; pero desde el momento que el papel está enteramente solo, es evidente que la escritura está formada por una materia depositada. ¿De dónde ha tomado el Espíritu esta materia? Tal es la pregunta que hemos hecho, a cuya solución nos ha inducido la caja de tabaco de que más arriba hemos hablado.
128. El Espíritu de San Luis nos ha dado
esta solución con las respuestas siguientes: 1. Hemos citado un
caso de aparición del Espíritu de una persona viva. Este Espíritu
tenía una caja de tabaco y tomaba polvo. ¿Sentía, efectivamente, la
impresión del que toma polvo en realidad? "No."
2. Esta caja de tabaco tenía la misma forma que la que él usaba
ordinariamente y que estaba en su casa. ¿Qué era, pues, la caja de
tabaco que tenía este hombre en sus manos?
* Del griego "a" privatif, et "géine", "geinomai" engendrer; que no ha sido engendrado.
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