aprender en Espiritismo, y no toman para ellos las lecciones que reciben a menudo de parte de los Espíritus. Estos no se contentan con las facultades que poseen: quieren tenerlas todas. "Médíums susceptibles": variedad de los médiums orgullosos; se resienten de las críticas de que pueden ser objeto sus comunicaciones; se enojan de la menor contrariedad, y si enseñan lo que obtienen es para hacerlo admirar y no para pedir pareceres. Generalmente toman aversión a las personas que no les aplauden sin reserva, y desertan de las reuniones en que no pueden imponerse y dominar. "Dejadíes que se pavoneen en otra parte y que busquen oídos más complacientes, o que se retiren en el aislamiento; las reuniones que se privan de su presencia no pierden mucho. -ERASTO." "Médiums mercenarios": los que explotan su facultad. "Médiums ambiciosos": los que sin poner a precio sus facultades esperan sacar de ellas alguna ventaja. "Médiums de mala fe": los que teniendo facultades reales simulan las que no tienen para darse importancia. No se puede dar el título de médium a las personas que no teniendo ninguna facultad medianímica no producen más efectos que los de la impostura.
"Médiurns egoístas": los que no se sirven de su facultad sino para su uso personal, y guardan para ellos las comunicaciones que reciben.
"Médiums celosos": los que ven con despecho otros médiums mejor apreciados que les son superiores. Contra todas esas malas cualidades hay también otras que son buenas.
197. Buenos médiums
"Médiums formales": los que no se sirven de su facultad sino para
el bien y para cosas verdaderamente útiles; creerían profanarla
haciéndola servir para la satisfacción de los curiosos y de los
indiferentes o para fruslerías. "Médiums modestos": los que no se
hacen ningún mérito de las comunicaciones que reciben por buenas
que sean; se consideran como extraños a ellas y no se creen al
abrigo de las mixtificaciones. Lejos de huir de los consejos
desinteresados, os solicitan. "Médiums desinteresados": los que
comprenden que el verdadero médium tiene una misión que cumplir, y
debe, cuando sea necesario, sacrificar sus gustos, sus costumbres,
sus placeres, su tiempo y aun sus intereses materiales al bien de
los otros.
"Médiums seguros": los que además de la facilidad de ejecución
merecen la mayor confianza por su propio carácter, la naturaleza
elevada de los Espíritus por quienes están asistidos, y que son los
menos expuestos a ser engañados. Veremos más adelante que esta
seguridad no depende de ningún modo de los nombres más o menos
respetables que toman los Espíritus. "Bien conocéis que es
incontestable que el censurar así las cualidades y las
irregularidades de los médiums, suscitará contrariedades y aun
animosidades en algunos; ¿pero qué importa? la mediumnidad se
extiende de día en día más y el médium que tomara a mal estas
reflexiones, probaría que no es buen médium; esto es, que está
asistido por malos Espíritus. Por otra parte, como lo he dicho,
todo esto sólo durará algún tiempo, y los malos médiums, los que
abusan o hacen mal uso de sus facultades, sufrirán tristes
consecuencias, como esto ha acontecido ya para algunos; aprenderán
a sus costas lo que cuesta el hacer volver en provecho de sus
pasiones terrestres un don que Dios no les había concedido sino
para su adelantamiento moral. Si no podéis volverles a conducir al
buen camino, compadecedles, que, puedo decíroslo, son réprobos de
Dios. - ERASTO." "Este cuadro es de gran importancia, no solamente
para los médiuns sinceros que buscarán de buena fe, leyéndole, se
preservarán de los escollos a que están expuestos; también para
todos aquellos que se sirven de médiums, porque él les dará la
medida de lo que pueden racionalmente esperar de ellos. Debería
estar constantemente bajo la vista de cualquiera que se ocupe de
las manifestaciones, lo mismo que la "escala espiritista", de la
cual es el complemento; estos dos cuadros resumen todos los
principios de la doctrina, y contribuirán más que lo creéis a
conducir al Espiritismo a su verdadero camino. -
SÓCRATES."
198. Todas estas variedades de médiums presentan grados infinitos en su intensidad; hay muchos de estos que no constituyen propiamente hablando más que matices, pero que no dejan de ser el hecho de aptitudes especiales. Se concibe que debe ser bastante raro que la facultad de un médium se halle rigurosamente circunscrita a un sólo género; el mismo médium puede, sin duda, tener muchas aptitudes, pero siempre hay una que domina, y es la que se debe procurar cultivar si es útil. Es un mal grave el esforzarse en el desarrollo de una facultad cuando no se posee; es preciso cultivar todas aquellas cuyo germen se reconoce en sí mismo; pero buscar las otras es, desde luego, perder el tiempo, y en segundo lugar perder, quizá, o seguramente debilitar aquellas de que se está dotado. "Cuando el principio, el germen de una facultad existe, se manifiesta siempre por señales nada equívocas. Encerrándose en su especialidad, puede el médium descollar y obtener cosas grandes y hermosas; ocupándose todo no obtendrá nada bueno. Observad de paso que el deseo de extender indefinidamente el circulo de sus facultades es una pretensión orgullosa que los Espíritus no dejan nunca impune; los buenos abandonan siempre al presuntuoso que viene a ser así el juguete de los Espíritus mentirosos. Desgraciadamente no es raro el ver médiums que no están contentos de los dones que han recibido, y aspiran, por amor propio o ambición, a poseer facultades excepcionales propias para hacerlas notables; esta pretensión les quita la cualidad más preciosa: la de los "médiums seguros." -SÓCRATES."
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