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Juan Mateo y Jorge Valdano han publicado un libro con la idea de estudiar ciertos aspectos del deporte para que se puedan aplicar en la dirección de empresas. Obviamente, el título busca inequívocamente el interés de aquellas personas que pretenden alcanzar alguna cima: Liderazgo. En sus páginas se encuentran las consideraciones de líderes de opinión, entre las que se pueden destacar las del ensayista José Antonio Marina, quien encuentra puntos en común entre el deporte y la dirección de grandes empresas. Si tenemos en cuenta las palabras de Marina, la euforia es un componente que el periodista deportivo debe valorar al enjuiciar la actuación de los deportistas, ya que "el sentimiento de euforia tiene dos efectos muy distintos: uno, desde el punto de vista intelectual, esas sensaciones sintetizan mayor cantidad de datos y perciben relaciones más distantes. De manera que una de las características de la euforia es que es capaz de manejar más datos y es capaz de percibir relaciones más amplias, mientras que las tendencias depresivas tienen una especie de lo que se llama visión de túnel en que no ves nada más que tu depresión". Así es la cosa, estamos hablando de personas y no de máquinas, por lo que nuestras opiniones sobre el resultado final de un esfuerzo colectivo debería tener un punto de vista más generoso.

Uno de los millones de ejemplos sobre el trabajo metódico de los periodistas deportivos lo encontramos en uno de los diarios especializados en fútbol de Barcelona. Aquí podemos leer lo noticioso de un día en la concentración de la selección holandesa antes del inicio de la Eurocopa 2000: "La selección holandesa realizó ayer una doble sesión de entrenamiento. La matinal fue exclusivamente física, mientras que la vespertina fue de carácter técnico. El segundo día de calor en Nyon -se alcanzaron los 27 grados- propició que los jugadores se aplicaran crema hidratante en la cara y en los brazos antes de comenzar el trabajo de la mañana. Stam, defensa del Manchester United completamente pelado al cero, se puso crema en toda la cabeza por si acaso". Teniendo en cuenta que es un periódico catalán, esta crónica podría firmarla uno de los más ilustres visitantes que ha tenido en su larga historia el palco del Nou Camp, Josep Pla.