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Que Lázaro Carreter nos zurre, bien está. Pero que lleguen a las redacciones escritos como el que firma un Señor López, no lo paso. Este buen hombre hace llegar a Radio Nacional un supuesto libro al que titula "El disparatado lenguaje del periodismo futbolístico". En él pone negro sobre blanco lo que se dice a vuela pluma, en el "fragor de la batalla". Es objeto de ese texto desmenuzar lo que los periodistas deportivos vamos narrando por los campos de fútbol, con evidentes carencias (que ya hemos reseñado aquí y que, de hecho, son una de las justificaciones del presente volumen). Sin embargo, salvemos de la quema el siguiente párrafo: "...el mimetismo del lenguaje periodístico del deporte está totalmente arraigado. Se repiten frases y expresiones huecas con las que todo el mundo se entiende aunque en el fondo no quieran decir nada o lo que digan sea falso. Y al mismo tiempo se da rienda suelta a una insulsa fantasía creando un lenguaje pretendidamente metafórico y sutil que, a la larga resulta vacío de contenido. Se persiguen sistemáticamente los objetivos más estimados en nuestra época: la rapidez, la eficiencia, lo positivo. Se margina la lógica, se menosprecia la corrección de las estructuras sintácticas y se olvida por completo el rigor expositivo. Lo que interesa es "impactar" -término muy al uso- y, a ser posible, hacerlo por la vía más rápida y el camino más corto. Todo ha de ser muy gráfico, muy visual aunque los puntos de apoyo sean frágiles o incluso fatuos".
Muy bien, desconocido Señor López, los periodistas deportivos hemos creado una jerga, un código que únicamente está al alcance de los más entendidos (alrededor de cuatro millones de oyentes). Usted, seguramente, razona desde el pupitre de maestro rural, con la tranquilidad que otorga al espíritu la llegada tranquila de las estaciones. El remanso de paz que le rodea le permite disponer del tiempo suficiente para sacar el martillo y destrozar el viejo teclado de su ordenador al son de su discurso.
Aceptemos las críticas bien intencionadas y entonemos el "mea culpa", salgamos del fuera de juego lingüístico para adentrarnos en la espesa maraña del Diccionario de Mana Moliner (quizá sólo recozca Usted su validez al de la Real Academia).
Sí, periodistas deportivos actuales y futuros, al hablar desde un Estadio hay que ceñirse al estricto cumplimiento de las Leyes de la Gramática y si osáis (que no es hacer el oso) manejar un lenguaje propio y con "expresiones huecas", ya sabéis que hay un López que escucha en la trinchera.
Como dijo el torero: "Hay gente pa tó".