Nota de la autora

Escribo novela histórica porque me encanta el trabajo de investigación y adoro inventar historias. Si eres como yo y te gustaría saber cómo se combinan historia y ficción en una novela histórica, continúa leyendo. Si no, puedes pasar a los agradecimientos. Prometo no juzgarte en absoluto.

Cuando empecé a imaginar Blackmoore, sabía que quería que se desarrollara en el norte de Inglaterra, rodeada por los páramos y frente al océano. Sin embargo, el problema era que no sabía si existía un lugar así, por lo que decidí tomar un avión, alquilar un coche y recorrer el norte de Inglaterra buscando el lugar perfecto para mi relato, desde Manchester hasta Whitby y vuelta atrás. Lo encontré en Robin Hood’s Bay, en el norte de Yorkshire.

Sí, el pueblo existe de verdad. He intentado describirlo fielmente, aunque no creo que las palabras hagan justicia al encanto, el carácter y la belleza de este lugar azotado por el viento. Durante cientos de años fue un puerto dedicado al contrabando y todos los habitantes del pueblo se vieron envueltos en esa actividad a lo largo de los siglos. De hecho, narra la leyenda que un rollo de seda podía pasar desde la playa hasta lo alto de la colina sin ver la luz del día ni una sola vez.

¿Cómo?, os preguntaréis. Todas las casas estaban conectadas mediante armarios secretos y pasadizos. De hecho, uno de los lugareños me contó que no hacía mucho una vecina del pueblo había decidido renovar su cocina y al quitar uno de los armarios, se había sorprendido contemplando el interior de la casa de su vecino.

La propiedad de Blackmoore está situada en el mismo punto donde se encuentra Ravenscar, una casa que tenía —y puede que aún tenga— pasadizos secretos y que estaba relacionada con las actividades de contrabando. Y aún hoy, algunos de los ancianos del pueblo aconsejan no internarse en los páramos de noche si uno no quiere caer en las garras de Linger, el fantasma.

La abadía en ruinas está inspirada en Fountains Abbey, cerca de Harrogate, en el norte de Yorkshire. Al visitarla, uno tiene la sensación de que está habitada por unos fantasmas de lo más simpático. Sus torres están pobladas de grajos y las ruinas son hermosas, a la par que trágicas.

Para el interior de Blackmoore, tomé como modelo el castillo Howard, que también se encuentra en el norte de Yorkshire.

Mis personajes y sus historias son totalmente ficticios, si bien es cierto que mi documentación inspiró en parte el relato. Por ejemplo, cuando estaba buscando un apellido para Henry, me topé con el de Delafield. Me gustó cómo sonaba, aunque quería asegurarme de que se utilizara en la época en la que transcurría mi historia. Mientras lo investigaba, descubrí que procedía de la familia del conde de la Feld, una familia muy antigua que residía en el castillo de La Feld, en Alsacia, Francia. Hubertus De La Feld emigró a Inglaterra en el año 1066, se hizo con algunas tierras y la familia empezó así su ascenso en la sociedad inglesa. Sin embargo, lo que realmente impulsó su ambición fue la concesión, por su valor en la batalla de Zenta, del título de conde del Sacro Imperio Romano a John Delafield en 1697. Al leerlo, imaginé una familia sedienta de otro título, uno inglés, y así nació la ambición de los Delafield, origen de los obstáculos entre Kate y Henry.

Herr Louis Spohr es el único personaje basado por completo en hechos reales. Fue un músico y compositor alemán que impulsó el paso del clasicismo al romanticismo a principios del siglo XIX. Realmente escribió una ópera inspirada en Fausto y él y su mujer, Dorette, viajaron en 1820 a Inglaterra, donde ofrecieron varios recitales. No obstante, no sé si su viaje les llevó más allá de Londres y el nombre de su partitura también es invención mía.

Disfruté mucho investigando el tema de los pájaros para esta novela. Una de las páginas web que me fue de gran ayuda fue www.rspb.org.uk/wildlife/birdidentifier. En ella podréis ver fotos de las aves, leer sobre sus hábitos y escuchar sus cantos. Aunque en el libro no he detallado la especie a la que pertenecía el pájaro negro de Kate, estaba inspirado en el drongo real, oriundo de la India.

La mayor parte de la información sobre Robin Hood’s Bay, las actividades de contrabando y los páramos la saqué de un libro que encontré en un pequeño museo del pueblo: A History of Robin Hood’s Bay: The Story of a Yorkshire Community (El secreto de Robin Hood’s Bay: La historia de un pueblecito de Yorkshire), de Barrie Farnill.

En el caso de que haya errores o inexactitudes históricas, podéis achacarlos a mi falible naturaleza como ser humano. O quizá sean producto de mi naturaleza de escritora y mis ganas de adaptar un poco la historia real en favor de un buen relato.