Canción a falta de una firma
El señor de la oficina privada, de la corbata corcheteada, de la actitud taquigrafiada, de las orejas cronometradas, de la sonrisa fotocopiada, el señor de las palabras plastificadas, entiende perfectamente mi problema y me da toda la razón del mundo, pero igual me dice que no.
Pero igual me dice que no.