La mujer de sus sueños
Soñaba que de nuevo estaba soñando el mismo sueño con la rubia del departamento de enfrente: que le besaba con pasión y le apretaba con fuerza entre sus brazos. Y que cuando despertaba y se veía, como siempre, apretujando la maldita almohada contra su pecho, la tomaba furioso por la funda y la arrojaba violentamente contra la pared. Despertó sobresaltado. La almohada seguía en su lugar, pero en el piso, despatarrada junto a la pared, sangrante, yacía la rubia del departamento de enfrente con la que al fin (sólo el día antes) había logrado casarse.