Héctor Abad Gómez dedicó los últimos años de su vida, hasta la misma noche en que cayó asesinado en pleno centro de Medellín, a la defensa de los derechos humanos. Este libro es la reconstrucción amorosa, paciente y detallada de un personaje. Pero es también el recuerdo de una ciudad, de una familia y una evocación melancólica de la niñez. Está lleno de sonrisas, canta el placer de vivir pero también muestra la tristeza y la rabia que provoca el asesinato de este personaje, que no es otro que el padre del autor.