Notas
[1] El epíteto de ∏ορϕυρογένητος, Porfirogénito, «nacido en la púrpura», lo define elegantemente Claudiano:
Ardua privatos nescit fortuna Penates;
Et regnum cum luce dedit. Cognata potestas
Excepit Tyrio venerabile pignus in ostro.
Ducange en sus glosarios griego y latino expresa en varios pasajes el mismo concepto. <<
[2] Un espléndido manuscrito de Constantino, de Caeremoniis Aulae et Ecclesiae Byzantinae, que recorrió de Constantinopla a Buda, Francfort y Leipzig, donde se publicó en una edición lujosa por Reich y Reiske (1751, en folio), con aquellas alabanzas que los editores nunca dejan de tributar a los objetos de sus tareas. <<
[3] Véase en el primer volumen de Banduri, Imperium Orientale; Constantino, de Thematibus, pp. 1-24, de Administrando Imperio, pp. 45-127, ed. Venet. El texto de la edición antigua de Meursio está corregido por un manuscrito de la Biblioteca Real de París, que Isaac Casaubon había visto antes (Epist. ad Polybium, p. 10), ilustrado con dos mapas de Guillermo Delisle, príncipe de los geógrafos hasta que apareció el gran D’Anville. <<
[4] Las tácticas de León y Constantino están publicadas con el auxilio de algunos manuscritos nuevos en la gran edición de las obras de Meursio, por el docto Juan Lami (t. VI, pp. 531-920, 1211-1417, Florencia, 1745). Sin embargo, el texto está bastante deteriorado y mutilado, la versión muy oscura y defectuosa. La Biblioteca Imperial de Viena proporcionaría algunos materiales preciosos a un nuevo editor (Fabricio, Bibliot. Graec., t. VI, pp. 369, 370). <<
[5] Sobre el argumento de los Basílicos puede consultarse Fabricio (Bibliot. Graec., t. XII, pp. 425-514), Heineccio (Hist. Juris Romani, pp. 396-399) y Giannone (Istoria Civile di Napoli, t. I, pp. 450-458), como jurisconsultos históricos: cuarenta y un libros de este código griego han sido publicados con una versión latina por Carlos Aníbal Fabrotto (París, 1647), en siete tomos en folio. Después se han descubierto otros cuatro, insertos en el Novus Thesaurus Juris Civ. et Canon., t. V., de Gerardo Meerman. De toda la obra, sesenta libros, Juan Leunclavio ha impreso (Basilea, 1575) una égloga o sinopsis. Las ciento trece novelas o leyes nuevas de León pueden hallarse en el Corpus Juris Civilis. <<
[6] Me he valido de la última y mejor edición de la Agricultura (por Nicolás Niclas, Leipzig, 1781, 2 v., en octavo). Leí en el prefacio que el mismo emperador restauró los sistemas de retórica y filosofía, por largo tiempo olvidados. Sus dos libros de Hippiatrica, o medicina del caballo, se publicaron en París, 1530, en folio (Fabricio, Bibliot. Graec., t. VI, pp. 493-500). <<
[7] De estos cincuenta y tres libros o títulos, sólo se han preservado e impreso dos, de Legationibus (por Fulvio Ursino, Amberes, 1582, y Daniel Hoeschel, August. Vindel., 1603), y de Virtutibus et Vitiis (por Enrique Valesio, o de Valois, París, 1634). <<
[8] La vida y escritos de Simón Metafrastes los describe Hankio (de Scriptoribus Byzant., pp. 419-460). Este biógrafo de santos se halagó a sí mismo con una vaga paráfrasis sobre el sentido, o sinsentido, de hechos más antiguos. Su retórica griega es de nuevo parafraseada en la versión latina de Surio, y apenas puede verse un hilo de la textura original. <<
[9] Según el primer libro de la Ciropedia, ya se habían instituido en Persia profesores de tácticas, una pequeña parte de la ciencia de la guerra por la cual debía ser entendida Grecia. Una buena edición de todos los Scriptores Tactici sería una tarea no indigna de un estudiante. Su trabajo podría descubrir algunos manuscritos nuevos, y su erudición podría ilustrar la historia militar de los antiguos. Pero este discípulo debería ser igualmente soldado, y ¡ay! Quinto Icilio ya no existe. <<
[10] Después de observar que el demérito de los capadocios subía en proporción a su rango y riquezas, inserta un epigrama más directo que se atribuye a Demódoco:
Kαππαδόκην ποτ’ ἔχιδνα κακὴ δάκεν, ἀλλὰ καὶ αἀτὴ
Kάτθανε, γευσαμένη αϊματος ’ιοβόλου.
La punzada es cabalmente la misma que el epigrama francés contra Freron: «Un serpent mordit Jean Freron —Eh bien? Le serpent en mourut». Pero como los ingenios de París rara vez leen la Antología, tendría curiosidad de saber por qué canal fue conducido para su imitación (Constantino Porfirogénito, de Thematibus, c. II; Brunck, Analect. Græc., t. II, p. 56; Brodaei, Anthologia, l. II, p. 244). <<
[11] La Legatio Liutprandi Episcopi Cremonensis ad Nicephorum Phocam está inserta en Muratori, Scriptores Rerum Italicarum, t. II, part. I. <<
[12] Véase Constantino, de Thematibus, en Banduri, t. I, pp. 1-30. La palabra οὐκ Παλαιά Θέμα es usada por Mauricio (Stratagem., l. II, c. 2) para una legión de la cual el nombre fue fácilmente transferido a su puesto o provincia (Ducange, Gloss. Græc., t. I, pp. 487, 488). Algunas etimologías se han puesto en práctica a favor de los temas Opisciano, Optimacio y Traseciano. <<
[13] ‛ ´Aγιος πελαγòς, según lo llaman los griegos modernos, de donde los geógrafos y marinos transformaron los nombres corrompidos de archipiélago, l’Archipel, y los Arches (D’Anville, Géographie Ancienne, t. I, p. 281; Analyse de la Carte de la Grèce, p. 60). El número de monjes o vecinos en todas las islas y la montaña adyacente de Athos (Observations, de Belon, f. 32, verso), monte santo, podía sincerar el epíteto de santo αἴγαιος, ligera alteración del original impuesto por los dorios, que en su dialecto daban el nombre figurativo de αἴγες, o cabras, a las olas saltadoras (Vosio, apud Cellarin, Geopraph. Antiq., t. I, p. 1129). <<
[14] Según el viajero judío que había visitado Europa y Asia, Constantinopla sólo quedaba igualada por Bagdad, la gran ciudad de los ismaelitas (Baratier, Voyage de Benjamin de Tudele, t. I, c. V, p. 46). <<
[15] ’Eσθλαβώθη δὲ πᾶσα ἡ χώρα καὶ γέγονε βάρβαρος dice Constantino (Thematibus, l. II, c. 6, p. 25), en un estilo tan bárbaro como la especie que confirma, según costumbre, con un necio epigrama. El compendiador de Estrabón observa igualmente καὶ νῦν δὲ πᾶσαν ῎ Hπειρον, καὶ Eλλάδα σχδὸν, καὶ Πελοπόννησον, καὶ Mακεδονίαν, Σκύθαι Σκάβοι νέμονται (l. VII, p. 98, ed. Hudson, ed. Casaub., 1125): pasaje que da a Dodwell una danza pesada (Geograph. Minor., t. II, dis. VI, pp. 170-191), para enumerar las correrías de los esclavonios y fijar la fecha (980 d. C.) de este pequeño geógrafo. <<
[16] Estrabón, Geograph., l. VIII, p. 562; Pausanias, Graec. Descriptio, I; III, c. 21, pp. 264, 265; Plinio, Hist. Natur., l. IV, c. 8. <<
[17] Constantino, de Administrando Imperio, l. II, c. 50, 51,52. <<
[18] El peñón de Léucate era el promontorio meridional de su isla y diócesis. Si hubiese sido el guardián exclusivo del salto del Amante, tan conocido de los lectores de Ovidio (Epist. Sappho) y el espectador, podría haber sido el prelado más rico de la Iglesia griega. <<
[19] «Leucatensis mihi juravit episcopus, quotannis ecclesiam suam debere Nicephoro aureos centum persolvere, similiter et ceteras plus minusve secundum vires suos» (Luitprando, en Legatio, p. 489). <<
[20] Véase Constantino (Vit. Basil., c. 74, 75, 76, pp. 195-197 en Script. post Theophanem), que usa palabras técnicas o bárbaras: bárbaros, dice, τῇ τῶυ πολλῶν ἀμαθίᾳ καλὸν γὰρ ἐπὶ τούτοις κοινολεκετῖν. Ducange trabajó en algunas, pero no era tejedor. <<
[21] Las manufacturas de Palermo, según las describe Hugo Falcando (Hist. Sicula in proem, en Muratori, Scriptores Rerum Italicarum, t. V, p. 256), son una copia de las de Grecia. Sin trasladar sus sentencias declamatorias, que he alivianado en el texto, observaré que en este pasaje, la extraña voz exarentasmata es cambiada con propiedad en exanthemata por Carisio, primer editor. Falcando vivió sobre el año 1190. <<
[22] «Inde ad interiora Graeciae progressi, Corinthum, Thebas, Athenas, antiqua nobilitate celebres, expugnant; et, maxima ibidem praeda direpta, opifices etiam, qui sericos pannos texere solent, ob ignominiam Imperatoris illius, suique principis gloriam, captivos deducunt. Quos Rogerius, in Palermo Siciliae, metropoli collocans, artem texendi suos edocere praecepit; et exhinc praedicta ars illa, prius a Graecis tantum inter Christianos habita, Romanis patere coepit ingeniis» (Otho Frisingen., de Gestis Frederici I, l. I, c. 33 en Muratori, Scriptores Rerum Italicarum, t. VI, p. 668). Esta excepción permite al obispo celebrar en Lisboa y Almería in sericorum pannorum opificio praenobilissimae (en Chron. apud Muratori, Annali d’Italia, t. IX, p. 415). <<
[23] Nicetas en Manuel, l. II, c. 8 p. 65. Describe estos griegos como prácticos εὐητριόυς ὀθόνας ὑϕαίνειν, como ‘ιστῷ προσανέχοντας τῶν ἑξαμίτων καὶ χρισοπάστων στολῶν. <<
[24] Hugo Falcando las llama nobiles oficinas. Los árabes no habían introducido la seda, aunque habían plantado cañas y hecho azúcar en la llanura de Palermo. <<
[25] Véase la vida de Castruccio Castacani, no por Maquiavelo, sino por su más auténtico biógrafo, Nicolás Tegrimi. Muratori, que la insertó en el volumen XI de sus Scriptores Rerum Italicarum, cita este curioso pasaje en sus Antigüedades italianas (t. 1, dis. XXV, p. 378). <<
[26] De los estatutos manuscritos según los cita Muratori en sus Antigüedades italianas (t. II, dis. XXX, pp. 46-48). <<
[27] La manufactura de seda cruda fue establecida en Inglaterra en el año 1620 (Deducción cronológica, de Anderson, V. II, p. 4), pero es a la revocación del edicto de Nantes que debemos la colonia de Spitalfields. <<
[28]Voyage de Benjamin de Tudele, t. I, c. V, pp. 44-52. El texto hebreo ha sido traducido al francés por aquel maravilloso muchacho Baratier, quien ha añadido un volumen de erudición cruda. Los desatinos y ficciones del rabí judío no son fundamento suficiente para negar la realidad de sus viajes. <<
[29] Véase el continuador de Teófanes (l. IV, p. 107), Cedreno (p. 544) y Zonaras (t. II, l. XVI, p. 157). <<
[30] Zonaras (t. II, l. XVII, p. 225), en vez de libras, usa la denominación más clásica de talentos, que en sentido literal y con cálculo estricto multiplicarían sesenta veces el tesoro de Basilio. <<
[31] Para una copiosa y circunstanciada descripción del palacio imperial, véase la Constantinop. Christiana (l. II, c. 4, pp. 113-123) de Ducange, el Tillemont de las edades medias. Jamás ha producido la laboriosa Germania dos anticuarios más esforzados y certeros que estos dos nativos de Francia. <<
[32] El palacio bizantino supera al Capitolio, al palacio de Pérgamo, el bosque Rufiniano (ϕαιδρòνἂγαλμα), el templo de Adriano en Cilico, las pirámides, el faro, etcétera, según un epigrama (Antholog. Graec., l. IV, pp. 488, 489, Brodaei apud Wechel) atribuido a Juliad, ex prefecto de Egipto. Setenta y un epigramas, algunos agudos, están recopilados en Brunck (Analect. Graec., t. II, pp. 493-510), pero éste falta. <<
[33] «Constantinopolitanum Palatium non pulchritudine solum, verum stiam fortitudine, omnibus quas unquam videram munitionibus praestat» (Luitprando, Hist., l. V., c. 9, p. 465). <<
[34] Véase el continuador anónimo de Teófanes (pp. 59, 61, 86), a quien he seguido en el puro y conciso extracto de Le Beau (Hist. du Bas Empire, t. XIV, pp. 436, 438). <<
[35] «In aureo triclinio quae praestantior est pars potentissimus (el usurpador Romanus) degens caeteras partes (filiis) distribuerat» (Luitprando, Hist., l. V, c. IX, p. 469). Para esta vaga significación de Triclinium (aedificium tria vel plura κλίνη scilicet στέγη complectens), véanse Ducange (Gloss. Graec. et Observations sur Joinville, p. 240) y Reiske (ad. Constantinum de Ceremoniis, p. 7). <<
[36] «In equis vecti —dice Benjamín de Tudela— regum filiis; videntur persimiles.» Prefiero la versión latina de Constantino, el emperador (p. 46), a la francesa de Baratier (t. I, p. 49). <<
[37] Véase la relación de su viaje, munificencia y testamento en la vida de Basilio por su nieto Constantino (c. LXXIV, LXXV, LXXVI, pp. 195-197). <<
[38] «Carsamatium (καρξιμαδες, Ducange, Gloss. Graec. et Observations sur Joinville) Graeci vocant, amputatis virilibus et virgâ, puerum eunuchum quos Verdunenses mercatores obinmensum lucrum facere solent et in Hispaniam ducere» (Luitprando, l. VI, c. III, p. 470). ¡Última abominación del abominable tráfico de esclavos! Sin embargo, extraño mucho hallar en el siglo X esas activas especulaciones de comercio en Lorena. <<
[39] Véase la Alexiada (l. III, pp. 78, 79) de Ana Comneno, que, excepto en piedad filial, puede ser comparada con la señorita de Montpensier. En su respetuoso acatamiento para los títulos y formas, llama a su padre Ἐπιστημονάρχης inventor de este arte real, el τέχνη τεχνῶν y ἐπιστήμη ἐπιστημῶν. <<
[40] Στέμμα, στέϕανος, διάδημα; véase Reiske, ad. Constantinum de Ceremoniis, pp. 14, 15. Ducange ha dado una disertación erudita sobre las coronas de Constantinopla, Roma, Francia, etcétera (sur Joinville, XXV, pp. 279-305; pero de sus treinta y cuatro modelos, ninguno cuadra con la descripción de Ana. <<
[41] «Par extans curis, solo diademate dispar, Ordine pro rerum vocitatus Cura-Palati», dice el africano Coripo (de Laudibus Justini, l. I, p. 436); y en el mismo siglo (VI), Casiodoro representa «que virga aurea decoratus, inter numerosa obsequia primus ante pedes regis incederet» (Variar., VII, p. 5), pero este gran oficial (desconocido), ἀνεπίγνωστος, no ejerciendo función alguna, νῦν δὲ οὐδεμίαν quedó reducido por los griegos modernos a la decimoquinta clase (Codin, c. V, p 65). <<
[42] Nicetas (en Manuel, l. VII, c. I). Se define ὡς ἡ Λατίνων [βούλεται] ϕωνὴ καγκελάριον, ὡς δ ‘Eλληνες εἴποιευ Λογοθέτην. Sin embargo, el epíteto de μέγας fue añadido por Andrónico el Mayor (Ducange, t. I, pp. 822, 823). <<
[43] Desde León I (470 d. C.), la tinta imperial, que aún es visible en algunos actos originales, era una mezcla de minio y cinabrio, o purpúrea. Los guardas del emperador, que participaban de su prerrogativa, siempre señalaban con tinta verde la indicción y el mes. Véase el Dictionnaire Diplomatique (t. I, pp. 511-513 compendio precioso). <<
[44] El sultán envió Σιαούς a Alejo (Ana Comneno, l. VI, p. 170 Ducange ad loc.), y Pachiner habla a menudo del μέγας τζαούς (l. VII, c. I; l. XII, c. XXX; l. XIII, c. XXII). El bajá Chiaoush está ahora a la cabeza de setecientos oficiales (Imperio otomano, por Ricaut, p. 349 ed. en octavo). <<
[45]Tagerman es el nombre árabe de un intérprete (D’Herbelot, pp. 854-855); πρῶτος τῶν ἑρμηνέων, οὔς κοινῶς ὀνομάζονσι, δραγομάνονς, dice Codino (c. V, n.° 70, p. 67). Véase Villehardouin (n.° 96), Bus (Epist. IV, p. 338) y Ducange (Observations sur Villehardouin y Gloss. Graec. et Latin). <<
[46] Kονόσταυλος, ο κοντόσταυλος, corrupción del latín Comes stabuli o del francés Connétable. En sentido militar, fue usado por los griegos en el siglo XI, por lo menos, tan pronto como en Francia. <<
[47] Se tomó directamente de los normandos. En el siglo XII, Giannone pone al almirante de Sicilia entre los grandes oficiales. <<
[48] Este esbozo de honores y oficios se ha sacado de Jorge Codino Curopalata, que sobrevivió a la toma de Constantinopla por los turcos: esta obra (de Officiis Ecclesiae et Aulae C. P.), aunque frívola, ha sido ilustrada por las notas de Goar y los tres libros de Gretser, docto jesuita. <<
[49] La respetuosa salutación de llevar la mano a la boca, ad os, es el origen de la voz latina adoro, adorare. Véase nuestro docto Selden (v. II, pp. 143-145, 942), en sus Títulos de honor. Parece, según el primer libro de Herodoto, ser de origen persa. <<
[50] Las dos embajadas de Luitprando a Constantinopla y todo lo que vio o sufrió en la capital griega está agradablemente descrito por él mismo (Hist., l. VI, c. I- IV, pp. 469-471; Legatio ad Nicephorum Phocam, pp. 479-489). <<
[51] Entre las diversiones de la fiesta, un niño balanceaba en su frente una pica o pértiga de veinticuatro pies (7,3 m) de largo con una barra de dos codos atravesada un poco más abajo de la cima. Dos muchachos, desnudos, aunque ceñidos (campestrati), juntos y por separado, trepaban, se paraban, jugaban, etcétera. «Ita me stupidum reddidit: utrum mirabilium nescio» (p. 470). En otro refrigerio, se leyó una homilía de Crisóstomo sobre los actos de los Apóstoles elata voce non latine (p. 483). <<
[52] Gala no ha derivado inverosímilmente de Cala, o calvat, en árabe, «vestido de honor» (Reiske, Not., en Constantinum de Ceremoniis, p. 84). <<
[53] Πολυχρονίζειν se explica por εὐϕημίζειν (Codin., c. VII; Ducange, Gloss. Graec. et Observations sur Joinville, t. I, p. 1199) <<
[54] Kονσέρβετ Δέους ἠμπέριουμ βέστρουμ - βίκτωρ σῆς σέμπερ - βήβητε Δόμηνι ’Hμπεράτορες, ἦν μούλτος ἂννος (Constantinum de Ceremoniis, c. LXXV, p. 215). La falta de la letra latina ν, obligó a los griegos a usar su beta β, sin cuidar la cantidad. Hasta que recordaron el verdadero idioma, esas extrañas sentencias podían desconcertar a un profesor. <<
[55] Πολυχρονίζουσι Bάpαγγοι, κατὰ τὴν πάτριον καὶ οὖτοι γλῶσσαν αὐτῶν, ἢγουν ’Iγκλινιστι (Codin., p. 90). Ojalá él hubiera conservado las palabras, aunque corruptas, de su aclamación en inglés. <<
[56] Para todas estas ceremonias, véase la obra expresa de Constantino Porfirogénito, con las notas, o más bien disertaciones, de sus editores alemanes Leik y Reiske. En cuanto a la jerarquía de los cortesanos prevalecientes, p. 80, n. 23, 62; por la adoración, excepto los domingos, p. 95, 240, n. 131, las procesiones p. 2, etcétera; n. p. 3, etcétera. Las aclamaciones passim., n. 25, etc.; las facciones e hipódromo, pp. 177-214, n. 93, etc.; los góticos, pp. 221, n. 11; la vendimia, p. 217, n. 109, y mucha más información se halla dispersa por toda la obra. <<
[57] «Et privato Othoni, et nuper eadem decenti, nota adulatio» (Tacit., Hist., I. 85). <<
[58] El capítulo XIII, de Administrando Imperio, puede explicarse y rectificarse por las Familiae Byzantinae de Ducange. <<
[59] «Sequiturque nefas! Aegyptia conjux» (Virgilio, Eneida, VIII, 688). Sin embargo, esta esposa egipcia era hija de una dilatada alcurnia de reyes. «Quid te mutavit —dice Antonio en una carta privada a Augusto— an quod reginam ineo? Uxor mea est» (Suetonio, en August., c. 69). Sin embargo, dudo mucho (no puedo menos que preguntarlo) de si el triunviro se atrevió a celebrar su casamiento con los ritos romanos o egipcios. <<
[60] «Berenicem invitus invitam dimisit» (Suetonio, en Tito, c. VII). He observado en otra parte que esta hermosura judía tenía a la sazón cincuenta años. El juicioso Racine ha callado con discreción su edad y país. <<
[61] Constantino alababa la εὐγενεία y περιϕανεία de los francos, con los cuales hizo alianza pública y privada. Los escritores franceses (Isaac Casaubon, en Dedicac. Polybii) están sumamente complacidos con estos cumplimientos. <<
[62] Constantino Porfirogénito (de Administrando Imperio, c. XXXVI) hace una genealogía y vida del ilustre rey Hugo (περιβλέπτου ρήγὸς Oὔγωνος). Puede formarse una idea más correcta por la Crítica de Pagi, los Anales de Muratori y el Compendio de san Marcos (925-946 d. C.). <<
[63] Despues de la mención de las tres diosas, Luitprando añade muy candorosamente «et quoniam non rex solus iis abutebatur, earum nati ex incertis patribus originera ducunt» (Hist., l. IV, c. VI); en cuanto al casamiento de la más joven, Berta, véase l. V, c. V; por la incontinencia de la mayor, dulcis exercipio Hymenaei, l. II, c. XV; en cuanto a las virtudes y vicios de Hugo, l. III, c. V. Con todo, no debe olvidarse que el obispo de Cremona era amante del escándalo. <<
[64] «Licet illa Imperatrix Graeca sibi et aliis fuisset satis utilis, et optima», etcétera, es el preámbulo de un escritor enemigo, apud Pagi, t. IV (989 d. C.), núm. 3. Su casamiento y acciones principales pueden hallarse en Muratori, Pagi y san Marcos, bajo los propios años. <<
[65] Cedreno, t. II, p. 699; Zonaras, t. II, p. 221; Elmacín, Hist. Saracen., l. III, c. VI; Néstor apud Bevesque, t. II, p. 112; Pagi, Crítica (987 d. C.), núm. 6: ¡Un concurso singular! Vladimiro y Ana están colocados entre los santos de la Iglesia romana. Sin embargo, sabemos los vicios de aquél y desconocemos las virtudes de ésta. <<
[66] «Henricus primus duxit uxorem Seythicam, Russam, filiam regis Jeroslai.» Se envió a Rusia una embajada de obispos, y el padre «gratanter filiam cum multis donis misit». Este suceso acaeció en 1051. Véanse los pasajes de las crónicas originales, en los Historiadores de Francia, por Bouquet (t. XI, pp. 29, 159, 161, 319, 384, 481). Voltaire podría maravillarse de esta alianza, pero no habría confesado su ignorancia del país, religión, etcétera, de Yaroslav, nombre tan ilustre en los anales rusos. <<
[67] Una constitución de León el Filósofo (LXXVIII) ne senatus consultus amplius fiat, habla el lenguaje del despotismo neto, ἐξ οὖ τὸ μόναρχον κρἂτος τὴν τουῶτν ἂνηπται, διοίκησιν, καὶ ἄκαιρον καὶ μάταιον τὸ ἂχρηστον μετὰ τῶν χρείαν παρεχομένων συνάπτεσθαι. <<
[68] Codino (de Officiis Ecclesiae et Aulae C. P., c. XVIII, pp. 120, 121) da una idea de este juramento tan fuerte a la Iglesia πιστός καὶ ενήσιος δοῦλος καὶ υ‘ιός τής ἀείας ἐκκλησιας, tan débil para el pueblo, καὶ ἀπέχεσθαι ϕόνων καὶ ἀρωτηριασμῶν καὶ τῶν ὁμοίων τούτοις κατὰ τὸ δυνατόν. <<
[69] Si escuchamos las amenazas de Nicéforo al embajador de Otón: «Nec est in mari domino tuo classium numerus. Navigantium fortitudo mihi soli inest, qui eum classibus aggrediar, bello maritimas ejus civitates demoliar; et quae fluminibus sunt vicina redigam in favillam» (Luitprando, en Legatio ad Nicephorum Phocam, en Muratori, Scriptores Rerum Italicarum, t. II, part. I, p. 484). Observa en otro lugar «qui caeteris prestant Venetici sunt et Amalfitani». <<
[70] «Nec ipsa capiet eum (el emperador Otón) in qua ortus est pauper et pellicea Saxonia, pecunia qua pollemus omnes nationes super eum invitabimus: et quasi keramicum confringemus (Luitprando, en Legatio, p. 487). Los dos libros de Administrando Imperio inculcan perpetuamente la misma política. <<
[71] El capítulo XIX de las Tácticas de León (Meurs., Opera, t. VI, pp. 825-848,), que aparece más correcto en un manuscrito de Gudio, por el laborioso Fabricio (Bibliot. Graec., t. VI, pp. 372-379), se refiere a la Naumachia, o guerra naval. <<
[72] Hasta de quince y dieciséis hileras de remos, en la armada de Demetrio Poliorcetes. Éstas eran para el uso real: las cuarenta hileras de Ptolomeo Filadelfo se aplicaron a un palacio flotante, cuyas toneladas, según el doctor Arbuthnot (Tablas de las monedas antiguas, etcétera, pp. 231-236), se comparan como cuatro y medio a una con un navío inglés de cien cañones. <<
[73] Los dromones de León, etcétera, se describen tan claramente con dos hileras de remos, que debo censurar la versión de Meursio y Fabricio, que pervierten el sentido por un ciego apego a la denominación clásica de trirremes. Los historiadores bizantinos incurren a veces en la misma impropiedad. <<
[74] Constantino Porfirogénito, en Vit. Basil., c. LXI, p. 185. Alaba con serenidad la estratagema como βουλὴν συνετὴν καὶ σοϕὴν; pero doblar el cabo del Peloponeso es descrito por su aterrada fantasía como una circunnavegación de mil millas [1600 km]. <<
[75] El continuador de Teófanes (l. IV, pp. 122, 423) nombra las estaciones sucesivas, el castillo de Lulo cerca de Tarso, el monte Argeo, Isamo, Egilo, la colina de Mamas, Ciriso, Mocilo, la colina de Auxencio, el reloj de sol del faro del gran palacio. Afirma que las noticias fueron transmitidas ἐν ἀκάρει, en un momento indivisible de tiempo, amplificación mezquina, que, con decir demasiado, nada dice. ¡Cuánto más intensa e instructiva habría sido la definición de tres, seis o doce horas! <<
[76] Véase el Caeremoniis Aulae et Ecclesiae Byzantinae de Constantino Porfirogénito, l. II, c. XLIV, pp. 176-192. Un lector crítico verá algunas contradicciones en diferentes partes de este relato, pero no son más oscuras o más necias que el establecimiento y los efectivos, los actuales e idóneos para el servicio, las clases y filas, y los soldados rasos modernos, que retienen en sus propias manos el conocimiento de estos misterios tan provechosos. <<
[77] Véanse los capítulos V, VI y VII, πεοὶ ὂπλων, περὶ ὁπλίσεως y περὶ γυμνασίας en las Tácticas de León, con los pasajes correspondientes en las de Constantino. <<
[78] Observan τῆς γὰρ τοξείας παντελῶς ἀμεληθείσης … ἐν τοῖς Pωμαίοις τ ’α πολλὰ νῦν εἴωθεσϕτάλματα γένεσθαι (León, Tácticas, p. 581; Constantino, p. 1216). Con todo, no eran éstas las máximas de los griegos y romanos, que despreciaban la práctica vaga y distante del arte de tirar con arco y flecha. <<
[79] Compárense los pasajes de las Tácticas, p. 669, y los capítulos XII y XVIII. <<
[80] En el prefacio a sus Tácticas, León deplora muy libremente la pérdida de la disciplina y las calamidades de los tiempos, y repite sin escrúpulo (Proem., p. 537) las reconvenciones de ἀµέλεια, ἀταξία, ἀγυμνασία, δειλία. No parece que las mismas censuras fueron menos merecidas en la generación inmediata por los discípulos de Constantino. <<
[81] Véase en el Caeremoniis Aulae et Ecclesiae Byzantinae (l. II, c. XIX, p. 353) la forma de pisotear el emperador sobre los cuellos de los sarracenos cautivos, mientras los cantores entonaban: «¡Has hecho de mis enemigos mi tarima!», y el pueblo gritaba cuarenta veces el «kyrieleisón». <<
[82] León observa (Tácticas, p. 668) que una batalla declarada, sea la que fuere, contra cualquier nación, es έπισϕαλές y έπικινδυνόν; las palabras son fuertes y la observación es verdadera; sin embargo, si tal hubiese sido la opinión de los antiguos romanos, León jamás habría reinado en las playas del Bósforo tracio. <<
[83] Zonaras (t. II, l. XVI, pp. 202, 203) y Cedreno (Compendio, p. 668), que refieren el designio de Nicéforo, aplican desafortunadamente el epíteto de γενναίως a la oposición del patriarca. <<
[84] El capítulo XVII, de las tácticas de las diferentes naciones, es el más histórico y útil de toda la colección de León. Las costumbres y armas de los sarracenos (Tácticas, pp. 809-817, y un fragmento de los Manuscritos mediceos en el prefacio del volumen VI de Meursio) el emperador romano fue citado con demasiada frecuencia para su estudio. <<
[85] παντὸς δὲ καὶ κακοῦ ἔργου τὸν Θεὸν εἶναι αἴτιον ὑποτίθενται, καὶ πολέμοις χαίρειν λέγουσι τὸν Θεὸν, τὸν διασκορπίζοντα ἔθνη τὰ τοὺς πολέμους θέλοντα. León, Tácticas, p. 809. <<
[86] Luitprando (pp. 484, 485) refiere e interpreta los oráculos de los griegos y sarracenos, en los cuales, a manera de profecía, lo pasado es claro e histórico, lo venidero es oscuro, enigmático y erróneo. Por este límite de luz y sombra, un crítico imparcial puede determinar comúnmente la fecha de la composición. <<
[87] El sentido de esta distinción queda expresado por Abulfaragio (Dinastías, pp. 52, 62, 101), pero no puedo recordar el pasaje en que se rodea este agudo apotegma. <<
[88] «Ex Francis, quo nomine tam Latinos quam Teutones comprehendit, ludum habuit» (Luitprando, en Legatio ad Nicephorum Phocam, pp. 483, 484). Esta extensión del nombre puede ser confirmada en Constantino (de Administrando Imperio, l. II, c. 27, 28) y Eutiquio (Annal., t. I, pp. 55, 56), quienes vivieron antes de las Cruzadas. Los testimonios de Abulfaragio (Dinastías, p. 69) y Abulfeda (Praefat. ad Geograph) son más recientes. <<
[89] Sobre este asunto de la disciplina eclesiástica puede consultarse con utilidad el padre Thomassin (t. III, l. I, c. 40, 45, 46, 47). Una ley general de Carlomagno eximía a los obispos del servicio personal, pero la práctica opuesta, que prevaleció desde el siglo IX hasta el XV, está apoyada por el ejemplo o el silencio de los santos y doctores… «Sinceráis vuestra cobardía con los sagrados cánones —dice Raterio de Verona—; los cánones también os prohíben haraganear, y sin embargo…» <<
[90] En el capítulo XVIII de sus Tácticas, el emperador León ha representado con gracia los vicios y las virtudes militares de los francos (que Meursio traduce de un modo ridículo por galli) y lombardos, o longobardos. Véase asimismo la XXVI disertación de Muratori, de Antiquitatibus Italiae medii Ævi. <<
[91] «Domini tui milites —dice el arrogante Nicéforo— equitandi ignari pedestris pugnae sunt inscii: scutorum magnitudo, loricarum gravitudo, ensium longitudo galearumque pondus neutra parte pugnare eos sinit; ac subridens, impedit, inquit, et eos gastrimargia, hoc est ventris ingluvies», etcétera. Luitprando, en Legatio, pp. 480, 481. <<
[92] «In Saxonia certe scio […] decentius ensibus pugnare quam calamis, et prius mortem obire quani hostibus terga dare» (Luitprando, p. 482). <<
[93] Φραγγοί τοίνυν καὶ Λογίβαρδοι λόγον ἐλευθερίας περὶ πολλοῦ ποιοῦνται, ἀλλ’ οἱ μὲν Λογίβαρδοι τὸ πλέον τῆς τοιαύτης ἀρετῆς νῦν ἀπώλεσαν. León, Tácticas, c. 18, p. 805. El emperador León murió en 911 d. C. Un poema histórico, que concluye en 916 y parece haber sido compuesto en 940 por un natural de Venecia, distingue en estos versos las costumbres de Italia y Francia:
Quid inertia bello
Pectora (Ubertus ait) duris praetenditis armis,
O Itali? Potius vobis sacra pocula cordi;
Saepius et stomachum nitidis laxare saginis
Elatasque domos rutilo fulcire metallo.
Non eadem Gallos similis vel cura remordet;
Vicinas quibus est studium devincere terras,
Depressumque larem spoliis hinc inde coactis
Sustentare.
(Anónimo, Carmen Panegyricum de Laudibus Berengarii Augusti, l. II, en Muratori, Scriptores Rerum Italicarum, t. II, part. I, p. 393). <<
[94] Justiniano, dice el historiador de Agathias (l. V, p. 157), πρῶτος ‘Pωμαίων αὐτοκράτωρ ὀτόματί τε καὶ πράγματι. Sin embargo, el título específico de emperador de los romanos no se usó en Constantinopla hasta que lo demandaron los emperadores franceses y germanos de la antigua Roma. <<
[95] Constantino Manasses reprueba este designio en su verso bárbaro:
Tὴν πόλιν τὴν βασίλειαν ἀποκοσμῆσαι θέλων,
Kαὶ τὴν ἀρχὴν χαρίσασθαι τῇ τριπεμπέλῳ ‘Pέμῃ,
‘Ως εἴτις ἀβροστόλιστον αποκοσμήσει νύμϕην,
Kαὶ γραῦν τινὰ τρικόρωνον ὡς κόρην ὡραίσει.
Y lo confirman Teófanes, Zonaras, Cedreno y la Historia Miscella, voluit in urbem Romam imperium transferre (l. XIX, p. 437, t. I, part. I, de los Scriptores Rerum Italicarum, de Muratori). <<
[96] Paulo Diácono, l. V, c. II, p. 480; Anastasio en Vitis Pontificum, en la Colección de Muratori, t. III, part. I, p. 141. <<
[97] Consúltese el prefacio de Ducange (ad Gloss. Graec. medii Ævi) y las Novelas de Justiniano (VII, LXVI). El lenguaje griego era κοίνος; el latino πάτριος, al mismo, κυριώτατος al πολιτείας σχῆμα, el sistema de gobierno. <<
[98] Oὐ μὴν ἀλλὰ καὶ Λατινικὴ λέξις καὶ ϕράσις εἰσέτι τοὺς νόμους κρύπτουσα τοὺς συνεῖναι ταύτην μὴ δυναμένους ’ισχυρῶς ἀπετείχιξε (Matth. Blastares, Hist. Juris, apud Fabric., Bibliot. Graec., t. XII, p. 369). El Código y las Pandectas (éstas, por Taleleo) fueron traducidos en tiempo de Justiniano (pp. 358-366). Teófilo, uno de los triunviros originales, ha dejado una elegante aunque difusa paráfrasis de la Instituta. Por otra parte, Juliano, antecesor de Constantinopla (570 d. C.), CXX Novellas Graecas elegante Latinitate donavit (Heineccio, Hist. J. R., p. 396) para el uso de Italia y África. <<
[99] Abulfaragio señala la VII dinastía a los francos o romanos, la VIII a los griegos, la IX a los árabes. «A tempore Augusti Caesaris donec imperaret Tiberius Caesar spatio circiter annorum 600 fuerunt Imperatores C. P. Patricii, et praecipua pars exercitus Romani: extra quod, conciliarii, scribae et populus, omnes Graeci fuerunt: deinde regnum etiam Graecanicum factum est» (p. 96, vers. Pocock). Los estudios cristianos y eclesiásticos de Abulfaragio le dieron alguna ventaja sobre los más ignorantes musulmanes. <<
[100] «Primus et Graecorum genere in imperio confirmatus est»; o según otro manuscrito de Paulo Diácono (l. III, c. 15, p. 443), en Graecorum Imperio. <<
[101] «Quia linguam, mores, vestesque mutastis, putavit Sanctissimus Papa (una audaz ironía) ita vos (vobis) displicere Romanorum nomen. His nuncios, rogabant Nicephorum Imperatorem Graecorum, ut cum Othone Imperatore Romanorum amicitiam faceret» (Luitprando, en Legatio, p. 486). <<
[102] Por Laónico Chalcocondyles, que sobrevivió al último sitio de Constantinopla, el relato se hace de este modo (l. I, p. 3). Constantino trasplantó sus latinos de Italia a una ciudad griega de Tracia: adoptaron el lenguaje y las costumbres de los naturales, que fueron confundidos con ellos bajo el nombre de romanos. Los reyes de Constantinopla, dice el historiador,ἐπὶ τῷ σϕᾶς αὐτοὺς Pωμαίων βασιλεῖς τε καὶ αὐτοκράτορας σεμνύνεσθαι ἀποκαλεῖν, ‘Eλλήνων δὲ βασιλεῖς οὐκέτι οὐδαμῇ ἀξιοῦν. <<
[103] Véase Ducange (C. P. Christiana, l. II, pp. 150, 151), que reúne los testimonios no de Teófanes, pero al menos de Zonaras (t. II, l. XV, p. 104), Cedreno (p. 454), Michael Glycas (281), Constantino Manasses (p. 87). Después de refutar el cargo absurdo contra el emperador, Spanheim (Hist. Imaginum, pp. 99-111), como verdadero abogado, procede a dudar de la realidad del fuego y casi de la biblioteca, o a negarla. <<
[104] Segun Malcho (apud Zonar., l. XIV, p. 53), este Homero fue quemado en tiempo de Basílico. El manuscrito pudo ser renovado, pero ¿sobre la piel de una serpiente? ¡Lo más extraño e increíble! <<
[105] La ἀλογία de Zonaras, la ἀγρία καὶ ἀμαθία de Cedreno, son palabras fuertes, quizás no mal acomodadas a aquellos reinados. <<
[106] Véase Zonaras (l. XVI, pp. 160, 161) y Cedreno (pp. 549, 550). Como Bacon, el filósofo León se ha transformado por ignorancia en conjurador, no sin mérito, si él es el autor de los oráculos que se atribuyen al emperador del mismo nombre. La física de León en manuscrito está en la biblioteca de Viena (Fabricio, Bibliot. Graec, t. VI, p. 366, t. XII, p. 791). Quiescant! <<
[107] El carácter eclesiástico y literario de Focio es muy discutido por Hankio (de Scriptoribus Byzant., pp. 269-396) y Fabricio. <<
[108] E’ις ’Aσσυρίους únicamente puede significar «Bagdad», sede de los califas, y el relato de su embajada podía haber sido curioso e instructivo. Pero ¿cómo consiguió los libros? Una biblioteca tan numerosa no podía hallarse en Bagdad ni transportarse en su equipaje ni preservarse en su memoria. Con todo, lo último, aunque increíble, parece quedar afirmado por Focio mismo, ὃσας αὐτῶν ἡ μνήμη διέσωξε. Camusat (Hist. Critique des Journaux, pp. 87-94) da buena cuenta del Myriobiblon. <<
[109] Sobre estos griegos modernos, véanse los artículos respectivos en la Bibliotheca Graeca de Fabricio, obra laboriosa, aunque susceptible de mejor método y de muchas mejoras; de Eustacio (t. I, pp. 289-292. 306-329), de los Pselli (una diatriba de León Alacio, ad calcem, t. V), de Constantino Porfirogénito (t. VI, pp. 486-509), de Juan Stobeo (t. VIII, 665-728), de Suidas (t. IX, pp. 620-827), de Juan Tzetzes (t. XII, pp. 245-273). El señor Harris, en sus composiciones filológicas, opus senile, ha dado un esbozo de esta literatura bizantina (pp. 287-300). <<
[110] De un testigo oscuro y vago, Gerardo Vosio (de Poetis Graecis, c. 6) y Le Clerc (Bibliothéque Choisie, t. XIX, p. 283) mencionan un comentario de Miguel Psello sobre veinticuatro comedias de Menandro, todavía existentes en manuscritos en Constantinopla. Sin embargo, estos estudios clásicos parecen incompatibles con la gravedad o pesadez de un escolástico, que estaba sumido en las categorías (de Psellis, p. 42), y Miguel probablemente ha sido confundido con Homero Selio, que escribió argumentos a las comedias de Menandro. En el siglo X, Suidas cita cincuenta comedias, pero a menudo transcribe el antiguo escoliasta de Aristófanes. <<
[111] Ana Comneno puede jactarse de su estilo griego (τό ‘Eλληνίζειν ἐς ἂκρον ἐσπουδακυῖα), y Zonaras —su contemporáneo, pero no su adulador— puede añadir con verdad: γλῶτταν εἴχεν ἀκριβῶς ’Aττικίζουσαν. La princesa estaba versada en los artificiosos diálogos de Platón y había estudiado τετρακτὺς, o el cuadrivio de astrología, geometría, aritmética y música (véase su prefacio a la Alexiada con las notas de Ducange). <<
[112] Para censurar el gusto bizantino, Ducange (Praefat. Gloss. Graec., p. 17) se apoya en las autoridades de Aulo Gelio, Gerónimo, Petronio, Jorge Hamartolo, Longino, que dan a un tiempo el precepto y el ejemplo. <<
[113] Los versus politici, aquellos «comunes prostitutos», según los llama León Alacio por su facilidad, regularmente constan de quince sílabas. Los usan Constantino Manasses, Juan Tzetzes, etcétera (Ducange, Gloss. Latin., t. III, p. 1, pp. 345, 346, ed. Basil., 1762). <<
[114] Así como san Bernardo es reverenciado como el último padre de la Iglesia latina, san Juan Damasceno lo es de la Iglesia griega. <<
[115]Ensayos de Hume, v. I, p. 125. <<
[116] Los yerros y prendas de los paulinos los pesa, con su acostumbrado tino y sencillez, el docto Mosheim (Hist. Eccles., saeculum IX, pp. 311 y ss.). Saca su concepto original de Focio (contra Manichæos, l. I) y Pedro de Sicilia (Hist. Manichæorum). La primera de estas relaciones no ha parado en mis manos; la segunda, que Mosheim prefiere, la he leído en una versión latina inserta en la Maxima Bibliotheca Patrum (t. XVI, pp. 754-764) de la edición del jesuita Radero (Ingolstadii, 1604, en 4°). <<
[117] En tiempo de Teodoreto, la diócesis de Cirro, en Siria, contenía ochocientas poblaciones. De éstas, dos se habitaban por arrianos y eunomios y ocho por marcionitas, a quienes el laborioso obispo reconcilió con la Iglesia católica (Dupin, Bibliot. Ecclés., t. IV, pp. 81, 82). <<
[118] «Nobis profanis ista (sacra Evangelia) legere non licet sed sacerdotibus duntaxat», fue el primer escrúpulo de un católico, cuando se le aconsejó que leyera la Biblia (Petr. Sicul. p. 761). <<
[119] En desechar la segunda epístola de san Pedro, los paulinos quedan sincerados por algunos de los más respetables antiguos y modernos (véase Wetstein ad loc., Simon, Hist. Critique du Nouveau Testament, c. 17). También pasaron por alto el Apocalipsis (Petr. Sicul. p. 756); pero como semejante descuido no se atribuye a crimen, los griegos del siglo IX, deben haberse adormecido en punto al concepto y honor de las Revelaciones. <<
[120] Esta reyerta, que caló por entero el malicioso Porfirio, supone algún yerro y pasión en uno de los apóstoles o en ambos. En Crisóstomo, Gerónimo y Erasmo se representa como una contienda fingida, un dolo pío, para beneficio de los gentiles y enmienda de los judíos (Middleton, Works, vol. II, pp. 1-20). <<
[121] Los curiosos de esta biblioteca heterodoxa pueden consultar las averiguaciones de Beausobre (Hist. Critique du Manichéisme, t. I, pp. 305-437). Aun en África, san Agustín pudo describir los libros maniqueos, «tam multi, tam grandes, tam pretiosi codices» (contra Faust., XIII, 44); pero añade sin piedad: «Incendite omnes illas membranas»; y su consejo se ha seguido rigurosamente. <<
[122] Los seis errores capitales de los paulinos están definidos por Pedro de Sicilia (p. 756) con mucha preocupación y encono. <<
[123] «Primum illorum axioma est, duo rerum esse principia; Deum malum et Deum bonum, aliumque hujus mundi conditorem et princi pem, et alium futuri aevi» (Pedro de Sicilia, p. 756). <<
[124] Dos críticos instruidos, Beausobre (Hist. Critique du Manichéisme, l. I, IV, V, VI) y Mosheim (Institut. Hist. Eccles. y de Rebus Christianis ante Constantinum, sec. I, II, III), se han afanado en entresacar y explorar los varios sistemas de la fe gnóstica sobre el asunto de los dos principios. <<
[125] Los países entre el Éufrates y el Halis fueron poseídos más de trescientos cincuenta años por los medos (Herodot. l. I, c. 103) y persas; y los reyes del Ponto eran de la sangre real de los achaemenides (Sallust. Fragment. l. III, con el suplemento francés y notas del presidente de Brosses). <<
[126] Con la mayor probabilidad, fundado por Pompeyo después de la conquista del Ponto. Esta Colonia, sobre el Lycus, más allá de Neocesárea, es llamada por los turcos Coulei-hisar, o Chonac, ciudad populosa en un país fuerte (D’Anville, Géographie Ancienne, t. II, p. 34; Tournefort, Voyage du Levant, t. III, lettre XXI, p. 293). <<
[127] El templo de Belona, en Comana, en el Ponto, era una fundación poderosa y rica, y el sumo sacerdote se respetaba como la segunda persona del reino. Como el oficio sacerdotal había sido ocupado por la familia de su madre, Estrabón (l. XII, pp. 809-835, 836, 837) se detiene con peculiar complacencia en el templo, culto y festividad, que se celebraba dos veces al año. Pero la Belona del Ponto tenía las ficciones y carácter de la diosa, no de la guerra, sino del amor. <<
[128] Gregorio, obispo de Neocesárea (240-265 d. C.), apellidado Taumaturgo, o el Hacedor de Milagros. Cien años después la historia o novela de su vida fue compuesta por Gregorio de Nisa, su tocayo y paisano, hermano de san Basilio el Grande. <<
[129] «Hoc caeterum ad sua egregia facinora, divini atque orthodoxi Imperatores addiderunt, ut Manichaeos Montanosque capitali puniri sententia juberent, eorumque libros, quocunque in loco inventi essent, flammis tradi; quod siquis uspiam eosdem occultasse deprehenderetur, hunc eundem mortis poenae addici, ejusque bona in fiscum inferri» (Pedro de Sicilia, p. 759). ¿Qué más podían desear la preocupación y el desenfreno? <<
[130] Parecería que los paulinos se permitían algún ensanche de equivocación y reserva mental: hasta que los católicos descubrieron las cuestiones intrincadas que los redujeron a la alternativa de la apostasía o del martirio (Pedro de Sicilia, p. 760). <<
[131] Pedro de Sicilia refiere la persecución (pp. 579-763) con satisfacción y gracia. «Justus justa persolvit». Simeón no era τιτος sino κῆτος (la pronunciación de las dos vocales debe haber sido casi la misma), una ballena grande que ahogó a los marineros que la cogieron por una isla. Véase también Cedreno (pp. 432-435). <<
[132] Pedro de Sicilia (pp. 763, 764), el continuador de Teófanes (l. IV, c. 4, pp. 103, 104), Cedreno (pp. 541, 542. 545) y Zonaras (t. II, l. XVI, p. 156) describen la revuelta y hazañas de Carbeas y sus paulinos. <<
[133] Otter (Voyage en Turquie et en Perse, t. II) es probablemente el único franco que ha visitado a los bárbaros independientes de Tefrice, ahora Divrigno, de quienes se escapó afortunadamente en el traje de oficial turco. <<
[134] En la historia de Chrysocheir, Genesio (Chron., pp. 67-70. ed. Bonet) ha expuesto la desnudez del Imperio. Constantino Porfirogénito (en Vit. Basil., c. 37-43, pp. 166-171) ha explayado la gloria de su abuelo. Cedreno (pp. 570-573) no tiene sus pasiones o su conocimiento. <<
[135] Συναπεμαράνθη πᾶσα ἡ ἀνθοῦσα τῆς Tεϕρικῆς εὐανδρὶα. ¡Cuán elegante es la lengua griega, aun en boca de Cedreno! <<
[136] Coprónimo transportó sus συγγενεῖς, herejes; y así ἐπλατύνθη ἡ αἴρεσις τῶν Παυλικιανῶν, dice Cedreno (p. 463), que ha copiado los anales de Teófanes. <<
[137] Pedro de Sicilia, que residió nueve meses en Tefrice (870 d. C.) para el rescate de cautivos (p. 764), fue informado de su proyectada misión, y dirigió su salvaguarda, la Hist. Manichæorum, al nuevo arzobispo de los búlgaros (p. 754). <<
[138] La colonia de los paulinos y jacobitas, trasplantada por Juan Zimisces (970 d. C.) de Armenia a Tracia, se menciona en Zonaras (t. II, l. XVII, p. 209) y Ana Comnena (Alexiada, l. XIV, p. 450 y ss.). <<
[139] La Alexiada de Ana Comnena (l. V, p. 131; l. VI, pp. 154, 155; l. XIV, pp. 450-457, con las anotaciones de Ducange) recuerda las transacciones de su padre apostólico con los maniqueos, cuya abominable herejía deseaba ella refutar. <<
[140] Basilio, monje y autor de las Bagomiles, secta de gnósticos, que pronto desapareció (Ana Comnena, Alexiada, l. XV, pp. 486-494. Mosheim, Hist. Eccles., 420). <<
[141] Matt. Paris, Hist. Major, p. 267. Este pasaje de nuestro historiador inglés es alegado por Ducange en una nota excelente sobre Villehardouin (núm. 208) que halló a los paulinos en Filipópolis amigos de los búlgaros. <<
[142] Vease Marsiglio, Stato militare dell’Impero Ottomano, p. 24. <<
[143] La introducción de los paulinos en Italia y Francia queda ampliamente ventilada por Muratori (Antiquitatibus Italiae medii Ævi, t. V, dis. LX, pp. 81-152) y Mosheim (pp. 379-382, 419-422). Con todo, ambos han pasado por alto un curioso pasaje de Guillermo el Apulio que los describe claramente en una batalla entre griegos y normandos, 1040 d. C. (en Muratori, Scriptores Rerum Italicarum, t. V, p. 256):
Cum Graecis aderant quidam, quos pessimus error,
Fecerat amentes, et ab ipso nomen habebant.
Pero ignora tanto su doctrina que los hace una especie de sabelianos o patripasianos. <<
[144]Bulgari, Boulgres, Bougres, nombre nacional, han aplicado los franceses como término de reconvención a los usureros y pecadores antinaturales. El Paterini o Patelini, se ha hecho para significar un hipócrita suave y lisonjero, como l’Avocat Patelin de aquella farsa original y chistosa (Ducange, Gloss. Latinitat. medii en infimi Ævi). Los maniqueos se llamaron también Cathari, o los puros, por corrupción, Gazari, etc. <<
[145] Sobre las leyes, cruzada y persecución contra los albigenses; Mosheim expresa una especie atinada, aunque general (pp. 477-481). El pormenor puede hallarse en los historiadores eclesiásticos, antiguos y modernos, católicos y protestantes; y entre estos Fleury es el más imparcial y moderado. <<
[146] Los Actos (Liber sententiarum) de la Inquisición de Tolosa (1307-1323 d. C.) se han publicado por Limborch (Amstelodami, 1692), con una historia previa de la Inquisición en general. Merecieron un editor más crítico y erudito. Como no debemos calumniar ni siquiera a Satán, ni al Santo Oficio, señalaré que, de una lista de criminales que llena diecinueve páginas en folio, sólo quince hombres y cuatro mujeres fueron liberados de las armas seculares. <<
[147] Las opiniones y procedimientos de los reformadores se exponen en la segunda parte de la historia general de Mosheim; pero la balanza, que ha tenido con ojo tan perspicaz, y mano tan firme, empieza a inclinarse en favor de sus hermanos luteranos. <<
[148] Bajo Eduardo VI, nuestra reforma era más audaz y perfecta, pero en los artículos fundamentales de la Iglesia de Inglaterra se borró en la copia original una declaración enérgica y terminante contra la presencia real, para complacer al pueblo, o a los luteranos, o a la reina Elizabeth (Burnet, History of the Reformation, vol. II, pp. 82, 128, 302). <<
[149] «A no haber sido por unos hombres como Lutero y yo mismo —dice el fanático Whiston a Halley el filósofo—, os habríais arrodillado ya delante de una imagen de san Winifredo». <<
[150] El artículo de Servet en el Dictionnaire Critique of Chauffepié es la mejor relación que he visto de este vergonzoso fracaso. Véase tambien el Abbé d’Artigny, Nouveaux Mémoires d’Histoire…, t. II, pp. 55-154. <<
[151] Me ha escandalizado más profundamente la ejecución de Servet que las hecatombes que he publicado en los Autos de fe de España y Portugal. 1. EI celo de Calvino parece haber sido emponzoñado por la malicia personal, y quizás por la envidia. Acusó a su contrario ante sus enemigos comunes, los jueces de Viena, e hizo traición, para destruirlo, a la sagrada confianza de una correspondencia privada. 2. El hecho de crueldad no fue encubierto por el pretexto de peligro a la Iglesia o al Estado. En su tránsito por Ginebra, Servet era un extranjero sencillo, que ni rogó, ni imprimió, ni hizo prosélitos. 3. Un inquisidor católico rinde la propia obediencia que requiere, pero Calvino atropelló la regla inefable de hacer lo que quisiera que le hiciesen; regla que leí en un tratado moral de Isócrates (en Nicocle, t. I, p. 93, ed. Basilea), cuatrocientos años antes de la publicación del Evangelio. ῞ A πάσχοντες ὑϕ ἑτέρων ὀργίζεσθε, ταῦτα τοῖς ἄλλοις μὴ ποιεῖτε. <<
[152] Véase Burnet, vol. II, pp. 84-86. El entendimiento y humanidad del joven rey fueron oprimidos por la autoridad del primado. <<
[153] Erasmo puede conceptuarse como el padre de la teología racional. Después de un descanso de cien años, fue despertada por los armenios de Holanda, Grocio, Limborch y Le Clerc; en Inglaterra por Chillingworth, los latitudinarios de Cambridge (Burnet, Hist. of his own Times, vol. I, pp. 261-268, edición en octavo), Tillotson, Clarke, Hoadley, etc. <<
[154] Siento advertir que los tres escritores del siglo último que han defendido tan noblemente los derechos de la tolerancia, Bayle, Leibniz y Locke, son todos seglares y filósofos. <<
[155] Véase el excelente capítulo de sir William Temple sobre la Religión de las Provincias Unidas. No me satisface Grocio (de Rebus Belgicis, Annal. l. I, pp. 13, 14, ed. en 12°), que aprueba las leyes de persecución y únicamente condena el tribunal sanguinario de la Inquisición. <<
[156] Sir William Blackstone (Commentaries, vol. IV, pp. 53, 54) explica la ley de Inglaterra como se fijó en la Revolución. Las excepciones de papistas y de los que niegan la Trinidad aún dejarían un blanco para la persecución, si el espíritu nacional no fuese más eficiente que cien estatutos. <<
[157] Recomendaré a la pública censura dos pasos en Priestley que revelan la propensión final de sus opiniones. En el primero de ellos (Hist. of the Corruptions of Christianity, vol. I, pp. 275, 276) el sacerdote, en el segundo (vol. II, p. 484) el magistrado, ¡deben temblar! <<
[158] Todos los pasos de la historia bizantina que se refieren a los bárbaros están recopilados, recogidos, arreglados y puestos en una versión latina por el laborioso John Gotthelf Stritter, en sus Memoriae Populorum, ad Danubium, Pontum Euxinum, Paludem Maeotidem, Caucasum, Mare Caspium, et inde Magis ad Septemtriones incolentium, Petropoli, 1771-1779, en cuatro tomos, o seis volúmenes, en 4°. Pero el modo no ha aumentado el precio de estos materiales nuevos. <<
[159]Hist. vol. V, p. 7. <<
[160] Teófanes, pp. 296-299; Anastasio, pp. 113; Nicéforo, C. P. pp. 21, 23. Teófanes pone la antigua Bulgaria a las orillas del Atell o Volga; pero se desconceptúa como geógrafo, con suponer que aquel río desagua en el Ponto Euxino. <<
[161] Paulo Diácono, de Gentis Longobard. l. V, c. 29, pp. 881, 882. La diferencia aparente entre la historia romana y los griegos arriba mencionados, queda pronto acorde por Camilo Pellegrino (de Ducatu. Beneventano, dissert. VII, en los Scriptores Rerum Ital. t. V, pp. 186, 187) y Beretti (Chorograph. Italiae medii Ævi, pp. 273 y ss.). Esta colonia búlgara se planteó en un distrito vacante de Samnio, y aprendió el latín, sin olvidar su idioma nativo. <<
[162] Estas provincias del idioma e Imperio griegos, se apropian del reino búlgaro, en la contienda sobre jurisdicción eclesiástica, entre los patriarcas de Roma y de Constantinopla (Baronio, Annal. Eccles., 869 d. C., núm. 75). <<
[163] La situación y regalía de Lychnida, o Acrida, se expresa claramente en Cedreno (p. 715) La remoción de un arzobispo o patriarca de Justinianea prima a Lychnida, y finalmente a Ternovo, ha venido a causar algún trastorno en los pensamientos o lenguaje de los griegos (Nicéforo Grégoras, l. II, c. 2, pp. 14, 15; Thomassin, Discipline de l’Église, t. I, l. I, c. 19, 23), y un francés (D’Anville) está más esmeradamente versado en la geografía de su país (Hist. de l’Academie des Inscriptions, t. XXXI). <<
[164] Chalcocondyles, juez competente, afirma la identidad del lenguaje de los dalmacios, bosnios, serbios, búlgaros, polacos (de Rebus Turcicis, l. X, p. 283), y en otra parte de los bohemios (l. II, p. 38). El mismo autor ha notado el idioma separado de los húngaros. <<
[165] Véase la obra de Juan Cristóbal de Jordán, de Originibus Sclavicis, Vindobonae, 1745, en cuatro partes, o dos volúmenes en folio. Sus colecciones y averiguaciones son útiles para despejar las antigüedades de Bohemia y los países adyacentes; pero su plan es mezquino; su estilo bárbaro; su crítica, superficial; y el consejero áulico no está libre de las preocupaciones de un bohemio. <<
[166] Jordán se conforma con la derivación muy sabida y probable de Slava, laus, gloria, palabra de uso familiar en los diferentes dialectos y partes del habla, y que forma la terminación de los nombres más ilustres (de Originibus Slavicis, part. I, p. 40; part. IV, pp. 101, 102). <<
[167] Esta conversión de un nombre nacional en apelativo parece haber tomado origen en el siglo VIII, en la Francia oriental, donde los príncipes y obispos eran ricos en cautivos eslavones, no de la ralea bohemia (exclama Jordán) sino de la sorabia. De ahí se extendió la palabra al uso general, a las lenguas modernas, y aun al estilo de los últimos bizantinos (véanse los glosarios griegos y latinos de Ducange). La Σερβλοι ο confusión de Serbloi o serbios, con el latín servi, fue mucho más afortunada y familiar (Constantino Porfirogénito, de Administrando Imperio, c. 32, pp. 99). <<
[168] El emperador Porfirogénito, muy esmerado en cuanto a sus tiempos, muy fabuloso por lo tocante a los años precedentes, describe a los eslavones de Dalmacia (c. 29-36). <<
[169] Véase la crónica anónima del siglo XI, atribuida a Juan Sargonino (pp. 94-102), y la que compuso en el siglo XIV el dogo Andrés Dándolo (Scriptores Rerum Italicarum, t. XII, pp. 227-230); los dos monumentos más antiguos de la historia de Venecia. <<
[170] El primer reino de los búlgaros puede hallarse, bajo las mismas fechas, en los anales de Cedreno y Zonaras. Los materiales bizantinos van recopilados por Stritter (Memoriae Populorum, t. II, part. II, pp. 441-647); y la serie de sus reyes está dispuesta y planteada por Ducange (Familiae Byzantinae, pp. 305-318). <<
[171] «Simeonem semi-Graecum esse aiebant, eo quod a pueritia Byzantii Demosthenis rhetoricam et Aristotelis syllogismos didicerat» (Liutprando, l. III, c. 8). Dice en otra parte «Simeon, fortis bella tor, Bulgariae praeerat; Christianus, sed vicinis Graecis valde inimicus» (l. I, c. 2). <<
—Rigidum fera dextera cornu
Dum tenet, infregit, truncaque a fronte revellit.
Ovidio (Metamorph., IX, 1-100) ha retratado al vivo la lucha del Dios tutelar del río y el héroe; el natural y el extranjero. <<
[173] El embajador de Otón fue provocado por las excusas griegas, «cum Christophori filiam Petrus Bulgarorum Vasileus conjugem duceret, Symphona, id est consonantia scripto juramento firmata sunt, ut omnium gentium Apostolis, id est nunciis, penes nos Bulgarorum Apostoli praeponantur, honorentur, diligantur» (Liutprando, en Legatio, p. 482). Véase el Ceremonial de Constantino Porfirogénito, t. I, p. 82; t. II, pp. 429, 430, 434, 435, 445, 444, 446, 477, con las anotaciones de Reiske. <<
[174] Un obispo de Wurtzburg allanó esta opinión a un reverendo abad; pero él decidió más gravemente que Gog y Magog eran los perseguidores espirituales de la Iglesia; pues que Gog significa el origen, el orgullo de los heresiarcas, y Magog, lo que proviene de la raíz, la propagación de sus sectas. Sin embargo, estos hombres merecieron el respeto del género humano (Fleury, Hist. Eccles. t. XI, pp. 594 y ss.). <<
[175] Los dos autores nacionales, de quienes he sacado la mayor parte de auxilio, son George Pray (Dissertationes and Annales veterum Hun garorum…, Vindobonae, 1773, en folio) y Stephen Katona (Hist. Critica Ducum et Regum Hungariae Stirpis Arpadianae, Paestini, 1778-1781, 5 vols., en 8°). El primero abarca un espacio grandioso y a menudo conjetural; el segundo, por su erudición, juicio y despejo, merece el nombre de historiador crítico. <<
[176] El autor de esta crónica se nombra como el notario del rey Bela. Katona le ha apropiado al siglo XII, y defiende su carácter contra el hipercriticismo de Pray. Este torpe analista debe haber trasladado algunos recuerdos históricos, ya que pudo afirmar con señorío «rejectis falsis rabulis rusticorum, et garrulo cantu jaculatorum». En el siglo XV, estas fábulas fueron recopiladas por Thurotzio, y aliñadas por el italiano Bonfinio. Véase el «Discurso preliminar» en la Hist. Critica Ducum…, pp. 7-33. <<
[177] Véase Constantino de Administrat. Imperii, c. 3, 4, 13, 38-42. Katona ha fijado puntualísimamente la composición de esta obra en los años 949, 950, 951 (pp. 4-7). El historiador crítico (pp. 34-107) se afana en comprobar la existencia y referir las acciones de un primer duque Almus, padre de Arpad, que es rechazado tácitamente por Constantino. <<
[178] Pray (Dissert., pp. 37-39 y ss.) produce e ilustra los pasos originales de los misioneros húngaros Bonfinio y Eneas Silvio. <<
[179] Fisher, en las Quaestiones Petropolitanae, de Origine Ungrorum, y Pray (Dissertat., I, II, III y ss.) han extendido algunas tablas comparativas de los dialectos húngaros con los fénicos. A la verdad, la hermandad es asombrosa, pero las listas son cortas, las voces se han ido entresacando de intento; y leí en el docto Bayer (Comment. Academ. Petropol., t. X, p. 374) que, si bien los húngaros han adoptado muchas voces fénicas (innumerables voces), discrepa esencialmente toto genio et natura. <<
[180] En la región de Turfan, descrita clara y menudamente por los geógrafos chinos (Gaubil, Hist. du Gran Gengiscan, p. 15; Guignes, Hist. des Huns, t. II, pp. 31 y ss.). <<
[181]Hist. Genealogique des Tartars, par Abulghazi Babadur Khan, partie II, pp. 90-98. <<
[182] En su viaje a Pekín, Isbrand Ives (Harris, Collection of Voyages and Travels, vol. II, pp. 920, 921) y Bell (Travels, vol. I, p. 174) encontraron el Vogulitz en las cercanías de Tobolsky. Por las contorsiones del arte etimológico, Ugur y Vogul son reducidos al mismo nombre; las montañas comarcanas llevan el nombre de ugrianas; y de todos los dialectos fénicos, el vogulio es el que más se acerca al húngaro (Fisher, Dissert. I, pp. 20-30; Pray, Dissert. II, pp. 31-34). <<
[183] Las ocho tribus de la costa fénica están descritas en la curiosa obra de Levêque (Hist. des Peuples soumis a la dominatión de la Russie, t. I, pp. 361-561). <<
[184] Esta pintura de los húngaros y búlgaros se ha sacado principalmente de las Tácticas de León, pp. 796-801, y los anales latinos que alegan Baronio, Pagi y Muratori, 889 d. C., etc. <<
[185] Buffon, Hist. Naturalle, t. V, p. 6, en 12°, Gustavo Adolfo probó, sin éxito, formar un regimiento de lapones. Grocio dice de estas tribus árticas «arma arcus et pharetra, sed adversus feras» (Annal. l. IV, p. 236), y trata, a la manera de Tácito, de encubrir con la filosofía su ignorancia brutal. <<
[186] León ha observado que el gobierno de los turcos era monárquico, y que sus castigos eran rigurosos (Tácticas, pp. 896 ἀπεινεῖς καὶ βαρείας). Rhegino (en Chron. 889 d. C.) menciona el robo como un crimen capital, y su jurisprudencia se confirma por el código original de san Esteban (1016 d. C.). Si un esclavo era reo, lo castigaban, por la primera vez, con la pérdida de la nariz, o una multa de cinco novillos; a la segunda, con la pérdida de las orejas, o una multa semejante; a la tercera con la muerte; en la que el hombre libre no incurría hasta la cuarta ofensa, pues su primera pena consistía en perder la libertad (Katona, Hist. Regum Hung., t. I, p. 231, 232). <<
[187] Véase Katona, Hist. Regum Hung., pp. 321-352. <<
[188] «Hungarorum gens, cujus omnes fere nationes expertae saevitium», etc. es el prefacio de Liutprando (l. I, c. 2), que se extiende frecuentemente acerca de las calamidades de sus tiempos. Véase l. I, c. 5; l. II, c. 1, 2, 4, 5, 6, 7; l. III, c. 1 y ss.; l. V, c. 8, 15 en Legatio, p. 485. Sus colores son brillantes; pero su cronología debe ser rectificada por Pagi y Muratori. <<
[189] Los tres reinados sangrientos de Arpad, Zoltan y Toxo quedan ilustrados exactamente por Katona (Hist. Regum Hung., pp. 107-199). Su diligencia ha ido examinando a los naturales y extranjeros; con todo a los hechos de daño, o gloria, he podido añadir la destrucción de Bremen (Adán Bremensis, I, 43). <<
[190] Muratori ha considerado con esmero patriótico el peligro y los recursos de Módena. Los ciudadanos rogaron a san Geminiano, su patrono, que alejase, por su intercesión, las rabies, flagellum, etc.
Nunc te rogamus, licet servi pessimi,
Ab Ungerorum nos defendas jaculis.
El obispo levantó murallas para la defensa pública, no «contra dominos serenos» (Antiquitatibus Italiae medii Ævi, t. I, dis. I, pp. 21, 22), y el canto del vigilante nocturno no es sin elegancia o uso (t. III, dis. XL, p. 709). El analista italiano ha delineado esmeradamente la serie de sus incursiones (Annali d’Italia, t. VII, pp. 365, 367, 393, 401, 437, 440; t. VIII, pp. 19, 41, 52 y ss.). <<
[191] Los anales húngaros y rusos suponen que sitiaron, o atacaron, o insultaron a Constantinopla (Pray, dis. X, p. 239; Katona, Hist. Critica Ducum…, pp. 354-360); y el hecho queda casi confesado por los historiadores bizantinos (León Gramático, p. 506; Cedreno, t. II, p. 629); sin embargo, por más glorioso que sea a la nación, se halla negado o puesto en duda por los historiadores críticos, y aun por el notario de Bela. Su escepticismo es meritorio: no pudieron copiar o creer con seguridad las rusticorum fabulas; pero Katona debía haber dedicado debida atención al testimonio de Liutprando: «Bulgarorum genteni atque Graecorum tributariam fecerant» (Hist., l. II, c. 4, p. 435). <<
—Λέονθ ’ὤς, δηρινθήτην,
῎θτ’ ὄρεος κορυϕῇσι περὶ κταμὲνης ὲλάϕοιο,
῎Aμϕω πεινάοντε, μέγα ϕρονέοντε μάχεσθον.
Ilíada, XVI, 756. <<
[193] Se ventilan amplia y exactamente por Katona (Hist. Critica Ducum…, pp. 360-368, 427-470). Liutprando (l. II, c. 8, 9) es el mejor testimonio para el primero, y Witichindo (Annal. Saxon., l. III), del segundo; pero el historiador crítico no pasará siquiera por alto el cuerno de un guerrero, que se dice haberse conservado en Jaz-berin. <<
[194] «Hunc vero triumphum, tam laude quam memoria dignum, ad Meresburgum rex in superiori coenaculo domus per ζωγραϕίαν, id est, picturam notari praecepit, adeo ut rem veram potius quam verisimilem videas»: alto encomio (Liutprando, l. II, c. 9). Otro palacio en Germania se había pintado con objetos santos por orden de Carlomagno; y Muratori puede afirmar cabalmente «nulla sæcula fuere in quibus pictores desiderati fuerint» (Antiquitatibus Italiae medii Ævi, t. II, dissert. XXIV, pp. 360, 361). Nuestras pretensiones domésticas a la antigüedad de la ignorancia e imperfección original (palabras agudas de Walpole) son de una fecha mucho más reciente (Anecdotes of Painting, vol. I, p. 2 y ss.). <<
[195] Véase Baronio, Annal Eccles., 929 d. C., núms. 2-5. La lanza de Cristo se ha sacado del mejor testimonio, Liutprando (l. IV, c. 12), Sigeberto y los Actos de san Gerardo; pero las otras reliquias militares descansan en la fe de los Gesto Anglorum post Bedam, l. II, c. 8. <<
[196] Katona, Hist. Critica Ducum…, p. 500 y ss. <<
[197] Entre estas colonias podemos notar: 1. Los chazares, o cabari, que alcanzaron a los húngaros en su marcha (Constant., de Administrando Imperio, c. 39, 40, pp. 108, 109). 2. Los jazyges, moravos y sículos, a quienes encontraron en el continente; los últimos eran quizás resto de los hunos de Atila, y se les confió la guardia de las orillas. 3. Los rusos, que como los suizos en Francia, dieron un nombre general a los porteros reales. 4. Los búlgaros, cuyos caudillos (956 d. C.) fueron convidados «cum magna multitudine Hismahelitarum». Había abrazado la religión mahometana alguno de estos eslavones. 5. Los bisenios y cumanos, una multitud mixta de pazinacitas, uzos, chazares, etc. que se habían extendido hasta el bajo Danubio. La última colonia de cuarenta mil cumanos, 1239 d. C., fue recibida y convertida por los reyes de Hungría, que sacaron de aquella tribu una denominación nueva y real (Pray, Dissert. VI, VII, pp. 109-173; Katona, Hist. Critica Ducum…, pp. 95-99, 259-264, 476, 479-483 y ss.). <<
[198] «Christiani autem, quorum pars major populi est, qui ex omni parte mundi illuc tracti sunt captivi», etc. Tal era el lenguaje de Pilgrino, primer misionero que entró en Hungría, 973 d. C. Pars major es fuerte. Hist. Critica Ducum…, p. 517. <<
[199] Los fieles teutónicos de Geisa aparecen auténticos en escrituras antiguas; y Katona, con su acostumbrada eficacia, ha formado un concepto cabal de estas colonias, que habían sido exageradas tan sueltamente por el italiano Ranzano (Hist. Critica Ducum…, p. 667-681). <<
[200] Entre los griegos, esta denominación nacional tiene una forma extraña ‘Pῶς, como voz indeclinable, la cual ha sugerido muchas etimologías antojadizas. He leído, con gusto y provecho, una disertación de Origine Russorum (Comment. Academ. Petropolitanae, t. VIII, pp. 388-436) por Teófilo Sigefredo Bayer, docto alemán que pasó su vida y afanes en el servicio de Rusia. También ha sido útil un tratado geográfico de D’Anville, de l’Empire de Russie, son Origine et ses Accroissemens (París, 1772, en 12°). <<
[201] Véase el pasaje entero (dignum, dice Bayer, ut aureis in tabulis rigatur) en los Annales Bertiniani Francorum (en Scriptores Rerum Italicarum, t. II, part. I, p. 525), 839 d. C., veintidós años antes de la era de Rurico. En el siglo X, Liutprando (Hist., l. V, c. 6) habla de los rusos y normandos como los mismos Aquilonares homines, de una complexión colorada. <<
[202] Mi conocimiento de estos anales lo he sacado de Levêque, Histoire de Russie. Néstor, el primero y mejor de estos analistas antiguos, era un monje de Kiev, que murió al principio del siglo XII; pero su Crónica era oscura, hasta que se publicó en Petersburgo, 1767, en 4º; Levêque, Histoire de Russie, t. I, p. XVI. Coxe’s Travels, vol. II, p. 184. <<
[203] Theophil. Sig, Bayer de Varagis (pues el nombre se escribe de diferente modo), en Comment. Academ. Petropolitanæ, t. IV, pp. 275-311. <<
[204] Sin embargo, aun hasta el año 1018, Kiev y Rusia eran aún guardadas «ex fugitivorum servorum robore, confluentium et maxime Danorum». Bayer, que cita (p. 292) la Crónica de Ditmar de Merseburgo, observa que los germanos no acostumbraban alistarse en servicio extranjero. <<
[205] Ducange ha recopilado de los autores originales el estado e historia de los varangios en Bάραγγοι. Med. et Infimæ Latinitatis, sub voce Vagri. Not. ad Alexiada, Ana Comnena, pp. 256, 257, 258. Notes sur Villehardouin, pp. 296-299). Véanse igualmente las anotaciones de Reiske al Caeremoniis Aulae et Ecclesiae Byzantinae de Constantino, t. II, pp. 149, 150. Saxo Grammaticus afirma que hablaban el danés; pero Codino los sostiene hasta el siglo XV en el uso de su inglés nativo: Πολυχρονίξουσι ο‘ι Bάραγγοι kατὰ τὴν πάτριον γλῶσσαν αὐτῶν, ἤγουν ’Iγκλινιστί. <<
[206] El protocolo original de la geografía y comercio de Rusia se halla en el emperador Constantino Porfirogénito (de Administrando Imperio, c. 2, pp. 55, 56; c. 9, pp. 59-61; c. 13, pp. 63-67; c. 37, p. 106; c. 42, pp. 112, 113), ilustrado por la diligencia de Bayer (de Geographia Russiae vicinarumque Regionum circiter, 948 d. C. en Comment. Academ. Petropolitanæ, t. IX, pp. 367-422; t. X, pp. 371-421), con el auxilio de las crónicas y tradiciones de Rusia, Escandinavia, etc. <<
[207] El altivo proverbio «Who can resist God and the Great Novgorod?» se aplica por Levêque (Histoire de Russie, t. I, p. 60) aun a los tiempos que precedieron al reinado de Rurico. En el discurso de su historia celebra frecuentemente esta república, que fue suprimida en 1475 d. C. (t. II, pp. 252-266). Aquel laborioso viajero, Adán Oleario, describe (en 1635) los restos de Novgorod, y el rumbo por mar y tierra de los embajadores de Holstein, t. I, pp. 123-129. <<
[208] «In hac magna civitate, quae est caput regni, plus trecentae ecclesiae habentur et nundinae octo, populi etiam ignota manus» (Eggehardus ad 1018 d. C., apud Bayer, t. IX, p. 412). También cita (t. X, p. 397) las palabras del analista sajón «Cujus (Russiæ) metropolis est Chive, aemula sceptri Constantinopolitanis, quae est clarissimum ducus Graecie». La fama de Kiev, especialmente en el siglo XI, había llegado hasta los geógrafos germanos y árabes. <<
[209] «In Odorae ostio quâ Scythicas alluit paludes, nobilissima civitas Julinum, celeberrimam, Barbaris et Graecis qui sunt in circuitu, praestans stationem, est sane maxima omnium quas Europa claudit civitatum» (Adani Bremensis, Hist. Eccles., p. 19). Extraña exageración aun en el siglo XI. El comercio del Báltico y la Liga Hanseática se tratan esmeradamente en la Deducción histórica del comercio, por Anderson; al menos, en nuestra lengua, no conozco libro alguno tan concluyente. <<
[210] Según Adán de Bremen (de Situ Daniae, p. 58), la antigua Curlandia se extendía hasta ocho días de viaje a lo largo de la costa; y Pedro Teutobúrgico (p. 68, 1326 d. C.) define Memel como la frontera común de Rusia, Curlandia y Prusia. «Aurum ibi plurimum —dice Adán—, divinis auguribus atque necromanticis omnes domus sunt plenae … a toto orbe ibi responsa petuntur, maxime ab Hispanis (forsan Zupanis, id est regulis Lettoviae) et Graecis.» El nombre de griegos se aplicó a los rusos aun antes de su conversión; conversión imperfecta, si aún consultaban a los hechiceros de Curlandia (Bayer, t. X, pp. 378, 402 y ss; Grocio, Prolegomen. ad Hist. Goth. p. 99). <<
[211] Constantino sólo cuenta siete cascadas de las que da los nombres rusos y eslavones; pero trece quedan enumeradas por el Sieur de Beauplan, ingeniero francés, que había registrado el cauce y la navegación del Dniéper o Borístenes (Descriptión de l’Ukraine, Rouen, 1660, en 4º menor); pero por desgracia falta el mapa en mi copia. <<
[212] Néstor, apud Levêque, Histoire de Russie, t. I, pp. 78-80. Desde el Dniéper o Borístenes, los rusos fueron a la Bulgaria negra, Chazaria y Siria. A Siria, ¿cómo? ¿dónde? ¿cuándo? ¿No podemos acaso, en vez de Συρία, leer Συανία (de Administrando Imperio, c. 42, p. 113)? La alteración es leve; la posición de Suania entre Chazaria y Lazica está perfectamente conforme; y el nombre era aún usado en el siglo XI (Cedren., t. II, p. 770). <<
[213] Las guerras de los rusos y griegos en los siglos IX, X y XI se refieren en los anales bizantinos, especialmente en los de Zonaras y de Cedreno; y todos sus testimonios están recopilados en la Russica de Stritter, t. II, part. II, pp. 939-1044. <<
[214] Προσεταιρισάμενος δὲ καὶ συμμαχικὸν οὐκ ὀλίγον ἀπὸ τῶν κατοικούντων ἐν ταῖς προσακτίος τοῦ ’Ωκεανοῦ νήσοις ἐθνῶν. Cedreno, en Compendio, p. 758. <<
[215] Véase Beauplan (Descriptión de l’Ukraine, pp. 54-61): sus descripciones son vivísimas; sus planes, muy esmerados; y excepto la circunstancia de las armas de fuego, podemos leer los antiguos rusos por los cosacos modernos. <<
[216] Es de lamentar que Bayer haya dado solamente una Disertación de Russorum prima Expeditione Constantinopolitana (Comment. Academ. Petropolitanæ, t. VI, pp. 355-391). Después de desenredar algunos embrollos cronológicos, la fija en los años 864 o 865, cuya fecha hubiera podido allanar algunas dificultades y dudas en el principio de la historia de Levêque. <<
[217] Cuando Focio escribió su epístola encíclica sobre la conversión de los rusos, el milagro no estaba aún en sazón: reconviene la nación como εἰς ὠμότητα καὶ μιαιϕονίαν πάντας δευτέρους ταττόμενον. <<
[218] León Gramático, pp. 465, 464; Constantini Continuator, en Script. post Theophanem, pp. 121, 122; Simeón Logothet. pp. 445, 446; Georg. Monach, pp. 535, 536; Cedreno, t. II, p. 551; Zonaras, t. II, p. 162. <<
[219] Véase Néstor y Nicon, en la Histoire de Russie, por Levêque, t. I, pp. 74-80. Katona (Hist. Critica Ducum…, pp. 75-79) se vale de su ventaja para impugnar esta victoria rusa, que nublaría el sitio de Kiev por los húngaros. <<
[220] León Gramático, pp. 506, 507; Incert. Contin. pp. 263, 264; Simeón Logothet. pp. 490, 491; Georg. Monach. pp. 585, 589; Cedreno, t. II, p. 629; Zonaras, t. II, pp. 190, 191; y Liutprando, l. V, c. 6, que escribe de las narraciones de su suegro, a la sazón embajador en Constantinopla, y corrige las varias exageraciones de los griegos. <<
[221] Sólo puedo apelar a Cedreno (t. II, pp. 758, 759) y Zonaras (t. II, pp. 253, 254); pero se hicieron más dignos de peso y crédito al paso que se fueron acercando a sus propios tiempos. <<
[222] Néstor, apud Levêque, Histoire de Russie, t. I, p. 87. <<
[223] Esta estatua de bronce, que se había traído de Antioquía, y fue fundida por los latinos, se suponía que representaba a Josué o a Belerofonte, dilema extraño. Véanse Nicetas Chionates (pp. 413, 414), Codino (de Originibus C. P., p. 24) y el escritor anónimo de Antiquitat. C. P. (Banduri, Imp. Orient., t. I, pp. 17, 18), que vivió cerca del año 1100. Atestiguan el crédito de la profecía; lo demás es inmaterial. <<
[224] La vida de Stratoslao, o Sviatoslaf, o Sphendosthlabus, se ha extractado de las crónicas rusas por Levêque (Histoire de Russie, t. I, pp. 94-107). <<
[225] Esta semejanza puede verse claramente en el libro noveno de la Ilíada (205-221) en el esmerado pormenor del arte de cocina de Aquiles. Con tal pintura, un poeta épico moderno estropearía su obra, y fastidiaría a su lector; pero los versos griegos son armoniosos, una lengua muerta raras veces puede parecer baja o familiar; y a la distancia de dos mil setecientos años, nos divertimos con las costumbres primitivas de la antigüedad. <<
[226] Este epíteto singular se ha sacado del lenguaje armenio, y Tζιμισκῆς se interpreta en griego por μουζακίτζης ο μοιρακίτζης. Como me reconozco igualmente ignorante de estas palabras, se me puede permitir la pregunta en el juego: «Tengan la bondad de decirme cuál de ustedes es el intérprete». Por el contexto parece que significan Adolescentulus (León Diácono, l. IV, MS., apud Ducange, Gloss. Graec. medii Ævi, p. 1570). <<
[227] En la lengua eslavona, el nombre Peristhlaba implicaba una ciudad grande o ilustre, μεγάλη καὶ οὔασ καὶ λεγομένη, dice Ana Comnena (Alexiada, l. VII, p. 194). Por su posición entre el monte Haemus y el bajo Danubio, parece que llena el terreno, o al menos la estación de Marcianópolis. La situación de Durostolo, o Drista, es bien conocida y clara (Comment. Academ. Petropolitanæ, t. IX, pp. 415, 416; D’Anville, Géographie Ancienne, t. I, pp. 307, 311). <<
[228] El manejo político de los griegos, más especialmente con los pazinacitas, se explica en los siete capítulos primeros, de Administrando Imperio. <<
[229] En la narración de esta guerra, León Diácono (apud Pagi, Crítica, t. IV, 968-973 d. C.) es más auténtico y circunstanciado que Cedreno (t. II, pp. 660-683) y Zonaras (t. II, pp. 205-214). Estos declamadores han hecho ascender a trescientos ocho mil y trescientos treinta mil hombres aquellas fuerzas rusas, de las cuales había dado el contemporáneo una relación moderada y consistente. <<
[230] Phot., Epist. II, núm. 35, p. 58, ed. Monteaut. Era indigno de la erudición del editor el equivocar la nación rusa, τὸ ‘Pῶς, con un grito de guerra de los búlgaros; ni sentó bien al esclarecido patriarca el acusar a los idólatras eslavones τῆς Eλληνικῆς καὶ ἀθέου δόξης. No eran griegos ni ateos. <<
[231] Levêque ha extractado, de las crónicas antiguas y averiguaciones modernas, la relación más satisfactoria de la religión de los slavi, y conversión de Rusia (Histoire de Russie, t. I, pp. 35-54, 59, 92, 93, 113-121, 124, 129, 148, 149 y ss.). <<
[232] Véase el Caeremoniis Aulae et Ecclesiae Byzantinae, t. II, c. 15, pp. 343-345: el título de Olga, o Elga, es ’Aρχόντισσα ‘Pωσίας. En cuanto al jefe de los bárbaros, los griegos tomaron caprichosamente el título de un magistrado ateniense con una terminación femenina, que hubiera asombrado el oído de Demóstenes. <<
[233] Véase un fragmento anónimo publicado por Banduri (Imperium Orientale, t. II, pp. 112, 113), de Conversione Russorum. <<
[234] Cherson, o Corsun, se menciona por Herberstein (apud Pagi, t. IV, p. 56) como el punto del bautismo y matrimonio de Wolodomiro; y así la tradición, como las puertas, se han conservado aun en Novgorod. Sin embargo, un viajero observador transporta las puertas de bronce de Magdeburgo a Germania (Coxe’s Travels into Russia…, vol. I, p. 452), y cita una inscripción, que al parecer comprueba su concepto. El lector moderno no debe confundir este antiguo Cherson de la península táurica o Crimæa con una ciudad nueva del mismo nombre, que ha tenido origen cerca de la boca del Borístenes, y fue recientemente honrada por el avistamiento memorable de la emperatriz de Rusia con el emperador de Occidente. <<
[235] Consúltese el texto latino, o la versión inglesa, de la excelente Historia de la Iglesia por Mosheim, bajo los primeros encabezamientos o secciones de cada uno de estos siglos. <<
[236] En el año 1000, los embajadores de san Esteban recibieron del papa Silvestre, el título de rey de Hungría, con una diadema de artificio griego. Se había apropiado al duque de Polonia, pero los polacos, por confesión propia, eran demasiado bárbaros para merecer una corona angelical y apostólica (Katona, Hist. Critic. Regum Stirpis Arpadianae, t. I, pp. 1-20). <<
[237] Escúchense los triunfos de Adán de Bremen (1080 d. C.), cuya sustancia es conforme a la verdad: «Ecce illa ferocissima Danorum, […] natio […] jamdudum novit in Dei laudibus Alleluia resonare […] Ecce populus ille piraticus […] suis nunc finibus contentus est. Ecce patria horribilis semper inaccessa propter cultum idolorum […] praedicatores veritatis ubique certatim admittit», etc. (de Situ Daniae, pp. 40, 41, ed. Elzevir; prospecto curioso y original del norte de Europa e introducción del cristianismo). <<
[238] Los grandes príncipes se mudaron de Kiev en el año 1156, que fue destruida por los tártaros en 1240. Moscú llegó a ser el sitio del Imperio en el siglo XIV. Véanse los volúmenes I y II de la Histoire de Russie, de Levêque, y los viajes de Coxe en el Norte, t. I, pp. 241 y ss. <<
[239] Los embajadores de san Esteban habían usado las expresiones reverenciales de regnun, oblatum, debitam obedientiam, etc., que se interpretaron con el mayor ahínco por Gregorio VII; y católicos húngaros se ven acosados entre la santidad del papa y la independencia de la corona (Katona, Hist. Critic. Regum Stirpis Arpadia - nae, t. I, pp. 20-25; t. II; pp. 304, 346, 360 y ss.). <<
[240] Para la historia general de la Italia en los siglos IX y X, me puedo referir con propiedad a los libros V, VI y VII de Sigonio de Regno Italiae (en el volumen segundo de sus obras, Milán, 1732); los Anales de Baronio, con la Crítica de Pagi; los libros VII y VIII de la Historia Civile del Regno di Napoli de Giannone; los volúmenes VII y VIII (edición en octavo) de los Annali d’Italia de Muratori, y el 2º volumen del Abrégé Chronologique de De san Marc, obra que, bajo un título superficial, contiene mucha instrucción y esmero eficaz. Pero un lector ya muy acostumbrado me dará crédito para decir que yo mismo he acudido a la fuente, cuantas veces tal empeño podía ser provechoso o accesible; y que he hojeado cuidadosamente los originales en los primeros volúmenes de la gran Colección de los Scriptores Rerum Italicarum por Muratori. <<
[241] Camilo Pellegrino, docto capuano del último siglo, ha ilustrado la historia del ducado de Benevento, en sus dos libros, Historia Principum Longobardorum, en los Scriptores Rerum Italicarum de Muratori, t. II, part. I, pp. 221-245 y t. V, pp. 159-245. <<
[242] Véase Constantino, Porphyrogen. de Thematibus, l. II, c. XI, en Vit. Basil. c. 55, p. 181. <<
[243] La epístola original del emperador Luis II al emperador Basilio, curiosa memoria del siglo, se publicó primero por Baronio (Annal. Eccles. 871 d. C., núms. 51-7l), del manuscrito vaticano de Erchemperto, o más bien del historiador anónimo de Salerno. <<
[244] Véase una excelente Disertación de República Amalphitana, en el Apéndice (pp. 1-42) de la Historia Pandectarum de Enrique Brencman (Trayecti ad Rhenum, 1722, en 4º). <<
[245] Vuestro amo, dice Nicéforo, ha dado auxilio y protección prinminibus Capuano et Beneventano, servis meis, quos oppugnare dispono… Nova (potius nota) res est quod eorum patres et avi nostro Imperio tributa dederunt (Luitprando, en Legat. p. 484). No se hace mención de Salerno; sin embargo, el príncipe cambió su partido por el mismo tiempo, y Camilo Pellegrino (Script. Rer. Ital. t. II, part. I, 285) ha deslindado con tino este trueque en el estilo de la crónica anónima. Sobre el fundamento racional de la historia y lenguaje; Luitprando (p. 480) había afianzado la pretensión latina a Apulia y Calabria. <<
[246] Véanse Glossar. Latin de Ducange (Kατεπᾶνω, catapanus) y sus notas sobre la Alexiada (p. 275). Contra la noción contemporánea, que lo deriva de κατά πᾶν, juxta omne, lo trata como corrupción del latín capitaneus. Sin embargo, De san Marc ha deslindado esmeradamente (Abrégé Chronologique, t. II, p. 924) que en este siglo los capitanes no eran capitanes, sino solamente nobles de alta categoría, los grandes mandarines de Italia. <<
[247] Oὐ μόνον διὰ πολέμων ἀκριθῶς τεταγμένεν τὸ τοιοῦτον ὑπήγαγε τὸ ἔθνος (los lombardos) ἀλλὰ καὶ ἀγχινοίᾳ χρησάμενος, καὶ δικαιοαύνῃ καὶ χρηστóτητι ἐπιεκῶς τε τοῖς προσεροχμὲνοις προσϕερóμενος (Leon, Tactic, c. XV, p. 741). La breve Crónica de Benevento (t. II, part. I, p. 280) da un bosquejo muy diferente de los griegos durante los cinco años (891 d. C.-896 d. C.) que León fue dueño de la ciudad. <<
[248]Calabriam adeunt, eamque inter se divisam reperientes funditus depopulati sunt, (o depopularunt,) ita ut deserta sit velut in diluvio. Tal es el texto de Heremperto, o Erchemperto, según las dos ediciones de Caraccioli (Script. Rer. Ital. t. V, p. 23) y de Camilo Pellegrino (t. II, part. I, p. 246). Ambas quedaron en extremo escasas cuando fueron reimpresas por Muratori. <<
[249] Baronio (Annal. Eccles. 874 d. C., núm. 2) ha sacado esta historia de un manuscrito de Erchemperto, que murió en Capua sólo quince años después del suceso. Pero el cardenal se equivocó por un falso título, y sólo podemos citar la Crónica anónima de Salerno (Paralipomena c. 110), compuesta a fines del siglo X, y publicada en el segundo volumen de la Colección de Muratori. Véanse las Disertaciones de Camilo Pellegrino, t. II, part. I, 231-281, etc. <<
[250] Constantino Porfirogénito (en Vit. Basil. c. 58, p. 183) es el autor original de esta historia. La pone bajo los reinados de Basilio y Luis II; sin embargo, la reducción de Benevento por los griegos es de 891 d. C., después de la muerte de ambos príncipes. <<
[251] En el año 663, la misma tragedia se describe por Paulo el Diácono (de Gestis Longobard. l. V, c. 7, 8, pp. 870, 871, edit. Grot), bajo las murallas de la misma ciudad de Benevento. Pero los actores son diferentes, y la culpa se achaca a los griegos mismos, la cual en la edición bizantina se imputa a los sarracenos. En la última guerra en Germania, D’Assas, oficial francés del regimiento de Auvernia, se dice que se consagró de un modo semejante. Su comportamiento es tanto más heroico cuanto únicamente se le exigía el silencio por parte del enemigo que lo había hecho prisionero (Voltaire, Siécle de Louis XV, c. 33, t. IX, p. 172). <<
[252] Teobaldo, a quien Luitprando llama Heros, era propiamente duque de Spoleto y marqués de Camerino, desde el año 926 al 955. El título y empleo de marqués (caudillo de la raya o frontera) fue introducido en Italia por los emperadores franceses (Abrégé Chronologique, t. II, pp. 645-732, etc.). <<
[253] Luitprando, Hist. l. IV, c. IV, en los Script. Rer. Ital. t. I, part. I, pp. 453, 454. Si se pone en duda la marcialidad del cuento, puedo exclamar, con el pobre Sterne, que es arduo el no poder copiar con cautela lo que un obispo pudo escribir sin escrúpulo. ¿Qué tal si hubiese traducido, ut viris certetis testiculos amputare, in quibus nostri corporis refocillatio, etc.? <<
[254] Los monumentos originales de los normandos en Italia están recopilados en el volumen V de Muratori, y entre éstos podemos entresacar el poema de Guillermo Apulo (pp. 245-278) y la historia de Gofredo (Jeffrey) Malaterra (pp. 537-607). Ambos eran naturales de Francia, pero escribieron sobre el terreno, en el siglo de los primeros conquistadores (antes del 1100 d. C.), y con el desenfado de sujetos independientes. Es inútil recapitular los recopiladores y críticos de la historia italiana, Sigonio, Baronio, Pagi, Giannone, Muratori, san Marco, etc., a los cuales he consultado siempre, y nunca copiado. <<
[255] Algunos de los primeros convertidos fueron bautizados diez o doce veces, a causa del vestido blanco que se acostumbraba dar en esta ceremonia. En el funeral de Rollo, los dones a los monasterios para descanso de su alma iban acompañados de un sacrificio de cien cautivos. Pero en una o dos generaciones, el cambio nacional fue puro y común. <<
[256] La lengua danesa se hablaba todavía entre los normandos de Bayeux en la costa marítima, en tiempo (940 d. C.) que estaba olvidada en Ruan, en la corte y capital. Quem (Ricardo I) confestim pater Baiocas mittens Botoni militiae suae principi nutriendum tradidit, ut, ibi lingua eruditus Danica, suis exterisque hominibus sciret aperte dare responsa (Wilhelm, Gemeticensis de Ducibus Normannis, l. III, c. 8, p. 623. edit. Camden). Del idioma nativo y predilecto de Guillermo el Conquistador (1035 d. C.), Salden (Opera, t. II, pp. 1640-1656) ha dado una muestra anticuada y oscura aun para los anticuarios y abogados. <<
[257] Véase Leandro Alberti (Descrizione d’Italia, p. 250) y Baronio (493 d. C., núm. 43). Si el arcángel heredó el templo y oráculo, quizás la caverna del anciano Calehas el adivino (Strab. Geograph. l. VI, pp. 435, 436), los católicos (en esta ocasión) han superado a los griegos en la finura de su superstición. <<
[258] Véase el primer libro de Guillermo Apulo. Sus palabras son aplicables a todo enjambre de bárbaros y saqueadores:
Si vicinorum quis pernitiosus ad illos
Confugiebat eum gratanter suscipiebant:
Moribus et lingua quoscumque venire videbant
Informant propria; gens efficiatur ut una.
Y en otra parte, de los aventureros nativos de Normandía:
Pars parat, exiguae vel opes aderant quia nullae:
Pars, quia de magnis majora subire volebant. <<
[259] Luitprando en Legatione, p. 425. Pagi ha ilustrado este suceso de la historia manuscrita del diácono León (t. IV, 965 d. C., núms. 17-19). <<
[260] Véase la Crónica árabe de Sicilia, apud Muratori Script. Rer. Ital. t. I p. 253. <<
[261] Gofredo Malaterra, que refiere la guerra de Sicilia y la conquista de Apulia (l. I, c. 7, 8, 9, 19). Los mismos sucesos describen Cedreno (t. II, pp. 741-743, 756) y Zonaras (t. II, pp. 237, 238); y los griegos están empedernidos en la afrenta de tal modo, que sus narraciones son bastante imparciales. <<
[262] Cedreno especifica τάγμα del Obsequium (Pyrygia), y μέρος de los tracesianos (Lidia; consúltese Constantino de Thematibus, I, 3, 4 con el mapa de Delisle); y después nombra los psidios, y licaonios con los foederati. <<
Omnes conveniunt; et bis sex nobiliores,
Quos genus et gravitas morum decorabat et aetas,
Elegere duces. Provectis ad comitatum
His alii parent. Comitatus nomen honoris
Quo donantur erat. Hi totas undique terras
Divisere sibi, ni sors inimica repugnet;
Singula proponunt loca quae contingere sorte
Cuique duci debent, et quaeque tributa locorum.
Y después de hablar de Melphi, Guillermo Apulo añade:
Pro numero comitum bis sex statuere plateas,
Atque domus comitum totidem fabricantur in urbe.
León Ostiensis (l. II, c. 67) enumera las divisiones de las ciudades apulias, que es inútil repetir. <<
[264] Gulielm. Appulus, l. II, c., 12. según la relación de Giannone (Historia Civile del Regno di Napoli, t. II, p. 31), que no me cabe comprobar con el original. El Apulio alaba en verdad sus validas vires, probitas animi y vivida virtus; y declara que si hubiese vivido, ningún poeta hubiera podido igualar su mérito (l. 1, p. 458; l. 2, p 259). Fue llorado por los normandos, quippe qui tanti consilii virum (dice Malaterra, l. I, c. 12, p. 552), tam armis strenuum, tam sibi munificum, affabilem, morigeratum, ulterius se habere diffidebant. <<
[265] La gens astutísima, injuriarum ultrix…. adulari sciens…. eloquentiis inserviens, de Malaterra (l. I, c. 3, p. 550), son expresivos de la índole popular y proverbial de los normandos. <<
[266] El cazar con perros y halcones pertenece más propiamente a los descendientes de los marineros noruegos; aunque podían traer de Noruega e Islandia las mejores castas de halcones. <<
[267] Podemos comparar este retrato con el de Guillermo de Malmesbury (de Gestis Anglorum, l. III, p. 101, 102), que aprecia como un historiador filosófico, los vicios y virtudes de los sajones y normandos. Inglaterra aventajó positivamente con la conquista. <<
[268] El biógrafo de León IX derrama un santo veneno sobre los normandos. Videns indisciplinatam et alienam gentem. Normannorum, crudeli et inaudita rabie, et plusquam pagana impietate, adversus ecclesias Dei insurgere, passim Christianos trucidare, etc. (Wibert, c. 6). El honesto Apulio (l. II, p. 259) dice serenamente de su acusador: Veris commiscens fallacia. <<
[269] La política de los griegos, revuelta de los maniaces, etc., debe colegirse de Cedreno (t. II, pp. 757, 758), Guillermo Apulo (l. I pp. 257, 338; l. II, p. 259) y las dos Crónicas de Bari, por Lupo Protospata (Muratori, Script. Rer. Ital. t. V, pp. 42, 43, 44), y un escritor anónimo (Antiquitat. Italiae medii AEvi, t. I. p. 31-55. Este último es un fragmento de algún valor. <<
[270] Affiro recibió, dice la Crónica anónima de Bari, cartas imperiales, Foederatus et Patriciatus, et Catapani et Vestatus. En sus Anales, Muratori (t. VIII, p. 426) con mucha probabilidad lee, o interpreta, Sevestatus, el título de Sebastos o Augusto. Pero en sus Antigüedades, Ducange le enseñó a hacerlo un oficio palatino, encargado de guardarropas. <<
[271] Una vida de san León IX, muy atestada de las pasiones y preocupaciones del siglo, se compuso por Wibert, impresa en París, 1615, en octavo, y después inserta en las colecciones de los bolandistas, de Mabillon y de Muratori. La historia pública y privada de aquel papa está tratada esmeradamente en De san Marc (Abrégé Chronologique, t. II, p. 140-210, y p. 25-95, segunda columna). <<
[272] Véase la expedición de León IX contra los normandos. Véase Guillermo Apulo (l. II, pp. 259-261) y Gofredo Malaterra (l. I, c. 13, 14, 15, p. 253). Son imparciales, como que la preocupación nacional queda contrapesada con la clerical. <<
Teutonici, quia caesaris et forma decoros
Fecerat egregie proceri corporis illos,
Corpora derident Normannica quae breviora
Esse videbantur.
Los versos del Apulio están por lo común en ese estilo, aunque se acalora un poco en la batalla. Dos de sus símiles en halconear y en la brujería describen las costumbres. <<
[274] Algunas censuras o quejas respetables salen a luz por De san Marc (t. II, p. 200-204). Como Pedro Damiano, el oráculo de los tiempos, había negado a los papas el derecho de hacer la guerra, el ermitaño (lugens eremi incola) queda acusado por el cardenal, y Baronio (Annal. Eccles. 1053 d. C., núms. 10-17) asegura con la mayor pujanza las dos espadas de san Pedro. <<
[275] El origen y la naturaleza de las investiduras papales están naturalmente desentrañados por Giannone (Historia Civile del Regno di Napoli, t. II, pp. 37-49, 57-66) como abogado y anticuario. Con todo se esfuerza en vano en hermanar los deberes de patriota con los de católico, acude a una infructuosa distinción de «Ecclesia Romana non dedit sed accepit» y se retrae de una honrosa pero peligrosa confesión de la verdad. <<
[276] El nacimiento, el carácter y las primeras acciones de Roberto Guiscardo pueden hallarse en Gofredo Malaterra (l. I, c. 3, 4; II, 16, 17, 18, 38, 39, 40), Guillermo Apulo (l. II, pp. 260-262), Guillermo Gemeticensis o de Junieges (l. XI c. 30. p. 663, 664, edit. Camden) y Ana Comnena (Alexiada, l. I. p. 25.-27. l. VI. p. 165, 166), con las Anotaciones de Ducange (Not. en Alexiada p. 230-232. 320) que ha apurado todas las crónicas francesas y latinas en busca de noticia suplementaria. <<
[277] ‘O δὲ ‘Pομπέρτος (corrupción griega) οὖτος Nορμάννος γένος, τὴν τύχην ἂσημος (t. I, p. 50). Otra vez ἐξ ἀϕανοῦς πανὺ τύχης περιϕάνης, y en otra parte (l. IV, p. 84) ἀπò ὲσχάτης πενίας καὶ τύχης ἀϕανοῦς. Ana Comnena nació en la púrpura; sin embargo, su padre no era más que un súbdito privado, aunque ilustre, que se encumbró al imperio. <<
[278] Giannone (t. II, p. 2) olvida todos sus autores originales, y apoya esta descendencia real en el concepto de Inveges, fraile agustino de Palermo en el siglo último. Continúan la sucesión de duques desde Rollo hasta Guillermo II, el Bastardo o Conquistador, a quien tienen (commúnmente se tiene) por padre de Tancredo de Hauteville, ¡anacronismo el más extraño y estupendo! Los hijos de Tancredo pelearon en Apulia, antes que Guillermo II tuviese tres años de edad (1037 d. C.). <<
[279] El juicio de Ducange es cabal y moderado: Certe humilis fuit ac tenuis Roberti familia, si ducatem et regium espectemus apicem, ad quem postea parvenit; quae honesta tamen et praeter nobilium vulgarium statum et conditíonem illustris habito est, «quae nec humi reperet nee altum quid tumeret» (Wilhelm. Malmesbur de Gestis Anglorum, l. III, p. 107. Not. ad Alexiada p. 230). <<
[280] Citaré con placer algunos de los mejores renglones del Apulio (l. II, p. 270):
Pugnat utraque manu, nec lancea cassa, nec ensis
Cassus erat, quocumque manu deducere vellet.
Ter dejectus equo, ter viribus ipse resumptis.
Major in arma redit, stímulos furor ipse ministrat,
Ut Leo cum frendens, etc.
………………
Nullus in hoc bello sicuti post bella probatum est
Victor vel victus, tan magnus edidit ictus. <<
[281] Los escritores normandos y editores más versados en su propio idioma interpretan Guiscard o Wiscad por Callidus, hombre astuto. La raíz wise es familiar a nuestro oído; y en la voz antigua wiseacre puede discernir algo de un sentido y terminación semejantes. Tὴν ψύχην πανουργότατος no es mala traducción del apellido y carácter de Roberto. <<
[282] La adquisición del título ducal por Roberto Guiscardo es un asunto peliagudo y confuso. Con la sensatez de Giannone, Muratori y san Marc, he procurado formar una relación corriente y probable. <<
[283] Baronio (Annal. Eccles. 1059 d. C., núm. 69) ha publicado el acto original. Expresa haberlo copiado del Liber Censuum, manuscrito vaticano. Sin embargo, Liber Censuum del siglo XII ha sido impreso por Muratori (Antiquit. medii Ævi, t. V, p. 815-908); y los nombres de Vaticano y cardenal avivan las sospechas de un protestante y aun de un filósofo. <<
[284] Léase la vida de Guiscardo en los libros segundo y tercero del Apulio, el libro primero y segundo de Malaterra. <<
[285] Las conquistas de Roberto Guiscardo y Roger I, la exención de Benevento y las XII provincias del reino, las expone lindamente Giannone en el volumen segundo de su Istoria Civile, l. IX, X, XI, y l. XVII, pp. 460-470. Esta división moderna no fue establecida antes del tiempo de Federido II. <<
[286] Giannone (t. II, pp. 119-127), Muratori (Antiquit. medii Ævi, t. III, dissert. XVII, pp. 935, 936) y Tiraboschi (Istoria della Letteratura italiana) han dado una relación histórica de estos médicos; su conocimiento y práctica facultativa deben dejarse a cargo de nuestros doctores. <<
[287] Al fin de la historia Pandectarum de Enrique Brenckman (Trajecti ad Rhenum, 1722, en 4º) el infatigable autor ha insertado dos disertaciones de Republica Amalphitana, y de Amalphi a Pisanis direpta, que se han labrado sobre los testimonios de ciento cuarenta escritores. No obstante, ha olvidado dos pasajes de los más importantes de la embajada de Luitprando (969 d. C.), que comparan el comercio y navegación de Amalphi con el de Venecia. <<
Urbs Latii non est hac delitiosior urbe,
Frugibus, arboribus, vinoque redundat; et unde
Non tibi poma, nuces, non pulchra palatia desunt
Non species muliebris abest probitasque virorum.
(Gulielmus Appulus, l. III, p. 267) <<
[289] Muratori atrasa su antigüedad sobre el año (1066) de la muerte de Eduardo el Confesor, el rex Anglorum al cual van dedicadas. Ni adolece esta fecha de la opinión, o más bien la equivocación, de Pasquier (Recherches de la France, l. VII, c. 2) y Ducange (Glossar. Latin). La práctica de consonantear, ya desde el siglo VII, se tomó de las lenguas del Norte y Oriente (Muratori, Antiquit. medii Ævi t. III, dissert. XI. p. 686-708). <<
[290] La descripción de Amalfi por Guillermo el Apulio (l. III, p. 267) contiene mucha verdad y alguna poesía; y el tercer verso puede aplicarse a la brújula:
Nulla magis locuples argento, vestibus, auro
Portibus innumeris: hac plurímus urbe moratur
Nauta maris coelique via aperire peritus.
Huc et Alexandri diversa feruntur ab urbe
Regis, et Antiochi. Gens haec freta plurima transit
His árabes, Indi, Siculi nascuntur et Afri.
Haec gens est totum prope nobilitita per orbem,
Et mercando ferens, et amans mercata referre. <<
[291]Latrocinio armigerorum suorum in multis sustentabatur, quod quidem ad ejus ignominiam non dicimus; sed ipso ita praecipiente adhue viliora et reprehensibiliora dicturi sumus ut plaribus patescat, quam lahoriosé et cum quanta angustia a profunda paupertate ad summum culmen divitiarum vel honoris attigerit. Tal es el prefacio de Malaterra (l. I, c. 25) al hurto de caballos. Desde el momento (l. I, c. 19) en que ha mencionado a su padrino Roger, el hermano mayor para en el segundo carácter. Algo de semejante en Velleio Patérculo puede observarse de Augusto y Tiberio. <<
[292]Duo sibi proficua deputans animae scilicet et corporis si terram Idolis deditam ad cultum divinum revocaret (Gofredo Malaterra, l. II, c. 1). La conquista de Sicilia se refiere en los tres últimos libros, y el mismo ha dado un exacto sumario de los capítulos (pp. 544-546). <<
[293] Véase la voz milites, en el Glossar. Latin de Ducange. <<
[294] De particulares varios, aprendí de Malaterra que los árabes habían introducido en Sicilia el uso de los camellos (l. I, c. 33) y de palomos portadores (c. 42); y que la mordedura de la tarántula provoca una disposición ventosa, quae per anum inhoneste crepitando emergit: síntoma que experimentó del modo más ridículo todo el ejército normando en su campo cerca de Palermo (c. 36). Añadiré una etimología nada indigna del siglo XI: Meseana se ha derivado de Messis, de cuyo punto las mieses de la isla se enviaban en tributo a Roma (l. II, c. 1). <<
[295] Véase la capitulación de Palermo en Malaterra, l. II, c. 45, y Giannone, que advierte la tolerancia general de los sarracenos (t. II, p. 72). <<
[296] Juan León Afer, de Medicis et Philosophis Arabibus, c. 14. apud Fabric. Bibliot. Graec. t. XIII, pp. 278, 279. Este filósofo se llama Esscriph Essachalli, y murió en África, A. H. 516, 1122 d. C. Sin embargo esta historia tiene extraña semejanza con el Scrife al Edrissi, que presentó su libro (Geographia Nubiensis, véase el prefacio, pp. 88, 90, 170) a Rogerio, rey de Sicilia, A. H. 548, 1153 d. C. (D’Herbelot, Biblioteque Orientale, p. 786. Vida de Mahomet por Prideaux, p. 488. Petit de la Croix, Hist. de Gengiscan, pp. 535, 556. Casiri, Bibliot. Arab. Hisp. t. II, pp. 9-13); y tengo miedo de alguna equivocación. <<
[297] Malaterra nota la fundación de los obispados (l. IV, c. 7), y sacó a luz el original de la bula (l. IV, c. 29). Giannone da una idea raciocinada de este privilegio, y del tribunal de la monarquía de Sicilia (t. II, p. 95-102); y san Marc (Abrégé Chronologique, t. III, p. 217-301. Ia. columna) trata el asunto con todo el esmero de un abogado siciliano. <<
[298] En la primera expedición de Roberto contra los griegos, sigo a Ana Comnena (libros 1º, 2º, 3º y 4º de la Alexiada), Guillermo Apulio (l. 4º y 5º pp. 270-275) y Gofredo Malaterra (l. III, c. 13, 14, 24-29, 59). Su información es contemporánea y auténtica, pero ninguno de ellos fue testigo ocular de la guerra. <<
[299] Una de ellas se casó con Hugo, hijo de Azzo, o Axo, marqués de Lombardía, rico, poderoso y noble (Gulielm. Appul. l. III, p. 267) en el siglo XI, y cuyos antepasados en X y XI quedan deslindados por el ahínco crítico de Leibnitz y Muratori. De los dos hijos mayores del marqués Azzo, derivan las ilustres líneas de Brunswick y Este. Véase Muratori, Antichità Estense. <<
[300] Ana Comnena, con una marcialidad algo excesiva, alaba y llora a aquel hermoso muchacho, que, después del rompimiento de sus bárbaros desposorios (l. I, p. 23), quedó apalabrado como su marido; fue ἄγαλμα ϕύσεως… Θεοῦ χειρῶν ϕιλοτίμημα… χρυσοῦ γὲνους ἂπορρον. En otra parte, describe lo sonrosado y blanco de su tez, sus ojos de halcón, etc., l. III, p. 71. <<
[301] Ana Comnena, l. I, pp. 28, 29. Gullermo Apulio, l. IV, p. 271. Gofredo Malaterra, l. III, c. 13, pp. 579. 580. Malaterra es más cauto en su estilo; pero el Apulio es audaz y positivo.
Mentibus se Michaelem
Tenerat a Danais quidam seductor ad illum.
Según Gregorio VII había creído, Baronio, casi solo, reconoce al emperador Miguel (1080 d. C., núm. 44). <<
[302]Ipse armatae militiae non plusquam MCCC milites secun habuisse, ab eis qui eidem negotio interfuerunt attestatur (Malaterra, l. III, c. 24, p. 583). Éstos son los mismos a quienes el Apulio (l. IV, p. 273) llama los equestris gens ducis, equites de gente ducis. <<
[303] Eίς τριάκουτα χιλιάδας, dice Ana Comnena (Alexiada, l. I. p. 57), y su relación concuerda con el número y cargamento de los buques. Ivit in Dyorrichium cum XV millibus hominum, dice el Chronicon Breve Normannicum (Muratori, Script. Rer. Ital., t. V, p. 278). He procurado despejar estas cuentas. <<
[304] El itinerario de Jerusalén (p. 609, edit Wesseling) da un verdadero y razonable espacio de mil estadios, o cien millas, que con extrañeza duplican Estrabón (l. VI, p. 433) y Plinio (Hist. Natur. III, 16). <<
[305] Plinio (Hist. Natur. III, 6, 16) concede quinquaginta millia para este brevísimo curso, y concuerda con la distancia efectiva desde Otranto hasta la Vallona o Aulon (D’Anville, Analyse de sa Carte des côtes de la Gréce, etc. pp. 5-6). Hermolao Barbaro, que sustituye centum (Harduin. Not. LXVI en Plin. l. III), podría haber sido enmendado por cualquier piloto veneciano que hubiera salido del golfo. <<
[306]Infames scopulos Acroceraunia, Horat. carm. I, 3. El precipitem Africum decertantem Aquilonibus, et rabiem Noti, y los monstra natantia del Adriático van algo recargados: pero cuando Horacio tiembla por la vida de Virgilio es un monumento interesante en la historia de la poesía y de la amistad. <<
[307] Tῶν δε ε’ις τòν πώγωνα αὐτοῦ ἐϕνβρισὰντωυ (Alexiada, l. IV, p. 106).
Sin embargo los normandos se afeitaban la barba, y los venecianos la llevaban: deben haber hecho mofa del barbilampiño Bohemundo: ¡interpretación áspera! (Ducange. Not. ad Alexiada p. 283). <<
[308] Muratori (Annali d’Italia, t. IX, pp. 136, 137) advierte que algunos autores (Petrus Diacon. Chron. Casinen. l. III, c. 49) componen el ejército griego de ciento setenta mil hombres; pero que los ciento pueden rebajarse, y que Malaterra cuenta sólo setenta mil: leve traspuesta. El paso al cual alude está en la Crónica de Lupus Protospata (Script. Rer. Ital. t. V, p. 45). Malaterra (l. IV, c. 27) habla en términos altos, pero indefinidos, del emperador, cum copiis innumerabilibus: como el poeta Apulio (l. IV, p. 272):
More locustarum montes et plana teguntur. <<
[309] Véase Guillermo de Malmesbury de Gestis Anglorum, l. II, p. 92. Alexius fidem Anglorum suspiciens praecipuis familiaritatibus suis eos applicabat, amorem eorum filio transcribens. Orderico Vitalis (Hist. Eccles. l. IV, p. 508; l. VII, p. 641) refiere su emigración de Inglaterra y su servicio en Grecia. <<
[310] Véase el Apulio (l. I, p. 256). El carácter y la historia de estos maniqueos han sido el objeto del capítulo LIV. <<
[311] Véase la sencilla y maestra relación de César mismo (Cemmentde Bell. Civil. III, 41-75). Lástima que Quinto Icilio (M. Guichard) no viviese para analizar estas operaciones, como lo ha hecho con las campañas de África y España. <<
[312] παλλὰς, ἄλλη κἀν μὴ ’Aθήνη, que con mucha propiedad ha traducido el presidente Cousin (Hist. de Constantinople, t. IV, p. 451 en 12°), qui combattait comme une Pallas, quoiqu’elle ne fût pas aussi savante que celle d’Athénes. La diosa griega estaba compuesta de dos caracteres discordes, de Neith, costurera de Sais en Egipto, y de una virgen amazona del lago Tritonio en Libia (Banier, Mitología t. IV, pp. 4-31, en 12°). <<
[313] Ana Comnena (l. IV, p. 116) admira, con algún grado de terror, sus prendas varoniles. Eran más familiares a los latinos; y aunque el Apulio (l. IV, p. 275) menciona su presencia y su herida, la representa como mucho menos intrépida.
Uxor in hoc bello Roberti forte sagitta
Quadam laesa fuit: quo vulnere territa nallam
Dum sperabat opem, se paene subegerat hosti.
La última es una palabra fatalísima para una prisionera. <<
[314] ’Aπò τῆς τοῦ ‘Pομπερτοῦ προηγησαμένης μάχης γινώσκων τὴν πρώτην κατὰ τῶν ἐναντίων ‘ιππασίαν τῶν Kελτῶν ἀνύποιστον (Ana Comnena, l. V, p. 133); y en otra parte καὶ γὰρ Kελτòς ἀνήρ πᾶς ἐποχούμενος μέν ἀνύποιστος τὴν ὁρμήν καὶ τὴν δέαν ἐστίν (p. 140). La pedantería de la princesa en la elección de denominaciones clásicas animó a Ducange para atribuir a sus paisanos la índole de los antiguos. Glossar. Latin. <<
[315] Supo Protospata (t. III, p. 45) dice seis mil; Guillermo el Apulio, más de cinco mil (l. IV, p. 273). Su comedimiento es singular y loable: ¡con tan poco trabajo habrían podido matar dos o tres millaradas de cismáticos e infieles! <<
[316] Los romanos habían cambiado el malaventurado nombre de Epidamnus a Dirrachio (Plin. III, 26); y la corrupción vulgar de Duracio (véase Malaterra) traía algún entronque con dureza. Uno de los nombres de Roberto era Durando, un durando: ¡pobre ingenio! (Alberic. Monach. en Chron. apud Muratori, Annali d’Italia, t. IX, p. 137). <<
[317] Bπούχους καὶ ἀκρίδας εἴπεν ἂν τις αὐτούς, [τὸν] πατέρα καὶ [τὸν] υἴον (Ana, l. I, p. 35). Con estos símiles tan diferentes de los de Homero, quiere infundir menosprecio a la par que horror para con el poco dañoso animal, un conquistador. Muy desgraciadamente, la sensatez, o la sandez común del género humano resiste a su loable intento. <<
[318]Prodift hac auctor Trojanae cladis Achilles.
La suposición del Apulio (l. V, p. 275) puede disculparse con la poesía más clásica de Virgilio (Æneid II, 197), Larisco Achilles, pero no sostenerse con la geografía de Homero. <<
[319] Los τῶν πεδἰλων προάλματα, que estorbaban a los caballeros a pie, se han traducido ignorantemente como espuelas (Ana Comnena, Alexiada, l. V, p. 140). Ducange ha explicado el verdadero sentido por un modo ridículo e inadecuado, que duró desde el siglo XI hasta el XV. Estos remates, en forma de escorpión, eran a veces dos pies, y se aseguraban a la rodilla con una cadena de plata. <<
[320] La epístola misma (Alexiada, l. III, p. 95, 94, 95) merece mucho ser leída. Hay una expresión, ἀστροπέλεκυν δεδεμένον μετὰ χρυσαϕίου, que Ducange no entiende. He procurado sacar una significación tolerable: χρυσάϕίον es una corona de oro; ἀστροπέλεκυς, lo explica Simón Porcio (en Lexico Graeco- Barbar), por κεραυνòς, πρηστὴρ un relámpago. <<
[321] Para estos acontecimientos generales debo referirme a los historiadores generales Sigonio, Baronio, Muratori, Mosheim, san Marc, etc. <<
[322] Las vidas de Gregorio VII son milagros o invectivas (san Marc, Abrégé Chronologique, t. III, p. 235, etc.), y sus obras portentosas o mágicas son igualmente increíbles para un lector moderno. Hallará, según costumbre, alguna instrucción en Le Clerc (Vie de Hildebrand, Bibliot. ancienne et moderne, t. VIII), y mucho recreo en Bayle (Dictionnaire Critique, Grégoire VII). Aquel papa era sin duda grande hombre, un segundo Atanasio, en una edad más afortunada de la Iglesia. ¿Puedo arrojarme a añadir que el retrato de Atanasio es uno de los pasos de mi historia (vol. III, p. 30, etc.) del que estoy menos descontento? <<
[323] Ana, con el rencor de un cismático griego, la llama κατάπτυστος οὕτος Πάπας (l. I, p. 32), papa, o sacerdote digno de que te escupiesen; y lo acusa de azotar, afeitar, quizás de castrar, a los embajadores de Enrique (pp. 31, 33). Pero este ultraje es inverosímil y dudoso (véase el sensible prefacio de Cousin). <<
Sic uno tempore victi
Sunt terrae domini duo: rex Alemannicus iste,
Imperii rector Romani maximus ille.
Alter ad arma ruena armis superatur; et alter
Nominis auditi sola formidine cessit:
Es bastante singular que el Apulio, latino, distinguiese el griego como el caudillo del Imperio Romano (l. IV, p. 274). <<
[325] La narración de Malaterra (l. III, c. 37, pp. 587, 588) es auténtica, circunstanciada y hermosa, Dux ignem exclamans urbe incensa, etc. El Apulio suaviza el daño (inde quibusdam aedibus exuatis), que es nuevamente exagerado en algunas crónicas parciales (Muratori, Annali d’Italia, t. IX, p. 147). <<
[326] Después de mencionar esta asolación, el jesuita Donato (de Roma veteri et nova, l. IV, c. 8. p. 489) añade lindamente: Duraret hodieque in Coelio monte, interque ipsum et Capitolium, miserabilis facies prostratae urbis, nisi in hortorum vinctorumque amaenitatem Roma resurrexisset, ut perpetua viriditate contegeret vultieri et ruinas suas. <<
[327] La soberanía de Roberto, prometida o conferida por el papa (Ana, l. I, p. 52), queda harto confirmada por el Apulio (l. IV, p, 270).
Romani regni sibi promisisse coronam
Papa ferebatur.
No puedo entender por qué Gretser y los otros abogados papales deben estar disgustados con este nuevo ejemplo de jurisdicción apostólica. <<
[328] Véase Homero, Ilíada B (aborrezco este pedantesco modo de citar por medio de las letras del alfabeto griego) 87, etc. Sus abejas son la imagen de una multitud desordenada: su disciplina y obras públicas parecen ser los conceptos de un siglo más reciente (Virgil., Æneid, l. I). <<
[329] Gulielm. Appulus, l. V, p. 276. El admirable puerto de Brindisi era doble; el puerto exterior era un golfo cubierto por una isla, y estrechándose por grados, hasta comunicar por una gola angosta con el puerto interior, que abrazaba la ciudad por ambos lados. César y la naturaleza han trabajado en su ruina; y contra tales agentes, ¿qué son los débiles esfuerzos del gobierno napolitano? (Viajes de Swinburne a las dos Sicilias, vol. II, pp. 384-390). <<
[330] Guillermo de Apulia (l. V, p. 276) describe la victoria de los normandos y olvida las dos derrotas previas, que diligentemente recuerda Ana Comnena (l. VI, p. 159, 160, 161). Por su parte, ella inventa o exagera una cuarta acción, para dar a los venecianos venganza y recompensa. Sus mismos arranques eran muy diferentes, pues depusieron a su dux, propter excidiam stoli (Dándolo en Chron. en Muratori, Script. Rer. Ital., t. XII, p. 249). <<
[331] Los escritores más auténticos, Guillermo de Apulia (l. V, 277), Gofredo Malaterra (l. III, c. 41, p. 589) y Romualdo de Salerno (Chron. en Muratori, Script. Rer. Ital. t. VII) ignoran este crimen, tan aparente a nuestros paisanos Guillermo de Malmesbury (l. III, p. 107) y Roger de Hoveden (p. 710 en Script. Post Bedam); y el último puede decir cómo el justo Alejo se casó con su cómplice, la coronó y la quemó viva. El historiador inglés es a la verdad tan ciego, que pone a Roberto Guiscardo, o Wiscard, entre los caballeros de Enrique I, el cual subió al trono quince años después de la muerte del duque de Apulia. <<
[332] La alegre Ana Comnena derramó flores sobre el sepulcro de un enemigo (Alexiada, l. V, p. 162-166), y su mejor alabanza es la estimación y envidia de Guillermo el Conquistador, soberano de su familia. Græcia (dice Malaterra) hostibus redentibus libera laeta quievit: Appulia, tota sive Calabria turbatur. <<
[333]Urbs Venusina nitet tantis decorata sepulchris es uno de los últimos versos del poema del Apulio (l. IV, p. 728). Guillermo de Malmesbury (l. III, p. 107) inserta un epitafio sobre Guiscardo que no es digno de copiarse. <<
[334] Sin embargo, Horacio debía pocas obligaciones a Venusia: fue llevado a Roma en su niñez (Serm. I, 6), y sus repetidas alusiones al dudoso límite de Apulia y Lucania (Carm. III, 4; Serm. II, 1) son indignas de su edad y numen. <<
[335] Véanse Giannone (t. II, pp. 88-93) y los historiadores de la primera cruzada. <<
[336] El reinado de Roger y los reyes normandos de Sicilia llena cuatro libros de la Istoria Civile de Giannone (t. II, l. XI - XIX, p. 136-340) y está desparramado por los volúmenes IX y X de los Annali d’Italia de Muratori. En la Bibliotéque Italique (t. I, pp. 175-222) hallo un extracto útil de Capacelatro, napolitano moderno, que ha compuesto, en dos volúmenes, la historia de su país desde Roger I hasta Federico II, inclusive. <<
[337] Según el testimonio de Filisto y Diodoro, el tirano Dionisio de Siracusa podía mantener una fuerza permanente de diez mil caballos, cien mil infantes y cuatrocientas galeras. Compárese Hume (Ensayos, vol. 1, pp. 268, 435) con su antípoda Wallace (Numbers of Mankind, pp. 306, 307). Las ruinas de Agrigento son el tema de todo viajero: D’Orville, Reidesel, Swinburne, etc. <<
[338] Un historiador contemporáneo de los actos de Roger desde 1127 hasta 1135, encuentra su merecimiento en el mérito y el poder, el consentimiento de los barones y la antigua soberanía de Sicilia y Palermo, sin introducir al papa Anacleto (Alexand. Coenobii Telesini Abbatis de Rebus gestis Regis Rogerii, lib. IV, en Muratori, Script. Rer. Ital. t. V, pp. 607-645). <<
[339] Los reyes de Francia, Inglaterra, Escocia, Castilla, Aragón, Navarra, Suecia, Dinamarca y Hungría. Los tres primeros eran más antiguos que Carlomagno; los tres siguientes fueron creados por sus espadas; los tres últimos, por su bautismo; y de éstos el rey de Hungría sólo fue honrado o humillado por una corona papal. <<
[340] Facello y una multitud de sicilianos habían imaginado una coronación más temprana e independiente (1° de mayo de 1130 d. C.), que Giannone desecha de mala gana (t. II, pp. 137-144). Esta ficción queda impugnada con el silencio de los contemporáneos, sin que pueda ser restablecida por una escritura espuria de Mesina (Muratori, Annali d’Italia, t. IX, p. 540. Pagi, Crítica, t. IV, pp. 467, 468). <<
[341] Roger sobornó la segunda persona del ejército de Lotario, que tocó, o más bien gritó, una retirada, pues los germanos (dice Cinamo, l. III, c. I, p. 51) ignoran el uso de las trompetas. ¡Ignorantísimo él mismo! <<
[342] Véase de Guignes, Hist. Générale des Huns, t. I, pp. 369-373 y Cardonner Hist. de l’Afrique, etc. sous la Dominatión des árabes, t. II, p. 70-144. Su original común parece ser Novairi. <<
[343]Tripoli (dice el geógrafo de la Nubia, o más propiamente el Sherif al Edrisi) urbs fortis, saxeo muro vallata, sita prope littus maris. Hanc expugnavit Rogerius, qui mulieribus captivis ductis, viros peremit. <<
[344] Véase la Geografía de León Africano (en Ramusio, t. I, fol. 74 verso, fol. 75 recto), y los Viajes de Shaw (p. 110), el VII libro de Tuano, y el XI del Abate de Vertot. La posesión y defensa de la plaza fue ofrecida por Carlos V, y sabiamente evitada por los caballeros de Malta. <<
[345] Pagi ha deslindado cabalmente las conquistas africanas de Rogerio; y su crítica fue suplida por su amigo el Abate de Longuerue con algunas memorias arábigas (1147 d. C., núms. 26, 27; 1148 d. C. núm. 46; 1153 d. C., núm. 16). <<
[346]Appulus et Calaber, Siculus mihi servit et Afer.
Orgullosa inscripción que denota que los conquistadores normandos fueron bastante distinguidos de sus súbditos cristianos y moslemos. <<
[347] Hugo Falcando (Hist. Sicula, en Muratori Script. Rer. Ital. t. VII, pp. 270, 271) atribuye estas pérdidas a la negligencia o traición del almirante Majo. <<
[348] El silencio de los historiadores sicilianos, que acaban demasiado pronto o empiezan demasiado tarde, debe suplirse por Otón de Frisingen, germano (de Gestis Frederici I, l. I, c. 33, en Muratori Script. Rer. Ital. t. VI, p. 668), el veneciano Andrés Dándolo (Id. t. XII, p. 282-285) y los escritores griegos Cinamo (l. III, c. 2-5) y Nicetas (en Manuel. l. III, c. 1-6). <<
[349] A este semiapresamiento y acelerado rescate, aplico παρ’ ὀλίγον ἦλθε τοῦ άλῶναι, de Cinamo, l. II, c. 19, p. 49. Muratori, sobre testimonio tolerable (Annali d’Italia, t. IX, pp. 420, 421), se ríe de la delicadeza de los franceses, que mantienen marisque nullo impediente periculo ad regnum proprium reversum esse; sin embargo advierto que su abogado, Ducange, es menos positivo como comentador de Cinamo que como editor de Joinville. <<
[350]In palatium regitun sagittas igneas injecit, dice Dándolo; pero Nicetas, l. II, c. 8, p. 66, las transforma en βέγη ἀργψρέονς ἒχοντα ἀτράκτονς, y añade que Manuel llamó este insulto παίγνιον, y γέλωτα… λῃστεύοντα. Estas saetas, por el compilador, Vicente de Beauvais, son de nuevo transformadas en oro. <<
[351] Para la invasión de Italia, que Nicetas casi pasa por alto, véase la historia más esmerada de Cinamo (l. IV, c. 1-15, pp. 78-101), que introduce una difusa relación por una profesión elevada, περί τε Σικελίας, καὶ τῆς ’Iταλῶν ἐσκέπτετο γῆς, ὡς καὶ ταύτας ‘Pωμαίοις ἀνασώσαιτο. <<
[352] El latino Otón (de Gestis Frederici I, l. II, c. 50, p. 734) atestigua la falsificación; el griego Cinamo (l. IV, c. 1, p. 78) pide una promesa de restitución de Conrado y Federico. Un acto de fraude siempre es creíble cuando se dice de los griegos. <<
[353]Quod Anconitani Graecum imperium nimis diligerent… Veneti speciali odio Anconam oderunt. La causa del amor, acaso de la envidia, fueron los beneficios, flumen aureum del emperador; y la relación latina se confirma con Cinamo (l. IV, c. 14, p. 98). <<
[354] Muratori menciona los dos sitios de Ancona; el primero, en 1167, contra Federico I en persona (Annali d’Italia, t. X, p. 39, etc.); el segundo, en 1175, contra su lugarteniente cristiano, arzobispo de Mentz, hombre indigno de su nombre y profesión (p. 76, etc.). Del segundo poseemos una relación original, que ha publicado en su gran colección (t. VI, pp. 921-946). <<
[355] Sacamos esta anécdota de una crónica anónima de Fossa Nova, publicada por Muratori (Script. Rer. Ital. t. VII, p. 874). <<
[356] El Bασίλειον σημεῖον de Cinamo (l. IV, c. 44, p. 99) es susceptible de este doble sentido. Un estandarte es más latino, una imagen más griega. <<
[357]Nihilominus quoque petebat, ut quia occasio justa et tempus opportunum et acceptabile se obtulerant, Romani corona imperii a sancto apostolo sibi redderetur; quoniam non ad Frederici Alemanni, sed ad suum jus asseruit pertinere (Vit. Alexandri III, Cardena. Arragoniae, en Script. Rer. Ital., t. III, par. 1, p. 458). Su segunda embajada fue acompañada cum immensa multitudine pecuniarum. <<
[358]Nimis alta et perplexa sunt (Vit. Alexandri III, pp. 460, 46l), dice el cauto papa. <<
[359] Mηδὲν μετòν εἶναι λέγων ‘Pώημ τῃ νεωτέρᾳ πρòς τὴν πρεσβυτέραν, πάλαι ἀποῤῥαγεισῶν (Cinamo, l. IV, c. 14, p. 99). <<
[360] En su libro VII Cinamo describe la guerra de Venecia, que Nicetas no ha juzgado digna de su atención. Las relaciones italianas, que no satisfacen nuestra curiosidad, son referidas por el analista Muratori, bajo los años 1174, etc. <<
[361] Esta victoria se menciona en Romualdo de Salerno (en Muratori, Script. Rer. Ital. t. VII, p. 194). Es harto extraño que en la alabanza del rey de Sicilia Cinamo (l. IV, c. 13, pp. 97, 98) es mucho más vehemente y copioso que Falcando (pp. 268, 270). Pero el historiador griego está apasionado por la descripción, y el historiador latino no lo está por Guillermo el Malo. <<
[362] Por la epístola de Guillermo I véanse Cinamo (l. IV, c. 15, pp. 101, 102) y Nicetas (l. II, c. 8). Es difícil afirmar si estos griegos se engañaron a sí mismos o al público en estos lisonjeros retratos de la grandeza del Imperio. <<
[363] Solamente puedo citar de testimonio original las pobres crónicas de Ricardo de Cremona (p. 603) y de Fossa Nova (p. 875) como están publicadas en el tomo VII de los historiadores de Muratori. El rey de Sicilia envió sus tropas contra nequitiam Andronici… ad acquirendum imperium C. P. erant capti aut confusi… decepti captique, por Isaac. <<
[364] Por la falta de Cinamo, estamos ahora reducidos a Nicetas (en Andrónico, l. I. c. 7, 8, 9; l. II, c. 1, en Isaac Ángelo, l. I, c. 1-4), que ya llega a ser contemporáneo respetable. Como sobrevivió al emperador y al Imperio se sobrepone a la lisonja, pero la caída de Constantinopla exasperó sus preocupaciones contra los latinos. En honor de la erudición observaré que el gran comentador de Homero, Eustatis, arzobispo de Tesalónica, jamás quiso desamparar a su rebaño. <<
[365] La Historia Sicula de Hugo Falcando, que propiamente se extiende desde 1154 hasta 1169, está inserta en el VII volumen de la colección de Muratori (t. VII, pp. 259-344), y precedida de un elocuente prefacio o epístola (pp. 251-258) de Calamitatibus Siciliae. Falcando mereció apellidarse el Tácito de Sicilia; y después de una humillación justa, pero inmensa, desde el siglo I hasta el XII, de senador a monje, no quisiera desapropiarle su título: su narración es vehemente y despejada; su estilo, audaz y elegante; su observación, aguda; había estudiado el género humano, y siente como hombre. Sólo puedo desaprobar el estrecho y estéril campo en que se han echado sus tareas. <<
[366] Los laboriosos benedictinos (l’Art de vérifier les dates, p. 896) son de opinión de que el verdadero nombre de Falcando es Fulcando, o Foucault. Según ellos, Hugo Foucault, francés de nacimiento, y al fin abate de san Dionisio, había seguido a Sicilia a su patrono Esteban de la Perche, tío de la madre de Guillermo II, arzobispo de Palermo y gran canciller del reino. Sin embargo, Falcando tiene todos los arranques de un siciliano: y el título de alumno (que se da a sí mismo) parece indicar que nació, o a lo menos fue educado, en la isla. <<
[367] Falcand, p. 305. Ricardo de san Germán empieza su historia desde la muerte y alabanzas de Guillermo II; después de algunos epítetos hueros, continúa así: Legis et justitiae cultus tempore sno vigebat in regno; sua erat quilibet sorte contentus; (¿eran mortales?) ubique pax, ubique securitas, nec latronum metuebat viator insidias, nec maris nauta offendícula piratarum (Script. Rer. Ital. t. VII, p. 969). <<
[368]Constantia, prinlis a cunabulis in deliciarum tuarum affluentia diutius educata, tuisque institutis, doctrinis et moribus informata, tandem opibus tuis Barbaros delatura discessit: et nunc cum ingentibus copiis revertitur, ut pulcherrima nutricis ornamenta barbarica faeditate contaminet… Intueri mihi jam videor turbulentas barbarorum acies… civitates opulentas et losa diuturna pace florentia, inetu concutere, caede vastare, rapinis atterere, et foedare luxuria: hinc cives aut gladiis intercepti, aut servitute depressi, Oirgines constupratae matronae, etc. <<
[369]Certe si regem non dubiae virtutis elegerint, nec a Sarracenis Christiani dissentiant, poterit rex creatus rebus licet quasi desperatis et perditis subvenire, et incursus hostium, si prudenter egerit, propulsare. <<
[370]In Apulis, qui, semper novitate gaudentes, novarum rerum studiis aguntur, nihil arbitror spei aut fiduciae reponendum. <<
[371]Si civium tuorum virtutem et audaciam attendas murorum etiam ambitum densis turribus circumseptum. <<
[372]Cum crudelitate piratica Theutorium confligat atrocitas, et inter combustos lapides, Æthnae flagrantis incendia, etc. <<
[373]Eam partem, quam nobilissimarum civitatum fulgor illustrat, quae et toti regno singulari meruit privilegio praeminere, nefarium esset… vel barbarorum ingressu pollui. Deseo transcribir su florida, pero curiosa, descripción del palacio, la ciudad, y la lozanísima llanura de Palermo. <<
[374]Vires non suppetunt, et conatus tuos tam inopia civium, quam paucitas bellatorum elidunt. <<
[375]At vero, quia difficile est Christianos in tanto rerum turbine sublato regis timore sarracenos non opprimere, si Sarraceni injuriis fati gati ab eis coeperint dissidere, et castella forta maritima vel voltanas munitiones occupaverint; ut hinc cum Theutonicis summa virtute pugnandum illinc Saracenis crebris insultibus ocurrendum, quid putas acturi sutit Siculi inter has depressi angustia; et velut inter malleum et incudem multo cum discrimine constituti? hoc utique agent quod poterunt, ut se Barbaris miserabili conditione dedentes, in eorum se conferant potestatem. O utinam plebis et procerum, Christianorum et sarracenorum vota conveniant; ut regem sibi concorditer eligentes, barbaros totis viribus, toto conanine, totisque desiderfis proturbare contendant. Los normandos y los sicilianos parece que están confundidos. <<
[376] El testimonio de un inglés acerca de Rogerio de Hoveden (p. 689) será de poco peso contra el silencio de la historia alemana e italiana (Muratori, Annali d’Italia, t. X, p. 156). Los sacerdotes y peregrinos que volvieron de Roma ensalzaron, por cada cuento, la omnipotencia del santo padre. <<
[377]Ego enim in eo cum Teutonicis manere non debeo (Caffari, Annal. Genuenses, en Muratori, Script. Rer. Ital., t. VI. p. 367,368). <<
[378] En cuanto a los sarracenos de Sicilia y Nocera, véanse los Annali d’Italia de Muratori (t. X, pp. 449 y 1223 d. C., 1247 d. C., Giannone t. II, p. 385), y de los originales, en la colección de Muratori, Ricardo de san Germán (t. VII, p. 996), Matteo Spinelli de Giovenazzo (t. VII, p. 1064), Nicolás de Jamsilla (t. X, p. 494) y Matteo Villani (t. XIV, l. VII, p. 103). El último de estos insinúa que en reducir a los sarracenos de Nocera Carlos II de Anjou empleó más bien el artificio que la fuerza. <<
[379] Muratori cita un paso de Arnoldo de Lubec (l. IV, c. 20). Repeterit thesauros absconditos, et omnem lapidam pretiosorum et gemmarum gloriam, ita ut oneratis 160 somariis, gloriose ad terrain suam redierit. Rogerio de Hoveden, que menciona la violación de las tumbas y los cadáveres reales, calcula el despojo de Salerno en doscientas mil onzas de oro (p. 746). En estas ocasiones, estoy casi tentado de exclamar, con la oyente en La Fontaine: «Je voudrais bien avoir ce qui manque». <<
[380] Debo su índole e historia a D’Herbelot (Bibliothèque Orientale, Mahmud, pp. 533-537), De Guignes (Histoire des Huns, t. III, pp. 155-173) y nuestro paisano el coronel Alexander Dow (vol. I, pp. 23-83). En los dos primeros volúmenes de su Historia del Indostán, se denomina traductor de la Ferishta persa; pero en su texto florido, no es fácil distinguir la versión del original. <<
[381] La dinastía de los Sumánides continuó ciento veinticinco años, 874-999 d. C., bajo diez príncipes. Véase su sucesión y exterminio en las tablas de De Guignes (Hist. des Huns, t. I, pp. 404-406). Siguiéronles los Gaznevidas, 999-1183 d. C. (véase el t. I, pp. 239, 240). Su división de naciones suele trastornar la serie del tiempo y lugar. <<
[382]Ghaznah hortos non habet: est emporiumet domicilium mercaturae Indicae. Abulfedae Geograph. Reiske, tab. XXIII, p. 349; D’Herbelot, p. 364. No aportó por allá viajero alguno moderno. <<
[383] Por el embajador del califa de Bagdad, quien se valió de una voz árabe o caldea, que significa señor y dueño (D’Herbelot, p. 825). Se interpreta Aὐτοκράτωρ, Bασιλεύς Bασιλέων por los escritores bizantinos del siglo XI; y el nombre (Σουλτανὸς, Soldano) se usa familiarmente en las lenguas griega y latina, después de haber pasado de los Gaznevidas a los Seljukios y otros emires de Asia y Egipto. Ducange (Dissertation XVI; sur Joinville, pp. 238-240, Gloss. Graec. et Latin.) se afana por hallar el dictado de sultán en el antiguo reino de Persia, pero sus pruebas son meras sombras; un nombre propio en los Temas de Constantino (II, 11), anticipación de Zonaras, etc., y una medalla de Kai Khosrou, no (como él cree) el Sasánida del siglo VI, sino el Seljukio de Iconio del XIII (De Guignes, Hist. des Huns, t. I, p. 246). <<
[384] Ferishta (apud Dow, Hist. of Hindostan, vol. I, p. 49) menciona la respuesta de un cañón en el ejército indiano, pero como soy tardío en creer este uso prematuro (1008 d. C.) de la artillería, tengo que escudriñar primero el texto, y luego la autoridad de Ferishta, que vivió en la corte del mogol en el último siglo. <<
[385] Kinnouge, o Canouge (la antigua Palimbothra) está señalada en la latitud de 27° 3’, y longitud de 80° 13’. Véase D’Anville (Antiquité de l’Inde, pp. 60-62), corregido por el conocimiento local del mayor Rennell (en su excelente Mémoir sobre su Map of Hindostan, pp. 37-43): trescientos joyeros, treinta mil tiendas para la nuez de areca, sesenta mil bandas de músicos, etc. (Abulfed. Geograph. tab. XV, p. 274; Dow, vol. I, p. 169), facilitará una amplia deducción. <<
[386] Los idólatras de Europa, dice Ferishta (Dow, vol. I, p. 66). Consúltense Abulfeda (p. 272) y el Mapa del Indostán de Rennell. <<
[387] D’Herbelot, Bibliothèque Orientale, p. 527. Sin embargo estas cartas, apotegmas, etc., raras veces son el lenguaje del corazón o los motivos de acción pública. <<
[388] Por ejemplo, un rubí de cuatrocientos cincuenta miskals (Dow, vol. I, p. 53), o seis libras y tres onzas [2,84 kg]: el mayor en la tesorería de Delhi pesaba diecisiete miskals (Voyages de Tavernier, partie II, p. 280). Es verdad que en el Oriente todas las piedras coloradas se llaman rubíes (p. 355), y que Tavernier vio tres más grandes y preciosas entre las joyas de notre grand roi, le plus puissant et plus magnifique de tous les rois de la terre (p. 376). <<
[389] Dow, vol. I, p. 65. Se dice que el soberano de Kinoge había poseído dos mil quinientos elefantes (Abulfeda, Geograph. tab. XV, p. 274); por estas historias indianas, el lector puede corregir cierta nota en mi primer volumen o por aquella nota enmendar estas historias. <<
[390] Véase una pintura adecuada y natural de estas costumbres pastoriles, en la historia de Guillermo, arzobispo de Tiro (l. I, c. VII, en las Gesta Dei per francos, pp. 633, 634), y una preciosa nota por el editor de la Histoire Généalogique des Tatars, pp. 535-538. <<
[391] Las primeras emigraciones de los turcomanos y dudoso origen de los Seljukios, pueden rastrearse en la laboriosa Historia de los hunos, por De Guignes (t. I, Tables Chronologiques, l. V, t. III; l. VII, IX, X), y la Bibliothèque Orientale de D’Herbelot (pp. 799-802, 897-901), Elmacín (Hist. Saracen., pp. 331-333), y Abulfaragio (Dynast, pp. 221, 222). <<
[392] Dow, Hist. of Hindostan, vol. I, pp. 89, 95-98. He copiado este paso como una muestra de las costumbres persas; pero malicio que por alguna rara fatalidad el estilo de Ferishta se ha mejorado con el de Osian. <<
[393] El Zendekan de D’Herbelot (p. 1028), el Dindaka de Dow (vol. I, p. 97), es probablemente el Dandanekan de Abulfeda (Geograph., p. 345, Reiske), corta ciudad de Jorasán, a dos jornadas de Marú, y célebre en el Oriente por la producción y manufactura de algodón. <<
[394] Los historiadores bizantinos (Cedreno, t. II, pp. 766, 767; Zonaras, t. II, p. 255; Nicéforo Briennio, p. 21) han confundido, en esta revolución, la verdad del tiempo y lugar, de los nombres y personas, de las causas y sucesos. La ignorancia y desbarros de estos griegos (que no me detendré en desenredar) pueden inspirar alguna desconfianza de la historia de Ciaxares y Ciro, y se dice por sus más elocuentes predecesores. <<
[395] Guillermo de Tiro, l. I, c. 7, p. 633. La adivinación por las flechas es antigua y famosa en el Oriente. <<
[396] D’Herbelot, p. 801. Con todo, después del engrandecimiento de su posteridad, Seljuk llegó a ser el trigésimo cuarto en descendencia por línea del gran Afrasiab, emperador de Touran (p. 800). La genealogía tártara de la casa de Gengis dio diferente viso a la lisonja y fábula; y el historiador Mirkhod entronca los Seljukios de Alankavah con la madre virgen (p. 801, col. 2). Si son los mismos que los Zalzuts de Abulgijaz Bahadur Khan (Hist. Généalogique, p. 148), citamos en su favor el testimonio de más peso de un príncipe tártaro mismo, el descendiente de Gengis, Alankavah, o Alanku, y Oguz Khan. <<
[397] Por una leve alteración, Togrul Beg es el Tangroli-pix de los griegos. Su reinado e índole asoman al vivo en D’Herbelot (Bibliothèque Orientale, pp. 1027, 1028) y De Guignes (Hist. des Huns, t. III, pp. 189-201). <<
[398] Cedreno, t. II, pp. 774, 775. Zonaras, t. II, p. 257. Con su usual conocimiento de los negocios orientales, describen al embajador como un sherif, quien como el syncello del patriarca, era el vicario y sucesor del califa. <<
[399] De Guillermo de Tiro he tomado esta distinción de turcos y turcomanos, que al menos es popular y adecuada. Los nombres son los mismos, y la adición de mano es de la misma entidad en los idiomas persa y teutónico; pocos críticos adoptarán la etimología de Jaime de Vitry (Hist. Hierosol. l. I, c. 11, p. 1061) de turcomanos, casi turcos y comanos, pueblo mezclado. <<
[400]Hist. Générale des Huns, t. III, pp. 165, 166, 167. De Guignes cita a Abulmahasen, historiador de Egipto. <<
[401] Consúltese la Bibliothèque Orientale, en los artículos de los Abatidas, Caher y Caiem, y los Anales de Elmacín y Abulfaragio. <<
[402] Esta curiosa ceremonia la debo a De Guignes (t. III, pp. 197, 198), y aquel docto autor la debe a Bondari, que compuso en lengua arábiga la historia de los Seljukios (t. V, p. 365). Ignoro su edad, país y carácter. <<
[403]Eodem anno (A. H. 455) obiit princeps Togrulbecus […] rex fuit clemens, prudens, et peritus regnandi, cujus terror corda mortalium invaserat, ita ut obedirent ei reges atque ad ipsum scriberent. Elmacín, Hist. Saracen, p. 342, vers. Erpenii. <<
[404] Por lo tocante a estas guerras de los turcos y romanos, véanse en general las historias bizantinas de Zonaras y Cedreno; Scylitzes, el continuador de Cedreno; y Nicéforo Briennio César. Los dos primeros eran monjes; los dos últimos, estadistas; sin embargo, tales eran los griegos, que la diferencia de estilo y carácter apenas es discernible. En cuanto a los orientales, son inmensos como siempre en la riqueza de D’Herbelot (véanse los títulos de los primeros Seljukios) y la exactitud de De Guignes (Hist. des Huns, t. III, l. X). <<
[405] ’Eϕέρετο γάρ ἐν Tούρκοις, λόγος ὡς εἴη πεπρωμένον καταστραϕῆναι τὸ Tούρκων γένος ὐπό τῆς τοιύτης δυνάμεως, ὁποίαν ὁ Mακεδών Aλέξανδρος ἔχων κατεστρέψατο Πέρσας Cedreno, t. II, p. 791. La credulidad del vulgo es siempre probable; y los turcos habían aprendido de los árabes la historia o leyenda de Escander Dulcarnein (D’Herbelot, p. 317, etc.). <<
[406] Oἴτὴν ’Iβηρίαν καὶ Mεσοποταμίαν, καὶ τὴν παρακειμένην οἰκοῦσιν ’Aρμενίαν καὶ οἴ τήν ’Iουδαï κήν τοῦ Nεστοριοῦ καὶ τὼν ’Aκεϕάλων θρησκεύουσιν αἴρεσιν (Scylitzes, ad calcem Cedreni, t. II, p. 834, cuya construcción ambigua no me inducirá a maliciar que confundiese las herejías nestoriana y monofisita). Habla familiarmente μηνις, χόλος, ὀργή, Θεοῦ, calidades, como debe temer, muy extrañas del Ente perfecto; pero su preocupación se ve precisada a confesar que poco después se descargaron sobre los ortodoxos romanos. <<
[407] Si el nombre de los jeodios hubiese sido conocido por los griegos (Stritter, Memoriæ Byzant. t. IV, Ibérica), lo derivaría de su agricultura como Σκυθαί γεωργοί de Herodoto (l. IV, c. 18, p. 289, edit. Wesseling) Pero aparece únicamente desde las Cruzadas, entre los latinos (Jac a Vitriaco, Hist. Hierosol, c. 79, p. 1095) y orientales (D’Herbelot, p. 407), y se tomó devotamente de san Jorge de Capadocia. <<
[408] Mosheim, Institut. Hist. Eccles, p. 632. Véanse en los Viajes de Chardin (t. I, pp. 171-174) las costumbres y religión de esta hermosa pero indigna nación. Véase la genealogía de sus príncipes desde Adán hasta el siglo presente, en las Tablas de De Guignes (t. I, pp. 433-438). <<
[409] Esta ciudad se menciona en Constantino Porfirogénito (de Administrat. Imperii, l. II, c. 44, p. 119) y los bizantinos del siglo XI, bajo el nombre de Mautzikierte, y por algunos se confunde con Teodosiópolis; pero Delisle, en sus notas y mapas, ha fijado muy acertadamente la situación. Abulfeda (Geograph. tab. XVIII, p. 310) describe Malazkerd como ciudad corta construida con piedra negra y surtida de agua, sin árboles, etc. <<