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Sonó el teléfono. Burrows consultó el reloj. Eran las doce y doce minutos.

—Probablemente será Gorman —le comunicó a Jensen.

Al coger el teléfono vio que no se había equivocado. Era Gorman, el médico forense.

—He terminado la autopsia —manifestó Gorman— y puedo darle por teléfono mis hallazgos. Más tarde le enviaré el informe oficial.

—Está bien —asintió Burrows.

Atrajo hacia sí un bloc de notas.

—Bien —empezó el médico—, no estuve muy equivocado en mis primeras suposiciones. El cadáver pesa ochenta y siete kilos, y mide un metro ochenta centímetros y medio. Originalmente, el pelo era castaño claro, con ciertas hebras grises en la actualidad, y por su edad, se hallaba en buena forma física.

—¿Qué quiere decir con esto? —inquirió Burrows.

—Es imposible acertar con la edad exacta mediante una autopsia. Sólo puedo definirla hasta cierto punto. En vida, ese individuo debía parecer más joven de lo que era.

—¿Cómo?

—Según su aspecto, debía rondar los cuarenta, más o menos. Pero los órganos, las arterias y demás... parecen indicar más edad.

—Tal vez bebía demasiado —observó Burrows.

—Posiblemente. Además, quedó casi decapitado por una cuchilla de carnicero, o algo muy semejante.

—¿Muy ancha y pesada?

—Prácticamente, una espada. Sí, podemos llamarla espada. El examen de los zapatos y calcetines no ha reportado ninguna materia extraña; nada de polvo, arena, cemento o materias que no suelan encontrarse en Nueva York.

—Lo cual significa que vivía aquí.

—Necesariamente no. Pero al menos no anduvo con esos zapatos fuera de Nueva York últimamente. Las suelas se hallan en buen estado, aunque algo desgastadas, lo que indica que hacía cierto tiempo que calzaba dichos zapatos.

—¿Cuál fue la hora de la muerte?

—Entre las doce de la noche y la una. No puedo fijarla con exactitud. Digamos que puede existir una diferencia de quince minutos a cada extremo.

—¿Y la cicatriz?

—Muy antigua, indudablemente. Característica en la forma y el aspecto. He visto muchas en la guerra.

Cuando Gorman colgó, Burrows le pasó toda la información a Jensen.

—El forense acertó bastante en sus primeras deducciones —comentó aquél.

—Seguro —asintió Burrows—, pero...