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A las diez de la mañana, Burrows empezó a estar cansado. Por entonces, usualmente se hallaba ya dormido en su casa. La ciudad, a su alrededor, estaba despierta y animada, con los camiones invadiendo las calles estrechas de la parte inferior de Manhattan, los autobuses y los taxis corriendo alocadamente por las principales avenidas, y los muchachos del Precinto Octavo, ocupados en sus deberes, entrando y saliendo como abejas en una colmena.

Burrows se desayunó en un pequeño restaurante situado cerca del Precinto. Cuando volvió, aguardó noticias de Jensen. Mientras esperaba, estuvo ocupado en los interminables informes que parecían inundar sus horas de trabajo: un caso de vandalismo en una tienda; un robo en un apartamento, en el que el ladrón se había llevado una máquina de escribir portátil y una radio; un transeúnte herido por una motocicleta, un incidente con un voyeur; un tipo muerto cerca del Bowery...

Sonó el teléfono y lo cogió. Era Jensen, que llamaba desde Jefatura, en la calle Centre.

—Tenemos un ID sobre el fiambre —comunicó Jensen—. Acaba de llegar de Washington.

—¿El FBI?

—Sí, pero procede del Ejército.

—¿Quién era?

—Un sujeto llamado Victor Pacific.

—¿Pacific? —repitió Burrows—. Ese nombre me suena...

—Sí —rió Jensen—, lo mismo me pasó a mí. Pero creo que es por lo del océano Pacífico.

—Seguro —asintió Burrows—, todo el mundo ha oído hablar del Pacífico. Pero a mí me resulta familiar... y como un nombre falso. ¿Quién diablos querrá tener un apellido como Pacific? ¿Por qué no Atlántico o Mar Rojo?

—Bueno, pues ese sujeto se llamaba así. En el Ejército.

—¿Algo más?

—Nada, aparte de sus antiguas señas —replicó Jensen—. Toda la información de su expediente estará aquí dentro de unos minutos.

—¿Dónde vivía?

—En el Treinta y Tres, en el centro del East River ([3]).

—No te entiendo.

—Consta con una dirección de la calle Sesenta y Seis, al este. ¿Estás familiarizado con el barrio?

—Un poco —repuso Burrows con cautela.

—Bueno, esa dirección no existe. De existir, estaría en el centro de la fábrica Con Edison o en el East River. Lo cual significa que este Victor Pacific usaba unas señas falsas.

—Si el nombre era falso y las señas también, ese tipo debía de tener algo que ocultar. Es gracioso que no haya ninguna ficha suya.

—Tal vez fuese un torpedo de corto alcance a punto de estallar cuando empezó la guerra. Quizá no le habían cogido todavía. Y después de la guerra se portó bien. El FBI no tiene ningún expediente suyo.