22. El muchacho travieso[79]

En los alrededores de Kiautschou vivía un sabio. Un hombre rico le había contratado como preceptor y estaba a unas millas de su hogar. Tenía un hijo de quince años que se había quedado en casa. El muchacho ya había aprendido las sagradas escrituras y estaba intentando componer. Su padre le había ordenado que trabajara aplicadamente. Le había dado doce temas de composición y cien páginas de antiguas escrituras, que tenía que copiar con el pincel. Después de la fiesta de las linternas se había marchado y tenía que regresar por la fiesta de la primavera. En ese espacio de tiempo, el muchacho tenía que haberlo terminado todo y el padre quería examinar las tareas que le había encomendado. El padre le recomendó vivamente que no perdiera el tiempo y le encargó a su tío, que también era un gran sabio, que lo vigilara. Apenas se había marchado el padre, cuando el hijo no hacía más que andar por la calle y no tocaba las tareas. Era un chico muy bueno para los estudios y creía que las doce composiciones y las cien páginas de escritura iba a hacerlas rápidamente. Le gustaba vagabundear sin rumbo fijo y pensaba que iba a terminar el trabajo rápidamente en los días anteriores a la venida de su padre.

Pero el tío vino a verle y cuando se dio cuenta de la holgazanería del muchacho, se enfadó y le dijo: «Le voy a contar a tu padre todo lo que has hecho».

El muchacho tuvo miedo entonces; porque el padre era inconmovible y duro, y a menudo le había pegado hasta dejarle medio muerto. En medio de la ofuscación, tomó opio para envenenarse. Lo metieron en un ataúd y lo pasearon y lo enterraron provisionalmente delante del pueblo.

Cuando le dieron la noticia a su padre, se hizo el propósito de volver al día siguiente a su hogar. La segunda noche de vela, el hijo se presentó delante de él repentinamente. Le hizo una pregunta, pero no recibió respuesta alguna. El padre ya estaba en la cama y, antes de que tuviera tiempo de asustarse, el chico se deslizó bajo las sábanas junto a él. Tenía el cuerpo tan frío como el hielo y estaba llorando. El padre, asustado, se levantó. El muchacho lo agarraba con fuerza y seguía llorando. El padre, que no pudo soportarlo, llamó a algunas personas para que vinieran en su ayuda. Vinieron a ver qué ocurría, pero el muchacho sólo era visible para su padre; los demás no vieron nada. Esto duró hasta aproximadamente el amanecer, luego el chico desapareció.

El padre dejó entonces su puesto y se volvió apresuradamente a casa. Cuando se hizo de noche, volvió a aparecer el muchacho en la casa paterna. En cuanto vio a su padre, se dirigió hacia él lleno de cólera. Pero la madre no veía ni oía nada. El padre terminó por ponerse enfermo y lo veía incluso a la luz del día.

En una ocasión, el tío pasó por delante del pueblo. Cuando se encontraba a algunos pasos de la tumba, el muchacho surgió repentinamente delante de la sepultura, le arrojó piedras con ambas manos y le iba gritando reproches detrás de él. El tío tuvo miedo y se marchó corriendo a casa, se acostó y se puso también enfermo.

El muchacho había estado anteriormente prometido con una muchacha de la aldea vecina e incluso se había fijado una fecha para la boda. En la noche de la fecha, la muchacha vio de repente a un estudiante que entraba en su cama, que le cogió la mano llorando y le dijo: «Yo soy tu prometido. Me he muerto por accidente. Siento que nuestra boda no se haya realizado. Hoy he venido a despedirme de ti. ¡Mantente siempre virtuosa y no me olvides!». Se marchó con lágrimas en los ojos. En aquella época también otra gente lo vio como un fantasma que vagabundeaba.

Ya había pasado un mes. Los labradores se reunieron para tomar una decisión. Dijeron: «No podemos tolerar esta situación más tiempo». Hicieron llamar a un mago para que conjurara al espectro. El mago llegó a la tumba y se puso a examinar cuidadosamente todos los alrededores. Entonces dijo: «Este muchacho se está convirtiendo en espíritu de la sequía. Hubiera podido hacer mayores daños. Por suerte todavía estamos a tiempo y podemos conjurarle». Luego cortó estaquillas de melocotonero y las introdujo en las cuatro esquinas, escribió con tinta china de color rojo encantamientos que fijó a los palos de melocotonero, de forma que el fantasma no pudiera salir. Luego mandó venir a algunas docenas de hombres fuertes, que rodearon la tumba con picas y garrotes. Ocho personas valientes abrieron el sarcófago. Cuando el sarcófago apareció, la tablilla delantera estaba rota. Miraron dentro por la abertura, pero no estaba el cadáver. Sólo se veían los dos zapatos en el fondo del ataúd. El propio cadáver estaba colgado de la tapa, enrollado en el aire. Se había desvestido y las vestiduras estaban enrolladas en el suelo. Habían crecido pelillos blancos por todo el cuerpo. Quemaron el cadáver y desde entonces se terminó el encantamiento. El padre volvió a sanar.

Cuentos chinos
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
Section0001.xhtml
Section0002.xhtml
Section0003.xhtml
Section0004.xhtml
Section0005.xhtml
Section0006.xhtml
Section0007.xhtml
Section0008.xhtml
Section0009.xhtml
Section0010.xhtml
Section0011.xhtml
Section0012.xhtml
Section0013.xhtml
Section0014.xhtml
Section0015.xhtml
Section0016.xhtml
Section0017.xhtml
Section0018.xhtml
Section0019.xhtml
Section0020.xhtml
Section0021.xhtml
Section0022.xhtml
Section0023.xhtml
Section0024.xhtml
Section0025.xhtml
Section0026.xhtml
Section0027.xhtml
Section0028.xhtml
Section0029.xhtml
Section0030.xhtml
Section0031.xhtml
Section0032.xhtml
Section0033.xhtml
Section0034.xhtml
Section0035.xhtml
Section0036.xhtml
Section0037.xhtml
Section0038.xhtml
Section0039.xhtml
Section0040.xhtml
Section0041.xhtml
Section0042.xhtml
Section0043.xhtml
Section0044.xhtml
Section0045.xhtml
Section0046.xhtml
Section0047.xhtml
Section0048.xhtml
Section0049.xhtml
Section0050.xhtml
Section0051.xhtml
Section0052.xhtml
Section0053.xhtml
Section0054.xhtml
Section0055.xhtml
Section0056.xhtml
Section0057.xhtml
Section0058.xhtml
Section0059.xhtml
Section0060.xhtml
Section0061.xhtml
Section0062.xhtml
Section0063.xhtml
Section0064.xhtml
Section0065.xhtml
Section0066.xhtml
Section0067.xhtml
Section0068.xhtml
Section0069.xhtml
Section0070.xhtml
Section0071.xhtml
Section0072.xhtml
Section0073.xhtml
Section0074.xhtml
Section0075.xhtml
Section0076.xhtml
Section0077.xhtml
Section0078.xhtml
Section0079.xhtml
Section0080.xhtml
Section0081.xhtml
Section0082.xhtml
Section0083.xhtml
Section0084.xhtml
Section0085.xhtml
Section0086.xhtml
Section0087.xhtml
Section0088.xhtml
Section0089.xhtml
Section0090.xhtml
Section0091.xhtml
Section0092.xhtml
Section0093.xhtml
Section0094.xhtml
Section0095.xhtml
Section0096.xhtml
Section0097.xhtml
Section0098.xhtml
Section0099.xhtml
Section0100.xhtml
Section0101.xhtml
Section0102.xhtml
Section0103.xhtml
Section0104.xhtml
Section0105.xhtml
Section0106.xhtml
Section0107.xhtml
Section0108.xhtml
Section0109.xhtml
Section0110.xhtml
Section0111.xhtml
notas.xhtml