47. El zorro plateado que hablaba[47]

Los zorros plateados se parecen a los zorros pero son completamente amarillos, de un rojo brillante o blancos. Además pueden influir en los hombres. Tienen la propiedad de aprender a lo largo de los años el lenguaje de los hombres y se les llama los zorros parlanchines.

Al sudoeste del valle de Kiautschou hay una playa en la que se alza una montaña en forma de torre, por lo que se la llama la montaña en forma de Torre. En la montaña hay un viejo templo con la imagen de una divinidad, que recibe el nombre de madre de la montaña en forma de Torre. Cuando en los pueblos de los alrededores los niños se ponen enfermos, los magos acostumbran a ordenar que se quemen sus retratos de papel o que se le ofrezcan niños construidos con barro. Así que el altar está completamente rodeado de cientos de estatuillas de barro. Las ancianas también llevan flores, trajes y zapatos de papel que aparecen amontonados por todas partes. El tercer día del tercer mes y el noveno día del noveno mes hay fiestas procesionales en las que se representan obras de teatro y se leen las escrituras sagradas. También cada año, regularmente, tiene lugar un mercado. Las mujeres y las muchachas de los alrededores queman incienso y elevan sus plegarias. Las que no tienen hijos, los piden. Eligen una de las figurillas de niños y le atan una hebra roja al cuello, incluso rompen en secreto un pedacito del cuerpo, lo deshacen con agua y se lo beben. Entonces ruegan en silencio para poder concebir un hijo.

Tras el templo hay una gran cueva en la que vivieron en otros tiempos dichos zorros. Salían y se sentaban en la cumbre de un acantilado escarpado que estaba junto al camino. Si venía un caminante, empezaban a decir algo así como: «¡Vecino, espera un poco y fúmate una pipa!». Los caminantes miraban asombrados a su alrededor buscando la procedencia de la voz y sentían un enorme pánico. Si no eran especialmente animosos empezaban a sudar de miedo y se marchaban corriendo. El zorro se reía: «¡Ji, ji!».

En la pendiente de la montaña había una vez un labrador. Cuando miró con atención, vio a un hombre con sombrero de paja y un abrigo de hierba que venía con un hacha a la espalda.

«Vecino Wang —le dijo—, ¡fúmate una pipa antes de seguir el camino y descansa un poco! Luego yo te ayudaré a arar». Luego hizo: «¡Hu!», como hacen los labradores cuando se dirigen a las vacas.

El labrador miró con más atención y vio que era un zorro parlanchín. Esperó el momento oportuno y luego le dio un golpe seco con el bastón de hueso. Le acertó. El zorro gritó, dio un salto en el aire y se marchó corriendo. El sombrero de paja, la capa de hierba y todo lo que llevaba lo dejó allí caído. Cuando el labrador miró detenidamente, vio que el sombrero estaba tejido con hojas de patata. Lo había partido en pedazos con el bastón. El manto estaba hecho de hojas de encina, unidas con finas hierbecillas. Pero el hacha era una rama de calián a la que se había unido un ladrillo.

Tras un tiempo, una mujer de la vecindad fue poseída. Hicieron colgar el retrato del jefe del taoísmo, pero el espíritu no se marchaba. Como no había ningún exorcista en los alrededores y las molestias eran inaguantables, los parientes de la mujer se pusieron de acuerdo para ir al templo del dios de la guerra y pedirle ayuda.

Cuando el zorro lo oyó, dijo: «No tengo ningún miedo a vuestro papa taoísta y vuestro dios de la guerra; al único que temo es al vecino Wang del pueblo del este, que ya me golpeó una vez con su bastón».

A la gente le pareció justo. Enviaron al pueblo del este gente para que encontrara a Wang. Él cogió su bastón de hueso y entró.

Entonces dijo con voz profunda: «¿Dónde, pero dónde está? Ya hace mucho que estoy aquí esperando al espíritu. Por fin le tengo».

Y daba golpes con su bastón. El zorro tuvo miedo, bufó y saltó por la ventana.

Durante más de cien años se contó la historia del zorro parlanchín de la montaña de la Torre. Entonces llegó a aquellos lugares un hábil trampero que vio a un animal como un zorro con una piel de rojo brillante y que tenía mataduras en el lomo; estaba debajo de un árbol. Se echó al suelo y le disparó en las patas traseras.

Entonces él dijo con voz humana: «Por ser un dormilón me he visto en este peligro; pero nadie puede escapar a su destino. Si me atrapas te darán como máximo cinco mil monedas de cobre por la piel. ¿No prefieres dejarme libre? Te recompensaré tan generosamente que dejarás de ser pobre».

Pero el trampero no le escuchó, sino que mató al zorrillo. Luego le despellejó y vendió la piel, y realmente recibió por ella cinco mil monedas de cobre. A partir de allí se acabó la aparición.

Cuentos chinos
cubierta.xhtml
sinopsis.xhtml
titulo.xhtml
info.xhtml
Section0001.xhtml
Section0002.xhtml
Section0003.xhtml
Section0004.xhtml
Section0005.xhtml
Section0006.xhtml
Section0007.xhtml
Section0008.xhtml
Section0009.xhtml
Section0010.xhtml
Section0011.xhtml
Section0012.xhtml
Section0013.xhtml
Section0014.xhtml
Section0015.xhtml
Section0016.xhtml
Section0017.xhtml
Section0018.xhtml
Section0019.xhtml
Section0020.xhtml
Section0021.xhtml
Section0022.xhtml
Section0023.xhtml
Section0024.xhtml
Section0025.xhtml
Section0026.xhtml
Section0027.xhtml
Section0028.xhtml
Section0029.xhtml
Section0030.xhtml
Section0031.xhtml
Section0032.xhtml
Section0033.xhtml
Section0034.xhtml
Section0035.xhtml
Section0036.xhtml
Section0037.xhtml
Section0038.xhtml
Section0039.xhtml
Section0040.xhtml
Section0041.xhtml
Section0042.xhtml
Section0043.xhtml
Section0044.xhtml
Section0045.xhtml
Section0046.xhtml
Section0047.xhtml
Section0048.xhtml
Section0049.xhtml
Section0050.xhtml
Section0051.xhtml
Section0052.xhtml
Section0053.xhtml
Section0054.xhtml
Section0055.xhtml
Section0056.xhtml
Section0057.xhtml
Section0058.xhtml
Section0059.xhtml
Section0060.xhtml
Section0061.xhtml
Section0062.xhtml
Section0063.xhtml
Section0064.xhtml
Section0065.xhtml
Section0066.xhtml
Section0067.xhtml
Section0068.xhtml
Section0069.xhtml
Section0070.xhtml
Section0071.xhtml
Section0072.xhtml
Section0073.xhtml
Section0074.xhtml
Section0075.xhtml
Section0076.xhtml
Section0077.xhtml
Section0078.xhtml
Section0079.xhtml
Section0080.xhtml
Section0081.xhtml
Section0082.xhtml
Section0083.xhtml
Section0084.xhtml
Section0085.xhtml
Section0086.xhtml
Section0087.xhtml
Section0088.xhtml
Section0089.xhtml
Section0090.xhtml
Section0091.xhtml
Section0092.xhtml
Section0093.xhtml
Section0094.xhtml
Section0095.xhtml
Section0096.xhtml
Section0097.xhtml
Section0098.xhtml
Section0099.xhtml
Section0100.xhtml
Section0101.xhtml
Section0102.xhtml
Section0103.xhtml
Section0104.xhtml
Section0105.xhtml
Section0106.xhtml
Section0107.xhtml
Section0108.xhtml
Section0109.xhtml
Section0110.xhtml
Section0111.xhtml
notas.xhtml