3. Volumen
Hay voces que golpean, marañas de gritos, voces tajantes, explosivas y sonidos fustigadores. Hay voces ensordecedoras y trepidantes. El miedo se desata en un grito lacerante, o se pierde la voz, un hilo apenas visible-audible. Esto es la intensidad o volumen, la noción de lo fuerte-lo débil, y también la noción de la voz en crescendo y disminuyendo.
Ejercicio 3.1
Sonidos visualizados: sonorizar valorando fuerte y débil a fuerte.
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Ejercicio 3.2
En nuestro ejemplo del cuento El chivito, fuerte es la contestación del chivito, débil los lamentos de la viejecita. Podemos crecer el volumen de la respuesta del chivito ‹y decrecer la voz de la viejecita›, llegando hasta «un hilo de voz», para crear un contraste expresivo. Atención, crecer es aumentar, no acelerar; decrecer es de fuerte a débil›, no de rápido a lento.
Ejercicio 3.3
Los signos universales: ‹› nos hablan de las nociones: crescendo-diminuendo. Sobre el siguiente párrafo aplicar estos dos valores; primero ‹y posteriormente›.
Porque el ratoncito se ha caído en la olla y la hormiguita le gime, le llora, y el pajarito, como buen pajarito, se ha cortado el pico, y la paloma, como buena paloma, se ha cortado la cola, y el palomar, como buen palomar, se ha callado, y la fuente, como buena fuente, se ha secado, y nosotros, como buenos niños, hemos roto el cantarillo, y la reina, como buena reina, se quita la mantilla blanca y se pone la negra.
Ejercicio 3.4
En el ejemplo del ejercicio 3.3 elegir auditivamente qué noción de volumen-intensidad resalta más el significado, la expresión del texto. Repetir el ejercicio con la noción de intensidad adecuada.
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A partir de la frase:
Hay alguien ahí
hay alguien
aquí hay alguien
cambiar la expresividad. Seguir las situaciones siguientes:
Ejercicio 4.1
Usted está en su casa, y es de noche. Un silencio denso le rodea. Inquietud creciente. De pronto escucha un ruido en otra habitación. Sobreponiéndose a su temor, pregunta en voz alta:
-¿Hay alguien ahí?
Nadie responde. Silencio expectante. Escucha tenso. Un nuevo ruido le llega. Susurra:
-Hay alguien…
La certeza de una presencia desconocida, atemorizante, le hace gritar:
-¡Aquí hay alguien!
-¡Aquí hay alguien!
Ejercicio 4.2
Llega a su casa, alegre, con un regalo sorpresa. Pregunta divertido:
-¿Hay alguien aquí?
Canturrea repitiendo alborozado: «Hay alguien… Hay alguien». Dirigiéndose a la persona homenajeada le entrega el regalo, y dice con voz triunfante: «¡Aquí hay alguien!».
Ejercicio 4.3
Invente nuevas situaciones, dando expresividad a la frase, adecuada a cada una de ellas.
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Ejercicio 4.4
Construya la frase cambiando la estructura, reduciendo o aumentando vocablos.
«Hay alguien, ahí hay alguien, alguien que hay ahí, etc.».
Invente diversas situaciones. Expréselas con adecuación de entonación, ritmo, volumen.
La disección realizada es para ejemplificar sucintamente los elementos que se fusionan en una elocución expresiva. Pero en la narración, en la voz, se ensamblan y articulan entonación con intensidad, velocidad y pausa; entonación con duración y velocidad; todo esto con la vivencia del sentimiento o sensaciones que la voz trasluce.
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