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Decir el cuento en voz alta. Contando -ya lo dijimos- al niño que permanece en cada uno de nosotros. Escuche su voz. La utilización del magnetófono (elemento por supuesto prescindible) le ayudará a una dicción clara, a valorar la entonación, el ritmo, y comprobará el grado de asimilación del cuento. El cuento no será totalmente suyo hasta que no haya sido relatado un par de veces. No tenga prisas: la asimilación se da en el tiempo y en la repetición de la experiencia. Cuéntelo una y otra vez. No ceje ni lo deje.
Y contar