Capítulo 16
Así como Devlin había dicho, llegaron al puerto de Invernes dos días más tarde. Anne estaba emocionadísima, pronto le diría a Devlin que esperaba un hijo suyo. Había decidido esperar a que rescatara a su hija para no desconcentrarlo de su misión.
Devlin entró en su camarote esa misma tarde y le dijo que ya podían desembarcar. Devlin tenía una pequeña propiedad a las afueras de Invernes, y había que alquilar un coche para llegar hasta ella.
Anne disfrutó mucho del paseo en coche por toda la ciudad. El Lago Ness era simplemente espectacular, y se preguntó con curiosidad si de verdad existía un monstruo como decía la leyenda.
Llegaron a una encantadora casa de ladrillo rojo que se encontraba a unos cinco minutos del pueblo.
—Hemos llegado Anne — le dijo Devlin de pronto — esa es mi casa.
—Es hermosa — le dijo mientras le sonreía.
—Sí, espera a verla por dentro — se quedó unos momentos en silencio — quizás a ti no te guste la decoración — le dijo al rato — Sally la decoró a su gusto y la verdad es que no sé si te gustará.
—Seguro que sí — Anne miró por la ventana y vio la casa en la que había vivido Devlin y su mujer. Por fuera era preciosa y se imaginó que Sally si tenía buen gusto y había decorado magníficamente el interior.
Devlin estaba contento, al final tenía a Anne en su casa. Estaba locamente enamorado de ella, y cada día que pasaba la amaba con más locura.
Cuando llegaron a la puerta Devlin hizo sonar la aldaba que había en la puerta. Estaba seguro que Harris seguía en la casa, su fiel mayordomo había mantenido la casa durante su ausencia.
Recordó de nuevo la noche de la muerte de Sally y como Harris había dicho que no había oído ningún ruido, pero que sabía que su señor no había sido, amaba mucho a su esposa.
Se abrió la puerta y apareció un Harris un poco soñoliento. Cuando lo vio sus ojos se abrieron de golpe y se le llenaron de lágrimas.
—¿No vas a dejarme pasar Harris? — le preguntó Devlin mientras le sonreía.
—Oh, mi señor — dijo mientras hacía una reverencia y se apartaba a un lado — que alegría volver a verlo. Dijeron que la condena era de siete años en un barco prisión y…
—Sí, sí Harris — dijo Devlin mientras se volvía hacía Anne que lo estaba mirando todo con desconcierto. Le agarró de la cintura y la hizo entrar
— pero no podía esperar tantos años para recuperar a mi hija.
—Por supuesto señor, todos estaremos encantados de tener a la pequeña aquí — dijo Harris. Cerró la puerta cuando ellos la atravesaron.
—Harris.
—¿Sí señor?
—Haz que preparen una buena cena para mis hombres — le dijo mientras llevaba a Anne al salón — y prepara una habitación para Anne.
—Sí señor, enseguida.
Anne vio como Harris se retiraba a lo que debía ser las cocinas. El salón donde estaba era espacioso y estaba decorado con buen gusto. Había varios sillones tapizados en un hermoso tono rojizo. También había una chimenea y encima de ésta había un retrato de una mujer espectacularmente hermosa.
Enseguida supo que era Sally, y en ese momento entendió que Devlin se enamorara perdidamente de ella. Además de hermosa, sus ojos mostraban una bondad y una ternura que a Anne le caló muy hondo. Ahora si estaba segura de que Devlin jamás la amaría.
—Ella es Sally — le dijo Devlin mientras le apoyaba las manos en sus hombros.
—Era hermosa — no quería que se diera cuenta de que sus ojos se había llenado de lágrimas, así que se apartó y se fue a sentar en uno de los sillones.
Bajó la vista para que él no notara sus lágrimas, pero no iba a tener suerte. Devlin se arrodilló frente a ella y le hizo que le mirara.
—¿Ocurre algo? — le preguntó mientras le limpiaba las lágrimas.
Anne movió la cabeza de un lado a otro, pero no dijo nada.
—Perdone señor — dijo Harris de pronto materializándose ante ellos.
—¿Qué ocurre Harris? — preguntó Devlin mientras se incorporaba.
—La habitación de la señorita está lista señor — dijo Harris con una pequeña reverencia — también le han preparado un baño por si la señorita lo desea.
—Gracias Harris — Devlin le tendió la mano y ella se levantó del sillón — Harris, ¿sigue Natalie aquí?
—Sí señor, ¿desea que le llame?
—Sí, por favor.
Harris desapareció de nuevo en las cocinas. Devlin siguió sujetándole la mano, pero de pronto la cogió por la cintura y la besó con pasión. Anne se engancho a su cuello y le abrazó con fuerza.
—Ajam… ajam… — carraspeó una voz detrás de ellos — perdón señor.
Anne se separó de Devlin con un gran sonrojo en las mejillas. Vio que al lado de Harris había una muchacha de unos 16 años con la cabeza agachada y con un sonrojo igual que el suyo en las mejillas.
—Me alegro que te hayas quedado Natalie — le dijo Devlin.
—Me alegro de que esté de vuelta señor — dijo con una pequeña reverencia.
—Sí, yo también me alegro — luego se volvió hacía Anne y le sonrió — lleva a la señorita a su habitación y ayúdala en todo lo que desee.
—Sí señor — vio que Natalie se dirigió hacia la escalera y le había un gesto para que le siguiera — por aquí señorita.
—Ve con ella y descansa — dijo Devlin mientras le daba un pequeño beso en los labios — en una hora nos veremos.
Anne siguió a Natalie escaleras arriba. La verdad es que estaba asombrada de que Devlin tuviera sirvientes, se creyó desde el principio que era pobre y que por eso sus suegros no le querían. Pero al parecer no era así.
La habitación que le había sido asignada era bastante amplia y al igual que el resto de la casa, estaba adornado con buen gusto. Ya habían subido su baúl a la habitación y Anne se acercó a él para buscar un vestido para ponerse después del baño.
La bañera había sido colocada junto a la ventana, y Natalie estaba preparando las toallas para después.
—Si tienes algo que hacer puedes irte — le dijo a la chica con una sonrisa — ya me he acostumbrado a bañarme sola, en el barco no tenía a nadie.
—Oh, no se preocupe señorita — le dijo Natalie mientras le ayudaba a quitarse el vestido — ahora yo me encargaré de atenderla.
Anne no le dijo nada y se metió en la bañera con un gran suspiro.
Devlin estaba en el salón a la espera de que Anne bajara. Se había servido un whisky y se había sentado en uno de los sillones frente al retrato de su mujer fallecida. En el barco, no había sentido que traicionaba a su mujer, pero ahora aquí frente a su retrato…
—Perdón señor — dijo Harris de pronto.
—¿Si Harris?
—¿Vamos poniendo ya la mesa o esperamos a los invitados?
—Esperamos — Harris hizo una reverencia y se dio media vuelta para irse
— ¿Harris?
—¿Sí señor? — dijo mientras se volvía.
—¿Crees que estoy faltando a la memoria de Sally?
Harris se quedó un rato pensativo. Él no creía que lo estuviera haciendo, era joven y era normal que quisiera volver a casarse. Él era muy discreto, pero sabía que su señor amaba a la señorita que había traído a casa. También se dio cuenta de que esa señorita era una dama inglesa.
—No creo señor — le dijo con sinceridad — usted es joven y es normal que desee volver a casarse.
—Sabía que te habías dado cuenta — dijo Devlin mientras sonreía — no se te escapa nada Harris — se levantó del sillón, dejó el vaso en la mesa y se acercó a Harris — amo a esa mujer Harris — le dijo mientras le daba una pequeña palmada en la espalda — y puede que te parezca horrible, pero la amo más de lo que jamás amé a Sally.
—Bueno señor, hay distintas formas de amar.
—Así es — se paró junto a la chimenea y siguió hablando — y ahora he descubierto lo que es el verdadero amor. Ahora lo que tengo que hacer es que ella me ame.
Harris no dijo nada a la espera de que su señor volviera a hablar.
—Ella todavía no sabe que la amo — le dijo mientras volvía a sentarse en el sillón — ¿crees que debo decírselo?
—No es algo que yo deba decidir — le dijo Harris — pero si quiere mi opinión…
—Adelante Harris, habla.
—Debería decírselo, y cuanto antes mejor — Harris pensó que se estaba tomando demasiadas confianzas. Pero lo que pasaba es que hacía mucho tiempo que trabajaba para su señor y le tenía mucho aprecio, quería verle feliz — quizás ella también lo ame y lo que ocurre es que ella teme ser comparada con la señora Sally y creer que no está a su altura para conseguir su amor.
Devlin pensó en todo lo que su mayordomo había dicho y recordó el momento en el que Anne miraba el retrato de su esposa y después esas lágrimas sin sentido. “Maldición” dijo Devlin en un susurro mientras se levantaba del sillón.
—Gracias Harris, puedes retirarte.
Harris se inclinó ante él y se dirigió hacia las cocinas.
En ese momento Anne bajaba al salón para reunirse con Devlin. Él estaba de espaldas a ella y contemplaba el retrato de su mujer fallecida. Anne sintió una gran tristeza en el corazón. ¿Cómo iba a decirle que esperaba un hijo suyo? Todavía amaba a su mujer. Ella no quería que él se casara con ella sólo porque estuviera embarazada, quería que él la amase.
De pronto Devlin se volvió y la vio. Le sonrió con dulzura y se acercó a ella.
—Estas muy hermosa — le dijo mientras la cogía entre sus brazos y la besaba.
—Gracias — Anne apenas podía mantenerse en pie. Ese beso la había dejado sin aliento.
—¿Cuándo vas a ir a buscar a Kathleen? — le preguntó mientras se apartaba de él y se sentaba en un sillón.
—Saldré mañana a primera hora — luego le cogió de las manos e hizo que le mirara — voy a estar un par de días fuera, pero no te preocupes Kelly se quedará aquí contigo.
—¿De verdad? — le preguntó esperanzada. Creía que iba a quedarse sola en esa casa, y eso la ponía nerviosa. Todavía no conocía a los sirvientes, excepto a Natalie. Era una muchacha muy extrovertida y divertida, le gustaba mucho.
—Sí, Michael me va a acompañar así como otros hombres más — la besó con dulzura en los labios — Michael no quería dejarla sola en su casa.
Anne le sonrió y en ese momento tocaron a la puerta. Harris abrió y entró Michael y Kelly.
Fue una maravillosa cena y todos se divirtieron mucho.
—¿Cuándo vas a decirle que estás esperando un hijo? — le preguntó Kelly en un susurro.
—Cuando vuelva de por su hija.
Anne estaba tendida en su habitación pensando en lo maravillosa que había sido la cena. Se había divertido mucho. Kelly se iba a quedar unos días con ella hasta que Devlin y Michael volvieran de su misión.
Rezaba para que todo saliera bien y no hubiera complicaciones. Tenía muchas ganas de conocer a Kathleen.
Anne pensaba en la fría despedida que había tenido por parte de Devlin. Le había dado un pequeño beso en los labios y le había dado las buenas noches.
Después de estar dando vueltas por la cama sin poder dormir, empezó a adormecerse.
Anne despertó cuando unos labios la besaban y unas manos le acariciaban todo el cuerpo. Empezó a besar y a acariciar a su vez, sabía que era Devlin. Podía reconocer sus labios, esas manos, ese maravilloso cuerpo sobre el suyo, y sobre todo ese olor tan masculino.
Le hizo el amor con una ternura que le hizo llorar.
Al rato Devlin encendió una vela y se sentó en la cama para mirarla.
—¿Ya te vas? — le preguntó Anne.
—Dentro de un rato — Devlin la volvió a coger entre sus brazos — he venido a despedirme.
Anne no dijo nada y siguió abrazada a él.
—Cuando Kathleen esté aquí, quiero que te cases conmigo — Anne abrió los ojos de golpe y le miró con asombro.
—¿Ca… casarnos? — no podría ser, ¿había descubierto que estaba embarazada? — ¿por qué…?
—Entiendo que te haya pillado de sorpresa — le miró a los ojos con ternura — te amo Anne, más de lo que nunca creía que podría amar a una mujer.
—Pero… — Anne se había quedado sin habla. De pronto empezó a llorar con suavidad — me dijiste que era distinta a Sally, y a ella la amabas. ¿Cómo es posible que me ames?
—Porque lo que sentía por Sally no era verdadero amor — Devlin le secó las lágrimas con las manos — la quería, y siempre la querré, pero no la amo. Es a ti a quién amo, y no soportaría perderte.
—Oh Devlin… — Anne se abrazó con fuerza a él. Estaba llorando como nunca antes lo había hecho, pero de felicidad — yo… yo…
—No hace falta que digas nada ahora — le dijo mientras la separaba de sí y se dirigía a la puerta — piénsatelo y cuando vuelva me respondes.
Cuando Devlin salió por la puerta, Anne salió de la cama y se asomó a la ventana a la espera de que Devlin apareciera. Todavía no se lo podía creer, le amaba y más que a su mujer.
Ella quería decirle que también lo amaba y que se casaría con él. Dios, estaba tan feliz.
De pronto apareció por la puerta junto a Michael. Quería abrir la ventana y gritarle que lo amaba con locura, pero controló el impulso y vio cómo se alejaba junto con otros hombres más.
Traería a Kathleen y se convertirían en una gran familia. Se volvió a meter en la cama para intentar dormir un poco más. Apenas había amanecido y ahora que lo pensaba estaba agotada. Sonrió al saber el motivo de su agotamiento. Devlin había estado allí y le había hecho el amor.
Se quedó dormida con una gran sonrisa en el rostro.