Capítulo 12

Anne veía como Devlin paseaba de un lado para otro de su camarote, completamente desnudo, “dios, es tan hermoso” pensó Anne. Devlin se pasaba las manos por el cabello y parecía bastante nervioso. “Ya se ha arrepentido de hacerme el amor, por eso está así” pensó Anne mientras bajaba la mirada. Le azoraba verlo así, desnudo, hacía que lo deseara de nuevo en sus brazos.

—Podrías vestirte por lo menos — dijo Anne sin mirarlo.

Devlin paró en seco, le miró y luego se miró así mismo. “Dios santo, seguro que está sonrojada hasta la raíz del cabello” pensó Devlin con una sonrisa. Empezó a reír con ganas mientras se metía de nuevo en la cama y la atraía hacía él.

Le levantó la cabeza para comprobar el sonrojo de sus mejillas, pero lo que encontró fue unos ojos verdes que le miraban con furia.

—¿Se puede saber por qué estás enfadada? — preguntó Devlin con una ceja alzada.

—Porque tenía que haberlo pensado mejor antes de hacerme tuya — dijo Anne mientras se sentaba en la cama con furia — ahora estás arrepentido, pero ya lo has hecho y no hay marcha atrás.

—Y, ¿qué te hace pensar que me arrepiento? — preguntó Devlin mientras admiraba sus pechos, ya que habían quedado al aire al sentarse en la cama.

—Esa caminata tuya de arriba abajo por mi camarote completamente desnudo — cada vez estaba más enfadada — parecías exasperado. Y lo único que se me pasa por la cabeza es que estabas arrepentido.

Vaya, así que piensa que estaba así por eso, pensó. Se volvió a echar en la cama, ya que se había sentado igual que ella, y empezó a reír con ganas.

—No te rías desgraciado — dijo Anne con furia mientras le golpeaba en el pecho.

Devlin paró de reír, pero no dejó de sonreír mientras volvía a cogerla en sus brazos. La tendió con suavidad en la cama y él se echó encima de ella, pero sin aplastarla.

—No me arrepiento preciosa mía — dijo mientras le daba pequeños besos por todo el rostro — jamás me arrepentiré de tenerte en mis brazos. Estaba sí por otro asunto, que de pronto me vino a la cabeza.

No era el momento de decirle que lo amaba, primero tenía que conseguir que ella le amase. Ya lo deseaba, y se imaginó que del deseo al amor no distaba mucho.

Dos horas después Anne se despertó de un maravilloso sueño. Notó que había alguien a su lado y con un sobresalto se volvió y descubrió a su captor durmiendo a su lado. Se dio cuenta de que estaba desnudo al igual que ella, y recordó todo lo que había pasado la noche anterior. Sonrió de felicidad y empezó a acariciar el rostro del hombre que amaba. Recordó ese hermoso cuerpo sobre el suyo, y volvió a sentir deseo por él.

La verdad es que todavía estaba un poco intrigada por la forma de pasearse desnudo por el camarote la noche anterior. Ella pensó que se había arrepentido de haberla hecho suya, pero él le demostró durante toda la noche que estaba muy equivocada. Volvió el rostro para mirarla de nuevo, ya que se había vuelto hacía la pared mientras pensaba. Se encontró con la mirada de Devlin, que la miraba con intensidad y con una sonrisa en el rostro. Ella todavía tenía la mano en su rostro y la apartó con rapidez y con el rostro completamente sonrojado.

—Me pregunto en que estarás pensando para haberte sonrojado así — Devlin la tumbó de espaldas y se colocó encima de ella, pero sin aplastarla — durante estos minutos que creías que dormía he estado observándote. He visto como pasabas del sonrojo, a la irritación y después a la intriga — soltó una gran carcajada — y cuando te has dado cuenta de que miraba, has vuelto a sonrojarte.

Anne se mantuvo en silencio mientras lo observaba como reía. ¿Cómo era posible amar a alguien de esa manera? No sabía muy bien lo que iba a hacer cuando llegara a Inglaterra, pero después de lo que había pasado esa noche, estaba más convencida que nunca de que quería irse con él a Escocia.

Todavía faltaba para llegar a Inglaterra, tenía tiempo de buscar una manera para irse con él a Escocia.

Devlin notó que volvía a ponerse pensativa. ¿En qué estaría pensando? Estaba bastante intrigado por saber el motivo de esa mirada pensativa.

Él estaba feliz, completamente feliz de volver a amar. Pero más acertadamente, amar de la manera que amaba a Anne. Tenía que hacer todo lo que fuera para que ella le amase y quisiese irse con él a Escocia. Allí se casaría con ella, y Kathleen volvería a tener una madre.

—Te deseo Anne — dijo en un pequeño susurro mientras la besaba con pasión.

Volvió a hacerle el amor y esta vez fue mucho mejor que la primera.

Al despertarse, Anne vio con desilusión que Devlin ya no estaba con ella en la cama. Se imaginó que se había ido antes de que alguien se diera cuenta de donde había pasado la noche. Frunció el ceño y se preguntó que qué demonios le importaba a él si lo encontraba en su cama. En fin, se dijo con un encogimiento de hombros, algún pretexto tendrá.

Cuando estuvo lista salió de su camarote y se fue a la cocina a pensar en alguna manera para poder convencer a Devlin para que la llevara con él a Escocia.

En la cocina se encontró con Kelly y pasaron el resto de la mañana juntas. Kelly estaba muy contenta con su matrimonio y con la idea de vivir en Escocia.

—Y al final que vas a hacer Anne, ¿cómo vas a conseguir que tu padre rompa el compromiso con Bill? — preguntó Kelly mientras salían de la cocina y se dirigían a cubierta.

—La verdad es que ahora tengo otra cuestión en mente — se acercaron a la barandilla y se quedaron mirando el mar mientras seguían charlando.

—¿Qué cuestión? — preguntó Kelly con interés.

—Yo también quiero ir a Escocia, pero no sé cómo convencer a Devlin — empezaron a llenársele los ojos de lágrimas — quizás tú puedas ayudarme a buscar una solución.

—¿Estás enamorada de Devlin?

Anne se quedó un rato en silencio, pensando en lo que podía revelar a Kelly. No estaba segura de decirle que la noche anterior habían compartido la cama y hecho el amor. Eso era demasiado personal.

—Sí, le amo.

—Pues simplemente díselo — dijo Kelly.

—Esa no es la solución — dijo Anne mientras miraba a su amiga — él no me ama y no me va a amar nunca.

—¿Por qué crees eso?

—Porque según él soy completamente distinta a su mujer y él amó mucho a su mujer — se giró para volver a mirar al mar — lo único que siente por mí es deseo.

Se hizo el silencio entre las dos. Kelly no sabía que decirle a Anne, pero antes de poder hablar alguien la cogió por la cintura.

—Bueno días mi amor — le dijo Michael en un susurro — ¿has dormido bien?

Kelly se dio la vuelta y se abrazó con fuerza a Michael.

—Bien, ¿y tú?

—Perfectamente — miró hacía Anne y vio que los miraba con diversión — buenos días a ti también Anne.

—Buenos días Michael.

—Ahora sino es mucha molestia, voy a llevarme a esta preciosidad para que esté un rato conmigo — dijo Michael mientras le daba un pequeño beso en los labios.

—No, no es ninguna molestia — dijo Anne con una sonrisa en los labios — me agradaría estar a solas unos momentos.

—Nos vemos luego Anne — dijo Kelly mientras se alejaba feliz del brazo de su amor.