Capítulo 14

Una semana después llegaron a la costa irlandesa. Ya faltaba poco para llegar a Inglaterra y Anne todavía no sabía cómo convencer a Devlin de que la llevara con él a Escocia.

Durante todo ese tiempo Anne fue muy feliz junto a Devlin. Pasaban casi todo el día juntos y cada día que pasaba amaba más a ese hombre.

Una mañana, dos días después de zarpar de Irlanda rumbo a Inglaterra, a Anne se le ocurrió una manera de irse a Escocia con Devlin. Pero el problema es que él tenía que estar de acuerdo con el plan.

Se dirigió hacía el camarote de Devlin para contarle lo que había pasado, cuando empezó a sentirse mal. Tuvo que volver a su camarote a vomitar todo el desayuno. Tenía unas nauseas impresionantes, también se sintió mareada y pensó que no llegaría a su destino. Así que se metió en la cama.

Estuvo mal durante toda la mañana. Kelly fue a visitarle para saber lo que le había pasado. Le trajo un poco de sopa para el almuerzo.

—Kelly, ¿dónde está Anne? — preguntó Devlin cuando volvía de llevarle la sopa.

—En su camarote, no se siente muy bien.

Cuando Devlin supo que Anne estaba enferma se fue con ella para estar a su lado.

Al entrar en el camarote, la encontró sentada en la cama y parecía que se encontraba mejor.

—Kelly me ha dicho que estabas enferma, ¿te encuentras mejor? — preguntó

Devlin mientras se sentaba a su lado y la abrazaba con dulzura.

—Sí, ya me encuentro mucho mejor — dijo Anne mientras se acurrucaba a su lado — no estoy muy segura de lo que me ha pasado. Puede ser que el desayuno no me haya sentado bien — se separó de él y le miró con dulzura

— iba a tú camarote cuando en mitad del camino me ha sucedido esto.

Devlin se quedó pensativo un rato al intentar imaginarse lo que querría Anne decirle.

—¿Querías decirme algo? — preguntó con curiosidad.

—Sí, he descubierto una manera para no casarme con Bill, pero tú tienes que estar de acuerdo — dijo mientras miraba a otro lugar.

—Bien, dime cual es — Devlin estaba impaciente por saber lo que había pensado para deshacerse de ese matrimonio — y en que puedo ayudarte yo.

Anne estaba nerviosa, no sabía cómo reaccionaría Devlin al enterarse.

—He pensado que si me llevaras contigo a Escocia como tú prisionera, mi padre no podrá obligarme a casarme con Bill — dijo Anne con la mirada baja.

Se hizo un gran silencio y Anne estaba temiendo lo peor. De pronto sintió que alguien la abrazaba y le hacía que levantara la cabeza. Devlin estaba sonriente y parecía feliz.

—Es un buen plan, me encantaría llevarte conmigo — le dio un pequeño beso en los labios y siguió hablando — lo que pasa es que dudo que tú padre lo crea.

—¿Por qué no iba a creerlo? — preguntó Anne con los ojos abiertos de asombro.

—Porque sería muy raro que dejara a los otros en libertad y a ti no — Anne se dijo así misma que eso era verdad y se le volvieron a llenar los ojos de lágrimas.

¿Entonces cuál sería la forma de deshacerse de ese matrimonio? Si su padre no se iba a creer eso, no sabía que decir para que la creyera. Lo único que podía decirle es que se había enamorado de él y que quería estar junto a él toda la vida.

—Pero quizás pueda haber otra razón para que te vayas conmigo a Escocia — dijo Devlin de pronto sacándola de sus pensamientos.

—¿Qué razón? — preguntó Anne esperanzada.

—Que le digas a tu padre que eres mi mujer y que te quedas conmigo por voluntad propia — dijo Devlin.

Por dios, eso es lo que en realidad quería ser, pero era un sueño imposible. Pero, se dijo así misma que esa si era una buena excusa para contarle a su padre.

—Me parece bien, si tú estás de acuerdo.

—Por supuesto que estoy de acuerdo — le dio un pequeño beso en los labios y se levantó de la cama — escribe una carta y se la haremos llegar a tu padre cuando lleguemos a Inglaterra.

Cuando Devlin salió del camarote se levantó de la cama y se puso a escribir la carta a su padre. Le decía que se encontraba bien, que amaba a ese hombre y que se iba con él por voluntad propia. También le dijo que se iba a casar con él, aunque eso no fuera cierto no podía decirle que era su amante.

Una vez lista la carta, la cerró y salió de su camarote para dársela a Devlin.

Devlin estaba en su camarote bastante animado por cómo iban saliendo las cosas. Anne se iba a ir con él a Escocia y la idea fue de ella. Quizás estuviera enamorada de él, eso sería magnífico. Pero no estaba muy seguro de que eso fuera así.

Él la amaba con locura, pero no podía decírselo hasta no estar seguro de que fuera correspondido. No le quedaba mucho tiempo, ya que pronto llegarían a casa y tendría que ir a buscar a Kathleen. Estaba seguro de que su hija iba a querer mucho a Anne, igual que ella a su hija.

Tocaron a la puerta y Devlin dio permiso a la persona para que entrara. Se creía que era Michael que le traía novedades, pero la que apareció fue su amada.

Dios, que hermosa era. Le estaba sonriendo y tenía una carta en la mano.

Se acercó a ella y le abrazó con dulzura.

—¿Deseas algo mi amor? — le preguntó Devlin mientras le daba un pequeño beso en los labios.

—Sí, la carta.

Anne apenas podía decir nada, del deseo que sentía tan grande. Dios mío, como amaba a ese hombre, y ahora se iba a ir con él a Escocia. Quizás conocería a Kathleen.

—¿Ya has escrito la carta a tu padre? — preguntó Devlin mientras se separaba de ella.

—Sí, espero que funcione.

Le tendió la carta a Devlin y él estiró el brazo para cogerla, pero en el último momento Anne la retiró. ¿Y si Devlin la abría y leía lo que había puesto? No quería que se enterara de que lo amaba.

—¿Ocurre algo? — preguntó Devlin con extrañeza.

—No irás a abrirla, ¿verdad? — estaba bastante preocupada por ese tema.

—Por supuesto que no — Devlin la cogió por la cintura — ¿qué pasa? ¿Me escondes algo? ¿Has escrito en la carta algo que yo debería saber y que tú no quieres que me entere?

Anne se puso nerviosa, no sabía que decir.

—No, sólo lo que acordamos — mintió Anne.

—Entonces no tienes por qué preocuparte preciosa — dijo Devlin mientras la besaba con pasión.

Devlin la separó de mala gana y se dirigió hacia la puerta para llamar a uno de sus hombres. Anne estaba bastante nerviosa, ya que Devlin le había dicho que él no la abriría, pero no estaba segura de su amigo.

Tenía que confiar en él, sino lo hacía la preocupación acabaría con ella.