46 El sabio discípulo del profesor Balbis, el señor Barataro, a quien he consultado acerca de los parajes donde se halla el Pinus occidentalis de Santo Domingo, me ha asegurado, que cerca del Cabo Samana (latitud 19°18’) le ha visto en el llano, confundido con los demás vegetales de la región cálida, y que generalmente en Santo Domingo y en Puerto Rico se le halla únicamente en las montañas de mediana altura, y de modo alguno en las muy elevadas. Los pinos de Cuba y de la Isla de Pinos, al sur de Batabanó son, en concepto de todos los viajeros, unos verdaderos pinos con piñas apiñadas semejantes al Pinus occidentalis Swartz, y no Podocarpus como yo he creído por algún tiempo. Por otra parte, los primeros españoles que visitaron las Antillas han confundido algunas veces los pinos y los podocarpus, y en un pasaje de Herrera y Tordesillas (Década I, p. 52) prueba indudablemente que los pinos del Cibao, de que hablaba Cristóbal Colón después de su segundo viaje, eran unos coníferos, es decir, verdaderos Podocarpus. “Estos Pinos muy altos, dice el Almirante, que no llevan piñas, son por tal orden compuestos por Naturaleza que parecían aceitunas del Aljarafe de Sevilla”. Ya, cuando publiqué la primera descripción del Bertholletia, según Laet (t. VIII, pp. 178 y ss.), observé cuán sencillas y características eran las descripciones de los antiguos viajeros, que no tenían la manía de usar términos técnicos cuyo valor ignoraban. Los pinos de las islas de Guanaja y de Ratan (a los 16,30° de latitud) que sirven para hacer mástiles, ¿son Podocarpus o son de la especie de los Pinus? (Herrera y Tordesillas, Década I, p. 131; Joannes Laet. Novus Orbis., p. 341; Domingo Juarros, Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala, t. II, p. 169; James Hingston Tuckey, Maritime Geography and Statistics or Description of the Ocean and its Coasts, Maritime Commerce, Navigation, t. IV, p. 294). Ignoramos si el nombre de la isla de Pinos, situada a los 8°57’ de latitud al este de Portobelo, se funda en un error de los primeros navegantes. En la América equinoccial, entre los paralelos de 0° y 10°, no he visto los Podocarpus a menor altura que la de 1.100 toesas.<<