38

EL terreno negro de Jápeto, la luna cubierta de cráteres, se extiende ante vosotros. Tu nave, detenida a quinientos metros, se perfila contra un cielo sembrado de estrellas. Tienes una visión completa de Saturno desde arriba. Si allí siguieras cuatro días más, contemplarías el planeta desde abajo, porque la órbita lleva a esa luna a ambos lados de los anillos.

Te comunicas por radio con Paul y le dices que abrigas serias dudas acerca de que el origen de las emisiones esté en ese satélite. Pese al alunizaje, la recepción no es más clara. De mala gana, Paul reconoce que así es. Preguntas a tu amigo:

—¿Se pusieron de acuerdo los científicos sobre una explicación a esta envoltura negra que cubre el hielo? En mi época aún discutían el asunto.

—Sólo dijeron que la materia negra es el resultado de erupciones que provienen del metano interior —responde Paul—. Los científicos se sorprendieron al comprobar que dichas erupciones se producen todavía con bastante frecuencia. Éste es el motivo por el cual el polvo cubre esta zona.

—¿Has dicho erupciones… como aquélla?

—¡Caramba! ¡Larguémonos de aquí!

Se ha agrandado una fisura en la superficie de esta luna que los científicos de tu época consideraban totalmente muerta. Todo indica que la fisura es cada vez mayor.

Paul y tú corréis hacia la nave y despegáis antes de que los vapores de metano oscurezcan totalmente el cielo. Podéis elegir entre dos lugares para el próximo alunizaje: Titán o Encélado.

Alunizas en Titán. Pasa a la sección 36.

Alunizas en Encélado. Pasa a la sección 37.